Venezuela/ ¿Contradicciones interimperialistas? Las ilusiones sin fundamento del chavismo popular rebelde [Norman Antonio Boscán]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mayo 9 01:01:25 UYT 2019


  _____  

Correspondencia de Prensa

9 de mayo 2019

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____  

 

Venezuela 

 

¿Contradicciones interimperialistas? 

 

Las ilusiones sin fundamento del chavismo popular rebelde 

 

Norman Antonio Boscán [i]

 

En “Después del 23F: algunas claves para entender la crisis actual” [ii],
describí el recorrido histórico necesario para poder entender el por qué,
llegamos a este punto de confusión e incomprensión en la lucha de clases.
Allí expliqué el proceso de conformación de tres sectores burgueses en
Venezuela, la oposición de derechas y un polo social popular rebelde. Este
último, en buena medida confiado en la salvación que traerán en el presente,
dos grandes súper potencias capitalistas del siglo XXI (Rusia y China). Los
hechos son más contundentes que las ilusiones sin fundamento. En este
artículo trataremos de explicar los más recientes sucesos.

 

Guaidó el golpista armado

 

Guaidó es un personaje construido por la inteligencia norteamericana desde
el 2005, cuando fue entrenado en Belgrado, Serbia[iii], como parte de un
contingente de dirigentes estudiantiles, quienes asumirían liderazgo en las
revoluciones árabes y otras conspiraciones asociadas a la
trasnacionalización del capital. Al inicio se presentó como una figura
pública de bajo perfil, pero luego fue teniendo más visibilidad en los
eventos del 2007 con las protestas por el cierre de RCTV, luego con el
movimiento de las manitas blancas y finalmente con la estructuración del
partido de ultra derecha Voluntad Popular (VP). Es diputado de la Asamblea
Nacional (AN), declarada en desacato; fue designado presidente de este
órgano en enero de 2019 y solo unos días después se auto proclamó presidente
(Interino) de Venezuela. Pero no nos adelantemos, veamos primero las razones
por las cuales se le selecciona. 

 

Ante el deterioro de la influencia y liderazgo de Capriles Radonski en las
bases opositoras, se exploraron varias alternativas (María Corina, Henri
Falcón, entre otras), sin que alguna de ellas alcanzara mayores resultados. 

 

El problema de todos los liderazgos “alternativos” que impulsaba la
oposición venezolana, era que cada uno de ellos ya habían cometido errores
públicos y notorios, que le restaban impacto y capacidad de ilusionar a su
gente. 

 

Por otro lado, en el escenario internacional muchos de los escogidos como
potenciales líderes de recambio en la oposición venezolana, habían estado
comprometidos con el golpe de Estado de 2002 o con otras escaramuzas
violentas; se necesitaba una figura que no apareciera claramente en los
archivos visuales de la opinión pública mundial, identificado como un
violento. 

 

Finalmente, todas las figuras que habían emergido como aspirantes a liderar
la oposición eran representantes de la burguesía nacional que se había
constituido y crecido bajo el amparo y proteccionismo del Estado; el capital
trasnacional requería una representación que le fuera total y absolutamente
afín.

 

En consecuencia, se selecciona a Guaidó porque: 

 

1. Representa a la fracción capitalista burguesa que impulsa la
internacionalización del capital en Venezuela, el ensamblaje de los ricos
venezolanos con el capital trasnacional, lo cual se ha intentado
infructuosamente desde la década de los ochenta en el país. Por fin, la
burguesía trasnacional conseguía una figura que liderara la organización de
una representación política fuerte, que proyectaban sería Voluntad Popular
(VP). VP parecía ser capaz de impulsar un gobierno que rompiera con el
proteccionismo del Estado, sobre el cual se han conformado las otras dos
facciones burguesas (Cuarto republicana y de la quinta república); 

 

2. Su matriz ideológica construida en su formación con los servicios de
inteligencia imperialista le dota de la disciplina necesaria para seguir las
ordenes de una de las naciones más poderosa del planeta, los Estados Unidos,
pero también del gran capital global. Ello lo habilita para ser factor de
cohesión de eventuales acuerdos inter imperialistas en Venezuela;

 

3. Si colocamos la foto de Guaidó en transparencia, sobre una de Chávez a
los inicios de su carrera militar, nos sorprenderá la similitud de sus
rasgos físicos. Este hecho no es un azar, por el contrario, forma parte de
la estrategia de conectar el liderazgo del opositor venezolano con el
imaginario de las bases chavistas; 

 

4. Es una figura con pies de barros a la cual se le pueda hacer desaparecer
fácilmente de la palestra pública, ante el necesario recambio de
representación política que requerirá el capital trasnacional una vez que se
consolide en Venezuela;

 

5. Es una imagen “fresca” en el plano nacional e internacional, que puede
presentarse con una dosis conveniente de ingenuidad política, facilitando su
victimización a nivel nacional e internacional;

 

6. Es posible construirle la épica de líder capaz de arriesgar su vida por
la “liberación” de Venezuela. Ello, porque no se le ha (había) visto nunca
al lado de fuerzas paramilitares violentas. En ese sentido, es la
representación del ciudadano opositor común;

 

7. Tiene un tono de voz, un énfasis en el lenguaje que a pesar de ser
citadino y de una población muy cercana a Caracas, lo hace aparecer como un
provinciano. Los caraqueños lo ven como uno de ellos, pero la gente del
interior del país también lo puede reconocer como suyo. Esto no es un hecho
menor, por el contrario de orden sustantivo, debido a que tanto Capriles
como Maduro habían hecho de la política un tema de referencias culturales de
la capital nacional. La oratoria de Capriles y Maduro tiene un alto nivel de
desconexión con las expresiones culturales básicas de la población del
interior de Venezuela. Guaidó con su cara de “tribilin”[iv]aburguesado y su
tono de voz que expresa una mezcla entre habitante llanero y andino,
contribuía a llenar un flanco de la política venezolana de los últimos cinco
años;

 

8. Guaidó lidera la definitiva eclosión del pensamiento neo colonialista en
la derecha política venezolana. Guaidó habla ya sin complejos ni cortapisas
de una solución a la crisis venezolana mediante la invasión de tropas
norteamericanas al suelo venezolano. Guaidó borra los vestigios de
nacionalismo que había mantenido Acción Democrática y COPEI en la cuarta
República, quienes siempre se negaron a colocar bases militares en
Venezuela, a pesar de su entreguismo total a los intereses del norte. Pero
AD y COPEI mantenían la ficción en la derecha, asociada al nacionalismo
burgués de sus inicios, que también tenía que ver con la génesis
proteccionista de la burguesía venezolana; algo que tendría como tarea
liquidar, el señor Guaidó;

 

9. Su capacidad de articulación política es mínima, lo que posibilita que
otros negocien a sus espaldas y que el termine siendo el último en enterarse

A la par que EEUU va construyendo e instala la figura política de Guaidó,
como representación política de la derecha venezolana, la presión de la
Administración de Obama y Trump procura lograr que el capital trasnacional
haga su “viernes de ofertas” en Venezuela, logrando concesiones mineras, de
petróleo y en los servicios, a precio de “gallina flaca”, a través de
empresas con banderas de otras nacionalidades pero asociadas con capital
yanqui; es decir, que sin ser norteamericanas, cuentan entre su capital
constitutivo con socios gringos. Esta es la verdadera transición, de orden
económica, que tiene Guaidó la tarea de liderar.

 

El año 2019 aparece para la administración norteamericana, como el del
inicio del ciclo de disolución del proceso chavista y del recambio político
hacia la derecha asociada al capital trasnacional. Los informes que enviaba
la derecha al Pentágono así lo indicaban y presagiaban. 

 

Sin embargo, algo salió mal en el cálculo. La oposición venezolana había
desinformado a la administración Trump respecto a las posibilidades reales
de una fractura militar, algo inconcebible en un imperio como el
norteamericano. Desde el 23 de enero de 2019 la larga espera de rompimiento
de la unidad militar no se daba, lo cual generó la aventura golpista del 29
y 30 de abril de 2019. 

 

El rol de Guaidó, López y Voluntad Popular (VP) como representación política
de la burguesía trasnacional en eclosión, los distancia del resto de la
derecha venezolana, lo cual se evidenció en el silencio que sostuvo el resto
de la oposición en los sucesos de finales de abril de 2019. Esta “prudencia
no explicitada” fue rota por la presencia “desubicada” del diputado
adeco[v]Zambrano y el líder de ese partido Henry Ramos Allup, quienes al
fracasar la intentona quedaron con las “nalgas al descubierto”. El capital
trasnacional se beneficia de este error del otrora poderoso partido
socialdemócrata (AD), representante de la burguesía construida bajo el
amparo del Estado en el periodo 1958-1998. No derrocan a Maduro, pero siguen
en la ruta de destruir “lo viejo” para construir “lo nuevo”, que no es otra
cosa que la búsqueda de hegemonía para alcanzar el control del capital
trasnacional en la política venezolana. 

 

El 4 de mayo de 2019, la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
de Venezuela mediante sentencia publicada, decidió comprometer la
responsabilidad en los hechos del 29 de abril[vi], a los diputados Luis
Germán Florido (independiente vinculado a VP), José Simón Calzadilla Peraza
(del Movimiento Progresista asociado a Henry Falcón), Américo de Grazia,
Andrés Enrique Delgado Velásquez y Marianela Magallanes López (Causa
R[vii])[viii], Henry Ramos Allup y Zambrano (AD). El golpe, aún sin
quererlo, sigue limpiando el panorama para el desembarco de una
representación política de ultra derecha asociada al capital trasnacional.
Extrañamente, a pesar de ser Voluntad Popular (VP) el partido más
involucrado en la intentona golpista, es la dirigencia menos afectada por
los enjuiciamientos. 

 

De pronto, Guaidó deja a un lado su guion y aparece al lado de un prófugo de
la justicia (Leopoldo López), junto a hombres uniformados pertenecientes a
las bases de las FANB[ix],  con armas de guerra haciendo un llamado al
levantamiento militar. Esto rompe la línea de conexión con la épica que se
le quería construir al auto nombrado Presidente Interino. 

 

Guaidó deja de ser el intento por recorrer a la inversa, el camino de
conexión de Chávez con el pueblo derrotado de siempre, que se expresó en el
“Por Ahora” del 4 de febrero de 1992, para pasar a ser el primero, una copia
mejorada del líder ideológico a su derecha en el intento de golpe de Estado,
Leopoldo López.  

 

Guaidó se desconectó del guion requerido para producir la “primavera
venezolana”. No se sabe si con la autorización de la administración Trump o
por su cuenta, pero evidentemente en una operación absolutamente aventurera
y foquista, como ha sido característico de la actuación política de Voluntad
Popular.

 

Ya Guaidó no es más el hombre de la solución política para las bases de la
oposición. La aventura golpista rompió la magia que se venía construyendo.
Ahora Guaidó es el golpista armado derrotado y sin respaldo popular en las
calles. Esto coloca el escenario de la “solución” del caso Venezuela en otro
terreno, el de la negociación interna e internacional acelerada por parte de
las grandes potencias, especialmente los Estados Unidos. Guaidó pasa a un
segundo plano, incluso es una figura desechable; muchos consideran que en
estos momentos que la forma más útil de éste para el imperialismo es:
muerto.

Nicolás Maduro

 

Maduro no es la representación política de la burguesía surgida baja la
protección del Estado entre los años 2002 y 2018. Maduro no es la
representación de la vieja burguesía cuarto republicana. Maduro y la familia
Flores-Maduro pueden tener negocios e intereses, pero carecen de la
habilidad política para ser la representación de las burguesías nacionales y
el capital trasnacional. 

 

Maduro es un excelente y rápido aprendiz de equilibrista entre los intereses
de facciones burguesas cada vez más enfrentadas, en razón de la disminución
de dólares de la renta petrolera y, un pueblo rebelde que sigue apostando
por la construcción socialista.

 

Pero contrario a lo que muchos pensaban, Maduro desarrollo su propia garra
para sobrevivir, entre un “nido de alacranes” como diría el fallecido
General Müller Rojas o, en medio de “una botella de vidrio llena de
escorpiones”, como señalarían recientemente voceros del gobierno
norteamericano.  

 

Maduro ha mostrado con hechos, que era el mejor calificado para intentar
reordenar los equilibrios rotos con la muerte de Hugo Chávez.  Maduro logró
lo que resultaba insólito hace cinco años, mantener unida a las FANB y no
diluir la radicalidad popular.

 

Maduro no es un teórico de la izquierda, su mayor influencia política de
origen es la lógica del maoísmo de los setenta del siglo XX, cuando a) ya
hacía muchos años que esta corriente de izquierdas había perdido el espíritu
revolucionario desarrollado por el partido de Zedong contra el Kuomitang; b)
el gigante Asiático había roto con los soviéticos (entre otras cosas, por su
crítica al culto de la personalidad estalinista, algo que Mao cultivaba de
manera profusa sobre su propia figura); c) Mao promovía y participaba
directamente en la reunión con Kissinger, que sirvió de punto de partida
para la línea de “un país, dos sistemas”,  lo cual se expresó en la
narrativa política utilizada por las organizaciones nacionales que se
autonombraban maoístas, para justificar las alianzas que hacían con las
burguesías nacionales. 

 

Maduro vivió “en carne propia” el ocaso temprano del maoísmo venezolano,
expresado en la disolución de la Liga Socialista (LS) y la Organización de
Revolucionarios (OR), esta última liquidada después de oscuros debates sobre
su actuación. Desaparecida la LS-OR, la falta de una dirección política
clara llevó a muchos de sus abnegados militantes al terreno del pragmatismo
absoluto, como camino para sobrevivir políticamente en los noventa. Entender
buena parte del performance que asume hoy Maduro, es posible si hacemos
ejercicios de analogía respecto a cómo se ha expresado a través del tiempo,
la deriva y la claudicación de clases del maoísmo.

 

Maduro es un sindicalista cognitivamente hablando. Su lógica de actuación es
la del sindicalista clásico y eso le ha dado hasta ahora buen resultado para
sobrevivir en medio de la turbulencia más dramática en la historia
republicana de Venezuela. Sin embargo, la lógica del conflicto laboral que
demanda mucha cohesión interna, así como verbo y capacidad de acción
contundente contra la patronal, en la cual el propósito es lograr el mejor
resultado posible sin afectar el estatus del sindicato, del gremio, lo
limita para actuar en medio de una situación de alta complejidad donde
ideales y discursos de distintas clases sociales interactúan; por ello, los
problemas para enamorar y mantener a la clase media. 

 

Su discurso contra aquellos que estudian, contra el mundo del conocimiento
es parte de ello. Maduro se ve a sí mismo como el dirigente del grupo
político de la organización que ganó el sindicato, la federación de
trabajadores, en este caso la conducción del país.

 

Pero ello no debe llevar a despreciarlo y considerarlo inepto para el cargo.
Cada presidente “cojea de una pata”. Por el contrario, Nicolás Maduro
aprende rápidamente el arte de gobernar. Lamentablemente aún no termina de
aprender, que al estar cerca de las estrellas refulgentes (cualquier
potencia imperialista), no importa cuál sea, si ello se hace sin la debida
claridad de análisis político ideológico, puede un líder terminar
quemándose. 

En el mundo y la economía globalizada del siglo XXI la ingenuidad es un
pecado que se castiga de manera brutal. Por ello, cuando un personaje, grupo
político o país se adentra al tablero de las disputas del capital
trasnacional, debe tener plena conciencia que él mismo se comienza a auto
definir como ficha de un juego cuyos hilos son manejados por terceros. 

 

La incomprensión de esta realidad hizo que personajes como Gadaffi, Sadam
Hussein, Lula o Correa, activaran ellos mismos la cuenta regresiva que los
llevó más temprano que tarde, a ser desechados, como alguien que fue
tolerable o útil en un momento dado con el capital trasnacional, pero no lo
sería de manera permanente. El capitalismo solo es leal con el dinero. 

 

En descargo y a su favor debo decir que Maduro ha logrado ganarse el respeto
de la mayoría del chavismo de base y mantener a raya al liderazgo militar,
fundamentalmente por su narrativa anti imperialista, pero esta conexión que
mantiene con el pueblo Chavista es paradójicamente su “plomo en el ala” al
aproximarse a la Rusia y China capitalistas. Si algo asusta a las burguesías
y al capital trasnacional es la capacidad de conexión de un líder con el
pueblo más humilde. 

 

Aún, en el momento de mayor riesgo para su presidencia, se equivocan quienes
subestiman a Maduro por su origen social y político, por su falta de
performance académico. Maduro posee una singular habilidad para sostenerse
en el poder, que lo puede hacer reaccionar de manera eficiente para derrotar
las conspiraciones en marcha del presente. Así que sigue siendo un factor,
cada vez más claro de poder en la política venezolana. No estoy cerrando con
ello, la posibilidad de salida a la fuerza o negociada, del poder que hoy
ostenta Nicolás Maduro, sino visibilizando variantes y determinantes de un
proceso de esta magnitud. 

 

¿Quién representa a la nueva burguesía surgida entre 2002 y 2018?

 

En “Claves para entender lo que pasa en Venezuela[x]” (2019), explicamos que
AD, COPEI y una serie de micro partidos como “Proyecto Venezuela” (PV),
Primero Justicia (PJ), entre otros, representaban la burguesía de la cuarta
república que se había gestado y reconfigurado, en varias oportunidades,
desde el gobierno de Juan Vicente Gómez. Señalamos también, que Voluntad
Popular (VP) y “Vente Venezuela” (VV) aspiraban a ser la representación de
la burguesía aperturista al capital trasnacional, por ello el apoyo que le
habían dado más de cincuenta países y las naciones imperialistas de
occidente. También indicamos que entre 2002 y 2018 había emergido una nueva
burocracia adinerada que se perfilaba como burguesía, surgida también bajo
el proteccionismo y amparo del Estado. El problema es determinar quién es la
representación política de esta neo burguesía. 

Si Nicolás Maduro no representa a la nueva burguesía, ¿quién lo hace? Ese es
uno de los actuales problemas en Venezuela. Los intereses de la vieja
burguesía ya no son monopolio de los partidos hegemónicos de la derecha en
el periodo 1958-1998.  Ninguna fracción de la burguesía puede permanecer
alejada del centro de poder político por dos décadas. La rabia de la
burguesía tradicional es que le ha tocado merodear los negocios que se
constituyen alrededor de un Estado importador y rentista, para acceder a las
migajas que deja la nueva casta que acumula dinero con las importaciones,
las contrataciones públicas y la corrupción.

 

Este acercamiento ha producido paradojas como las que conocimos cuando el
propietario de uno de los más importantes Bancos del país, Banesco, que
había visto crecer de manera exponencial sus ganancias en el país, llegará a
señalar que era un burgués socialista. Luego otras circunstancias propias de
las disputas inter burguesas llevarían a intervenir la entidad financiera. 

 

Una parte de la élite neo burguesa ha tenido que hacer alianzas de coyuntura
con la vieja burguesía. Estas alianzas han tejido vínculos, aunque no
integraciones empresariales abiertas, entre los intereses de los nuevos y
viejos burgueses. La inestabilidad y volatilidad de los acuerdos, ha
confundido muchas veces a la vieja burguesía acostumbrada a negociar pactos
de largo aliento a través de las viejas representaciones políticas.

 

Al no existir un partido que representara a la nueva casta burguesa, las
representaciones de las nuevas burguesías la hacen, los clanes políticos,
los grupos de interés al interior de las organizaciones políticas. Algunos
de estos clanes están representados por miembros de la dirección política
del partido de gobierno. El tema novedoso es que no pueden aparecer
impunemente cumpliendo este rol, por lo cual son más bien intermediarios
para soluciones negociadas. Y no pueden aparecer abiertamente, porque el
partido en el cual militan (el PSUV) es un partido policlasista de nuevo
tipo, cuyas bases en buena medida se han apropiado y hecho suyo el discurso
socialista anticapitalista. Por ello, la representación política de la nueva
burguesía venezolana la ejercen directamente personajes como Diosdado
Cabello, Tarek El Aisami, Elias Jaua, José Ameliach, entre otros. Esta
caracterización es muy importante para entender los posibles escenarios
futuros.

Aclaremos: ¿Qué son entonces el PSUV y el Polo Patriótico?

 

El PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) no es un partido político en
los términos clásicos. Es una maquinaria electoral cuyo Buró Político está
en Miraflores. EL PSUV cumple los rituales de debate en la base, pero en la
dirección política nacional, el eco de estas deliberaciones nunca llega. El
método dialéctico de análisis se asume formalmente, pero está proscrito en
los hechos.  Cuando se dan algunas discusiones en su cúpula son respecto a
la instrumentalización de la política. Su dirección ha sido electa a dedo
por el presidente de la República, tanto por Chávez como por Maduro. El PSUV
es una estructura política con una dirección propia de un Sultanato.

 

A pesar que en su dirección política tiene a nuevos burgueses, estos no
pueden actuar como tales en la representación política que ejercen, sino
esconderse detrás de frases y afirmaciones radicales. Esto se debe a que el
PSUV sigue siendo el espacio que, en sus bases, por debajo, agrupa al
chavismo, especialmente al chavismo popular rebelde. 

 

De ahí, que más allá del rol burocrático de su dirección y del carácter
burgués de algunos de sus líderes, una revuelta interna o diáspora rebelde
desde abajo es posible y esperable, la cuál (hipotéticamente hablando) de
presentarse, podría ser un factor determinante en el futuro político del
país. Las bases del PSUV son las que sostienen los órganos del poder popular
que aún sobreviven y son la garantía del control territorial del chavismo,
por ello no son algo adjetivo en el análisis político.

 

El PSUV es un partido esquizofrénico solo posible de existir en medio de una
crisis popular revolucionaria y unos intentos sostenidos de coaptación de la
misma por parte de la neo burguesía y el capital trasnacional.  Esta
esquizofrenia política se expresa en una dirección política entreguista,
vacilante, proclive a la claudicación de clase y claudicante ante el capital
trasnacional a diferencia de una militancia cada vez más ganada para la
lucha anti imperialista. Esta unidad en convulsión sostenida no podrá
sostenerse por mucho tiempo: o se fractura o se diluye.

 

Los restantes partidos del Polo Patriótico son una caricatura de
organizaciones, incapaces de liderar una radicalización del proceso.
Lamentable por el PCV y lo que representa como tradición política en
Venezuela, pero las restantes organizaciones son solo franquicias para
acceder a las sobras del reparto del rentismo petrolero. Algunas derivaron
en los llamados colectivos que no son otra cosa que una lumpenización de la
política. 

 

El PSUV sigue siendo muy importante como maquinaria electoral y espacio de
encuentro para el chavismo radical de base. Pero más allá de eso, es
imposible valorarlo como una organización capaz de liderar una
transformación socialista del país. Es más nombre que hecho, mas “bulla que
cabuya”. Pero no puede ser desestimado en la correlación de fuerzas actual. 

 

El PSUV no puede convertirse en el presente en un partido burgués ni en un
partido policlasista de conciliación de clases, por la presión radical de
las bases; seguramente ello llevará en algún momento, a la creación de un
nuevo partido sin “estos problemas” o al vaciamiento de la radicalidad de
ese partido para reconfigurarlo. Ello no impide que en esta etapa asuma como
propia la política de conciliación de clases encubierta con una narrativa de
radicalidad y socialismo, que es elaborada por parte de la dirección
liquidacionista del proceso revolucionario. 

 

¿Existe espacio social para una tercera opción no polarizada?

 

Una referencia política que se constituya hoy como tercera fuerza política
requería una presencia y recorrido anterior con vínculos con los distintos
centros rebeldes. Eso no existe hoy. Lo más cercano a ello, fue al principio
del 2012 REDES, la organización de Juan Barreto quienes llegaron a nuclear
la izquierda que se encontraba dispersa dentro del chavismo y, en paralelo
aprovechando la página web de Aporrea.org, Marea Socialista (MS) quien tuvo
una proyección extraordinaria hasta el año 2014, antes de caer en la
desviación socialdemócrata bajo la conducción de Nicmer Evans, el mal
cálculo electoral del 2015, el eclecticismo de los frentes con civiles y
militares de distinta índole político-ideológica en el 2016/2017, la
participación en la inter sindical ligada al carro de Guaidó y la reunión
junto a unos exministros con el Interino Guaidó hace solo unas semanas, los
redujo a un pequeño grupo de propaganda radical.

 

Pero no todo está perdido. Están surgiendo intentonas de rebelión por el
movimiento campesino, que intentan ser sofocadas mediante un dispositivo de
coaptación implementado por el madurismo, en este caso bajo el liderazgo de
Elias Jaua; así como en la organización autónoma de los profesores
universitarios alrededor de demandas salariales, y la creación de dos
alianzas sindicales combativas, una, alrededor del Sindicato de Trabajadores
de la UCV (Universidad Central de Venezuela) y la otra, referenciada en el
no sometimiento a las políticas de control salarial y de cercenamientos a
algunos derechos contractuales que lidera el presidente de la Federaciones
Eléctrica (Fetraelec) dentro de la Central Bolivariana, Socialista de
Trabajadores (CBST) y  en menor medida tal vez, por lo diezmado que tienen
sus fuerzas, también resisten dentro de esa central,  sectores como los
automotrices, transportistas, metalúrgicos, cementos y otros.  

 

Pero todas ellas son solo exploraciones que aún no terminan de tomar cuerpo
definitivo. Son síntomas de intentos de una reorganización autónoma de las
fuerzas revolucionarias, generada por las condiciones objetivas de la
precarización laboral y la caída estrepitosa del poder adquisitivo del
salario de la clase trabajadora. Algo que comienza a preocupar al capital
trasnacional por lo cual aceleran la solución negociada nacional y global. 

Construir organizaciones revolucionarias autónomas y claramente
anticapitalistas sigue siendo una tarea no realizada por los y las
revolucionarios (as) venezolanos (as). En ese sentido y dirección entiendo
nuestro papel actual. 

 

Algo se mueve en el plano militar

 

Los hechos del 29 y 30 de abril de 2019 parecieran no estar cerrados, sino
ser “acontecimientos en pleno desarrollo”.  Cuando salieron las primeras
imágenes de Guaidó y Leopoldo todos indicaban que lo hacían desde la
Comandancia General de la Aviación, ubicada en la base aérea de “La
Carlota”, en Caracas. Minutos después, no solo se supo que en realidad los
hechos estaban ocurriendo cerca de esta base aérea y no desde adentro, sino
que, además, comenzaron a circular rumores que indicaban que algunos mandos
militares estaban involucrados en la intentona. 

 

Incluso personajes como Ornela, uno de los generales de mayor prestigio en
la logia militar Chavista, así como el director del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (SEBIN) y el propio Ministro de la Defensa, eran señalados por
los rumores como involucrados en el intento de alzamiento.

 

Las cámaras de televisión reseñaron el momento en el cual algunos soldados,
guardias nacionales y sub oficiales se rendían, aduciendo que habían sido
traídos engañados por algunos Generales, Mayores y Coroneles al lugar donde
estaba Guaidó. Llama la atención que los soldados mencionaron con nombres y
apellidos a los oficiales que los habían traído, según ellos mediante
engaño, sin que aún a la fecha sepamos algo de la suerte de estos altos
mandos militares.

 

En horas de la tarde del 30 de abril de 2019, circulo una carta firmada por
General Manuel Ricardo Cristopher Figuera[xi], director del Servicio
Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), en la cual éste ratificaba su lealtad
con el gobierno del presidente Maduro, pero ratificaba –según él- un
conjunto de denuncias sobre corrupción, métodos de trabajo y traición en el
entorno presidencial. 

 

Al final del día se anunciaba la destitución de Cristopher y su remplazo por
el General Gustavo González López[xii]. El diputado de la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC) Gerardo Márquez informaba que, "el general de división
Manuel Christopher Figuera es el que prácticamente dirige la operación
(golpista). Está huyendo y seguramente en las próximas horas será capturado
igual que todo aquel que haya intentado violentar el Estado de derecho y la
Constitución".

 

Cada vez salen más informes que indican que efectivamente la fracción de la
oposición liderada por Guaidó&López junto al gobierno norteamericano había
estado intentando romper la unidad de las FANB y propiciar un derrocamiento
armado al presidente Maduro.

 

El dato significativo del intento del golpe fue el desconocimiento que
hicieron las bases de la oposición al llamado de Guaidó y López, a acompañar
su levantamiento. La convocatoria de las primeras horas de la mañana del 30
de abril, fue al distribuido Altamira, una arteria vial ubicada al frente de
la base aérea de La Carlota. Esta convocatoria tenía evidentemente el
propósito de producir una “poblada” que derribara la cerca perimetral que
circunda la base militar para: 1) producir una “invasión” civil al sitio de
asentamiento militar, para intentar que estos soldados abandonaran al
gobierno y, 2) confrontar para producir muertos entre la población civil,
que reactivaran la agenda intervencionista militar extranjera. Pero ello no
fue posible porque solo un reducido número de simpatizantes de la oposición
se hizo presente. Guaidó mostró que no tiene militares y está perdiendo su
inicial apoyo por parte de las bases de la oposición.   

 

¿Qué significa que intenten comprarte y no lo informes? 

 

El presidente Maduro le salió al paso a los rumores y el 1 de mayo, en la
concentración de simpatizantes del gobierno, desmintió que los Estados
Unidos y la derecha venezolana hubiesen sembrado el germen de la traición en
las FANB.  

 

Eso generó una respuesta de Elliott Abrams, enviado de EEUU para Venezuela,
quien le replicó señalando el 2 de mayo de 2019 que “los que estaban
negociando la salida de Maduro «apagaron su celular»,[y]explicó que Vladímir
Padrino; el presidente del TSJ chavista, Maikel Moreno, y el comandante de
la Guardia de Honor, Iván Rafael Hernández Dala participaron en unas
negociaciones con la oposición, en las que asegura que EE.UU, no
participó”[xiii]. A lo cual John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de los
EEUU agregó ese mismo 1 de mayo, “que Maduro y Padrino están como
escorpiones en una botella”, agregando que, “cree que se ha debilitado el
vínculo entre el asediado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el
ministro de Defensa, Vladimir Padrino”[xiv].

 

Los voceros norteamericanos dejaron deslizar ese mismo día, sobre unos
supuestos contactos de la oposición con el ministro de la defensa; además,
circuló un video en el cual familiares de Padrino López le pedían participar
en la acción golpista[xv].

 

El 2 de mayo, Nicolás Maduro junto a Vladimir Padrino, concentraron a buena
parte de la oficialidad con responsabilidades de comando, en los alrededores
del Comando Estratégico Operacional (CEO) y la Comandancia General del
Ejército, ubicadas en las instalaciones militares de Fuerte Tiuna. Allí, las
intervenciones giraban alrededor de la ratificación de lealtad con el
gobierno que preside el primero. En esta oportunidad, al tomar la palabra el
ministro Padrino López admitió, por primera vez en público, que habían
intentado comprarlo. La cara de sorpresa del presidente Maduro fue “todo un
poema”. No sé si era porque por primera vez lo escuchaba o por adelantarse
el responsable de la cartera de Defensa a informar la primicia, de algo que
a todas luces debió informarlo el primer mandatario nacional.

La interpretación hecha por el público que veía por televisión la cadena
presidencial, fue que el presidente no estaba enterado de estos incidentes.
Esto complica el panorama. Pero aún, suponiendo que el presidente lo supiera
en tiempo real en el cual ocurría los intentos de comprar al ministro de la
Defensa y mando militares, el que esto ocurra evidencia una fragilidad de la
inteligencia y contra inteligencia del gobierno venezolano. Algo que no ha
sido desaprovechado por el inquilino de la casa Blanca para señalar un
supuesto fraccionamiento del componente militar de la revolución
Bolivariana. Pero, lo correcto habría sido enterarse por vía del gobierno
Bolivariano y no por las declaraciones de la administración Trump.

El riesgo de la disolución de alianza cívico militar

 

En Venezuela, la alianza cívico-militar moderna comienza a construirse en el
año 1954. Cuando el Buró Político del PCV discute y aprueba iniciar una
línea de trabajo con los militares venezolanos.  La idea de esta unidad era
garantizar contar con la fuerza miliciana necesaria para emprender un
proyecto socialista en Venezuela. Esta iniciativa posibilitó las
insurrecciones militares del Porteñazo y el Carupanazo en la década de los
sesenta del siglo XX. A pesar de ser derrotados, oficiales leales a esa
mirada de unidad cívico militar siguieron estando presente en el componente
activo de la Fuerza Armada Nacional (FAN) por décadas Chávez se vinculó y
fue expresión de este proceso político e insurgente que se denominó alianza
cívico-militar. 

 

Cuando la derecha venezolana comenzó a hablar abiertamente de solicitar la
invasión militar por parte de las naciones imperialistas a Venezuela, las
bases civiles revolucionarias se sintieron confiadas por formar parte de la
alianza cívico-militar. En los últimos años el proceso Bolivariano hizo un
importante esfuerzo e inversión para garantizar el entrenamiento y apresto
profesional de las FANB, como garantía de la soberanía nacional, por ello
los civiles Bolivarianos sintieron que llegaba la hora de que las FANB
mostraran que había sido importante esta inversión y, en consecuencia, con
su arrojo y valentía garantizaran la soberanía en el plano militar. Chávez
insistía en el hecho que las FANB serían quienes impedirían cualquier locura
guerrerista de los EEUU y sus aliados. Por ello la confianza era total en
los civiles de izquierdas que apoyan al proceso Bolivariano.

 

Sin embargo, una vez que se asume el inminente riesgo de una invasión,
mandos políticos y militares comienzan a “guabinear[xvi]”, señalando que un
enfrentamiento con las tropas imperialistas se podría ganar, pero también se
podría perder, y en este último caso, estaríamos hablando de una derrota
histórica, de la cual no se podría recuperar en el corto plazo la
institución castrense. 

Bajo este argumento tan “realengo”, se le abre las puertas al tutelaje de
otras potencias imperialistas, para que resguarden el territorio patrio y
sirvan de hermanos mayores a las tropas locales. Se trataría ya no solo de
comprar equipos con transferencia tecnológica y requerir asesorías, sino de
poner en marcha una nueva fase de la alianza con Rusia y China, que
eventualmente podría contener el ingreso, permanencia y establecimiento
permanente de tropas y hasta bases militares de esas naciones en el país.

 

Este inusual giro discursivo, golpea la noción de alianza cívico militar
construida desde 1954 y abre las puertas a nuevas formas de colonialismo por
otras potencias capitalistas del siglo XXI. Por ello señalamos, que esta
orientación marca un proceso disolutivo de la concepción revolucionaria de
la alianza cívico militar, amenazando en convertirla en una subordinación
del pueblo revolucionario a otras potencias asociadas al capital
trasnacional. 

 

No es lo mismo contar con una columna simbólica de solidaridad, como lo fue
la legión inglesa en la guerra de independencia, que llegar a depositar la
confianza y dejar descansar la soberanía e integridad territorial de la
nación sobre los hombros de fuerzas militares extranjeras. De concretarse
esta iniciativa, sería una inflexión respecto a la concepción inicial de la
alianza cívico-militar.

Cuando los chicos juegan en la cancha de los mundialistas

 

En la Agenda Alternativa Bolivariana (AAB) de 1996, el proceso constituyente
y la Constitución de 1999, así como en el I Plan Socialista y los Planes de
la Patria se ha insistido en la necesidad de construir un mundo
despolarizado.  Esta estrategia busca romper con la hegemonía norteamericana
en el mundo, aunque en realidad está mucho más inscrita en la lógica
narrativa previa al desembarco de la globalización neoliberal, lo que sí
está claro es que Venezuela aspiraba a ser parte esencial de esta
despolarización. 

 

De hecho, Chávez siempre planteo como un objetivo estratégico del proceso
Bolivariano la construcción de un mundo multi céntrico y multipolar. Este
enunciado que parecía correcto, al parecer nunca fue analizado
suficientemente respecto a sus implicaciones en una deriva imperialista o la
claudicación de la soberanía ante potencias imperiales aparentemente
“despolarizadas”.

 

Desde los ochenta del siglo pasado se viene dando un proceso de integración
del capital trasnacional que devora a buena parte de los capitales
nacionales. Esta fusión inexorablemente involucra a todos los países que
tengan industrias, produzcan mercancías y/o materias primas y que hagan sus
transacciones en los mercados haciendo uso de los mecanismos bursátiles y
financieros internacionales. Ello ha disuelto las viejas barreras heredadas
de la guerra fría. Hoy los capitales norteamericanos juegan ajedrez con los
capitales chinos, rusos, canadienses, turcos.  

 

Las izquierdas no pueden seguir con el arquetipo de Lenín, correcto en su
momento histórico un siglo atrás, derivado del libro “Imperialismo fase
superior del Capitalismo”. Hoy la lógica de acumulación y concentración del
capital ha variado, dentro del mismo modo de producción capitalista.
Entonces, ¿tiene sentido sublimar como contradicciones inter capitalistas
las fricciones propias de las contradicciones del mercado, entre socios?
Evidentemente no.

 

El riesgo de esta inconsistencia política, es que nos coloca en un escenario
para el cual no tenemos la tradición como nación, ante naciones que llevan
siglos usando la negociación como arma de colonización. Desde mi punto de
vista la diplomacia y la clase política venezolana, incluso la izquierda
venezolana no está calificada ni capacitada debidamente para convivir con
naciones imperialistas que se nos presentan como protectoras ante el hegemón
gringo, sin que ello los lleve a perder el rumbo. 

 

La dirección política del madurismo, se asemeja a una banda de chicos
inexpertos jugando una partida junto a cancerberos del dinero trasnacional,
creyendo que la fortuna y el azar les dará la oportunidad de salir ilesos
contra la inexorable razón del capital.

Cerrar filas contra la invasión abierta y el bloqueo económico 

 

Claro está que debemos cerrar filas contra la invasión imperialista
norteamericana y el bloqueo a la economía venezolana que han impulsado las
administraciones de Obama y Trump.  Ser de izquierdas pasa por una clara
posición anti imperialista. Pero es un reduccionismo darle forma a este
antiimperialismo, oponiéndonos solo al control de la economía nacional, por
parte de los intereses gringos. 

 

La burguesía trasnacional rusa, china, turca, es tan depredadora y
explotadora como la norteamericana. Peor aún, el proceso de globalización ha
hecho que muchos capitales financieros e industriales “nacionales”,
pertenecientes a una u otra de estas nuevas potencias imperialistas, hayan
tenido que integrarse a sus pares, pertenecientes a la centenaria nación
imperial norteamericana. Hoy no existe un campo de la economía en el cual no
se crucen e hibriden los capitales rusos y chinos con los norteamericanos.
Un ejemplo de ello, es la sociedad empresarial de las familias Trump y
Putin, para la explotación y comercialización del petróleo a escala
planetaria. Al final la hibridación de intereses económicos prevalece.

 

Todo ello, sin dejar de un lado en el análisis, que la presión
norteamericana sobre Venezuela, como ya lo señalamos, ha provocado que
estemos prácticamente regalando concesiones y venta a futuro de materias
primas a los capitales “asiáticos” o “euro asiáticos”, cuando al final de
cuentas, cuando se cierra la bolsa al atardecer, podemos darnos cuenta que
tienen intereses compartidos con sus homólogos en el país del norte. 

 

Pero, ¿cuál es la estructura funcional del bloqueo?

 

El Bloqueo económico de EEUU contra Venezuela es criminal y afecta
fundamentalmente a los sectores más pobres, a los trabajadores, a la clase
media profesional. Pero, ¿por qué el bloqueo le resulta más eficiente al
capital trasnacional que una invasión militar? 

 

Porque al cerrar fuentes de ingreso de divisas a la nación, siendo Venezuela
un país rentista que vive de la venta de sus recursos minerales
(especialmente petróleo, oro, hierro, aluminio y ahora coltran) se genera un
cuello de botella indisoluble. Para poder importar lo que requiere el país
debe apelar a las divisas que genera la venta de sus minerales. Es decir,
para casi todo lo que consume, las divisas (dólar y euro especialmente) que
ingresan por venta de minerales y materias primas, son fundamentales para
sostener sus dinámicas de funcionamiento en el comercio internacional,
especialmente para las importaciones.  

 

La dependencia neocolonial que se instauró a finales del siglo XIX, durante
todo el XX y lo que va del XXI, hizo que esa relación de venta de materias
provenientes del extractivismo y la recepción de divisas que por esta razón
ingresaban al país, fuera en su mayoría de las empresas socias de la clase
dirigente norteamericana. Al ordenar el bloqueo los EEUU sobre las cuentas y
pagos de las empresas que aceptan la autoridad de su imperio, Venezuela se
queda sin divisas para comprar lo que requiere, especialmente alimentos,
medicinas, así como insumos, materiales y equipos para el funcionamiento de
los servicios públicos. 

 

Al escasear las divisas y prohibirse la venta de muchos productos a
Venezuela por parte de EEUU a sus acostumbrados proveedores, el país debe
buscar fuentes alternativas, tanto para resolver el problema de liquidez de
divisas, como para poder acceder a proveedores que permitan suplir los
requerimientos del mercado nacional. En la medida que el bloqueo arrecia,
las condiciones de la población se deterioran aceleradamente y se crean las
condiciones materiales para la inestabilidad política. Para poder mantener
el orden y la gobernabilidad, el gobierno se ve obligado a negociar en
condiciones cada vez menos favorables con empresas trasnacionales vinculadas
al comercio de materias primas.

 

Entonces aparecen Rusia, China, Turquía y otras naciones como “tablas de
salvación”. Pero, la globalización neoliberal que se inicia en los ochenta
ha venido produciendo un acelerado acercamiento e integración de sectores
del capital norteamericano, chino, ruso, canadiense e inglés y, en menor
medida con la Unión Europea, Turquía y los Brics (Brasil, Rusia, India,
China, Sudáfrica). 

 

Sin embargo, este proceso de integración genera naturales fricciones entre
dinámicas de comercio y flujo de mercancías, que se nos quieren presentar
como contradicciones inter capitalistas de carácter antagónico permanente.
Las normas para el control de comercio internacional y evitar
enfrentamientos entre capitales trasnacionales se encubren con las llamadas
políticas arancelarias a las importaciones y los protocolos para establecer
sanciones a empresas que las incumplan. No son contradicciones
irreconciliables, por el contrario, se constituyen en hojas de ruta que
persiguen facilitar la fusión e integración del capital trasnacional,
haciendo lo más controlable posible la turbulencia que este acople genera.
Cada día es más notoria la alianza, integración y fusión de capitales más
allá de las fronteras nacionales, los cuales antes eran vistos como propios
de una de las naciones imperialistas. 

 

Si a ello le añadimos todo el imaginario construido por el discurso añejo,
no actualizado, de la izquierda de inicios del siglo XX, que en su momento
correctamente caracterizó las contradicciones inter capitalistas, pero no
podía ni tenía la tarea de anticipar la lógica integracionista del capital
actual, el problema se agudiza. Una parte de la élite política y la mayoría
de la base del proceso Bolivariano actual, es prisionera de la ilusión que
indica, que, si negociamos con los chinos y los rusos, estamos escapando de
la influencia norteamericana. 

 

Por el contrario, como en el sombrero del mago, somos incapaces de ver el
doble fondo que tiene la chistera, las conexiones aparentemente invisibles
de una misma dinámica. Los capitales norteamericanos, chinos y rusos tienden
a la integración y la alianza de intereses, no al conflicto. Esto no niega
la posibilidad de enfrentamiento, pero no es la tendencia real actual, más
allá de la imagen que nos dan los medios de comunicación asociados al
complejo industrial cultural. En esa orientación, EEUU bloquea e incrementa
de manera permanente y sistemática la asfixia a la economía venezolana, no
como una acción suicida que les prive de ingresos o el acceso a materias
primas por un solo día, porque ellos han construido los canales y mecanismos
para que aún en situaciones forzadas como esta, los intereses del capital
trasnacional no se vean afectados. 

 

Cuando EEUU incrementa el volumen del bloqueo y las sanciones lanza al país
a los brazos de empresas chinas y rusas que se presentan como alternativas,
cuando en realidad una buena parte de su capital es “mixto” y sus ganancias
terminan alimentando la economía gringa. 

 

En la medida que se incrementan las sanciones y los efectos del bloqueo a
Venezuela, el país se ve forzado a entregar más y más de sus reservas
estratégicas de minerales, vendiéndolas a futuro a precios soñados hace solo
una década por el capital trasnacional. Es decir, el bloqueo le resulta
funcional al capital trasnacional, incluido el norteamericano al que
representa el Sr. Trump. Por ello, se aleja momentáneamente el fantasma de
la invasión, porque esta echaría a perder la compra acelerada de un país a
precio de barajitas, que le permite al capital trasnacional apropiarse de
las materias primas que mueven la economía global.  El bloqueo es una
estrategia del capital trasnacional, mientras la izquierda y la dirección
política bolivariana piensa en tiempos de contradicciones inter
imperialistas a la usanza de comienzos del siglo XX. Un pequeño problema de
desubicación temporal de casi un siglo. 

 

Por otra parte, el proceso de deterioro de la situación económica y política
del país, posibilita la construcción de representaciones políticas que le
sean fieles al capital trasnacional y rompan con la dependencia y el
proteccionismo del Estado que caracterizó al surgimiento de las viejas y
nuevas burguesías venezolanas. El bloqueo es la operación del capital
trasnacional para producir la neocolonización del nuevo imperio trasnacional
sobre el territorio venezolano. 

 

Las reuniones de las potencias imperialistas

 

Apenas fracasa el Golpe de Guidó y López, es decir de la fracción política
del capital trasnacional, todas las instancias del capital multinacional se
mueven. Se reúne de emergencia el grupo de contacto de la Unión Europea,
Putin y Trump conversan largamente y en privado, el Primer Ministro
Canadiense habla por teléfono con el presidente cubano Miguel Díaz Canel y
el canciller ruso Larov convoca al canciller venezolano a una reunión de
emergencia en Moscú. Queda en evidencia la preocupación del capital
trasnacional respecto a lo que ocurre en Venezuela.

 

Al final de la cita en Moscú, se produce una rueda de prensa que mantiene
toda la verborrea anti invasión, mientras se anuncia un incremento de la
presencia rusa en Venezuela, no solo en el plano militar (que ya es pérdida
de soberanía) sino en otras áreas estratégicas que no se precisan a que se
refieren, las cuales seguramente serán de los servicios y la extracción de
materias primas. 

 

El capital trasnacional sigue usando cada vuelta de tuerca de la crisis
venezolana, para afianzar su desangre, repito a precios y en condiciones de
negociación imposibles alcanzarla de otra forma. 

 

Venezuela asiste a estas reuniones con una ingenuidad propia de quien es
asesorado por analistas de una izquierda que no ha salido del marco
económico global que antecedió a las dos guerras mundiales del siglo XX. La
prestigiosa diplomacia cubana sabe que ese es el juego, pero no lo devela
porque es funcional al goteo de recursos del capital trasnacional que
comienza a llegar a la isla como parte del intento de replicar allí, “un
país, dos sistemas”. El canciller venezolano Jorge Arreaza asiste a las
reuniones de Moscú precedido de una campaña que hace ver este encuentro como
propio de una reedición de la guerra fría, lo cual cuando menos da risa con
tristeza.  

 

EEUU responde rápidamente, manteniendo la tensión y forzando de hecho, el
definitivo desembarco del capital trasnacional en Venezuela, en formato
ruso, chino y turco, algo que había resultado imposible desde la crisis
abierta en 1983. Las representaciones de las burguesías venezolanas y esta
misma, no tuvieron la disposición ni la capacidad para transformarse e
ingresar a la disputa económica mundial permitiendo el desembarco del
capital trasnacional. Algo que ahora está logrando esta crisis del bloqueo
económico a Venezuela. Los EEUU y el capital trasnacional ganan con el
bloqueo y la dirigencia venezolana no termina de entender lo que pasa. 

 

Los anuncios de un nuevo esquema de designación del valor del cambio

 

El 6 de mayo de 2019 se anuncia que la banca privada de Venezuela podrá
comprar y vender dólares a la tasa que considere pertinente. Esta es una
declaración de abandono de la capacidad del Banco Central para controlar el
mercado de divisas. ¿Por qué ocurre? Porque es una forma de capturar las
divisas existentes en la calle, cada vez más crecientes producto de una
economía dolarizada con ingresos no formales de las remesas que envían los
inmigrantes desde el exterior a sus familiares y de una presencia cada vez
más notoria de capitalistas extranjeros, quienes negocian y comercian en el
propio país con divisas extranjeras, para protegerse de la devaluación
galopante de más de un millón por ciento anual. 

 

Los anuncios en este sentido, parecieran orientarse a las presiones
derivadas de la dinámica que viene tomando el capital trasnacional en la
economía venezolana. Esperemos que dentro de unos meses no estemos hablando
de que es la Banca privada la culpable de la híper inflación.

¿Qué podemos esperar?

 

Malas noticias y oscuros presagios parecieran derivarse de los hechos del 30
de abril de 2019. A mi juicio:

 

1. El golpe de Estado no se ha terminado de desactivar;

 

2. Si se desactiva por enfriamiento, la negociación es en tres niveles. El
primero, produciendo un desembarco no declarado del capital trasnacional vía
Rusia y China, asociadas a los intereses norteamericanos; segundo,
revitalizando políticamente a Guaidó o promoviendo una nueva figura de
representación política del capital trasnacional. Tercero, iniciando la
disolución de las representaciones políticas de la vieja burguesía, que
aparecen como “culpa” del Chavismo. Es un ajedrez bien calculado.

 

3. Si llegara a triunfar la conspiración y el proceso bolivariano fuera
desplazado del gobierno, es previsible un reformateo de todas las
representaciones políticas burguesas, es decir el surgimiento de “nuevos
liderazgos” fabricados por el capital trasnacional y las naciones
imperialistas. Los partidos de derecha sin saberlo cavan su propia tumba;

 

4. El sueño de algunos políticos de izquierdas, respecto a una salida
negociada que les permitiera sobrevivir políticamente, no tienen mayores
posibilidades reales de concretarse. De imponerse un gobierno burgués en
Venezuela, asociado al capital trasnacional (EEUU, UE, Rusia, China, Canadá,
Turquía), el cambio político sería absolutamente radical:

 

5. La política del capital trasnacional es lograr una transición política
que abra paso a un gobierno provisional que instale un gobierno burgués de
nuevo tipo en Venezuela;

La opción del bloqueo económico puede ser más eficiente, rápido y
políticamente justificable que una invasión, para lograr la resolución de la
crisis abierta en 1983 y conformar el primer gobierno burgués de capital
trasnacional en Venezuela.

Alternativas de coyuntura

 

No pretendo que un artículo para el debate de la coyuntura contenga las
consignas y las definiciones tácticas.  Pero tampoco sería correcto
culminarlo si reivindicar la esperanza que seguimos teniendo sobre las
posibilidades de darle vuelta y un revolcón a la política del capital
trasnacional en nuestro país. Por ello, algunas de las tareas centrales
parecieran referirse a

1. Acordar un debate abierto entre los revolucionarios, los anticapitalistas
venezolanos, que nos permite entender más allá de los signos superficiales
lo que está ocurriendo;

 

2. Vincular esos debates a las luchas anti burocráticas y por los derechos
básicos que se están levantando en todo el país;

 

3. Proponer la construcción de una red de organizaciones revolucionarias que
permita articular el trabajo que cada uno estamos haciendo de manera
aislada. No se trata de crear un frente común no de elaborar el programa
mínimo, sino sumergirnos en la fragua con conocimiento y voluntad;

 

4. Trabajar por propuestas anti capitalistas y de control popular a los
precios, el abastecimiento y distribución de los alimentos y productos de
primera necesidad;

 

5.  Construir con los y las trabajadoras un plan de recuperación de las
empresas que permita activar la producción nacional, sin que ello sea una
forma encubierta de proteger a la burguesía nacional ni al capital
trasnacional. Reactivación desde la lógica de la conciencia de clases sobre
el trabajo;

 

6. Abrir un debate sobre el modo revolucionario de gobernar y la urgencia de
los cambios que se requieren para romper con la lógica burocrática que
facilita la reestructuración capitalista de la actual crisis. En los
próximos días formularemos algunas ideas al respecto;

 

7. Retomar la iniciativa de las propuestas socialistas para salir de la
crisis  

 

Notas

 

[i] Analista político y militante del chavismo revolucionario de base:
normanantonioboscan2030 en gmail.com <mailto:normanantonioboscan2030 en gmail.com>


[ii]
https://correspondenciadeprensa.com/2019/03/09/venezuela-despues-del-23f-alg
unas-claves-para-entender-la-crisis-actual-norman-antonio-boscan/

[iii] http://albaciudad.org/2019/02/creacion-de-juan-guaido-canvas-otpor/

[iv] Cuando Chávez inicia su carrera militar tenía cara de Tribilin, el
personaje de las tiras cómicas 

[v] Adeco es el denominativo de los militantes del viejo partido
policlasista Acción Democrática (AD)

[vi]
http://www.tsj.gob.ve/-/sala-plena-del-tsj-decidio-comprometer-la-responsabi
lidad-del-diputado-edgar-zambrano-en-la-comision-flagrante-de-delitos

[vii] La Causa R nació en los setenta como un proyecto político liderado por
el revolucionario Alfredo Maneiro. La temprana muerte de su fundador dejó en
la deriva ideológica a la organización, que aún con la R al revés, seguía
siendo identificada en los ochenta y noventa como un partido de izquierda.
En las elecciones de 1993 Andrés Velásquez su líder después de la muerte de
Maneiro, negoció el robo de la elección presidencial a la que todos le daban
por ganador. Desde un inicio se negó a apoyar a Chávez y en los últimos
veinte años ha venido derivando en un partido centrista que forma frente en
común con la ultraderechista María Corina Machado, oligarca de origen, y una
de las figuras de construcción de la representación política del capital
trasnacional en Venezuela.

[viii] Desde mi punto de vista, la judialización de la dirigencia de la
Causa R contribuirá a su definición como parte integrante del bloque que
puja por la construcción de una representación política del capital
trasnacional 

[ix] FANB: Fuerza Armada Nacional Bolivariana 

[x] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253429
<http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253429&titular=despu%E9s-del-23f.-cl
aves-para-entender-lo-que-pasa-en-venezuela->
&titular=despu%E9s-del-23f.-claves-para-entender-lo-que-pasa-en-venezuela-

[xi]
https://www.lafm.com.co/internacional/carta-de-manuel-ricardo-cristopher-des
tituido-por-maduro-como-director-del-sebin

[xii]
https://www.lafm.com.co/internacional/carta-de-manuel-ricardo-cristopher-des
tituido-por-maduro-como-director-del-sebin

[xiii]
https://es.panampost.com/efe-panampost/2019/05/01/eeuu-los-que-estaban-negoc
iando-la-salida-de-maduro-apagaron-su-celular/?cn-reloaded=1

[xiv]
https://cnnespanol.cnn.com/video/john-bolton-maduro-padrino-escorpiones-bote
lla-confianza-venezuela-pkg-digital/

[xv] https://youtu.be/ZVY9XoK6nwY

[xvi] Expresión venezolana que trata de hacer una analogía con el pez
baboso, al cual es muy difícil atraparlo porque se escapa entre las manos
por su piel muy lisa y húmeda.

  _____  

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20190509/54a9ecac/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa