Venezuela/ El golpe que no fue. 縔 ahora? [Dossier]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Mayo 3 13:11:25 UYT 2019
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Correspondencia de Prensa
3 de mayo 2019
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Venezuela
El pronunciamiento de Guaid贸
El golpe que no fue
Los enfrentamientos recrudecieron en Venezuela luego de que el l铆der opositor Juan Guaid贸, reconocido como presidente por m谩s de cincuenta gobiernos y en compa帽铆a de un grupo de guardias nacionales armados, llamara a militares y civiles a acompa帽ar un alzamiento contra el gobierno de Nicol谩s Maduro. Parec铆a el comienzo de una sublevaci贸n o golpe que cambiar铆a la escena pol铆tica, pero la intentona se disolvi贸 en pocas horas, con ambos bandos contabilizando ganancias y p茅rdidas.
Humberto M谩rquez, desde Caracas
Brecha, 3-5-2019
https://brecha.com.uy/
La sorpresa jug贸 a favor de la oposici贸n en Venezuela al amanecer del 30 de abril: rodeado de militares que sosten铆an fusiles y a las puertas de la base a茅rea de Caracas, el joven l铆der Juan Guaid贸, erigido como presidente provisional de la rep煤blica, llam贸 a las fuerzas armadas a secundarlo en una definitiva Operaci贸n Libertad, para desalojar del poder al 鈥渦surpador鈥 Nicol谩s Maduro.
A los seguidores civiles, que se preparaban para manifestar el 1 de mayo, les pidi贸 ir a las calles inmediatamente, para respaldar el que ser铆a el envi贸n definitivo para 鈥渞estaurar la democracia鈥. A su lado estaba Leopoldo L贸pez, jefe del partido Voluntad Popular en el que milita Guaid贸, que guardaba casa por c谩rcel como el preso pol铆tico m谩s relevante del pa铆s: acababan de liberarlo sus custodios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. A primera vista, estaba en marcha una operaci贸n de envergadura, fr铆amente calculada para tratar de tomar el poder.
Pocas horas despu茅s se vio que no era as铆, o que algo sali贸 fuera del plan. Ninguna repartici贸n militar o policial se manifest贸 en apoyo a Guaid贸 y su reclamo de ser presidente constitucional. Colaboradores de Maduro telefonearon a la televisora estatal para informar que todas las unidades militares estaban tranquilas y leales al presidente chavista. Y el nudo de autopistas donde se ubicaba Guaid贸 devino en un caos de seguidores que lo apoyaban y guardias en desorden, mientras recib铆an ataques鈥 隆De la polic铆a, con bombas lacrim贸genas!
Cuando constataron que el 茅xito no llegaba, Guaid贸 y L贸pez trocaron la demostraci贸n en una caminata y un mitin en una zona aleda帽a que es feudo opositor, y luego, rodeados por una multitud de seguidores, optaron por que L贸pez se amparase en una embajada, primero la de Chile, luego la de Espa帽a. Veinticinco efectivos militares se refugiaron en la legaci贸n de Brasil, y se mantuvo abierta la convocatoria a manifestar en las calles esa tarde y sobre todo el 1 de mayo.
鈥淪e trat贸 de un golpe de Estado insignificante. Ochenta por ciento de los militares que estaban ah铆 (con Guaid贸) fueron enga帽ados鈥, dijo el general Vladimir Padrino, ministro de Defensa. 鈥淧arte de un golpe de Estado continuado鈥, consider贸 el canciller Jorge Arreaza. Maduro, al finalizar la jornada, compareci贸 ante la televisi贸n y denunci贸 que se trat贸 de 鈥渦n intento de golpe de Estado鈥 dirigido desde Washington.
鈥淔ue un golpe de enga帽o. Los golpistas venezolanos no s贸lo se enga帽aron a s铆 mismos (al calcular que conseguir铆an respaldo de las fuerzas armadas), sino que enga帽aron al imperialismo estadounidense, al hacerle creer que yo me iba a rendir y me iba a ir a Cuba鈥, dijo Maduro.
驴Qu茅 pas贸?
Obviamente los opositores calcularon mal, o decidieron adelantar la operaci贸n preparada para otra fecha ante el temor de que el gobierno hiciese una redada de detenciones y bloquease las manifestaciones del 1 de mayo. Pudo ocurrir que hayan sido enga帽ados por contactos con militares que ofrecieron alzarse y no lo hicieron. Hay un ancho campo para la especulaci贸n, y las verdades en torno a lo que ocurri贸 pueden demorar mucho tiempo en conocerse.
En Estados Unidos, John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, y Elliott Abrams, designado por Washington para manejar el tema Venezuela, sostuvieron que hubo negociaciones incluso para que Maduro abordase un avi贸n y se marchase a Cuba, pero Mosc煤 habr铆a interferido para que el gobernante permaneciese al frente de su puesto.
Bolton y Abrams dijeron que las negociaciones para producir el desconocimiento de Maduro con cubierta legal se hicieron con Padrino, Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia, y con el general Iv谩n Hern谩ndez, jefe de la Guardia Presidencial.
Abrams afirm贸 que en las negociaciones los funcionarios 鈥渉ablaron, hablaron y hablaron, pero cuando lleg贸 el momento de actuar apagaron los celulares鈥.
Estados Unidos, as铆 como el Grupo de Lima (Canad谩 y una decena de gobiernos latinoamericanos), reclama que Maduro deje el poder para que se instale un gobierno de transici贸n y se organicen nuevas elecciones. Todos los d铆as desde Washington alg煤n alto funcionario critica, amenaza o impone sanciones financieras a los responsables del Estado venezolano, incluidos jueces y jefes militares.
En ese marco, resulta cre铆ble que Guaid贸 y dem谩s l铆deres opositores apostaban por pronunciamientos que quebrasen el apoyo de la instituci贸n armada al gobierno de Maduro, pero ese golpe o alzamiento no se produjo. Analistas de la cuesti贸n militar agregaron que su llamado careci贸 de elementos simb贸licos y de relacionamiento propios de las artes militares 鈥損or ejemplo, no aparecieron comandantes de unidades con poder de fuego entre quienes llamaron a desconocer a Maduro鈥, y eso bloque贸 la posibilidad de que se expresasen apoyos que deber铆an existir entre uniformados descontentos.
驴Qui茅n gan贸?
El bando de Guaid贸 perdi贸 al no poder soliviantar unidades militares, pero gan贸 al demostrar capacidad para la sorpresa y para asestar golpes certeros, como infiltrar nada menos que la jefatura de la polic铆a pol铆tica para liberar al preso de mayor envergadura, uno de los 770 que hay en el pa铆s, seg煤n la Ong Foro Penal. El bando de Maduro perdi贸 al ser sorprendido por la oposici贸n, pero gan贸 al conseguir confundir al adversario y retener la lealtad de las fuerzas armadas. Del lado de Guaid贸 se mantiene alta la combatividad y decisi贸n de sus seguidores de marchar por las calles desafiando la represi贸n, mientras el lado de Maduro pudo mostrar que, a pesar de la impopularidad del gobierno por el desastre econ贸mico en que est谩 sumido el pa铆s, todav铆a tiene m煤sculo popular y respaldo de las instituciones, notablemente las fuerzas armadas.
La oposici贸n tiene el h谩ndicap de que si no consigue logros concretos que animen la esperanza de un cambio pol铆tico cercano, el desencanto cundir谩 en sus filas, seg煤n dicen expertos en opini贸n p煤blica. Y el gobierno encara el problema de solventar las dificultades econ贸micas y el desplome de los servicios m谩s b谩sicos ante una combinaci贸n de ca铆da en barrena de la producci贸n petrolera, carest铆a de alimentos y medicinas, el reciente cerco econ贸mico tendido por Washington, problemas de corrupci贸n y burocracia desvelados hasta por el propio gobierno y un manejo descabellado de las finanzas p煤blicas que ha llevado al pa铆s a padecer la mayor hiperinflaci贸n en la historia de Am茅rica.
驴Y ahora?
