Francia/ "Juntémonos para golpear juntos" [Olivier Besancenot - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 8 13:36:03 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

8 de setiembre 2019

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Francia



Entrevista a Olivier Besancenot *



"Juntémonos para golpear juntos"



Agathe Mercante

A l´encontre, 5-9-2019

https://alencontre.org/

Traducción de Viento Sur

https://www.vientosur.info/



Candidato a las elecciones presidenciales en 2002 y 2007 bajo la bandera de
la Liga Comunista Revolucionaria (que dio lugar al Nuevo Partido
Anticapitalista en 2009), Olivier Besancenot trabaja ahora para la
reconciliación entre los partidos políticos y los movimientos de protesta
social. El 3 de junio, incluso convocó a reagruparse a activistas políticos,
sindicales y asociativos “que buscan imaginar otra sociedad”. A fines del
verano, frente a la oficina de correos en la que trabaja, algunos grafitis
recuerdan un momento en que la izquierda tenía esperanzas: “Jean-Luc
Mélenchon 2017”, se puede leer. Sentado en la terraza de la cafetería frente
al cartel, nos relata los acontecimientos del año pasado. Y dibuja las
perspectivas (que espera explosivas) del que viene.



-Reforma de pensiones, ley de bioética, reforma del seguro de desempleo
aprobada a hurtadillas este verano... ¿Cómo se presenta la vuelta?



Olivier Besancenot: Debe ser social y política. Pero, más que una vuelta,
también será una extensión de todo lo que sucedió el año pasado. La
secuencia de los chalecos amarillos permanece abierta. Solo el gobierno
actual puede imaginar que este paréntesis se ha cerrado definitivamente y
que las cosas vuelven, por fin, al orden. Este verano emergió de nuevo la
fragilidad del gobierno con el caso de Rugy [Ministro de Ecología obligado a
dimitir] y cuando se le silbó a Emmanuel Macron en los Campos Elíseos
durante el desfile el 14 de julio. Todo ello nos habla de un poder que está
en crisis permanente y que lo estaba incluso antes del comienzo del
movimiento de los chalecos amarillos. Por eso la movilización fue
particularmente explosiva.



Frente a esta secuencia inacabada, el gobierno tiene la voluntad, que es muy
perentoria por otra parte, de jugar al doble o nada con las profundas
reformas estructurales. Es lo que ha pasado este verano, con el decreto
sobre el seguro de desempleo, que tendrá graves consecuencias para al menos
la mitad de los beneficiarios, tanto sobre la cantidad y duración de las
prestaciones como sobre el número de las personas beneficiarias. Los y las
desempleadas no tienen muy buena prensa en este país, debido al veneno
ideológico que se destilaba contra ellas, y no hemos respondido como hubiera
sido necesario.



Con la otra reforma estructural que conlleva el dossier de las pensiones
habrá que esforzarse más. Porque históricamente este ha sido un tema
sensible. La combinación de este dossier tradicionalmente explosivo y la
larga secuencia de los chalecos amarillos sugieren que todo es posible. El
desafío es asegurar que el inicio de curso se sitúe pronto al mismo nivel
que las semanas de las luchas más intensas del año pasado.



-¿Qué opináis del informe Delevoye  1/, publicado este verano?



El argumentario de los miembros del gobierno sobre las pensiones es un
compendio de hipocresía. Pueden pensar que han encontrado la pequeña pista
semántica de que han cumplido sus promesas y que la edad legal de jubilación
se mantiene a los 62 años, pero nadie se deja engañar. Con la edad pivote a
los 64 años y el sistema de bonus-malus [bonificaciones-penalizaciones, ndt]
que impide una pensión a porcentaje completo, no hay duda que pocas personas
podrán permitirse el lujo de jubilarse en base a sus cotizaciones,
especialmente cuando se conoce el importe de las pensiones actuales.



Al pretender renunciar a esta edad pivote y aumentar la duración de las
cotizaciones, como parece considerar Emmanuel Macron, se alcanza exactamente
el mismo resultado. Este es el árbol que esconde el bosque, porque el
corazón de esta reforma tiene como objetivo cambiar de un sistema que ya era
insuficiente y criticable, pero que todavía se basaba en una lógica de
reparto -es decir, de solidaridad- a un sistema de capitalización de puntos
individualizado, en el que no hay duda que se ganará menos que con el
sistema actual. El cálculo de la pensión tendrá en cuenta toda la carrera
profesional, no solo los mejores años, es decir, los mejores salarios. De
forma automática, ello reducirá la cuantía de las pensiones.



La segunda certeza es que no podremos saber de antemano el importe exacto de
nuestras pensiones, ya que el punto se contabilizará cada año. Estos son
proyectos que no podemos anticipar en un período de la vida que no es
anecdótico, ya que es aquel en el que escapamos de la explotación en el
trabajo. De hecho, todos pueden jubilarse antes de los 64 años, incluso
antes de los 62 años y, a veces, incluso sin tener otra opción, debido a la
reestructuración de las empresas y los recortes de empleos, pero con una
jubilación miserable. Y simplemente para vivir, nos veremos obligados a
completar nuestras pensiones con pensiones complementarias y desarrollar, a
pesar nuestro, este mercado lucrativo que esperan los seguros privados.



-La mentalidad individualista que caracteriza a nuestras sociedades ¿no
permitirá el paso de esta reforma sin enfrentamientos?



No una vez que todo el mundo hayan entendido que ganará menos. Porque hay
otra tradición muy profunda en este país: cuando nos tocan la cartera,
tendemos a molestarnos rápido. En general, no creo en esta historia que
afirma que el proyecto de Emmanuel Macron cuenta con el apoyo popular. El
desafío es saber si prevalecerá el miedo y la resignación, o más bien
resurgirán la revuelta y la ira.



El gobierno se equivoca al imaginar que puede atacarnos en todos los frentes
al mismo tiempo sin que en un momento u otro haya una respuesta y sin prever
que la protesta social pueda estallar nuevamente en el frente de la escena
política. A principios de diciembre de 2018, sin embargo, se pudo ver qué
rápido la protesta podría volverse subversiva.



-¿Esta reforma podría ser la chispa de una gran protesta social?



La cuestión de las pensiones es un cartucho de dinamita en este país. No sé
si es la madre de todas las batallas, pero en cualquier caso evoca muchas
cosas. Las pensiones son un derecho que se ha ganado mediante una lucha muy
fuerte. Detrás de esta reforma, hay un cierto modo de vida social que se
está o no a punto de abandonar. Incluso si ya ha sido severamente
restringido en los últimos treinta o cuarenta años.



-Los cuerpos intermedios y los partidos políticos de la oposición avanzan
sin embargo en un orden disperso. ¿Cómo lograr la unión y permitir que
emerja el desafío?



Estamos experimentando el comienzo de un nuevo ciclo de lucha de clases.
Esto es lo que vino a decirnos el movimiento de los chalecos amarillos. La
lucha de clases nunca es como nos gustaría que fuera, es como es. Según la
fórmula de Rosa Luxemburgo, ella es "un fragmento de la vida real".



Tenemos la demostración de que ahora hay decenas de miles -quizá más- de
explotados y explotadas, de oprimidos/as, que intentarán inventar nuevas
formas de lucha sin pedir permiso a nadie, con el único propósito de ganar
donde las modalidades de acción anteriores han fallado en los últimos
treinta años. Porque la realidad es que, excepto contra la reforma de la
Seguridad Social en 1995 bajo Juppé y contra el CPE [contrato de primer
empleo, ndt] en 2006 bajo Villepin, solo hemos acumulado derrota tras
derrota. ¿En este contexto qué es más natural que tratar de desarrollar
nuevas formas de resistir, de luchar y de ganar? Nuestro papel es tratar de
establecer una síntesis entre las mejores tradiciones del movimiento obrero
y este nuevo tipo de movilizaciones. ¿Cuándo? ¿Cómo? Eso no se decreta.
Nadie puede silbar el comienzo de la gran protesta social. No "se orquesta”,
por seguir recurriendo al léxico de Rosa Luxemburgo.



Desde el punto de vista de las fuerzas organizadas, nuestra parte de
responsabilidad, por otro lado, consiste en hacer un receptáculo unitario
que conecte con esta combatividad, un lugar común en el que se pueda
discutir nuestras tácticas en las movilizaciones... pero también de política
en el buen sentido de la palabra. De ahí la propuesta de “coordinación
permanente de la izquierda en lucha”, u otro nombre que le demos, el título
es secundario, que hemos planteado. Se trata de inventar un nuevo lugar
democrático, tanto a nivel local como nacional, en el que poder reunirse
regularmente para hacer un balance y discutir libremente de estrategias y de
acciones. No se trata de crear una enésima coalición que busque reemplazar a
los partidos, sindicatos, movimientos o colectivos existentes.



-¿En qué consiste esta propuesta?



