Uruguay/ La derrota, sin atenuantes, del "partido de gobierno" [Ernesto Herrera]
Ernesto Herrera
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Sab Nov 30 03:32:24 UYT 2019
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Correspondencia de Prensa
30 de noviembre 2019
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Uruguay
La derrota, sin atenuantes, del “partido de gobierno”
Ernesto Herrera
Confirmado. Desde el 1° de marzo de 2020, Luis Lacalle Pou, del Partido
Nacional, ejercerá como presidente de la República liderando un gobierno de
coalición integrado por cinco partidos de derecha. (1)
Entonces, la llamada “era progresista”, abierta el 1° de marzo de 2005, con
la primera presidencia de Tabaré Vázquez, quedará oficialmente cerrada. El
Frente Amplio (FA) colgará su ropa de “partido de gobierno” para vestirse de
“oposición responsable”.
En efecto, habrá sucesión en el poder. Bajo el formato de una “alternancia
de partidos” en la gerencia del Estado capitalista. Legitimada por el
inapelable veredicto de las urnas. Aún si la mínima diferencia entre las dos
opciones en el balotaje del 24 de noviembre, señale un “empate técnico”
entre “dos mitades de país”.
La “transición” comienza el próximo lunes 2 de diciembre, con la reunión
entre el presidente Tabaré Vázquez y Lacalle Pou. Prolija información,
relación amistosa, Sin traumas ni crispaciones. Honrando la reconocida
“tradición cívica” del país. Todo controlado.
Lejos del turbulento vecindario regional. Pertrechados contra el acecho
insurreccional. No hay peligro de contagio, por ahora. La contrarrevolución
ideológica operada durante los 15 años de progresismo gubernamental,
desinfló la radicalidad de las demandas sociales, y la intensidad de la
beligerancia entre las clases antagónicas. Enchalecando la idea de
desobediencia civil.
La “paz social”, efectivamente, aparece como una adquisición ciudadana. Solo
desafiada por los “marginados”, drogadictos, sicarios, delincuentes y
“lumpenes-consumistas” que maltratan la seguridad pública. Por eso, la
mayoría de población requiere protección y autoridad del Estado. Con el
nuevo gobierno, la represión aumentará todavía más. Las cárceles seguirán
llenándose, principalmente de jóvenes. Cualquier insubordinación social
estará penada con mano dura.
Sin fuga de capitales o sabotaje de los “mercados”. Las “calificadoras de
riesgo”, aunque vigilantes sobre el “déficit fiscal”, ya dieron su
aprobación. Las instituciones financieras internacionales, apenas observan.
Saben que el programa macroeconómico tendrá escasos cambios. Aunque la pugna
retórica sobre los “dos modelos de país”, haya imperado en la campaña
electoral.
Pero los pilares son los mismos, fueron colocados en los años de coalición
entre el Partido Colorado y el Partido Colorado, en la llamada “década
perdida” de 1990. Ley Forestal; Ley de Inversiones; Ley de Puertos, Ley de
Zonas Francas; Sistema de Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional
(Afap); Ley de Puertos.
Ninguna fue derogada en estos 15 años de “hegemonía progresista”. Por el
contrario, el FA basó su programa económico en esa “matriz” heredada.
Desregulación financiera; concentración-extranjerización de la tierra;
exoneraciones tributarias a las multinacionales de celulosa y mineras;
privatizaciones y subcontrataciones. Y las leyes de Participación
Público-Privada (PPP) y de “Inclusión Financiera”, bajo el mandato de Mujica
(2010-2015) como presidente.
Un plus para la coalición neoliberal. No tendrá que hacer el ajuste echando
mano a una nueva batería de contrarreformas. A no ser la de la seguridad
social, empezando por el aumento de la edad jubilatoria, Pero en esto, ya es
sabido, cuenta con el inexorable acuerdo del Frente Amplio.
En el paréntesis o interregno progresista, convivieron neoliberalismo y
“pos-neoliberalismo”, sin salirse de la misma lógica de acumulación de
capital. Ahora, el núcleo duro, genuino, asume el mando directo. Con la
intención de acelerar los mecanismos de apropiación privada de la riqueza.
