Colombia/ En la selva con el ELN, la última guerrilla de América Latina [Héctor Velazco]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Jun 19 15:41:51 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

19 de junio 2019

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Colombia



En la selva con el ELN, la última guerrilla de América Latina



Han pasado 55 años desde su levantamiento en armas, el 4 de julio de 1964, y
el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sigue ahí: sin vencer ni conceder
la derrota. Su adversario es más poderoso que antes, pero la nueva
generación de mandos reivindica la "guerra abierta contra el Estado".



Héctor Velázco

Agencia France-Presse (AFP), 19-6-2019



Anochece en la selva más lluviosa de Colombia. El campamento está en
tinieblas, los fusiles a la mano y los botes cerca. Los bombardeos militares
han cercenado sus fuerzas y obligado a que se muevan con más frecuencia y
menos tropa. Así sobrevive el ELN, la última guerrilla de América.



Han pasado 55 años desde su levantamiento en armas, el 4 de julio de 1964, y
el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sigue ahí: sin vencer ni conceder
la derrota. Su adversario es más poderoso que antes, pero la nueva
generación de mandos reivindica la "guerra abierta contra el Estado".



"Varias veces hemos escuchado a presidentes, líderes paramilitares poniendo
fecha a la derrota de la guerrilla y seguimos vigentes 55 años después",
afirma el comandante Uriel, quien apenas sobrepasa los 40 y encabeza el
Frente de Guerra Occidental.



Diezmado en distintas épocas, el ELN ahora tiene un pie de fuerza de 2.300
combatientes contra los 1.800 que contabilizaba inteligencia oficial en
2017. Un ejército pequeño, resistido por la mayoría en Colombia, frente a
los 265.000 efectivos de las Fuerzas Militares, sin contar la Policía.



Además de tropa, cuenta con una extensa red de apoyo en centros urbanos y se
financia con los recursos del secuestro, la extorsión y de los narcos y
demás traficantes que le pagan el "impuesto revolucionario" en sus zonas de
dominio. Entre sus blancos frecuentes está la industria petrolera.



La AFP llegó hasta un campamento rebelde tras la ruptura, en enero, de las
negociaciones de paz que sostenía el ELN desde 2017 con el expresidente Juan
Manuel Santos (2010-2018).



Su sucesor, Iván Duque, sepultó las pláticas tras un atentado con
coche-bomba en una academia policial en Bogotá que dejó 22 cadetes muertos,
además del agresor.



Hay "guerra" para rato



Los últimos ataques aéreos militares dejan una huella visible en las filas
rebeldes. Las bombas direccionadas por chips ocultos por "el enemigo" en
mochilas, botas o provisiones, han conseguido violentar una fortaleza del
ELN: el bosque tropical húmedo del Chocó, un departamento de mayoría afro y
con poblados indígenas sobre el Pacífico, castigado por la pobreza, el
desplazamiento y el abandono estatal.



Según cuentas de la guerrilla, desde 2012 han sido 11 bombardeos con 25
muertos y decenas de heridos y mutilados en el Frente de Guerra Occidental.
Una gota en un mar de sangre. En casi seis décadas de conflicto armado son
más de 8 millones los muertos, desaparecidos, mutilados y desplazados por
las acciones de las guerrillas, paramilitares y las fuerzas del Estado.



Jeiner tenía 20 años cuando hace dos perdió el brazo izquierdo. Comenzaba a
oscurecer y este guerrillero recuerda que corrió herido, desorientado, antes
de quedar tendido por otra explosión.



"Fueron seis bombas, la última me agarró a mí. Me privó (durmió) de una vez,
cuando volví en sí y el brazo... nada, no había". Junto a Jeiner, Jeifer (34
años) pelea sin un ojo; David (22) sin los dedos de una mano y Óscar se
apoya en una prótesis tras perder la pierna izquierda.

Guerreros recién incorporados se están entrenando en esta selva de ríos
caudalosos. Son negros e indígenas voluntarios y ninguno tiene menos de 16
años, subraya el ELN. Las autoridades denuncian, en cambio, el reclutamiento
de menores a la fuerza.



La llegada de estos nuevos combatientes prolongan la vida del ELN y aplazan
la extinción del último conflicto armado en el continente. "Hay guerra para
rato", advierte el comandante Uriel.



Sin claudicar



En Quibdó, la capital de Chocó, el desempleo casi duplica la tasa nacional
de desocupación que ronda el 11%. También es la ciudad más pobre por
ingresos del país.



El ELN se nutre de esta situación. "Ingresan muchos muchachos. Esta es la
única oportunidad que tienen", explica Yesenia, una de las responsables del
Frente Che Guevara al mando de Uriel.



Surgido en la Guerra Fría, esta organización dio su primer golpe militar en
1965 con revólveres viejos, carabinas y escopetas de cacería. Un año antes,
un puñado de hombres entrenados en Cuba se propuso organizar la revolución
socialista en Colombia, un país gobernado históricamente por élites
liberales y conservadoras, con largo historial de violencia política y que
además lidia con el narcotráfico desde los años ochenta.



Aunque fracasó, tampoco ha dado su brazo a torcer. "A una guerrilla se le
puede debilitar; se le puede ganar terreno, se le pueden constreñir las
zonas, pero a un pueblo en armas no se le derrota", sostiene Uriel.
Considerado un grupo "terrorista" por Estados Unidos, la Unión Europea y el
gobierno de Duque, el ELN es el último grupo rebelde activo en América tras
la disolución de las Farc, que firmaron la paz en 2016 y desarmaron a 7.000
combatientes antes de convertirse en partido.



Los elenos negociaron su propio acuerdo, pero el diálogo fracasó y pasaron a
ser el enemigo público número uno aunque solo operen en el 10% de los 1.100
municipios colombianos.



Comandos letales



En Chocó libran una guerra de guerrillas en condiciones especiales. En esta
selva espesa donde se trafica con madera, cocaína, oro y platino se mueven a
pie o en botes con motores fuera de borda.



Y lo hacen en pequeños grupos desde que comenzaron los bombardeos y
desembarcos de comandos militares que se internan por días en la jungla
antes de asaltar las riberas. "Son letales", reconocen los guerrilleros.



De ahí que ningún destacamento (15 miembros) se quede más de cuatro noches
en el mismo sitio. "Son medidas preventivas, porque durante un bombardeo no
hay nada que hacer", dice Uriel. A raíz de tanto movimiento -enfatiza- "se
ha trastocado la vida guerrillera como la conocimos. Se pierde formación
(política), pero se salvan vidas".



En sus orígenes el ELN estuvo  bajo el influjo de la Revolución cubana y de
la Teología de la Liberación, una corriente contestaria dentro de la Iglesia
católica. Entre sus cuadros hay universitarios que todavía alientan ideas
marxistas-leninistas y según sus líderes en el Chocó, muchos de sus
combatientes llegan sin saber leer o escribir.



Los jóvenes - dicen los más veteranos - comienzan a "defender ideales"
después de saciarse y convertirse en guerreros.



El antes de la tormenta



Yesenia, con 39 años y 22 en la guerrilla, apenas presta atención al rumor
que llega de lo alto. Después de "tanto bombardeo", los elenos aprendieron a
distinguir un sobrevuelo militar.  Para "la Flaca", como prefiere ser
llamada, es el primer aviso. Si persisten los sobrevuelos dará la orden de
levantar el campamento. De todas formas -matiza- el plan es irse pronto.



Yesenia llegó hace dos días con una docena de hombres y tres mujeres armados
con fusiles Galil, M-16, Ak-47, R-15,.50 y un rifle .30. Cuando puede, el
ELN levanta carpas y se aprovisiona directamente en los caseríos. Las
comunidades ribereñas se acostumbraron a su presencia. Son ellos los que
imponen las reglas de convivencia y los castigos por incumplirlas.



Antes se disputaban el control territorial con las Farc, pero con el desarme
de los "compas" -como les dicen-, el ELN se quedó enfrentando al ejército,
las disidencias del primer grupo y bandas armadas del narcotráfico. Los
combates destapan el miedo. Entre 2017 y 2018 hubo 21.100 desplazados en
Chocó, según el registro oficial de víctimas. Y puede que más pobladores
huyan dentro de poco.



Según Uriel, las disidencias preparan una avanzada con 70 hombres y el
choque parece inevitable. Yesenia, entretanto, disfruta sus últimas horas de
reposo aferrada al mantra de las guerrillas clásicas. "El que se mueve más
rápido gana. Y nosotros nos hemos sabido mover".

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