Uruguay/ Datos. La coyuntura económica en épocas de coronavirus [Gabriela Mordecki]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Ago 4 07:18:10 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

4 de agosto 2020

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Uruguay



Los datos de la coyuntura económica uruguaya en épocas de pandemia



Los indicadores del primer semestre de este año y las perspectivas para el
segundo.



Gabriela Mordecki *

La Diaria, 3-8-2020

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El año 2019 finalizó con una variación mínima del Producto Interno Bruto
(PIB), de 0,2%, concluyendo 17 años de incremento ininterrumpido. Además, al
cierre de 2019 las perspectivas de crecimiento económico para 2020 eran
auspiciosas, proyectándose 1,75% de aumento del PIB, de acuerdo con la
mediana de las expectativas de la encuesta del Banco Central del Uruguay
(BCU) de enero de 2020.



Sin embargo, la economía uruguaya comenzó a sentir, ya en el mes de febrero,
los primeros efectos de la crisis sanitaria mundial por la covid-19, con la
caída de las exportaciones, sobre todo las dirigidas a China, lo que,
además, repercutió fuertemente a la baja en el precio de la carne vacuna,
principal producto de exportación de Uruguay. A ello se sumó la situación
argentina, con una importante crisis económica y una fuerte depreciación de
su moneda, lo que impactó negativamente en la actividad turística en Uruguay
en la temporada estival. Además, también se sumó la fuerte sequía que
experimentó Uruguay en los primeros meses del año y la cuarentena voluntaria
de los uruguayos ante la declaración de la emergencia sanitaria a partir del
13 de marzo, lo que contribuyó negativamente al desempeño de la actividad
económica. Esto explica, fundamentalmente, la caída de 1,4% del PIB uruguayo
en el primer trimestre de 2020 con respecto al primer trimestre de 2019.



¿Qué se puede esperar para el PIB?



El segundo semestre del año ya concluyó hace un mes y, si bien la
información disponible sobre la evolución de la actividad económica es aún
parcial, brinda alguna señal sobre lo sucedido. Así, en lo relativo al
comercio exterior, las exportaciones de bienes se contrajeron alrededor de
13% en el segundo trimestre del año, mientras que las importaciones de
bienes cayeron 17%, ambas medidas en dólares y en comparación a igual
trimestre de 2019. Aún no hay información sobre los servicios, pero, dado el
cierre de fronteras, seguramente la caída tanto en el ingreso como en la
salida de turistas habría sido cercana al 100%.



En lo que respecta a otros sectores, hay algunos indicadores de avance.
Sobre la actividad industrial se cuenta con datos a mayo, registrándose una
contracción de más de 19% en el bimestre abril-mayo de 2020 con respecto a
igual período de 2019. Del sector agropecuario, los datos de faena en el
segundo trimestre indican una caída cercana a 17%, mientras que la remisión
de leche a plantas aumentó 5,9% en el segundo trimestre de 2020 con respecto
al segundo trimestre de 2019. Para estimar datos de comercio de bienes de
consumo durables, un indicador disponible es la venta de automóviles 0 km,
que en el trimestre cayó cerca de 47%. Otro dato que aporta en este sentido
es la recaudación de la DGI, que en el trimestre se contrajo cerca de 10%,
descontando la inflación. También está disponible el dato de facturación de
energía eléctrica, que en el trimestre se mantuvo incambiado. Pero este
comportamiento responde a variaciones disímiles de los diferentes sectores,
ya que, mientras que el sector residencial incrementó su consumo casi 10%,
se redujo el del sector industrial cerca de 11% y el del sector comercial
alrededor de 6,5%.Por otro lado, para estimar la actividad del sector
construcción se considera el dato de ventas de cemento al mercado interno,
que cayó cerca de 4% también en el trimestre.



A partir de la información disponible se estimó una contracción de la
actividad económica uruguaya en el segundo trimestre de 2020, seguida de la
recuperación de la actividad en los trimestres posteriores.2 Como se puede
observar en el gráfico, se plantean tres posibles escenarios sobre dicha
recuperación: uno optimista, uno pesimista y uno promedio. La trayectoria
promedio, que, en parte, coincide con lo que recoge la encuesta de
expectativas del BCU, implica que recién a fines de 2021 se estaría
alcanzando el nivel del PIB del último trimestre de 2019. Con menor
probabilidad se establecen los otros dos escenarios, sin olvidar que estas
proyecciones se realizan en un escenario de gran incertidumbre, que además
aumentó en forma muy importante como consecuencia de la pandemia.



Fuerte impacto en el empleo y los salarios



Sin embargo, nuestras preocupaciones no terminan en el diagnóstico y la
proyección del PIB, sino que también es importante analizar las variables
del mercado de trabajo, ya que, en este contexto de fuerte contracción
económica, se proyecta un incremento del desempleo y una caída de los
salarios reales. En cuanto a esto último, de acuerdo con las pautas
establecidas por el Poder Ejecutivo y acordadas con trabajadores y
empresarios, se puede proyectar una caída de alrededor de 2% en el promedio
del poder adquisitivo de los salarios para 2020 y una nueva caída, pero de
3%, para 2021. Sin embargo, el ingreso de las familias disminuirá en mayor
medida, dado que, a la caída de los salarios reales, hay que sumarle la de
otros ingresos no salariales y, sobre todo, la caída del empleo.



Con respecto a las estadísticas del mercado de trabajo, los datos
disponibles a partir de marzo de 2020 no son estrictamente comparables con
los de meses anteriores, ya que, debido a la pandemia, el Instituto Nacional
de Estadística (INE) cambió la metodología de la Encuesta Continua de
Hogares. Sin embargo, sólo se cuenta con esa información para estimar lo que
ha sucedido con el empleo en estos meses. Cabe aclarar que los datos de
desempleo, además de estar afectados por los cambios metodológicos
mencionados, no reflejan realmente la pérdida de puestos de trabajo que se
ha producido, dado que recogen el “efecto desaliento”, lo cual implica que
muchos trabajadores que perdieron su empleo no están buscando uno nuevo y,
en consecuencia, también se ha reducido la población económicamente activa
(PEA).Si todos los trabajadores que perdieron su empleo a partir del mes de
febrero se hubieran mantenido buscando trabajo, la tasa de desempleo estaría
ahora alrededor de 16%. Por ello, en este contexto, se torna relevante
analizar cuántos trabajadores menos hay ocupados en Uruguay. Se puede
estimar que en los meses de marzo, abril y mayo hay alrededor de 100.000
ocupados menos que en febrero de 2020,4 a partir de la evolución de la tasa
de empleo que calcula el INE, la cual en mayo de 2020 se situó en 52,9% de
la población en edad de trabajar (PET), valor que fue superado en el año
2005.5 A esto habría que sumarle los trabajadores que actualmente están en
seguro de paro por suspensión, pero que finalmente no volverán al trabajo,
debido a las dificultades económicas que, muy probablemente, enfrentarán
varias de las empresas que los contrataban. De acuerdo con datos del BPS, a
fines de junio había alrededor de 180.000 trabajadores en seguro de
desempleo por suspensión o reducción,6 por lo que podemos suponer que en los
próximos meses habrá más uruguayos sin empleo.



Medidas comprometidas para paliar la crisis y su financiamiento



Las medidas implementadas por el gobierno uruguayo para hacer frente a las
consecuencias económicas de la pandemia están dirigidas en parte a las
empresas y en parte a las familias que han perdido sus empleos o han visto
reducidos sus ingresos, por estar recibiendo subsidios por desempleo o por
ser trabajadores informales, monotributistas o unipersonales sin derecho a
este subsidio. Sin embargo, estas medidas serían insuficientes, ya que se
estima que solamente en el mes de abril la pobreza habría aumentado en
alrededor de 100.000 personas, pasando de 8,8% a fines de 2019 a 12,5% en
abril de 2020. Por otra parte, Uruguay se ubicó en último lugar en términos
del esfuerzo fiscal de las medidas de apoyo frente a la pandemia, con 0,7%
del PIB, según un estudio recientemente publicado por la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el que se estimaron los impactos
en América Latina de la covid-19 y se analizaron las políticas implementadas
por los diferentes gobiernos de la región.



Los impactos económicos de la actual crisis son muy importantes, con caída
de la producción, del empleo y de los salarios reales. Los gastos que el
gobierno ha comprometido parecen ser insuficientes, a la luz de lo que otros
países han comprometido, como por ejemplo Brasil, 7,5% del PIB, Chile, 5,7%
del PIB, o incluso Argentina, con 3,9% del PIB.



Por otra parte, si bien Uruguay muestra un déficit fiscal elevado, cerrando
2019 en 4,7% del PIB (o 4,2% sin contar al BCU), tiene capacidad de
endeudarse para hacer frente a los mayores gastos imprescindibles para
ayudar a la población a hacer frente a la situación crítica. A fines de
marzo de 2020 la deuda pública representaba 66% del PIB, cuyo valor mínimo
fue de 56% en 2011, viniendo de casi 110% en 2003. El PIB de Uruguay sería
de aproximadamente 50.000 millones de dólares a fines de 2020, por lo que el
incremento del endeudamiento necesario para financiar el déficit y además
comprometer un gasto de 5% del PIB (2.500 millones de dólares) llevaría el
endeudamiento a alrededor de 75% del PIB, valor muy inferior al alcanzado en
la última crisis. Además, para analizar la sustentabilidad de la deuda es
también importante mirar qué está sucediendo con la deuda neta. A fines de
marzo de 2020 la deuda neta de Uruguay estaba en 30,1% del PIB, mientras que
en 2003, en el peor momento de la crisis, llegó a 68,4%.



También es interesante ver qué se proyecta para otros países de la región o
el mundo. De acuerdo con un informe del Banco de Desarrollo de América
Latina, se proyecta para América Latina que el déficit fiscal pasará de 1%
del PIB que se estimaba en enero a 7,5% del PIB en 2020.10 En el mismo
sentido van las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, que proyecta
para 2020 que el déficit fiscal global promedio aumentaría a 14% del PIB,
diez puntos porcentuales más que en 2019. Ello implicaría que la deuda
pública mundial alcanzara un máximo histórico que supere 100% del PIB en
2020-2021, un aumento de 19 puntos porcentuales con respecto a un año atrás.



En suma



Se espera una fuerte caída para el PIB en 2020, alcanzando el nivel
prepandemia recién a fines de 2021. Los impactos que esto representaría en
términos de calidad de vida de la población serían muy negativos, en
términos de caída de ingresos y de empleo. Por ello se torna imprescindible
un mayor volumen de recursos comprometidos por el gobierno para sostener a
las familias y las empresas en este momento, para lo cual Uruguay tiene
posibilidad de tomar crédito. De no hacerlo, las consecuencias seguramente
serán muy negativas, similares o incluso peores que las que dejó la anterior
crisis en 2002



Hay que tener en cuenta que tanto la información de recaudación de la DGI
como la de facturación de energía eléctrica están rezagadas con respecto al
período en el que presenta la información.



Para realizar las proyecciones, a partir de los datos sectoriales
disponibles y utilizando los ponderadores del PIB que utiliza el BCU, se
llegó a un valor medio y, aplicando una variación de +/-5% a la estimación
sectorial, se construyeron los tres escenarios que se presentan en el
gráfico. Así se determina el valor del segundo trimestre, suponiendo que a
partir de allí la actividad sectorial se recupera.



La tasa de desempleo se calcula como el cociente entre la cantidad de
personas que no tienen un empleo, pero desean trabajar y han realizado
búsquedas de empleo, sobre el total de personas económicamente activas en el
mercado de trabajo (ocupados + desocupados). Las tasas de empleo y actividad
se calculan como porcentaje de la población en edad de trabajar.



Tomar en cuenta que en la comparación mensual de los indicadores del mercado
de trabajo puede haber variaciones que responden a factores estacionales.



Las tasas de empleo y actividad se calculan como porcentaje de la población
en edad de trabajar. Alrededor de 19.400 trabajadores reciben el seguro de
desempleo por despido. Ello podría implicar que los empleos informales que
se perdieron sean alrededor de 80.000.



* Investigadora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias
Económicas y de Administración de la Universidad de la República.



Referencias



-Brum, M y De Rosa, M (2020). Estimación del efecto de corto plazo de la
covid-19 en la pobreza en Uruguay, IECON, FCEA, UDELAR.
<http://fcea.edu.uy/images/dto_economia/Blog/Estimaci%C3%B3n_del_efecto_de_c
orto_plazo_de_la_covid-19_en_la_pobreza_en_Uruguay.pdf>
http://fcea.edu.uy/images/dto_economia/Blog/Estimaci%C3%B3n_del_efecto_de_co
rto_plazo_de_la_covid-19_en_la_pobreza_en_Uruguay.pdf

-“Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación
con igualdad: nuevas proyecciones”, CEPAL, julio de 2020.

-La deuda neta se calcula restando a la deuda bruta las reservas
internacionales en manos del BCU.

-Ver informe en:
https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2020/07/la-disyuntiva-fiscal-en
-america-latina/

-Ver informe en:
https://www.imf.org/es/Publications/WEO/Issues/2020/06/24/WEOUpdateJune2020

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