Análisis/ La economía mundial al principio de la gran recesión Covid-19 [François Chesnais]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 15 00:16:42 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

15 de abril 2020

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redacción y suscripciones

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Análisis

 

Situación de la economía mundial al principio de la gran recesión Covid-19:
referencias históricas, análisis y gráficos 

 

François Chesnais

A l’encontre, 12-4-2020  

http://alencontre.org/

Traducción de Correspondencia de Prensa

 

A medida que la pandemia se extiende con una ferocidad imprevista,
particularmente en Estados Unidos, las estimaciones de la profundidad de la
recesión que ya empezó, y de sus impactos diferenciados en diversos sectores
de la economía mundial, han venido variando constantemente. Durante varias
semanas el punto de referencia aplicable fue la crisis económica y
financiera de 2007-2009 y la recesión subsiguiente. Pero desde el momento en
el que las cifras del desempleo en Estados Unidos fueron publicadas, se
habla de una depresión de una magnitud que podría aproximarse a la Gran
Depresión de la década de 1930.

 

A estos dos puntos, este artículo añade una tercera referencia: en 1945, al
final de la Segunda Guerra Mundial, la deuda pública de ciertos Estados,
entre ellos el Reino Unido y Francia había alcanzado niveles muy altos, a
los que nos acercamos hoy. En el artículo analizamos, en primer lugar, la
situación de la economía mundial en vísperas de la pandemia, centrándonos en
las características del período 2009-2019. A continuación, examinamos la
capacidad actual del capitalismo mundial para recuperarse, para reanudar la
acumulación durante un largo período de tiempo, comparándola con la que
tenía en la década de 1930 y en las décadas que siguieron a la Segunda
Guerra Mundial.

 

A este respecto vamos a estudiar varios indicadores, entre ellos el costo
creciente del componente variable (llamado capital circulante) del capital
constante y las características actuales de la tecnología. El artículo
concluye con una pregunta que será crucial sobre el nivel y la carga de la
deuda pública, pero también de la deuda de los hogares, a tal punto crucial
que la anulación de la deuda se convierte en una reivindicación política que
puede ser comprendida fácilmente por un gran número de trabajadores. El
jueves 9 de abril de 2020, Christine Lagarde [presidenta del Banco Central
Europeo, abogada, dirigente de grandes empresas, ex directora del FMI (Fondo
Monetario Internacional), su fortuna personal rodea los 150 millones de
euros: ndt] se manifestó enérgicamente en contra de la idea, por supuesto. 

 

1. Estado de la economía mundial en la antesala de la pandemia

 

A finales de 2019, doce años después del estallido de la crisis económica y
financiera mundial de 2007-2008, todavía no se había producido una verdadera
salida de la crisis ni una reanudación de la acumulación en los países
avanzados de la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), al mismo tiempo que en China el ritmo de crecimiento se
había enlentecido. En realidad, la gran recesión que comenzó hace doce años
nunca se terminó. Aunque según las convenciones estadísticas, la recesión
que comenzó en diciembre de 2007 en Estados Unidos terminó en junio de 2009,
los economistas de habla inglesa designan el período abierto por la crisis
mundial, que culminó con el colapso de Lehmann Brothers en octubre de 2008,
como la Gran Depresión. Este nombre se justifica plenamente por la clara
ruptura con el período precedente, fundamentalmente con la larguísima fase
de crecimiento iniciada a finales de los años 40. El gráfico [ver en los
sitios web de A l´encontre y Correspondencia de Prensa: ndt ] muestra que el
crecimiento se redujo gradualmente a niveles muy bajos en 1974-1975 y
1979-1982, pero que recién se interrumpió realmente en 2008-2009. [1]

 

Antes del inicio de la pandemia, las perspectivas de crecimiento de la
economía mundial para el año 2020 publicadas por la OCDE eran del 2,9%. A
principios de 2020, la producción industrial de los Estados Unidos había
caído, según los cálculos de la FED [Reserva Federal, banco central
estadounidense: ndt], 0,4% con respecto a su nivel en el mismo mes del año
anterior [2]. En Alemania, la segunda economía más grande de la OCDE, la
producción industrial cayó un 1,7% en octubre de 2019. La industria alemana,
que depende de las exportaciones, se vio afectada por la desaceleración
endógena del crecimiento chino, por los malos resultados de los países
vecinos de Europa y por el impacto del Brexit en los proyectos de inversión
de la Unión Europea [UE]. [3]

 

La crisis de la economía mundial empieza antes de la pandemia, y muchos
parámetros han cambiado en comparación con el período de crisis de
2007-2008. No sólo se trata de la pérdida de eficacia de los instrumentos
monetarios, de la pérdida de efectividad de las intervenciones de los bancos
centrales y del elevado nivel de la deuda pública, sino también de la
capacidad de acción de la burguesía mundial. En 2009, la profundización de
la recesión mundial y la disminución de la producción y del comercio fueron
frenadas por las enormes inversiones en infraestructura realizadas por
China. Pero en 2020, China ya no está en condiciones de hacer lo mismo. De
manera contradictoria, China ha sido simultáneamente el principal escenario
de sobreacumulación mundial [4] y un país que se vio afectado inmediatamente
por las consecuencias económicas de la pandemia. En lo que respecta a las
relaciones internacionales, el régimen interestatal relativamente
cooperativo de 2009, cuando se creó el G-20, ha dado lugar a una intensa
rivalidad comercial y a un aumento significativo del proteccionismo del que
Estados Unidos es el principal responsable. Por último, doce años más de
explotación de los recursos básicos han llevado a un aumento de los precios
de las materias primas básicas bajo el efecto de una incipiente escasez de
los recursos mineros y de la degradación del suelo, mientras que el
calentamiento global está empezando a afectar a todos los países.

 

2. La Gran Recesión no ha reducido la sobreacumulación del capital
productivo

 

La recesión específica del Covid-19 afecta a una economía mundial
caracterizada por la sobreacumulación de capital productivo de diversos
grados de importancia, en función de la industria. Es un indicio de la no
resolución de la "gran recesión", ya que la condición sine qua non para
cualquier salida más o menos duradera de una gran crisis -y a fortiori de
una depresión- es una fuerte desvalorización/destrucción física del capital
productivo y la inversión del movimiento de la tasa de ganancia
correspondiente. ¿Qué sabemos sobre la devaluación física/destrucción del
capital productivo en los años 2010? (La destrucción o más bien la no
destrucción del capital monetario ficticio se discutirá más adelante). En el
caso del sector manufacturero, se dispone de dos indicadores "aproximativos"
(proxies) para identificarlo.

 

El primer indicador es la tasa de utilización de la capacidad productiva. El
único país para el que existen estimaciones nacionales es Estados Unidos,
donde la Reserva Federal calcula indicadores separados para los sectores
manufacturero, minero y de servicios, así como un indicador sintético. En
febrero de 2020 se situó en 77,0%, 2,8 puntos por debajo del promedio a
largo plazo (1972-2019) [5].

 

Hay estimaciones mundiales disponibles para dos importantes industrias en
las que la inversión china es muy significativa. La primera es la industria
del acero. El informe de marzo de 2019 del Comité de Acero de la OCDE [6]
constató que la producción mundial de acero bruto había aumentado un 4,8% en
2018, mientras que el crecimiento del consumo de acero se había reducido en
la mayoría de las principales economías consumidoras del mismo. La capacidad
mundial de fabricación de acero permaneció prácticamente inalterada en 2018,
con 2.234 millones de toneladas métricas, después de haber disminuido en
2016 y 2017. Se estima que la brecha entre la capacidad y la producción de
acero seguirá siendo elevada, con 425,5 millones de toneladas métricas en
2018. Si los proyectos anunciados por algunos países se cumplen y si no hay
de cierres, la capacidad mundial de fabricación de acero podría aumentar
entre un 4 y un 5% entre 2019 y 2021.

 

La otra industria es la automotriz, donde se hace la misma constatación,
esta vez por parte de la profesión, de una "capacidad global que está por
encima de la producción" [7], en particular para los vehículos ligeros. La
producción mundial de vehículos ligeros se redujo en más del 2% en 2019 y se
prevé que el aumento sea sólo de un 3% en 2020. 36 nuevas plantas fabricarán
en 2020 y 16 más en 2021, lo que elevará el total a 758 plantas en todo el
mundo. Como resultado de estas inversiones, la tasa media de utilización de
la capacidad va a caer al 63% en 2019-2020. La mayor parte de esta nueva
capacidad se encuentra en China, a pesar de la reciente desaceleración del
mercado. El ritmo del incremento de la capacidad en el continente europeo ha
sido de más del doble que el del crecimiento del mercado. En el estudio se
estima que mientras que la capacidad de producción ha aumentado un 6% en los
últimos tres años, el mercado se ha contraído un 1% en el mismo período.

 

El segundo indicador bruto es el de los gastos de publicidad. El gasto en
publicidad ha aumentado constantemente y se espera que supere los 560.000
millones de dólares en 2019. Su tasa de crecimiento en 2019 fue del 4%, una
tasa superior a la del PIB mundial (véase el primer cuadro) e incluso
superior a la del comercio mundial, que creció sólo un 2,6% en ese mismo
año. América del Norte es la región que más invierte en publicidad, seguida
de Asia y Europa occidental. Estados Unidos invirtió más de 229.000 millones
de dólares en publicidad en 2018, mientras que China, en segundo lugar,
invirtió la mitad de esta suma. En 2017 el grupo de bienes de consumo
Procter & Gamble fue el mayor anunciante del mundo con más de 10.000
millones de dólares en gastos de publicidad. Otros grandes anunciantes son
Unilever, L'Oréal y Volkswagen. Este gasto, del que las principales
plataformas han sido los instrumentos y que las han beneficiado ampliamente,
[8] no pudo evitar la disminución de la producción industrial en Estados
Unidos y en Alemania y, más en general, que la producción industrial y el
comercio mundial hayan caído desde los últimos meses de 2019.

 

La recesión que está empezando supondrá, al menos inicialmente, una
agudización de la centralización/concentración del capital productivo, pero
no su destrucción, dadas las medidas que los gobiernos están adoptando,
obviamente, para apoyar a las empresas e impedir que quiebren.

 

3. La tendencia a la baja de la tasa de ganancia

 

La teoría marxista de la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia y
de los factores que la compensan (o, por el contrario, la agravan)
constituye un marco analítico indispensable. Permite comprender los factores
que subyacen a esta caída y las consecuencias que se derivan de ella, con la
condición de situarlos históricamente. Al escribir esto quisiera evitar la
presentación reductora que hace a veces Michael Roberts, que es en cierto
modo el Papa de la teoría de la caída de la tasa de ganancia. En una
reciente conferencia en Londres [9] invitó a un público de jóvenes eruditos
a retener de Marx tres leyes. Lo cito: "1° La ley del valor: sólo el trabajo
crea valor. 2° La ley de la acumulación: los medios de producción se
incrementan para aumentar la productividad del trabajo y para dominar el
trabajo. 3° La ley de la rentabilidad: las dos primeras leyes crean una
contradicción entre el aumento de la productividad del trabajo y la
disminución de la rentabilidad del capital. Esto sólo puede superarse
mediante crisis recurrentes de producción e inversión; y a largo plazo,
mediante la sustitución del capitalismo. La masa de beneficios puede y de
hecho crecerá mientras que la tasa de ganancia cae, lo que asegura la
continuidad de la inversión y la producción capitalista. Pero a medida que
la tasa de ganancia sigue cayendo, el crecimiento de la masa de ganancia
caerá hasta el punto de 'sobreacumulación absoluta', el punto de ruptura de
las crisis". Se ha visto más arriba que, tras un breve retroceso, la
acumulación mundial de capital productivo manufacturero se ha mantenido a
pesar de la gran recesión, especialmente como resultado de su acumulación en
China, donde la inversión no está vinculada estrictamente a la exigencia de
rentabilidad [10].