Dependerá de la voluntad unitaria de los unos y las otras. Ningún proyecto
de este tipo puede tener éxito sobre la base de la propuesta de una sola
organización o de una sola corriente de pensamiento. Solo estamos
presentando esta perspectiva a debate. Tenemos que dar tiempo a la
discusión. En este momento, el choque de las elecciones europeas sigue
produciendo efectos en una parte de nuestro entorno y de nuestro campo. Es
necesario digerir, recuperarse, pero sobre todo comprender. Así pues, no
vayamos más rápido que la música.



Sin embargo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿tanto nos cuesta acordar
reunirnos regularmente para discutir incluso sobre nuestra capacidad de
actuar juntos? Estábamos hablando de pensiones: ¿decidimos, sí o no, superar
el escenario juntos al inicio del curso, como lo hicimos en el pasado, para
contrarrestar la batalla ideológica del poder gobernante?



La privatización del ADP [Aeropuertos de Paris] también es un tema político
importante. Si la mayonesa cuaja, existe la posibilidad, en un tema tan
sensible como las privatizaciones, de infligir una derrota al gobierno y es
posible imaginar el alcance que podría tomar. Siempre que la izquierda
radical lidere una campaña grande para ello. Hay dos procesos en marcha: o
respondemos, lo que nos parece la solución correcta, al llamamiento de Attac
y de la Fundación Copernic para llevar a cabo una campaña del mismo tipo que
la del Tratado de la Constitución Europea en 2005, o se lleva a cabo, como
algunos comienzan a hacer, una campaña contaminada por alianzas con la
derecha en nombre de la defensa de las joyas de familia y el patrimonio
nacional. La campaña unitaria que muchos esperan a nuestro alrededor se basa
en nuestro rechazo común a las privatizaciones en nombre de una cierta idea
del servicio público. Así es como podemos esperar enlazarla con todo lo que
sucede en otros lugares: en las urgencias, en las escuelas, en correos, en
EDF [Electricidad de Francia, ndt], en la SNCF [Sociedad Nacional de
Ferrocarriles Franceses, ndt]... Hay temas sobre los que actuar.



-En 2018, fuiste el arquitecto de la alianza de los sindicatos y partidos de
izquierda contra la reforma ferroviaria. La mayonesa realmente no cuajó...



Esto no es cierto: pasaron cosas y no pequeñas. Manifestaciones, mítines,
iniciativas, acciones comunes con los piquetes de huelga... No buscamos
sustituir la movilización social, que no se decreta, sino apoyarla, darle
fuerza y confianza. Para mostrar a todos que no están solos. Estas
iniciativas unitarias tuvieron su parte de utilidad, pero tuvieron lugar
durante una secuencia en la que fuimos derrotados... Desde entonces, la
situación ha evolucionado mucho, pero volver a este ejemplo enseña una cosa:
hace un año nos preguntamos qué deberíamos hacer para recuperarnos después
de las huelgas estudiantiles contra Parcoursup y las de los ferroviarios.
Nunca olvidemos que solo cuatro meses después, los chalecos amarillos
hicieron temblar al poder durante algunas semanas. Los poseedores tuvieron
realmente miedo de perder el control de la situación, el tiempo de un
momento de júbilo.



Así pues, ¿cuál es el problema? Es que, desde un punto de vista general,
para la izquierda social, sindical y política, esta movilización sin
precedentes es una oportunidad perdida. Aún cuando muchas y muchos
militantes de diferentes organizaciones, incluidos nosotros, han participado
en las manifestaciones, en las concentraciones en las rotondas y en los
intentos de coordinación. No es necesario mirar por el espejo retrovisor.
Simplemente significa que, a partir de ahora, uno debe decidir participar
plenamente, con independencia de las dudas o las críticas legítimas.



-Ni durante las protestas climáticas, ni durante el movimiento de los
chalecos amarillos, los políticos lograron la unión de las luchas. ¿Es este
tu papel?



Cada persona tiene su propia experiencia. Al igual que nosotros, el
movimiento de los chalecos amarillos llegó a conocer sus propios límites.
Conozco a muchos que se han dado cuenta de que hacer manifestaciones todos
los sábados no era suficiente. Ha habido intentos de coordinación en
Commercy, Saint-Nazaire... Se han establecido relaciones con el Comité de
Justicia de Adama. Cuando hablo de implicación, de alianzas, hablo de eso.
No hay necesidad de dirigirse al movimiento de los chalecos amarillos
diciendo tenemos la respuesta; la ambición es más bien estar a la altura de
una situación que coge a todo el mundo desprevenido, haciendo la elección
colectiva de un compromiso asumido. Pero en nuestro justo lugar, en relación
fraterna con los y las que llevan esta protesta social. Permanece el
problema político mayor… Es en esta ebullición social y política cuando las
fuerzas anticapitalistas han decidido ser más inaudibles que nunca.



