Estados Unidos/ La lucha de clases en tiempos del coronavirus ya empezó [Jeet Heer]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Abr 3 12:49:50 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

3 de abril 2020

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Estados Unidos



La lucha de clases en tiempos del coronavirus ya empezó



Jeet Heer

A l’encontre, 2-4-2020

http://alencontre.org/ameriques/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



Los desastres generan nacionalismo. Es una constante que todos nos reunamos
contra un enemigo común, ya sea una potencia extranjera o un desastre
natural. En la actual crisis del coronavirus, los líderes políticos de todo
el mundo están aumentando su popularidad. Incluso Donald Trump, tan patético
e impopular. El deseo de un líder fuerte en tiempos de crisis provoca
extraños efectos secundarios, que van desde el entusiasmo de los medios de
comunicación por Andrew Cuomo (gobernador del Estado de Nueva York) hasta
los periodistas que elogian a Trump por su "nuevo mensaje y el nuevo tono"
después de que reconociera en una conferencia de prensa que la pandemia
causaría entre 100.000 y 240.000 muertes.



Sin embargo, la unidad nacional que la crisis genera podría ser un
espejismo. Ni siquiera el fervor patriótico de la Segunda Guerra Mundial
puso fin a las tensiones sociales de los tiempos normales. Durante la
guerra, Detroit vivió huelgas salvajes (dirigidas por trabajadores del
sector automovilístico que se rebelaron contra los grandes sacrificios que
les pedían, sin recibir a cambio una compensación justa) y conflictos
raciales (de blancos que se oponían a la migración de negros del Sur).



La crisis del coronavirus desvela una intensificación similar de los
conflictos sociales. Han aumentado los ataques racistas contra los
estadounidenses de origen asiático, sobre todo porque Donald Trump ha
difundido el término "virus chino".



La lucha de clases también se intensifica. De hecho, se está librando una
guerra de clases en dos frentes. La crisis es la ocasión para que los ricos
y sus aliados, de ambos partidos políticos, saqueen el tesoro. Todos los
planes de inversión pasados y futuros tienen como objetivo el de proteger
sus privilegios, los esfuerzos para amortiguar el choque de la recesión
sobre la mayoría de la clase trabajadora son muy modestos. En cuanto a los
obreros, que sigan trabajando en condiciones peligrosas con la mínima
compensación posible. Muchos trabajadores incluso se ven obligados a tomar
licencia, ven reducidos sus salarios o son sencillamente despedidos.

El salvataje de los plutócratas combinado con la precariedad de una clase
obrera en peligro físico es explosivo. Es difícil ver cómo esto podría
seguir así sin alterar el orden social.



***



Helaine Olen definió en el Washington Post el primer paquete de estímulos
"no sólo (como) una oportunidad perdida de asegurar a los trabajadores
estadounidenses los beneficios de los que disfrutan los trabajadores de
otros países ricos, sino también como una nueva apropiación de fondos que
favorece los intereses de las empresas y de los más ricos de entre
nosotros". Al proponer a los trabajadores sólo cuatro meses de aumento del
seguro de desempleo y una ayuda única de 1.200 dólares (más 500 dólares por
niño), el plan abrió los circuitos financieros de Wall Street con un fondo
de rescate para las empresas que podría alcanzar los 6 billones de dólares.



Los futuros planes de estímulo van a ser aparentemente similares. Según el
New York Times, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi
(demócrata), habla de un acuerdo para "levantar retroactivamente el límite
de las deducciones fiscales nacionales y locales". El economista de la
Universidad de Michigan, Justin Wolfers, señala que "más de la mitad de esos
dólares irían a parar a millonarios". La propuesta tendría sentido político,
recompensando a los votantes de los suburbios de los “blue states” (estados
azules, los que votan en general por el Partido Demócrata). Pero
económicamente, plantea el mismo problema que el primer plan: la voluntad de
distribuir millones de dólares a los que menos lo necesitan.