 

Roberts estima que su defensa de la ley de la tendencia a la baja de la tasa
de ganancia es muy minoritaria y cuenta con Alan Freeman como aliado al
decir que "esta ley sigue siendo el único competidor digno de credibilidad
en la competencia por explicar qué es lo que no funciona en el capitalismo".
El problema consiste en no darle una formulación ahistórica. Esta
formulación se expresa de dos maneras en Roberts. La primera es enunciar la
ley en términos que trasciendan las sucesivas fases de desarrollo
(capitalismo de libre competencia, capitalismo monopolista, capitalismo
financierizado) que han sido identificadas por los marxistas (Hilferding,
Lenin, los teóricos de la financierización) de las que Roberts hace poco
uso. Así, en su largo libro La larga depresión, no aparece el nombre de
Lenin. La otra forma tiene una apariencia histórica pero ignora la historia.
Consiste en la elaboración de un movimiento secular de la tasa de ganancia
decreciente, intercalado con fases de ascenso. Una diapositiva de Powerpoint
de la conferencia de Roberts de febrero muestra la versión más reciente de
una figura que muestra el movimiento de la tasa de ganancia durante más de
150 años, de la cual ya mostró versiones anteriores en 2012 y en 2015 [ver
su blog: https://thenextrecession.wordpress.com/
<https://thenextrecession.wordpress.com/> ]  

 

La solidez de los cimientos estadísticos de la curva no es tan obvia. En su
trabajo de 2015 [11], Roberts utiliza durante los primeros ochenta años el
trabajo del argentino Esteban Maito, autor de una investigación que muestra
una disminución del ritmo mundial desde 1869. Pone en línea un texto suyo en
inglés [12] En The Long Depression escribe que "no importa cómo se mida la
tasa de beneficios, todas las medidas utilizadas (las de Duménil y Lévy,
Simon Mohun, Li Minqi, Anwar Shaikh y unas diez más) para Estados Unidos
desde los años 40 muestran una baja secular" [13] Los cálculos hechos por el
propio Roberts dan este resultado: 

 

La forma en que un modo de producción caracterizado, según la figura 2,
durante un siglo y medio por una rentabilidad decreciente, ha extendido su
dominación en el planeta y ha impuesto en todas partes relaciones de
producción basadas en la propiedad privada de los medios de producción y el
trabajo asalariado merecería una explicación. Recordemos lo que Roberts dijo
a sus oyentes: "las dos primeras leyes crean una contradicción entre el
aumento de la productividad del trabajo y la baja de la rentabilidad del
capital. Esto sólo se puede reconciliar con crisis recurrentes de producción
e inversión; y, a largo plazo, con la sustitución del capitalismo". Al final
de su libro de 2016, el autor se plantea la pregunta de si el capitalismo ha
llegado a su "fecha de caducidad" (use-by date), el título del último
capítulo, y Roberts responde que la depresión podría terminar en 2018
después de una nueva recesión profunda. Y termina diciendo que "ante la
ausencia de una nueva guerra mundial devastadora (reconociendo así el papel
de este tipo de guerras, dos veces en el siglo XX, F. Chesnais) el
capitalismo terminará por recuperarse". [14] No es la posición de Maito, de
quien Roberts toma prestadas sus cifras, el que se inclina por la teoría del
colapso: "Las crisis periódicas permiten una recuperación parcial de la
rentabilidad a lo largo del tiempo". Esta capacidad de regeneración es un
aspecto característico del capital y de la naturaleza cíclica de la economía
capitalista. Pero el carácter periódico de estas crisis no ha impedido la
tendencia a la baja de la tasa de ganancia a largo plazo. De manera tal que,
en relación con estos discursos sobre la inagotable capacidad del capital
para restablecer la tasa de ganancia y manifestar su vitalidad (...) es
necesario afirmar a la luz de la evidencia empírica su inevitable carácter
histórico efímero". Y Maito cita a Henryk Grossman, "A medida que las
contra-tendencias se debilitan, los antagonismos del capitalismo global se
agudizan gradualmente y la tendencia al derrumbe se acerca cada vez más a su
forma final de hundimiento absoluto". [15]

 

4. Los cambios en la importancia relativa de los componentes del capital
constante

 

Así entonces, estamos en la "nueva gran recesión" de la que Roberts hablaba
en 2016. Al principio de su libro Roberts escribe: "Es la expansión que
resulta de la rentabilidad la que genera de manera endógena (subrayado en el
texto) la contracción. Esta última, por su parte, genera por sí misma la
nueva fase expansionista". [16] La gran recesión en la que hemos entrado no
es el resultado de causas endógenas, sino de un hecho exógeno [17]
inesperado y verdaderamente global, cuyo epicentro no se encuentra en
Estados Unidos como en 2008. Es la continuación de la depresión no resuelta
después de 2008. Es en este contexto que debemos examinar lo que queda de la
hipótesis de Roberts sobre una "posible recuperación endógena".