Sin llegar a fisurar las piezas del contrato básico: la democracia de
mercado. En esto, también, la “clase política”, de todos los lados del
tablero ideológico, concuerdan.
El blindaje funciona. Es la “ventaja comparativa” de una democracia liberal,
muy arraigada en la sociedad. Organizada por los de arriba, consentida por
los de abajo. A esto se remite el infranqueable “pacto republicano” que,
tanto las elites progresistas como las derechistas, han venido y seguirán
certificando. Dicho con lenguaje más añejo: el carácter del régimen político
de dominación tiene consenso. Robusta musculación. Atornillando la
estabilidad institucional. Dando las condiciones necesarias de
“gobernabilidad”, independientemente de mayorías o minorías parlamentarias.
Así viene ocurriendo desde la “restauración democrática” en 1985, luego de
12 años de dictadura militar.
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Amargura, claro. Si ante todo, se piensa en los 400 mil trabajadores que no
alcanzan dos salarios mínimos al mes (2); en los 120 mil jubilados con
prestaciones “sumergidas”, esto es, miserables (3); en los 54 mil
asalariados que perdieron su empleo en los últimos cinco años en la
industria, la construcción, el comercio minorista, el agro. En ese 30% de
jóvenes desempleados, menores de 25 años, empujados a sobrevivir en la
desesperanza del no-futuro. En las más de 193 mil personas que habitan los
600 asentamientos precarios, donde se reproduce la “pobreza estructural”,
afectando sobre todo a mujeres jefas de hogar, niños y adolescentes. O en
las 20 mil personas que, en algún momento, durmieron en “situación de calle”
durante los últimos tres años.
Son datos inocultables. Una fotografía nítida de la “fractura”
socio-económica que el progresismo y sus planes asistenciales focalizados
nunca saturaron. Suman centenares de miles. Componen ese segmento de la
población clasificado en “condición de pobreza” (menos de 4 dólares diarios)
y de “clase media vulnerable” (entre 10 y 15 dólares diarios), según el
estudio más riguroso elaborado sobre ingreso, empleo, vivienda, salud,
educación, núcleo familiar, y franjas etarias, de las llamadas “clases
subalternas” en el país. (4)
No obstante, muchísimos de ellos y muchísimas de ellas repitieron el voto
por el FA. Volvieron a sostener un hilo de confianza. Sobre todo la franja
más joven, entre 18 y 34 años, que masivamente (55%) le dio apoyo a la
fórmula Daniel Martínez-Graciela Villar.
Sabiendo, por un intuitivo olfato de clase, que sus condiciones de vida, ya
de por sí frustrantes, no mejorarían con un gobierno de la coalición
“multicolor”. Entendiendo, sin demasiada sofisticación analítica, el peligro
de una avance de la ultraderecha. Aún descontentos, se atrincheraron en el
sufragio para “evitar lo peor”, y cortarle el paso al “fascismo”.
Esta corajuda decisión, no asegura luchas inmediatas, ni masivas
resistencias futuras. Tampoco presagia una ola de grandes huelgas o
“estallidos sociales” invadiendo las calles. Solamente indica que hay una
base social con capacidad de reacción, y una “acumulación democrática” que,
incluso en medio del enojo, la confusión, el hastío, distingue las
“fronteras ideológicas” que no pueden sortearse. Es una de las innumerables
razones de porque tantos miles de votantes de Cabido Abierto y del Partido
Colorado, el 27 de octubre, hayan optado, a último momento, por el FA en el
balotaje. (5)
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No obstante, existen poderosas máquinas de amortiguar las expresiones de
protesta y rebeldía popular. Los aparatos sindicales burocráticos y la
mayoría del Secretariado del PIT-CNT que, seguramente, regularán el “aumento
de la conflictividad” que anunciaron se venía si ganaba el neoliberal de
Lacalle Pou. Aunque luego del 24 de noviembre, se hayan puesto más cautos.