-¿Por qué?



Creo que no podemos esperar lograr políticamente algo cuando se pierde este
tipo oportunidades. Por supuesto, se celebraron reuniones unitarias durante
la movilización, pero desafortunadamente, al contrario de lo que pudimos
lograr durante la huelga de las y los ferroviarios, no tuvieron mucho
efecto. Como este tipo de conflicto social promete repetirse, es necesario
verse, incluso dudar en voz alta y evocar nuestras reticencias comunes.



La izquierda radical se ha convertido en una gran prisionera de la agenda de
la Quinta República, es decir, del presidencialismo. Sin embargo, todos
dicen que quieren quedar al margen del mismo. Pero si se suman todas las
caballerizas presidenciales planteadas para 2022 en la izquierda de la
izquierda, ¡se saturarán todos los hipódromos de Francia! Ya es hora de
hablar de política en el buen sentido de la palabra, de tácticas y
estrategia sin preocupaciones electoralistas. ¡Este es el único método que
nunca se ha probado! Reunámonos para discutir de todo, de los temas que nos
molestan, así como de aquellos que nos unen. Que no son pocos: reparto de la
riqueza, ecología, derechos sociales, migrantes, derechos de las mujeres,
alternativa al curso autoritario que ha tomado el poder... Muchos temas que
nos consolidan.



Por ahora, somos incapaces de golpear conjuntamente a los mismos clavos. Lo
que ha pasado en las elecciones europeas debería alertar a todo el mundo.
Todo el mundo entiende la apuesta política que está haciendo Macron. Busca
firmar para un quinquenio suplementario utilizando el único cartucho que le
queda: presentarse como el último baluarte contra la extrema derecha.



-Eso es lo que todos decís desde 2017, desde el PS hasta la izquierda
radical...



Solo representamos humildemente lo que somos. No necesariamente acertamos,
pero estamos ahí, presentes, con nuestra sinceridad y nuestro entusiasmo
militante. La situación no es la misma que en 2017, se han redistribuido las
cartas, incluso en la izquierda de la izquierda. Hoy, nadie puede imaginar
por un segundo agregar él solo todas las fuerzas y encarnar todas las formas
de radicalidad que se expresan en la izquierda de la izquierda. Creo,
espero, que muchos se han dado cuenta. ¿Qué espera La France Insoumise
cuando invoca la idea de “federación popular”? ¿Este espacio común? ¿Un
nuevo movimiento para 2022? A ellos les corresponde decirlo y debatir. He
utilizado la imagen de una Bolsa del Trabajo remasterizada, en la que todo
el mundo puede entrar y salir cuando quisiera, en la que cada cual tendría
sus locales con o sin organización… Pero si hay una idea mejor, la tomo sin
dudar.



-¿Por qué su partido, el NPA, está trabajando en este acercamiento?



Siempre hemos tenido una tradición unitaria. Lamentablemente, el resultado
de las elecciones europeas fue previsible... Eso no significa que la
historia haya terminado. Por el contrario, la parte buena de ello es que
debe permitirnos recobrar un nuevo impulso y abordar la situación de manera
diferente, dejando de pensar en las elecciones treinta segundos y discutir
de política a partir de la sociedad tal como es, tal como se rompe, tal como
resiste, con sus fortalezas, sus debilidades, en toda su complejidad. Y
aceptar el deber de actuar juntos, de golpear conjuntamente. En muchos
movimientos políticos y organizaciones sociales, la idea está ganando
terreno. Tenemos que darnos el tiempo para encontrar los marcos correctos
para hacerlo, incluso si es un poco frustrante: a todos nos gustaría que al
inicio de curso, de forma inmediata, tuviera una respuesta firme contra el
espíritu de los tiempos. Se trata de no dejar a los mayores enemigos del
mundo, Macron y Le Pen, que lideren la vida política con una varita.



* Entrevista publicada en Politis, el 4 de septiembre de 2019.



Nota



1/  “Por un sistema de pensiones universal”, informe del Alto Comisionado
para la reforma de las pensiones, Jean-Paul Delevoye, presentado al gobierno
el 19 de julio de 2019. [Ver sobre la jubilación por puntos el análisis del
ejemplo sueco realizado por Michel Husson, publicado en la web de Viento
Sur].

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