 

Mi posición es que la hipótesis no será verificada, por razones que tienen
que ver, en primer lugar, con los impactos económicos del "medio ambiente"
(para resumir) y, en segundo lugar, con las características macroeconómicas
de las tecnologías que han ido ganando terreno gradualmente en los últimos
veinte años. Voy a basarme en los cálculos de Roberts sobre la composición
orgánica del capital. El hecho destacado que merece ser explicado es su
aumento después de 1997, mientras que la tasa de inversión disminuye.

 

Recordemos que la composición orgánica es una relación entre el capital
invertido por las empresas en la producción, que es "trabajo muerto"[18] y
que no puede crear valor sino que sólo lo transmite -lo que Marx llama
capital constante- y lo que llama capital variable, es decir, la fuerza de
trabajo comprada por las empresas que crea valor, cuya importancia depende
de su productividad. Esta relación es el denominador para determinar la tasa
de ganancia: cuando aumenta, la tasa de ganancia disminuye. La pregunta es
qué se incluye dentro del capital constante. En su presentación de febrero,
Roberts se centra en las máquinas y las fábricas y explica que "la ley de la
acumulación dice que cuando los capitalistas dedican una parte cada vez
mayor de sus beneficios a los medios de producción, la relación entre el
valor de los medios de producción y el valor de la mano de obra empleada
tenderá a aumentar". Es una ley de la expansión económica capitalista que
esta relación, llamada composición orgánica de los aumentos de capital,
aumente. La tendencia (la ley como tal) será que el crecimiento de la
composición orgánica del capital sea mayor que cualquier aumento de la tasa
de explotación y de la plusvalía. Como contra-tendencia, a veces, el aumento
de la tasa de plusvalía superará el incremento de la composición orgánica
del capital, pero no de forma indefinida. A veces, la disminución del costo
de las nuevas tecnologías ocasionará una disminución de la composición
orgánica del capital (la composición valor disminuirá), pero la mayoría de
las veces esto no es así."

 

Pero hemos visto un aumento de la composición orgánica mientras que la tasa
de inversión bajaba.

 

El movimiento estadounidense se inscribe en un movimiento global que afecta
a todos los países, tal como lo ha señalado el FMI.

 

La consecuencia de esta "falla" de la ley, para usar el término usado por
Roberts, nos obliga a mirar más de cerca el capital constante y a
descomponerlo en "capital fijo" y "capital circulante", en máquinas por un
lado y en materias primas y energía por el otro. [19] El costo de las
materias primas y de la energía debe situarse en el primer lugar de los
factores que afectan el nivel de la composición orgánica, y también hay que
ver si es posible cuantificar los impactos del cambio climático en la
acumulación de capital productivo. Por lo tanto, es necesario comenzar a
buscar indicadores que tengan el valor de proxies.

 

5. El aumento del precio de las materias primas, y entonces del costo del
capital constante circulante

 

Un estudio de McKinsey [20] llega a conclusiones que respaldan firmemente la
hipótesis de que el aumento de los precios de las materias primas explica el
aumento de la composición orgánica que se muestra en la figura 4. Sin
embargo, otro estudio llega a conclusiones significativamente diferentes,
estableciendo que los precios de las materias primas siguen el ritmo del
crecimiento del PIB mundial, con un pico de precios en los años anteriores a
la recesión mundial de 1974-1976, un nuevo aumento a partir de 2000, y luego
una caída de los precios después de 2008, que se vio reforzada por la
desaceleración del crecimiento de China.  [21]

}

El estudio de McKinsey, del que está sacada la figura 7, señala en primer
lugar que el movimiento de los precios de las materias primas ha cambiado
brusca y radicalmente desde principios de siglo. Durante el siglo XX, los
precios en términos reales cayeron un promedio de algo más de 0,5 % por año.
Pero desde el año 2000, en promedio, los precios se han más que duplicado.
También ha aumentado considerablemente la inestabilidad de los precios desde
principios de siglo. La oferta de materias primas, señala el equipo de
McKinsey, "parece adaptarse cada vez con más dificultad a los cambios de la
demanda porque el acceso a las nuevas reservas es más difícil y más costoso.
Por ejemplo, el petróleo en alta mar requiere técnicas de producción más
sofisticadas. La tierra cultivable disponible no está interconectada con los
mercados finales debido a la falta de infraestructuras. Los recursos
minerales deben desarrollarse cada vez más en regiones de alto riesgo
político. Estos factores no sólo aumentan el riesgo de interrupciones del
suministro, sino que también es menos flexible. A medida que la oferta se
hace cada vez más insensible a la demanda, incluso pequeños cambios en la
demanda pueden dar lugar a importantes cambios en los precios. Los
inversores pueden ser desalentados por la incertidumbre de los precios de
las materias primas y se sienten menos dispuestos a invertir en nuevas
iniciativas de productividad de la oferta o de los recursos". En tercer
lugar, los precios de los diferentes tipos de productos básicos han estado
cada vez más estrechamente correlacionados. Además de la demanda china "hay
otros dos factores importantes. En primer lugar, los recursos básicos
representan una proporción significativa de los costos de los insumos de
otros recursos. Por ejemplo, el aumento de los costos de la energía en la
producción de fertilizantes conlleva un aumento de los costos de producción
en la agricultura. En segundo lugar, los avances tecnológicos permiten una
mayor sustitución entre los recursos en la demanda final, por ejemplo, los
biocombustibles combinan la agricultura y los mercados de la energía".

