Brasil/ La respuesta a la cuestión del poder: por un gobierno de izquierda [Valerio Arcary]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 8 13:40:27 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

8 de setiembre 2019

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Brasil



La respuesta a la cuestión del poder: por un gobierno de izquierda



Valerio Arcary *

Esquerda Online, 6-9-2019

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Traducción de Correspondencia de Prensa



1. La crisis de la izquierda remite a una cuestión: ¿cuál debe ser la
estrategia? La estrategia debe responder a la cuestión de las cuestiones:
¿cuál es el camino del poder? ¿Cómo abrir el camino para un gobierno de
izquierda y, para hacer qué? Tres desafíos se colocan, La táctica, el
proyecto y el programa. Es la discusión de las diferencias de programa y de
proyecto que ilumina las diferencias sobre la táctica para derrotar a
Bolsonaro, y no al revés.



2. El primer paso es la elección de la táctica para derrotar a Bolsonaro. No
es simple. Hay en este momento tres tácticas en disputa en la oposición. La
táctica quietista, la táctica de la ofensiva, y la táctica del frente único
de la izquierda. La quietista opta por aguardar el calendario electoral, y
prepararse para las elecciones municipales de 2020, y esperar el 2022
(elección presidencial). La ofensiva propone tomar, ahora y ya, acciones
semi-insurreccionales, como la huelga general por el Fuera Bolsonaro. La del
frente único plantea construir la resistencia de masas, acumular fuerzas, y
preparar las condiciones para derribar a Bolsonaro en las calles o, si no
fuera posible, derrotarlo en las elecciones. .



3. La táctica quietista hace la apuesta que el terreno más seguro de disputa
será la electoral. Es abrazada por aquellos que consideran que el eje del
proyecto debe ser la defensa del régimen democrático-liberal de la
Constitución de 1988, y solo un Frente de centro-izquierda podrá vencer en
las elecciones de 2020 y en 2022. Ella responde al cálculo de que la táctica
de derribar a Bolsonaro pone en riesgo al régimen. Algunos abrazan esa
táctica, de quedarse quieto y esperar, porque temen que la situación podría
abrirse por la radicalización de movilizaciones permanentes para interrumpir
el mandato Bolsonaro. Otros porque temen la posible reacción violenta de
Bolsonaro, y de sectores de las Fuerzas Armadas, si descubrieran que están
acorralados. O sea, algunos tienen miedo de podría explotar un nuevo “Junio
de 2013”, sólo que ahora contra Bolsonaro. Otros tienen miedo de un giro
bonapartista autoritario de Bolsonaro, un autogolpe, con marchas
verdes-amarillas en las calles, como en marzo/abril de 2015/16.  Pero todos
están firmes contra el proyecto de un gobierno de izquierda como respuesta a
los desastres provocados por Bolsonaro. Defienden la idea de un gobierno de
centro-izquierda uniendo, finalmente, sectores del PSDB (Partido de la
Social Democracia Brasileña) disidentes de João Dória (gobernador de San
Pablo del PSDB) y sectores republicanos socialdemócratas del PT, que
considere las aspiraciones de Ciro Gomes (Partido Democrático Trabalhista).
Ellos se reunieron en el TUCA (Teatro de la Universidad Católica) en San
Pablo el lunes 2 de setiembre. Por todo eso es que no escuchó Lula Libre en
el TUCA. Porque defienden el régimen y no las libertades democráticas. No
hay democracia por la mitad. No se puede hablar libertades democráticas en
Brasil sin defender Lula Libre. Por eso el PSOL (Partido Socialismo y
Libertad) no estuvo presente.



4. La táctica de la ofensiva permanente sólo tienen coherencia intelectual
para aquellos que ignoran el terrible impacto de las derrotas acumuladas por
los trabajadores. No fue solamente derrotada la dirección del PT con el
impeachment de Dilma Rousseff, la prisión de Lula y la elección de Bolsonaro
contra Haddad. Esa es la dimensión superestructural del proceso.
Infelizmente, se abrió una situación reaccionaria. La clase trabajadora
sintió, también, duramente, el peso de las derrotas. Y en una relación
social y política de fuerzas tan desfavorable, la táctica de la ofensiva,
bajo su forma de convocar permanentemente a la huelga general, ignora que el
día de la huelga general en junio fue muy parcial. Responsabilizar,
exclusivamente, a las direcciones sindicales burocratizadas por la
fragilidad del día nacional de huelga es un balance desenfocado de la
realidad, y poco honesto, como saben todos los militantes serios que
estuvieron comprometidos en su construcción.



5. La táctica del frente único de izquierda debe tener como proyecto la
lucha por un gobierno de izquierda. La izquierda debe abrazar como premisa
la movilización de los trabajadores y de sus aliados oprimidos para
construir en las calles una muralla contra el gobierno Bolsonaro, y preparar
las condiciones para un movimiento como fue el de Directas Ya (durante
1984-1985) contra la dictadura del general João Figueiredo. Pero sería
desastroso para la izquierda convocar a las movilizaciones de oposición a
Bolsonaro en las calles, para abrir el camino del centro-izquierda en las
elecciones. La izquierda no puede perder su independencia política, Por
tanto, precisamos discutir el proyecto. ¿Repetir la experiencia de los
gobiernos Lula o Dilma? ¿Inspirarse en Uruguay, Bolivia, o Venezuela?
¿Nuestro proyecto debe ser la revolución brasilera?



6. Las dificultades son inmensas en función de la fragmentación, dispersión,
y confusión política. Un buen punto de partida es reconocer que estamos ante
una desorientación estratégica. La reorganización de la izquierda va a
exigir una superación del cuadro actual. Algunos millares abrazan la causa
feminista. Otros la causa del movimiento negro, o la causa LGBT, o
ambiental. Están aquellos que luchan en los sindicatos por la defensa de los
derechos amenazados, aquellos que resisten las privatizaciones. Hay un
movimiento de estudiantes, la causa de la Universidad pública, o la salud
pública. Están los activistas de los medios alternativos, y los
organizadores de las marchas por la legalización de la marihuana. Estamos
ante una hemorrágica pulverización. Pero son pocos los que militan en
partidos y organizaciones políticas. ¿Por qué? Porque la vieja estrategia
fue derrotada.



7. La estrategia conocida como proyecto democrático y popular se agotó.
Cuando formulada, originalmente, ella consistía en llegar al poder con Lula
a través de elecciones apoyado en la movilización de los trabajadores y el
pueblo. Si serían respetados o no lo límites institucionales del régimen
político que surgió de la Constitución de 1988, para iniciar un proceso de
reformas progresivas, era algo indefinido. Cuando, cómo y por qué el PT en
el gobierno o no con esa estrategia del V Encuentro de 1987, es un tema
polémico interesante, pero hoy debe ser considerado un debate de tipo
histórico. Imaginar que podría reditar la vieja estrategia, uniendo el Lula
Libre con la fórmula Lula 2022 es una ingenuidad. La historia demostró,
cruel e irrefutablemente, que no es posible con “paz y amor” transformar el
Brasil. La clase dominante se dobló frente a Bolsonaro.



8. La cuestión del programa, por tanto, es central para que una estrategia
de un gobierno de izquierda sea, históricamente, posible. Ella nos remite al
tema de la ruptura. No hay perspectiva de un gobierno de izquierda si no nos
preparamos para ella. La lucha por reformas exigirá disposición
revolucionaria.



* Militante de Resistencia, tendencia interna del PSOL.

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