En la tarde del martes 30 hubo manifestaciones en apoyo a Guaid贸 en varias ciudades, con algunos heridos en Caracas y un joven muerto de un balazo en La Victoria, peque帽a ciudad al oeste de la capital. El 1 de mayo salieron a las calles capitalinas decenas de miles de opositores 鈥揻ueron reprimidos en varios puntos鈥 en una desordenada ocupaci贸n de zonas que son su feudo. Mientras, en dos docenas de ciudades de provincia tambi茅n hubo marchas y concentraciones en apoyo a la Operaci贸n Libertad.
Tambi茅n llegaron a la capital miles de partidarios de Maduro desde el interior del pa铆s, que se unieron a manifestantes caraque帽os para una importante concentraci贸n de oficialistas que busc贸 hacer contrapeso a la visiblemente mayoritaria oposici贸n.
En al menos 15 puntos del interior, las concentraciones opositoras de este mi茅rcoles fueron reprimidas y disueltas, y en Caracas abundaron los enfrentamientos. El saldo fue de dos j贸venes manifestantes muertas por balazos y, seg煤n organizaciones no gubernamentales, en todo el pa铆s se registraron en las dos jornadas al menos 130 heridos (de bala, por perdigones pl谩sticos o efectos de gases lacrim贸genos) y 168 detenidos, entre ellos, 13 adolescentes.
Guaid贸 llam贸 a una 鈥渙peraci贸n libertad obrera鈥, que se traducir谩 en paros escalonados hasta llegar a una huelga general, con la idea de que 鈥渃ada d铆a, todos los d铆as, haya una protesta鈥. Agreg贸 que las movilizaciones acosar谩n m谩s a Maduro y emplazar谩n a las fuerzas armadas.
Por su parte, Maduro anunci贸 que las autoridades actuar谩n 鈥渟in que nos tiemble el pulso鈥 contra los promotores de golpes de Estado y des贸rdenes, y el general Padrino, al pie de la camilla donde convalec铆a un oficial herido, reclam贸 que 鈥渃ese la impunidad鈥 para Guaid贸.
Este clima presagia que la confrontaci贸n escalar谩 en intensidad, cantidad y frecuencia. Se desvaneci贸 el golpe, pero se mantiene la ira.
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La 煤ltima carta de Guaid贸
Ociel Al铆 L贸pez, desde Caracas *
Brecha, 3-5-2019
En la madrugada del martes 30 de abril, la oposici贸n radical se jug贸 su carta militar. Algunos efectivos militares y policiales 鈥抦uy pocos, seg煤n se aprecia en los videos鈥 liberaron al l铆der de la opositora Voluntad Popular, Leopoldo L贸pez, quien se encontraba preso en su casa, y se posicionaron con varias tanquetas antidisturbios, junto a Guaid贸, en la autopista que se encuentra frente al aeropuerto La Carlota, en el este de Caracas, la hist贸rica zona de confort de la oposici贸n.
El movimiento que se gener贸 a partir del autojuramento de Guaid贸, en enero de este a帽o, luce muy debilitado. Su figura ha venido diluy茅ndose y su desplazamiento se ha venido achicando. As铆 que esta jugada podr铆a parecer, a primera vista, una acci贸n m谩s desesperada que con planificaci贸n y apoyo s贸lido de las fuerzas armadas. El jaque mate, otra vez, no tuvo lugar. Lo sucedido el 30 de abril vuelve a ubicar la pelota en el terreno de Estados Unidos: sin la intervenci贸n militar directa del Pent谩gono, Maduro no sale.
Lo que a煤n no se logra comprender es por qu茅 el l铆der socialdem贸crata y segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, un experimentado pol铆tico moderado, lleg贸 al sitio a apoyar a los golpistas. 驴Calculaba un desenlace exitoso? 驴Ten铆a alguna informaci贸n extraordinaria?
Desde muy temprano, el alto mando del gobierno llam贸 a movilizarse, y enseguida comenz贸 a llegar el chavismo a Miraflores, sede del poder ejecutivo. El presidente Maduro esper贸 hasta las diez de la noche para pronunciar un discurso, en el que expres贸 cautela en la forma de resolver la situaci贸n. El gobierno ha sorteado muchas veces situaciones similares y siempre lo ha hecho con mucha paciencia, dando largas para que los golpistas se diluyan, en tanto no controlan ning煤n espacio de importancia. En esta ocasi贸n se repiti贸 la estrategia y Maduro consigui贸 su objetivo.
Pareciera que la oposici贸n intent贸, seg煤n se refleja en las declaraciones, forzar un escenario al estilo de Sud谩n, donde concentraciones pac铆ficas que ya llevan varios meses terminaron contando con el apoyo militar y sacando al presidente Omar al Bashir de su cargo. Pero, aunque el levantamiento del 30 de abril puede generar la fractura de sectores militares y terminar de debilitar al gobierno, tambi茅n puede significar una frustraci贸n definitiva para la oposici贸n, el atornillamiento de Maduro al cargo y la legitimaci贸n de medidas represivas contundentes. El peor escenario es, sin duda, una divisi贸n tajante que conlleve a la conformaci贸n de dos grandes fuerzas militares, lo que podr铆a conducir a una guerra civil.
Un golpe confuso
Llamar al pueblo a manifestarse en la calle cuando hay tropas dispuestas a batirse a tiros, como se demostr贸, complejiza la acci贸n militar. Algunos videos muestran c贸mo efectivos militares plegados al golpe respond铆an con tiros de fusiles a las bombas lacrim贸genas lanzadas por la Guardia Nacional Bolivariana, en medio de manifestantes desarmados. 驴Buscaban una respuesta armada del gobierno para provocar una masacre? En todo caso, las im谩genes invitan a pensar que no fue un golpe planificado que tendr铆a 茅xito en un lapso perentorio, sino una acci贸n de desesperaci贸n pol铆tica que buscaba un desenlace azaroso.
Una vez generada la confusi贸n, el liderazgo opositor se dirigi贸 a la plaza Altamira, donde hace unos quince a帽os un grupo de generales se mantuvo durante unos tres meses esperando la ca铆da de Ch谩vez. Dicha plaza es tambi茅n el signo de que la oposici贸n venezolana, comandada por la oligarqu铆a local, puede gobernar apenas algunas cuadras del este de Caracas y parece estar muy lejos de comandar un proceso de cambio pol铆tico nacional.
驴Termin贸 todo?
Este evento de ayer tiene una causa central: la decisi贸n de Estados Unidos de no jugarse a煤n la carta de la invasi贸n, lo que tiene frustrada a la oposici贸n radical, que la espera desde la autoproclamaci贸n de Guaid贸 como presidente. Hace semanas, Elliott Abrams, designado por Trump para encargarse de los asuntos sobre Venezuela, declar贸 que no contemplaba por ahora una intervenci贸n y que el derrocamiento de Maduro quedaba a cargo de los venezolanos. La depresi贸n opositora a partir de esta declaraci贸n viene acelerando salidas desesperadas, como la de este martes.
El chavismo, incluidos el disidente, el descontento y el cr铆tico, seg煤n los diferentes grados de malestar, puede terminar cohesion谩ndose en torno a la figura de Maduro, a la que d铆as antes incluso detestaba. Por su parte, a la oposici贸n se le debilitan los liderazgos y queda dividida, perseguida, escondida. La comunidad internacional aliada a la oposici贸n venezolana se mantuvo mucho m谩s cauta que en situaciones anteriores, como la de febrero de este a帽o, cuando se intent贸 introducir por la fuerza la ayuda humanitaria. A partir de ese d铆a, el Grupo de Lima y muchos gobernantes y medios europeos han aprendido a actuar con mayor cautela ante los eventos que planifica la oposici贸n venezolana. Saben que ya no pueden dar espaldarazos autom谩ticos a sus acciones.
Habr谩 que evaluar que las acciones de hoy pueden terminar de compactar a las fuerzas militares y que estas tendr谩n cada vez m谩s poder en el gobierno. La mano dura que han venido pidiendo los sectores radicales del chavismo contra el gobierno paralelo de Guaid贸 podr铆a estar por venir. No obstante, en su alocuci贸n Maduro no luci贸 vengativo, sino m谩s bien cauteloso. Queda por verse si este evento obedeci贸 a una prueba para planificar una acci贸n m谩s contundente y definitiva o si fue un 煤ltimo manot贸n militar de Guaid贸.
* Soci贸logo, analista pol铆tico y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
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La deserci贸n de una soldado venezolana
Un caso de 鈥渢raici贸n鈥
A pesar de los llamados de la oposici贸n, los efectivos militares que abandonan el chavismo a煤n son una minor铆a. La mayor铆a de ellos deja el pa铆s y pasa a engrosar las filas del 茅xodo migrante.
Giovanny Jaramillo Rojas, desde Bogot谩
Brecha, 3-5-2019
El s谩bado 30 de junio de 2018, despu茅s de un incomod铆simo viaje de 18 horas, Yonais Far铆帽ez lleg贸 a Bogot谩. Su semblante era deplorable, casi fantasmag贸rico: estaba sucia, mareada, ten铆a taquicardia, y sus sangrantes labios intentaban cicatrizar. La deshidrataci贸n ya hab铆a empezado a pasarle factura. Lo que le dio la bienvenida a un lugar del mundo que jam谩s pens贸 visitar fueron varios garrotazos que imparti贸 el ayudante del bus en el que viajaba. Estos golpes, para sus fatigados o铆dos, florecieron como una hermosa percusi贸n en medio de la f茅rrea cacofon铆a del motor. A continuaci贸n, dos gritos secos: 鈥溌legamos! 隆B谩jense!鈥.
Cuando Yonais percibi贸 la luz de la ciudad, se encandil贸: 鈥淵o pens茅 que me iba a desmayar, que no iba a aguantar; fue un momento horrible鈥. La repentina ceguera le impidi贸 moverse con la pericia propia de sus 26 a帽os. Entonces tuvo que pedir ayuda para salir del maletero del bus interdepartamental hacinado en el que se transport贸, con otros ocho venezolanos, desde la fronteriza ciudad de C煤cuta. 鈥淐on 90 mil pesos (30 d贸lares) habr铆a viajado a Bogot谩 sentada, tranquila, como cualquier persona, pero, como no ten铆a ning煤n papel que me acreditara como persona legal, se aprovecharon de eso. Es un negocio perfecto: ninguna l铆nea vende boletos a indocumentados, pero los conductores, en las afueras de la terminal, ofrecen lugares en los maleteros y cobran 300 mil pesos (100 d贸lares). Saben que los pagas, porque tienes la necesidad pintada en la cara鈥, cuenta.
Para viajar, Yonais no gast贸 nada. Ella s贸lo ten铆a que llegar a Bogot谩 con el dinero que William Boh贸rquez, un colombiano, profesor universitario de matem谩ticas, le hab铆a hecho llegar. De cualquier manera, si Yonais hubiera decidido abandonar Venezuela por cuenta propia, no habr铆a tenido c贸mo, ya que ni el diploma que la acredita como contadora p煤blica ni el bajo sueldo que percib铆a como soldado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana le val铆an para sobrellevar una subsistencia digna o, por lo menos, capaz de atajar las necesidades m谩s b谩sicas. Su adhesi贸n castrense, adem谩s, la hac铆a enfrentarse a varios escenarios: 1) sab铆a que si ped铆a la baja, no se la dar铆an; 2) seguir trabajando significaba defender la doctrina de un gobierno que, a sus ojos, no hace otra cosa que hundir al pa铆s; 3) si desertaba, se har铆a acreedora de una causa penal en su contra, con el pomposo t铆tulo de 鈥渢raici贸n a la patria鈥. Opt贸 por el 煤ltimo.
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Carmen Luc铆a abandon贸 su trabajo. De un d铆a para otro, notific贸 que no volver铆a. Cuando William le pregunt贸 el porqu茅 de su repentina decisi贸n, ella se limit贸 a responder: 鈥淐uestiones personales鈥. La noticia constern贸 a la familia, sobre todo a Susana, la peque帽a de 8 a帽os que, despu茅s de cuatro a帽os de convivencia, consideraba a Carmen Luc铆a su segunda madre.
Una noche, William recibi贸 la llamada de un amigo que le propon铆a poner un aviso en la plataforma OLX: 鈥淪e busca nana, venezolana, Bogot谩鈥. A 茅l le hab铆a funcionado: despu茅s de haber entrevistado y enviado dinero a dos chicas para que vinieran a Colombia, la tercera lleg贸. A William le hizo ruido la propuesta, pero a los pocos d铆as reaccion贸: 鈥溌縔 si, en vez de poner un anuncio, le preguntamos a tu nana si conoce a alguna que est茅 dispuesta a venirse?鈥.
Naturalmente, la nana del amigo intent贸 involucrar primero a un par de hermanas y despu茅s a una prima, pero ninguno de los perfiles presentados convenci贸 a Susana. Algunas semanas despu茅s de buscar por todos lados, lleg贸 una solicitud de amistad y un mensaje al perfil de Facebook de William: 鈥淗ola, mi nombre es Yonais y estoy interesada en trabajar como nana. Nunca antes lo hice, pero me gustan los ni帽os. No tengo problema en viajar. Su contacto me lo pas贸 una amiga que ya est谩 all谩. Quedo atenta. Gracias鈥. William acept贸 la solicitud de amistad y respondi贸 el mensaje pidiendo el curr铆culum. Luego, revis贸 el perfil virtual de Yonais. Lo que vio le entusiasm贸: joven, profesional, amante de los animales; muchas fotos familiares, publicaciones con frases de superaci贸n personal. Al d铆a siguiente lleg贸 el curr铆culum: 鈥淓xperiencia laboral: 2010-2011: cajera en el supermercado Jos茅 F茅lix Rivas; 2012-2014: mucama en el hotel Princesa Plaza; 2015-actualmente: militar en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana鈥.
A William se le ocurri贸 que podr铆a ser una broma y, despu茅s de consultarlo con su mujer, ambos decidieron, por mera curiosidad, citarla a una entrevista virtual. Despu茅s de la presentaci贸n, la primera pregunta, directa: 鈥溌縋or qu茅 no quieres seguir siendo militar si supuestamente Venezuela est谩 en las manos de ustedes?鈥. Yonais sonri贸 y replic贸: 鈥淪e帽or, mi pa铆s est谩 en las manos de unos pocos. Yo s贸lo sigo 贸rdenes. Si eso me diera para vivir, seguir铆a haci茅ndolo; es m谩s, si pudiera ejercer mi profesi贸n, 驴qu茅 necesidad tendr铆a yo de irme? Yo no s茅 nada de pol铆tica, pero s铆 s茅 que aqu铆 lo 煤nico que queda es irse鈥.
Cinco d铆as despu茅s de la entrevista, adem谩s de ir a buscar el dinero que William le hab铆a enviado, Yonais se encontr贸 redactando una carta en la que, muy formalmente, ped铆a la baja. Una carta que llegar铆a a feliz destino gracias a su mejor amiga, tambi茅n militar. La carta ser铆a entregada cuando Yonais ya no estuviera en Venezuela y, para evitar sospechas de complicidad, la amiga dir铆a que la carta amaneci贸 debajo de la puerta de su casa.
***
Yonais le ha contado una y otra vez su historia de migraci贸n a Susana. Lo que m谩s le interesa a la peque帽a es el episodio del viaje en el maletero. Le parece tan asombroso el relato que siempre quiere saber m谩s: 鈥溌縏e daba miedo la oscuridad? 驴Qu茅 com铆as? 驴En qu茅 pensabas? 驴Hac铆a mucho fr铆o? 驴Qu茅 pasaba en las curvas? 驴C贸mo hac铆as para hacer pis?鈥. Yonais permanece tranquila y responde cosas que ni siquiera ella sabe c贸mo sobrellev贸: 鈥淪铆, le temo a la oscuridad. No com铆 nada, porque no ten铆a. No pensaba nada, porque estaba muy asustada. La segunda mitad del viaje fue terriblemente g茅lida; en las curvas todos nos apretuj谩bamos y nos golpe谩bamos. Y no hab铆a d贸nde hacer pis: algunas personas no aguantaron las ganas y entonces no tuvieron m谩s remedio que hacerse en los pantalones鈥.
Yonais vive con la familia Boh贸rquez. All铆 no le falta nada y tampoco tiene que aportar econ贸micamente. Al principio, ella tem铆a que William le fuera a cobrar los 500 mil pesos (170 d贸lares) que invirti贸 para traerla a Bogot谩, pero eso nunca pas贸. Contrariamente, afirma que ha sido acogida de una manera que ella no esperaba, menos cuando en Venezuela hab铆a escuchado historias de mujeres a las que, una vez que cruzaban a Colombia, las secuestraban y las obligaban a prostituirse o a transportar drogas. Su trabajo es cuidar a Susana: llevarla, traerla, atenderla, alistarla, escucharla, supervisarla. Gana 150 mil pesos semanales (50 d贸lares) y, en dos meses de trabajo, ha enviado la mitad del sueldo a su familia.
鈥斅緾on qu茅 sue帽as?
鈥擲ue帽o con volver a so帽ar. Desde que sal铆 de Venezuela, no sue帽o nada.
鈥擟uando vuelvas a so帽ar, 驴con qu茅 te gustar铆a so帽ar?
鈥擟on volver, obvio, pero eso es imposible mientras ellos sigan mandando; por lo menos para m铆: si vuelvo, me meten presa por supuesta traici贸n a la patria.
***
El caso de Yonais es uno m谩s en la horda migratoria que tiene trastornada a una ciudad de nueve millones de habitantes como Bogot谩. Una ciudad que no est谩 acostumbrada a recibir inmigraci贸n masiva, menos debido a una pol铆tica internacional asumida por un gobierno hiperconservador, que, por ejemplo, para evitar la llegada de extranjeros, decidi贸 pr谩cticamente cerrar todos los tr谩mites en los consulados y las embajadas en Europa durante gran parte de la convulsa de la primera mitad del siglo XX. El transporte p煤blico y las calles son los principales espacios de trabajo y supervivencia. Muchos ejercen la venta ambulante, reparan tecnolog铆a, atienden negocios, asean viviendas, cuidan lugares, se prostituyen, cocinan; algunos cantan y bailan, otros simplemente piden. Pocos han podido insertarse formal y determinantemente en la vida econ贸mica del pa铆s. Y los dem谩s, en su gran mayor铆a, no tienen m谩s remedio, para poder comer, que dejarse explotar.
Ahora bien, seg煤n datos de la Onu, unas 3 millones de personas abandonaron Venezuela en los 煤ltimos tres a帽os. Se calcula que un 70 por ciento de esa migraci贸n se traslad贸 a pa铆ses sudamericanos y del Caribe. El caso colombiano es el m谩s espinoso, ya que, al ser el pa铆s lim铆trofe m谩s accesible, es, por supuesto, al que llega la gente m谩s empobrecida. En 2018 y lo que va de 2019, por ejemplo, se han empezado a ver largas marchas de venezolanos a lo largo y ancho del territorio colombiano. Miles de personas han cruzado el pa铆s a pie desde C煤cuta (frontera con Venezuela) hasta Ipiales (frontera con Ecuador) con el objetivo de seguir bajando hasta pa铆ses como Per煤, Chile, Argentina y Uruguay. Mil cuatrocientos treinta quil贸metros separan las dos ciudades colombianas: hay que subir y bajar varias cordilleras, pasar por todo tipo de climas y correr innumerables riesgos, no s贸lo humanitarios, sino tambi茅n de seguridad. Colombia, aun despu茅s del flamante acuerdo de paz, sigue alojando una guerra multilateral, una guerra taciturna pero igual de feroz y decisiva, y los migrantes venezolanos no s贸lo est谩n empezando a descubrirla, sino tambi茅n a sufrirla.
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