 

A corto plazo, según los expertos de McKinsey, la economía mundial no se
enfrenta a una escasez absoluta, pero "el aumento de los costos marginales
de la oferta parece ser omnipresente, poniendo un piso bajo a los precios de
muchos productos básicos". En lo que respecta a los precios de la energía
(en términos nominales), su nivel aumentó 260% desde 2000, debido
principalmente al aumento de los costos de la oferta y a la rápida expansión
de la demanda en los países no pertenecientes a la OCDE. En el futuro, la
fuerte demanda de los mercados emergentes, las fuentes de aprovisionamiento
más difíciles, las mejoras tecnológicas y la incorporación de los costos
ambientales determinarán la evolución de los precios. En el caso de los
metales, los principales impulsores de la evolución de los precios durante
el siglo XX fueron los avances teconológicos y el descubrimiento de nuevos
yacimientos con bajos costos de explotación. Sin embargo, desde el año 2000,
los precios de los metales (en términos nominales) aumentaron un promedio de
176% (8% anual). Por último, desde el 2000, los precios de los alimentos (en
términos nominales) han aumentado casi un 120% (6,1% anual) debido a la
contracción del ritmo de aumento de los rendimientos, al aumento de la
demanda de forraje y combustible, las "crisis de la oferta" (sequías,
inundaciones y variaciones de temperatura), la disminución de las reservas
de estabilización mundiales y las medidas políticas (por ejemplo, algunos
gobiernos de las principales regiones agrícolas prohíben las exportaciones).
Los precios nominales de los productos agrícolas no alimentarios, como la
madera, el algodón y el tabaco, han aumentado entre un 30 y un 70% desde
2000. Los precios del caucho han aumentado más del 350% porque la oferta se
ha reducido al mismo tiempo que ha aumentado la demanda de neumáticos para
vehículos en las economías emergentes. En el futuro, la producción agrícola
estará regida por la demanda de los grandes países emergentes como China,
los riesgos climáticos y de los ecosistemas, la expansión urbana sobre las
tierras cultivables, la demanda de biocombustibles y como efecto de
contrapeso, las posibles mejoras de la productividad.

 

6. La tecnología no supone un gran impulso para la acumulación

 

Llegamos aquí al tema que abordé en un artículo publicado en A l'encontre en
2019: saber si las nuevas tecnologías tendrán las características necesarias
para ser la fuerza motriz de la reactivación de la acumulación. [22] Aunque
tenga un valor científico limitado, podemos utilizar la división que se hace
comúnmente entre la process technology, la tecnología de los procesos de
producción y la product technology, la tecnología que materializada en
productos, en mercaderías. Comencemos con la tecnología de procesos, donde
los avances cualitativos se relacionan con la difusión interindustrial de la
robótica, en la que Ernest Mandel fue el primer marxista en interesarse, ya
en 1972. [23] La introducción de los robots significa una modificación
radical de la relación entre el capital constante y el variable. La
contradicción entre la búsqueda de la productividad y el uso de la fuerza de
trabajo como única fuente de valor y plusvalía hasta sus límites extremos.
Significa que la masa de plusvalía disminuye mientras que su tasa expresada
por la productividad aumenta. Ernest Mandel fue el primero en establecer el
mecanismo con claridad y también en sacar conclusiones particularmente
sombrías del mismo:

 

"La extensión de la automatización más allá de un cierto límite conduce, de
manera inevitable, primero a una reducción del volumen total del valor
producido y luego a una reducción del volumen de plusvalía realizada. Esto
lleva a una "crisis de derrumbe" combinada de manera cuádruple: una enorme
crisis de disminución de la tasa de ganancia; una grave crisis de
realización (el aumento de la productividad laboral que implica la robótica
extiende la masa de valores de uso producidos a una tasa aún más alta que la
tasa de reducción de los salarios reales y una proporción creciente de estos
valores de uso se vuelve invendible); una profunda crisis social; y una
dramática crisis de "reconversión" [en otras palabras, de la capacidad de
adaptación del capitalismo] a través de la desvalorización - las formas
específicas de destrucción del capital que amenazan no sólo la supervivencia
de la civilización humana, sino incluso la supervivencia de la humanidad o
la vida en nuestro planeta." [24]

 

Hoy sabemos que el calentamiento global es una amenaza para la sobrevivencia
de la civilización humana. La robotización no se ha llevado a cabo al ritmo
y a la escala que Mandel temía. Uno de los primeros ensayos realizados por
dos investigadores de la Universidad de Oxford en 2013 estimó que el 47% de
los oficios en los Estados Unidos podrían realizarse con máquinas
automatizadas. Luego hubo muchos otros ensayos de este tipo.  Las
conclusiones difieren ligeramente de uno a otro, pero todos apuntan en la
misma dirección. El ritmo es más lento que un "salto cualitativo". El
estudio publicado en 2017 por McKinsey estima que el 55% de los empleos
japoneses, el 46% de los estadounidenses y el 46% de los de las cinco
mayores economías europeas desaparecerán debido a la informatización del
trabajo para 2030. [25] El más reciente y conservador es el publicado por la
OCDE en abril de 2019, en el que la informatización y la robotización harían
desaparecer el 14% de los empleos en un plazo de 20 años. [26] Los
principales sectores de empleo con una probabilidad del 50 al 70% de ser
automatizados son los que la OCDE define como "medianamente cualificados",
"cuya naturaleza rutinaria hace que sea relativamente fácil codificarlos en
un conjunto de instrucciones que una máquina puede realizar". En otras
palabras, los trabajadores calificados, operadores de máquinas, trabajadores
de líneas de montaje o empleados que realizan tareas administrativas
rutinarias. Los índices de crecimiento de la productividad total de los
factores que se muestran en la figura 8 apuntan a un uso todavía limitado
por el capital de la IA (inteligencia artificial) en la industria.

 

Veamos ahora la product technology, las tecnologías incorporadas en los
nuevos productos. Aquí, su capacidad de servir de estímulo a la acumulación
depende de la cantidad de inversión que implica su introducción, tanto en la
rama industrial donde nacen o que convierten en necesaria como en las ramas
vecinas, así como de la importancia de la demanda que su utilidad social les
permite crear. Las tecnologías que han surgido aproximadamente en los
últimos 15 años han sido examinadas por el economista estadounidense Robert
Gordon en investigaciones publicadas en 2012 y 2016. Gordon toma como
referencia o benchmark "las tres 'tecnologías de uso general' más
fundamentales de la segunda revolución industrial [que comenzó en la década
de 1890 y se extendió hasta la década de 1970, F..Chesnais.] que dieron
lugar a decenas de inventos que cambiaron la vida". Se trata de la
electricidad, el motor de combustión interna y el teléfono inalámbrico."
[27]

 

Más cerca de nosotros, las tecnologías de la información y las
comunicaciones (TIC) condujeron a un paréntesis en el crecimiento de la
productividad en la segunda mitad del decenio de 1990, debido a una caída,
que no se ha vuelto a producir, del costo de la velocidad y la capacidad de
memoria de las computadoras y a un aumento sin precedentes de la parte del
PIB dedicada a la inversión en investigación y desarrollo y equipos
iniciales. Los avances realizados desde finales de los años 80 hasta la
explosión de la burbuja dot.com de 2001 serán difíciles de superar. Gordon
examina los últimos avances en los pequeños robots, de la inteligencia
artificial, la impresión 3D y los vehículos sin conductor y afirma que sus
efectos macroeconómicos serán muy reducidos. Otra área que Gordon no incluyó
en su lista es la geoingeniería climática.

 

La geoingeniería climática abarca un amplio espectro de tecnologías, que son
muy controvertidas, por los riesgos mundiales que entrañan y son a la vez
muy costosas [28] Los proyectos faraónicos beneficiarían al pequeño círculo
de grandes laboratorios y grupos industriales de la industria armamentista,
cuyas repercusiones tecnológicas e industriales así como su capacidad de
arrastre no son las mismas que en los períodos anteriores. [29]

 

7. Un endeudamiento mundial muy elevado

 

La economía mundial está entrando en recesión con un nivel de deuda muy
alto. Exactamente con 87.000 millones (billón) de dólares más de deuda
global que al comienzo de la crisis financiera de 2008. [30] Esta deuda
tiene raíces que remontan a finales de los años 70 y 80, que describí en el
marco de un análisis marxista. [31] Hubo un salto cualitativo en la segunda
mitad de los años 90. Dirigida por el sector financiero, desembocó en la
gigantesca crisis financiera de 2007-2008, seguida por la de la deuda
pública.

 

Durante la crisis de 2007-2009 hubo un momento, breve, de destrucción de
capital ficticio bajo la forma de baja en la caída de los precios de las
acciones en el mercado bursátil, de una disminución de las emisiones de
bonos privados y de una la casi suspensión de los préstamos a los hogares.
Así pues, entre 2008 y 2012 el nivel de endeudamiento mundial disminuyó un
poco, pero todavía muy modestamente. La evaluación del Instituto Mundial
McKinsey en 2015 fue "mucha deuda y poco desendeudamiento" (not much
deleveraging). [32] Luego, a partir de 2017, como se muestra en la figura
12, la deuda retomó una curva ascendente debido al continuo crecimiento de
las emisiones de deuda pública en las "economías maduras" y de las
obligaciones emitidas por bancos y empresas en las "economías emergentes",
nombre que el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) y otras
organizaciones financieras internacionales, dan a los países con un estatus
económico colonial y semicolonial. [33]

 

El endeudamiento público aumentará rápidamente como resultado de la creación
de nuevas liquideces por parte de los bancos centrales y la obligación para
los Estados de financiar, en gran medida mediante préstamos, un cierto nivel
de inversiones con el objetivo de detener la crisis, una tarea que no se le
puede confiar a la China como en 2009. Lo harán incluso contra su propia
voluntad, pero van a contribuir a que la deuda alcance cumbres más altas.

 

Cuando hablamos de niveles elevados de deuda pública, el punto de
comparación correspondiente es el nivel alcanzado al final de la Segunda
Guerra Mundial. Según un estudio de la OCDE sobre diez países - Francia,
Alemania, el Reino Unido, Italia, España, Estados Unidos, Canadá, Japón,
Corea del Sur y Australia - habían visto entonces cómo su deuda media
alcanzaba un máximo del 116% del PIB antes de caer al 23,5% en 1965. [34] En
el caso del Reino Unido, la deuda alcanzó en un momento el 200%, o sea un
tercio del PIB, siendo la mayoría de los títulos propiedad de bancos y
particulares en Estados Unidos. [35] Estos diez países alcanzaron el mismo
nivel en 2014. Como legado del rescate de los bancos durante la crisis
financiera de 2008 por parte de todos los bancos centrales, la deuda aumentó
aún más para los cuatro países de la zona del euro durante la llamada crisis
de la deuda soberana de 2012. [36] El endeudamiento sería aún mayor si los
tipos de interés reales no hubieran bajado constantemente, llegando a ser
negativos después de 2012.

 

La anulación de las deudas de los Estados como reivindicación prioritaria y
fácilmente comprensible

 

Según las estimaciones del IIF, el endeudamiento mundial alcanzará los 257
000 millones de dólares en el primer trimestre de 2020. [37] La emisión
bruta de deuda pública ascendió a un nivel récord de más de 2,1 billones de
dólares en febrero de 2020, o sea más del doble del promedio de 0,9 billones
de dólares en 2017-2019. En cuanto a la relación entre la deuda global y el
PIB mundial, la cifra alcanzada en el tercer trimestre de 2019 es del 322%.
En las economías desarrolladas, la deuda total -hogares, empresas y
gobiernos- representa el 383% del PIB. En las economías emergentes la
relación entre deuda y PIB es del 168%.

 

La situación de estas economías es particularmente grave. Si bien habían
escapado en gran medida a la crisis mundial de 2008 y se recuperaron
rápidamente en 2009 (recordemos el triunfalismo de Lula en Brasil), esta vez
no será igual. Incluso antes de la pandemia, muchos países en desarrollo
estaban luchando por pagar sus deudas a pesar de los tipos de interés
históricamente bajos. El Financial Times del 6 de abril de 2020 [38] informa
que sus niveles de deuda aumentaron en 2018 y a principios de 2019 debido en
parte a "la apertura del mercado de eurobonos a decenas de los países de los
más pobres que no habían podido hacerlo anteriormente, momento en el que los
inversores internacionales estaban cada vez más desesperados por obtener
rendimientos". Muy pronto al principio de la pandemia, incluso antes de que
comenzara la recesión, se asustaron y se lanzaron colectivamente (por
mimetismo) en un espectacular movimiento de fuga de capitales (púdicamente
llamado "repatriación") ilustrada por la imagen que publicó Martin Wolf
también en el Financial Times.

 

Muchos países va a pedir ayuda al Banco Mundial o al FMI. Ya hay 85 países
que han solicitado asistencia de emergencia a corto plazo, el doble de las
solicitudes después de la crisis financiera de 2008. Las instituciones
multilaterales deberían anunciar acuerdos de apoyo para algunas de ellos en
sus reuniones a finales de este mes. Incluso si los gobiernos solicitan
asistencia a las organizaciones internacionales, los acreedores privados
corren el riesgo de quedar al margen. Por otro lado, el Financial Times
señala que el FMI sólo está autorizado por ley a prestar a países cuya deuda
considere sostenible. Hará todo lo posible por cumplir esta regla y
acompañar sus préstamos con demandas de reestructuración de la deuda y otro
tipo de condiciones.

 

El CADTM [Comité para la Anulación de las Deudas Ilegítimas] ha pedido la
suspensión del pago de la deuda de los países del Tercer Mundo. [39] Pero
existe una oportunidad histórica de transformar no sólo la suspensión de los
pagos de la deuda pública, sino su cancelación, en una demanda común a los
países industrializados avanzados imperialistas y de los países con un
estatus económico colonial y semicolonial. Era inevitable que el peso de la
deuda pública de los países avanzados abriera las puertas, a medida que la
crisis se agrava, a la cuestión de su legitimidad y la necesidad de su
cancelación o repudio.

 

La pregunta le fue planteada a Christine Lagarde el 6 de abril de 2020 por
los periodistas de France Inter alors cuando la recesión acaba de empezar y
debe entenderse como el fruto de la batalla política librada por los
militantes anticapitalistas a partir de la "crisis de la deuda soberana" de
Grecia y de los demás países llamados "países del Club Med" [por estar al
sur de Europa, sobre el Mediterráneo] en 2012. El tema ha tenido tal impacto
en la opinión pública que ha llegado a los periodistas de la cadena radial
pública más escuchada de Francia. La respuesta de Christine Lagarde, a la
que le pareció "totalmente impensable", nos permite identificar al BCE
(Banco Central Europeo) y al gobierno de cada país de la eurozona como
aquellos contra los que hay que levantar la consigna de la
cancelación/repudio de la deuda pública.

 

Con la caída de los salarios y los múltiples despidos que se van a producir
tan pronto como termine el confinamiento, la batalla se extenderá a la deuda
de los hogares con los bancos. Si toman la delantera en la batalla por la
cancelación de la deuda, las organizaciones políticas, los sindicatos y las
asociaciones anticapitalistas defenderán los intereses vitales de los
trabajadores de su país, en nuestro caso Francia, y siguiendo el postulado
internacionalista fundamental de que la lucha contra el imperialismo
comienza con la lucha contra su propia burguesía,

 

Notas

 

[1] Véase mi artículo 2010, Crise de suraccumulation mondiale ouvrant sur
une crise de civilisation http://www.inprecor.fr/inprecor?numero=556-557 así
como mi libro Finance Capital Today. Corporations and Banks in the Lasting
Global Slump, Brill/Haymarket Books, 2016

[2] https://www.federalreserve.gov/releases/g17/current/default.htm 

[3]
https://www.capital.fr/entreprises-marches/croissance-plongeon-surprise-de-l
industrie-en-allemagne-1357038 

[4] Véanse los libros sobre China de Michel Aglietta con Yves Landry (2007)
y Guo Bai (2012) y también Mylène Gaulard, «Les límites de la croissance
chinoise», Revue Tiers Monde, n°200, enero de 2009

[5] https://www.federalreserve.gov/releases/g17/current/default.htm 

[6] http://www.oecd.org/sti/ind/86-oecd-steel-chair-statement.htm 

[7] https://lmc-auto.com/news-and-insights/global-capacity/ 

[8]
https://alencontre.org/economie/les-algorithmes-et-les-rapports-sociaux-et-p
olitiques-contemporains-ii-les-principales-plateformes-numeriques.html
<https://alencontre.org/economie/les-algorithmes-et-les-rapports-sociaux-et-
politiques-contemporains-ii-les-principales-plateformes-numeriques.html> 

[9] Michael Roberts, Marx’s law of profitability, Conferencia en la serie de
seminarios sobre economía política marxista organizados por el Departamento
de Estudios del Desarrollo de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos
(SOAS). Roberts señala con obvia satisfacción que "no es sorprendente que el
equipo de SOAS parezca pensar que estoy 'obsesionado' con la ley de la tasa
de ganancia. Blog de Michael Roberts, 27 de febrero de 2020. El texto de la
conferencia está acompañado por un largo Powerpoint.

[10] Mylène Gaulard, Les límites de la croissance chinoise, op.cit.

[11]
https://thenextrecession.files.wordpress.com/2017/09/revisiting-a-world-rate
-of-profit-june-2015.pdf 

[12]
https://thenextrecession.files.wordpress.com/2014/04/maito-esteban-the-histo
rical-transience-of-capital-the-downward-tren-in-the-rate-of-profit-since-xi
x-century.pdf
<https://thenextrecession.files.wordpress.com/2014/04/maito-esteban-the-hist
orical-transience-of-capital-the-downward-tren-in-the-rate-of-profit-since-x
ix-century.pdf> 

[13] The Long Depression, pages 274-275 (Annexe sur le calcul du taux de
profit).
<https://thenextrecession.files.wordpress.com/2014/04/maito-esteban-the-hist
orical-transience-of-capital-the-downward-tren-in-the-rate-of-profit-since-x
ix-century.pdf> 

[14] Ibid, p.270

[15]
https://thenextrecession.files.wordpress.com/2014/04/maito-esteban-the-histo
rical-transience-of-capital-the-downward-tren-in-the-rate-of-profit-since-xi
x-century.pdf 

[16] Michael Roberts, The Long Depression, p.18.

[17] Sé muy bien que esto es una simplificación y que el origen de la
pandemia, como el de todas las epidemias de este siglo, se encuentra en la
relación específica del capitalismo con la naturaleza (de nuevo, para hacer
corta la historia). Pero estamos tratando con una endogeneidad de un tipo
completamente diferente a las grandes guerras.

[18] Marx, «“El capitales trabajo muerto que, como un vampiro, vive sólo de
chupar trabajo vivo, y cuanto más vive, más trabajo chupa”.», Le Capital,
Livre premier, chapitre 10.

[19] En su libro de 2016, Roberts enumera en dos lugares (páginas 15 y 16)
los elementos que forman parte de ella: las fábricas (a las que añadiremos
oficinas, depósitos y locales comerciales), la maquinaria (largo sensu
incluyendo el software), las materias primas y la tecnología, de las que no
da una definición.

[20]
https://www.mckinsey.com/business-functions/sustainability/our-insights/reso
urce-revolution-tracking-global-commodity-markets 

[21] David Jacks et Martin Stuermer, Drivers of commodity price booms and
busts in the long run, December 2018
https://voxeu.org/article/drivers-commodity-price-booms-and-busts-long-run 

[22]
http://alencontre.org/economie/la-theorie-des-ondes-longues-et-la-technologi
e-contemporaine-ii.html 

[23] Ernest Mandel, Le troisième âge du capitalisme, traducción francesa de
Spätkapitalismus (1972), Les Editions de la Passion, Paris, 1997, p.155-156.

[24] Ernest Mandel, Introduction au troisième livre du Capital : Marx,
Capital, Livre III (Penguin, 1981), p. 78.

[25]
https://www.mckinsey.com/~/media/mckinsey/featured%20insights/Digital%20Disr
uption/Harnessing%20automation%20for%20a%20future%20that%20works/MGI-A-futur
e-that-works-Executive-summary.ashx 

[26] OECD, The future of work, April 2019
http://www.oecd.org/future-of-work/

[27] Robert J. Gordon “Is U. S. Economic Growth Over? Faltering Innovation
Confronts the Six Headwinds,” NBER Working Paper 18315, August 2012. Robert
J Gordon, The Demise of U.S. Economic Growth: Restatement, Rebuttal, and
Reflections, NBER Working Paper No. 19895, February 2014.
https://www.nber.org/papers/w19895.pdf 

[28] Voir inter alia https://fr.wikipedia.org/wiki/G%C3%A9o-ing%C3%A9nierie
et
https://www.geo.fr/environnement/la-geo-ingenierie-un-plan-b-pour-la-planete
-197170 

[29] Véase un ensayo brasileño interesante: Ariela D.C. Leske, A review on
defense innovation: from spin-off to spin-in, Brazilian Journal of Political
Economy, vol.38 no.2 São Paulo April /June 2018.

[30] Hay un cuadro comparativo muy útil de términos en inglés y francés en
https://anglais-pratique.fr/index.php/rubriques/faux-amis/72-milliard-billio
n-trillion 

[31] Véase “Le cours actuel du capitalisme et les perspectives de la société
humaine civilisée », Inprecor 631-632 septembre-novembre 2016 et Finance
Capital Today. Corporations and Banks in the Lasting Global Slump,
Brill/Haymarket Books, 2016.

[32]
www//MGI%20Debt%20and%20not%20much%20deleveragingFullreportFebruary2015%20(3
).pdf    

[33]
https://www.iif.com/Publications/ID/3839/April-2020-Global-Debt-Monitor-COVI
D-19-Lights-a-Fuse 

[34]
https://www.oecd-ilibrary.org/governance/oecd-sovereign-borrowing-outlook-20
14_sov_b_outlk-2014-en 

[35] https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_the_British_national_debt 

[36] http://www.senat.fr/rap/r16-566/r16-566_mono.html#toc158 

[37]
https://www.iif.com/Publications/ID/3839/April-2020-Global-Debt-Monitor-COVI
D-19-Lights-a-Fuse 

[38] https://www.ft.com/content/e3634816-66bd-4355-bc71-156016761dab
<https://www.ft.com/content/e3634816-66bd-4355-bc71-156016761dab> 

[39] Eric Toussaint, Para combatir el Covid-19: ¿Por qué y cómo se ha de
suspender <https://www.ft.com/content/e3634816-66bd-4355-bc71-156016761dab>
inmediatamente el pago de la deuda?, 6-4-2020.
https://www.cadtm.org/Para-combatir-el-Covid-19-Por-que-y-como-se-ha-de-susp
ender-inmediatamente-el 

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