Los republicanos y los demócratas se preocupan por los millonarios y no por
la clase obrera. Como lo indicó el informe de ProPublica del 24 de marzo:
"Los médicos de las emergencias y las enfermeras -que en muchos casos están
haciendo frente a la oleada de pacientes con coronavirus y a la escasez de
equipos de protección- están descubriendo que se les está reduciendo las
primas". Muchos trabajadores de la salud son contratados por empresas del
tipo de las de trabajo temporal. Y estas compañías están reduciédoles el
salario, haciendo recaer sobre ellos la "pérdidaé por las operaciones no
urgentes que no se están realizando. La empresa Alteon Health, una de las
principales contratistas de médicos y enfermeras, publicó un memorando el
lunes 30 de marzo en el que informaba que "la empresa reduciría la cantidad
de horas de trabajo de los médicos, los salarios del personal administrativo
en un 20%" y que suspendería los planes 401k (ahorro jubilatorio previo),
las bonificaciones y el salario vacacional".



Los trabajadores de la salud no son los únicos que se ven confrontados a
condiciones de trabajo más precarias y peligrosas. En el New York Times, el
veterano periodista laboral Steven Greenhouse observó el peso de las
diferencias de clase en la expresión de la crisis del coronavirus. "Millones
de trabajadores de cuello blanco están trabajando desde sus casas a través
de internet para mantenerse a salvo mientras el coronavirus extiende sus
garras a través de América", dijo Greenhouse. "Pero millones de otros
trabajadores -cajeras de supermercado, empleados de farmacias, trabajadores
de los depósitos, conductores de autobuses, trabajadores de la carne, etc.-
tienen que ir al trabajo todos los días, y muchos ya no soportan más que sus
patrones no hagan lo suficiente para protegerlos de la pandemia".



***



La letalidad creciente en los lugares de trabajo en los EE.UU. alimentando
una ola de protestas de los trabajadores, huelgas organizadas por los
sindicatos o huelgas salvajes espontáneas. Greenhouse enumeró algunas de
esas acciones:



- "El martes 24 de marzo, después de que un mecánico diera positivo por el
coronavirus, más de la mitad de los trabajadores de "Bath Iron Works", un
astillero de Maine, no fueron a trabajar, exigiendo a la empresa que
limpiara antes el astillero a fondo.



- En Warren, Michigan, los trabajadores se retiraron de una planta de
camiones de Fiat Chrysler porque no había agua caliente para lavar los
platos.



- En Alberta, los conductores de autobuses de Birmingham, Alberta, se
declararon en huelga por la falta de protección contra el coronavirus en
caso de pasajeros infectados.



- Los conductores de autobuses de Detroit, Michigan, hicieron un paro por la
misma razón [1].



- Los trabajadores de la sanidad en Pittsburgh, Pensilvania, pararon el
trabajo, preocupados por el coronavirus.



Esta ola de protestas va a aumentar, y no sólo por el coronavirus, sino
porque los ricos han roto el contrato social. Forjando planes de rescate que
favorecen a las empresas y a los millonarios, la élite política
estadounidense está jugando con fuego durante una pandemia en la que los
obreros se ven obligados a trabajar en condiciones que ponen en peligro sus
vidas. Los conflictos van a seguir. Y es probable que sean mucho más
intensos que lo que fueron las acciones de Occupy Wall Street y el
movimiento del Tea Party, nacidos ambos a raíz del derrumbe económico de
2008.



***



El debilitamiento de los sindicatos estadounidenses en las últimas décadas
también significa el debilitamiento del poder que ejercían sobre los
trabajadores organizados. Teniendo en cuenta esto, el espacio abierto para
las huelgas salvajes puede hacer que sean éstas el arma de la nueva lucha de
clases. Los Estados Unidos podrían entrar en un período de militancia obrera
muy diferente de todo lo conocido desde los años 1930 y 1940.



* Artículo publicado en The Nation, 1-4-2020:
https://www.thenation.com/article/society/coronavirus-class-war-labor/

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