Brasil/ Lula Libre. Conquistarlo primero en las calles, con la movilización de los trabajadores, en defensa de sus derechos [Valerio Arcary]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Mayo 14 14:21:07 UYT 2019


  _____  

Correspondencia de Prensa

14 de mayo 2019

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____  

 

Brasil

 

Lula Libre. Primero en las calles, con la movilización de los trabajadores,
en defensa de sus derechos

 

Valerio Arcary *

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

 

Hace más de un año Lula está preso en Curitiba. La libertad de Lula será
conquistada, primero en la calles, no en los tribunales. No hay perspectiva
de que una decisión judicial, en plazo previsible, siquiera beneficie a Luka
con la prisión domiciliaria.  

 

Claro que, circunstancialmente, porque hay desarticulación y confusión
dentro del gobierno y divergencia entre el gobierno y el Congreso, y entre
ambos y el Judicial, no podemos descartar que, en algún momento, haya
autorización de prisión domiciliaria, porque lo más decisivo es que Lula
permanezca sin derechos políticos. Lula en las calles apelando a la
movilización popular contra el gobierno Bolsonaro sería intolerable.  

 

Mientras no acontezca una inversión profunda de la relación de fuerzas, o
sea, una nueva situación política, Lula continuará preso. En tanto la
resistencia a la destrucción del derecho a la jubilación contra la reforma
previsional, de defensa de las asignaciones presupuestales a la educación
pública contra los cortes para las Universidades e Institutos Federales, de
protección de la población pobre y negra contra la violencia policial, de
garantía de los indígenas a la demarcación de sus tierras contra la invasión
de los latifundistas, de regulación del uso de agrotóxicos, de limitación de
la actividad de las empresas mineras para impedir nuevas catástrofes como en
Mariana y  Brumadinho, y tantas otras, no ganarán volumen, intensidad y
radicalidad, Lula va a continuar preso. 

 

En tanto no exploten movilizaciones de masas a escala de millones de
trabajadores y jóvenes en las calles, Lula seguirá preso. El centro de la
táctica para conquistar Lula libre es impulsar, incansablemente, estas
luchas. Las calles liberarán a Lula. La justicia sólo concederá la libertad
cuando se vea acorralada por la presión popular.  

 

El escenario de la lucha jurídica de la defensa legal de Lula no es
favorable. Cualquier ilusión de que el destino de lucha por la libertad de
Lula será resuelto en el STJ (Supremo Tribunal de Justicia o en el STF
(Supremo Tribunal Federal) es autoengaño. No será. Aunque no sea imposible
que algunos ministros, individualmente, vayan a posicionarse de forma
crítica ante algunas de las muchas arbitrariedades del proceso conducido por
Sérgio Moro, una decisión colegiada favorable a Lula es improbable, en la
actual coyuntura. 

 

La clase dominante brasilera, aunque parcialmente, dividida, apoya, en gran
mayoría, la operación Lava Jato. El mayor símbolo de la Lava Jato es la
presión de Lula. El proyecto del gobierno Bolsonaro, y el arco de alianzas
políticas que le ofrece sustentación, tiene como estrategia una agresiva
ofensiva contra los derechos económicos-sociales de la clase trabajadora y
el pueblo. Todas las organizaciones de la clase trabajadora, todos los
movimientos sociales, sean sindicales o populares, de negros o mujeres, de
la juventud o LGBT’s, indígenas o ambientalistas están amenazadas. 

 

El PSOL (Partido Socialismo y Libertad), fue oposición de izquierda a los
gobiernos del PT. El PSOL discordó, enérgicamente, durante más de doce años,
con el programa de coalición articulada por Lula y Dilma Rousseff para
preservar la gobernabilidad, cediendo a las exigencias de la clase
dominante, y de los partidos que la representan en el Congreso Nacional. El
PSOL nació de una ruptura con el PT porque no aceptaba esta orientación
estratégica. Este combate fue conducido, honestamente, en las calles y en el
Congreso. 

 

El PSOL denunció, incontables veces, las concesiones hechas en peligrosas
negociaciones entre los gobiernos de coalición liderados por el PT, y las
mayores corporaciones capitalistas, inclusive el financiamiento electoral. 

 

El PSOL criticó la impotencia del PT delante de su propio gobierno. Ni el
PT, ni el gobierno en que tenía la presidencia osaron apelar, seriamente, a
la movilización social de los trabajadores, ni cuando el golpe del
impeachment se precipitó al inicio de 2016. 