Y, por supuesto, los principales dirigentes del FA. Que ya proponen una
orientación componedora con el nuevo gobierno, especialmente con su ala de
“centro-derecha”.
Al ensayar una especie de perspectiva, el expresidente y senador electo,
José Mujica, adelantó la posible estrategia: “no se debe bombardear
inútilmente al nuevo gobierno, debe sí batirse por aquellas cosas que
considere importantes para la gente". (6) Argumento razonable, según
dirigentes cercanos a Lacalle Pou, como el senador Álvaro Delgado, futuro
secretario de la presidencia: Mujica es “un interlocutor fundamental” y “un
actor clave en este proceso”. (7)
El presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, fue más explícito. Lo
importante es “mantener un diálogo” con el futuro gobierno y “no empujar a
Lacalle Pou a los brazos de sus socios de ultraderecha”, es decir, Cabildo
Abierto liderado por el general (r) Guido Manini Ríos, aunque no lo
considere un fascista como Bolsonaro. Si no más bien buscar entendimientos
con las fuerzas democráticas de la coalición, donde están incluidos el
Partido Nacional y el Partido Colorado. Y de ninguna manera, enfatizó, el
Frente Amplio “incendiará la pradera”. (8) Hay un sólido y no tan lejano
antecedente que da crédito a esa afirmación. Cuando la peor crisis
económico-financiera en la historia del país (2001-2002), en medio de una
espantosa crisis social, el Frente Amplio desalentó cualquier “proceso
insurreccional” similar al “argentinazo” (2000-2001) y declaró su “lealtad
institucional”.
No son pura anécdota. Sino razones decisivas. Más todavía, si consideramos
que la cúpula dirigente del Frente Amplio y su tropa de funcionarios y
parlamentarios, luego del resultado del 27 de octubre, había tirado la
toalla, dando por perdida la pelea. Por eso, fue tanto más indecoroso, su
festejo la noche del 24 de noviembre. No hubo una “casi victoria”, sino al
revés: una derrota política, sin atenuantes, del FA como “partido de
gobierno”; administrador de los asuntos de Estado, de sus instituciones
“representativas” y de sus aparatos coercitivos, en el cuadro
“infranqueable” del orden del capital. Durante 15 años, esa cúpula dirigente
funcionó como trituradora de las ideas revolucionarias, anticapitalistas.
Como cerrojo de las luchas sociales radicales y de cualquier horizonte
emancipatorio.
Es verdad. Continúa siendo la principal fuerza política del país, gobierna
Montevideo, la capital, desde hace 29 años, y volvió a ganar en el
departamento de Canelones, es decir, gerencia todavía la región donde se
concentra más de la mitad de la población de Uruguay. Sin embargo, estos dos
“contrapoderes fácticos”, no desequilibran la nueva correlación de fuerzas
creada con la victoria de la derecha.
En octubre, el FA ganó en 9 departamentos; en noviembre, solamente en dos,
la coalición encabezada por Lacalle Pou, en 17. Un dato estratégico que la
militancia frenteamplista debería registrar. Sus jefes fueron desplazados.
El poder, real, cambió de manos.
También aquellos y aquellas que, poco antes del balotaje firmaron una “Carta
abierta a las izquierdas”, convocando a votar el FA. Aún si durante los
últimos tiempos, venían manifestando posiciones muy críticas, linderas con
la ruptura, al evaluar la derechización política y económica del gobierno
del FA.
En la Carta, decían: “Luego de tres gobiernos, quienes militamos a nivel
social o político fuera del FA no hemos logrado construir una herramienta
política que nos permita organizar los anhelos de cambio en una perspectiva
socialista. Por el contrario, la primera vuelta de las elecciones nacionales
nos mostró que el FA sigue siendo, guste o no, el principal instrumento
político-electoral de los sectores subalternos. Por eso sus límites y
deficiencias nos duelen como si fueran nuestras, porque somos parte activa
del proceso político popular uruguayo”. (9)
Luego de la derrota, y de la responsabilidad que le cabe a la dirección del
FA, y a sus aparatos mayoritarios, el dilema de ayer se convierte en un
cruce de caminos. Porque la estrategia continúa siendo la de un partido del
orden burgués. La metamorfosis no tiene vuelta atrás. Como herramienta de
transformación social, el FA dejó de existir hace mucho tiempo. Su pase a la
oposición no lo convierte, nuevamente, en una “opción de izquierda”. Su
actual naturaleza no cambia.
Por su parte, la derecha triunfadora, sabe que no tiene un cheque en blanco.
Sobre todo en cuestiones democráticas, derechos laborales, conquistas de
nuevos derechos, seguridad pública. Menos que recibirá una tregua de los
familiares de detenidos-desaparecidos en su incansable búsqueda de la
verdad.
Pero está decidida a inclinar, decisivamente, la balanza en favor del gran
capital. Y no dudará en usar, de ser necesario, a las corporaciones armadas
del Estado. Por lo pronto, ya dio la primera señal: el nuevo Ministro del
Interior será el senador Jorge Larrañaga, impulsor de la reaccionaria
reforma constitucional "Vivir sin Miedo”, derrotada el 27 de octubre. (10)
Un aviso, si se quiere. Al tiempo que un ruidoso cachetazo para Fernando
Pereira, presidente del PIT-CNT, quien una semana antes del balotaje,
consideraba a Larrañaga, dentro del “brazo izquierdo” de la coalición
derechista, y posible socio en algunas temas. (11) Este solo ejemplo, bien
podría simbolizar la debacle política de los dirigentes del FA y de su
colateral sindical. Y una advertencia. La nula confianza que los
trabajadores y los militantes de las izquierdas, pueden depositar en ellos.
Montevideo, 29 de noviembre 2019
Notas
1) La alianza que acordó “un documento programático” titulado “Compromiso
por el país”, está conformada por el Partido Nacional, Partido Colorado,
Cabildo Abierto, Partido Independiente, Partido de la Gente, todos con
representación parlamentaria.
2) La fuerza laboral empleada es 1 millón 500 mil personas. El salario
mínimo nacional es de $14.000, equivalente a 400 dólares.
3) Esta franja de jubilados, tiene una prestación de $12.400, unos 360
dólares Durante la campaña hacia el balotaje, Daniel Martínez, candidato del
Frente Amplio, se comprometió, si resultaba electo, a darles un aguinaldo,
sin anunciar el monto.
4) Progreso Multidimensional en Uruguay: Dinámica del bienestar de las
clases sociales en los últimos años. Autores: Marco Colafranchesqui, Martín
Leites y Gonzalo Salas. PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo), Montevideo, julio de 2018
5) La coalición no pudo retener sus votos de la primera vuelta, que le daban
una suma del 54%. Mientras que el Frente Amplio captó por la derecha. Ganó
cerca de 200 mil votos. De ellos, 71 mil provenientes de Cabildo Abierto y
43 mil del Partido Colorado, y una gran cantidad de “indecisos” fueron al
casillero progresista. Fuente: “Daniel Martínez recogió más adhesiones entre
los votantes de Cabildo Abierto que del Partido Colorado”, La Diaria,
26-11-2019.
6) Declaraciones al informativo de Telenoche, canal 4, recogidas por el
diario El País, 28-11-2019.
7) Declaraciones al Semanario Búsqueda, 21-11-2019.
8) Entrevista al semanario Búsqueda, 28-11-2019.
9) Carta abierta a las izquierdas:
https://correspondenciadeprensa.com/2019/11/08/uruguay-carta-abierta-a-las-i
zquierdas/
<https://correspondenciadeprensa.com/2019/11/08/uruguay-carta-abierta-a-las-
izquierdas/>
10) Victoria sin miedo. Victoria tensa, derrota a medias:
https://correspondenciadeprensa.com/2019/11/01/uruguay-vivir-sin-miedo-victo
ria-tensa-derrota-a-medias-venancio-acosta/
<https://correspondenciadeprensa.com/2019/11/01/uruguay-vivir-sin-miedo-vict
oria-tensa-derrota-a-medias-venancio-acosta/>
11) Entrevista en el programa 7° día, Teledoce, 17-11-2019.
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