 

Pero esta oposición frontal no impidió al PSOL integrarse en el Comité
Nacional de la campaña Lula Libre. Esta posición resulta de la conclusión de
que los juicios de Curitiba en el TRF-4 (Tribunal Regional Federal) en Porto
Alegre, que condenaron a Lula, fueron insustentables, porque violaron el
principio democrático de presunción de inocencia. Por tres razones sumarias:
(a) porque Lula no compró el apartamento en Guarujá; (b) porque la única
prueba de acusación de corrupción fue una delación premiada que benefició al
delator, siendo todo lo demás especulaciones, etc.; (c) porque el motivo de
la prueba debe ser siempre de la acusación, no del acusado

 

El PSOL ya se había posicionado con el impeachment de Dilma Rousseff en
2016. El PSOL consideró el impeachment votado en el Congreso Nacional un
golpe jurídico parlamentario po tanto, una violación de la Constitución. 

 

La operación política reaccionaria que comenzó con la investigación de la
Lava Jato, en 2014, pasó por las movilizaciones de 2015/16 que abrieron el
camino para el derrocamiento del gobierno del PT, llevó al poder durante dos
años al súper-corrupto Michel Temer, y culminó con la prisión de Lula
obedeciendo a una estrategia de lucha por el poder. 

 

Por eso, el PSOL considera a Lula un preso político. ¿Por cuales razones?:
(a) porque la operación Lava Jato estuvo comprometida en judicializar la
lucha política para fundamentar la tesis que el mayor problema del Brasil
sería la corrupción, siendo el PT, presumiblemente, el más corrupto de los
partidos; (b) porque la intencionalidad del proceso fue desde el inicio
impedir la candidatura de Lula, que estaba todavía en condición de amplio
favoritismo en las encuestas, y colocar sobre la cabeza de toda la izquierda
una amenaza; (c) porque el objetivo de la desmoralización de Lula es
descalificar ante el pueblo a toda la izquierda. 

 

Todavía así, algunos en la izquierda se preguntan, sinceramente: ¿la campaña
Lula Libre divide la lucha contra Bolsonaro? No hay una respuesta simple. La
defensa de la libertad para Lula divide al Brasil, evidentemente, es
polémica en el seno del pueblo. Aunque son muchos más numerosos aquellos
que, potencialmente, podrán unirse o apoyar luchas contra Bolsonaro, de
aquellos dispuestos a defender el Lula Livre. Pero este no es un argumento
razonable. 

 

Incluso que la defensa de Lula Libre fuese muy minoritaria, lo que no es,
porque por lo menos mitad de la población se posiciona contra su prisión,
siendo una causa justa estaríamos comprometidos con ella. Claro que en la
clase media la defensa de Lula Libre permanece, por en cuanto, minoritaria.
Con todo, ceder a las presiones de la clase media no puede ser la brújula de
la izquierda. Una izquierda que no tiene el coraje de luchar en condiciones
desfavorables nunca podrá vencer. 

 

De esta conclusión no resulta que la campaña Lula Libre deba ser el eje
central de la agitación de la izquierda. No puede ser. El centro de la
táctica es la lucha de resistencia contra el gobierno Bolsonaro. 

 

Más grave, todavía, es que una parcela del pueblo de izquierda concluyó,
equivocadamente, que no es correcto defender la libertad de Lula, mismo como
exigencia subordinada a la lucha central contra Bolsonaro. Equivocadamente
¿por qué?

 

Se argumenta que, si el PT estuvo involucrado con corrupción, Lula no puede
ser inocente, por el lugar que ocupaba en su dirección. Es verdad que la
dirección del PT estuvo comprometida en delitos de caja electoral. Es decir,
admitieron ser financiados, ilegalmente. Y, también es verdad, que algunos
dirigentes del PT fueron, personalmente, corrompidos. Embolsaron propinas,
se enriquecieron, y confesaron a cambio de los beneficios de las delaciones
premiadas. 

 

Pero, aunque todo sea verdad, nada de eso legitima la prisión de Lula. Lula
no está preso porque el PT fue financiado, electoralmente, por las empresas
constructoras. Lula está preso por un delito que no cometió, en función de
una estrategia política que tuvo como resultado la elección de Bolsonaro. 

 

La defensa de la campaña Lula Libre no disminuyó al PSOL, por el contario,
lo fortalece. En verdad, es ejemplar. Quedará marcada en la historia, para
aquellos que vendrán después de nosotros. Porque el PSOL tuvo el coraje de
ser oposición de izquierda, firme y valiente, al gobierno del PT, cuando
Lula era el líder más popular y poderoso del país. Pero tuvo la grandeza de
defender a Lula, incluso manteniendo diferencias programáticas
irreconciliables, cuando la clase dominante y sus agentes políticos lo
encerraban y humillaban en la prisión. 

 

* Miembro de la Dirección Nacional de Resistencia, tendencia interna del
PSOL. Texto enviado por el autor.

  _____  

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20190514/401fab31/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa