Estados Unidos/ El trumpismo, la administración Biden, Black Lives Matter y la izquierda radical. [Charlie Post - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Dic 24 12:07:51 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

24 de diciembre 2020

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Estados Unidos



Entrevista a Charlie Post *



El trumpismo, la administración Biden, Black Lives Matter y la izquierda
radical

A l’encontre, 21-12-2020

http://alencontre.org/ameriques/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



-Dado que el total de votos por Donald Trump aumentó en comparación con el
año 2016 y que la tan anunciada "ola azul" (demócrata) no tuvo lugar,
¿podemos interpretar el resultado de la elección sólo como una derrota
parcial del trumpismo?

Los resultados de las elecciones indican claramente que las políticas
nacionalistas y populistas de Trump siguen mereciendo el apoyo de la
población estadounidense, especialmente de los sectores de clases medias
tradicionales (pequeñas empresas) y nuevas (semi profesionales, gerentes,
supervisores), así como también de una minoría de la clase trabajadora.

La participación global aumentó del 59% en 2016 a casi el 67% en 2020, según
las últimas cifras. Sin embargo, los elementos clave de la base de Trump
aumentaron considerablemente: los votantes sin diplomas universitarios
pasaron del 50% al 59% y los que viven en zonas periféricas y rurales
aumentaron del 17% al 19%. La participación de los votantes en las zonas
urbanas tradicionalmente demócratas disminuyó del 34% al 29% en comparación
con 2016. El mayor apoyo a Donald Trump se produjo entre los hogares que
ganan más de 100.000 dólares al año (54%), los votantes blancos (58%) y los
votantes de 45 a 64 años (50%) y 65 (52%) y más. Logró los mejores
resultados en las zonas donde el nivel de actividad económica es bajo y
donde el índice de jubilados es más alto o entre las personas que ya no se
consideran desempleadas porque han dejado de buscar trabajo después de
largos períodos de desempleo.

Biden, por su parte, obtuvo un mayor apoyo de los hogares que ganan menos de
50.000 dólares al año (55% frente al 53% de Clinton en 2016), entre los
hogares sindicalizados, cuya cantidad está en declive (56% frente al 51%),
los jóvenes votantes de 18 a 29 años (60%) y de 30 a 34 años (52%), los
votantes urbanos (60%) y suburbanos (50%). Aunque los demócratas siguen
contando con la lealtad de la gran mayoría de los votantes de color, el
apoyo entre los votantes afroamericanos varió del 92% al 88% y entre los
votantes latinoamericanos del 71% al 68%. Hubo una tendencia de Biden a
mejorar los resultados en los condados (principalmente urbanos y suburbanos)
que tienen altos niveles de actividad económica y que experimentaron un
fuerte aumento del desempleo en 2020. (1)

Aunque estas categorías sociales no respondan a una concepción marxista de
las clases sociales, podemos sin embargo sacar algunas conclusiones. En
primer lugar, la pequeña capa de trabajadores blancos mayores del alto medio
oeste, el «Rust Belt» ("Cinturón del óxido" o "Cinturón industrial") que le
dio a Trump una leve ventaja en 2016 apoyó a los demócratas en 2020. Este
cambio alimentó un mayor apoyo a Biden en Michigan, Pennsylvania y
Wisconsin, lo que le aseguró la mayoría en el Colegio Electoral. Los
suburbios de las grandes ciudades, donde las demandas de subsidios por
desempleo están en aumento, también optaron mayoritariamente por Biden. Pero
la mayoría de las clases medias blancas suburbanas, ex urbanas, rurales,
especialmente la clase media tradicional de propietarios de pequeñas
empresas y trabajadores autónomos, y una minoría significativa de
trabajadores, siguen apoyando a Trump.

En ausencia de organizaciones fuertes de "lucha de clases" -sindicatos
militantes, partido obrero de masas, organizaciones independientes de la
clase obrera antirracistas y feministas, movimientos de desempleados e
inquilinos, etc. -hay una falta de organizaciones sólidas de "lucha de
clases"- los sectores más precarios económicamente de la clase obrera media
y blanca se enfrentan a un dilema existencial. En ausencia de un apoyo
social significativo (subsidios a las pequeñas empresas, subsidios de
desempleo correspondientes al 100% de los ingresos netos, protección contra
las ejecuciones inmobiliarias y los desalojos de viviendas, etc.), tienen
que elegir entre la supervivencia económica y la física. Al ser menos
capaces de asegurar su reproducción social durante un período de
"confinamiento", esas capas resultan atraídas por el negacionismo del
Covid-19 por parte de Trump y de la extrema derecha. La posibilidad de morir
de Covid-19 es, para ellos, un "mal menor", menos probable que la certeza de
la pobreza y la la posibilidad de quedarse sin vivienda. El fracaso de Biden
y los demócratas para hacer campaña (y presionar al Congreso) por un
programa ampliado de ayuda ante el Covid para hombres y mujeres trabajadores
hizo que el apoyo a Trump aumentara entre las personas confrontadas al
desastre económico.

-La negativa de Trump a ceder es grotesca y representa una amenaza. ¿Hay
algún plan sobre este punto, y si es así, en qué consiste? ¿Y cuánto daño
puede causar aún durante los dos meses de mandato que le quedan por delante?

Las predicciones de un "golpe de Estado" - constitucional o de otro tipo -
promovido por muchos liberales y (lamentablemente) por sectores de la
izquierda socialista estadounidense resultaron ser falsas. Las verdaderas
bandas fascistas no lograron intimidar eficazmente a los votantes o
interrumpir el conteo de votos. Si bien el apoyo de los capitalistas a Trump
se incrementó en comparación con la campaña electoral de 2016 (recibió el
51% de las donaciones de capitalistas en 2020, en comparación con sólo el 8%
hace cuatro años), ningún sector del capital se mostró dispuesto a abandonar
el "marco constitucional" que les ha resultado tan útil durante más de 200
años. Incluso los elementos del aparato represivo del Departamento de
Seguridad Nacional más favorables a Trump declararon que las elecciones
fueron "libres y justas". Hoy (martes 1 de diciembre), parece que todos los
estados con resultados electorales relativamente ajustados han certificados
a Biden como ganador -incluyendo los estados gobernados por los
republicanos. Todas las apelaciones de Trump fueron rápidamente
desestimadas, y es poco probable que una apelación ante el Tribunal Supremo
anule la elección [la apelación de Trump fue desestimada el 12 de
diciembre], ya que los miembros del Tribunal son reacios a considerar los
resultados de una elección certificada por un estado. En la práctica, Trump
tuvo que ceder, permitiendo al equipo de transición Biden-Harris el acceso a
informaciones confidenciales del gobierno.

En el tiempo que le queda, Donald Trump intentará, seguramente con cierto
éxito, utilizar los decretos ejecutivos que no requieren la aprobación del
Congreso para flexibilizar las reglas ambientales (por ejemplo, abriendo
vastas zonas del Ártico a la "exploración" desastrosa de petróleo y gas),
para completar el muro de la frontera sur y para perdonar a muchos de sus
amigos (Michael Flynn, Roger Stone y otros). Cuando Biden llegue a la
presidencia, es probable que revoque varias órdenes ejecutivas anteriores,
que restablezca el estatus casi legal de los inmigrantes indocumentados
llegados a los Estados Unidos cuando eran menores ("los soñadores" o
"dreamers"), que acabe con la vergonzosa "prohibición de los musulmanes" y
que restablezca el papel de los Estados Unidos en el sistema de alianzas que
le permitió mantener su liderazgo en el mundo capitalista desde la Segunda
Guerra Mundial.

-¿Cómo será la "vida después de la muerte" de Trump, tanto en lo que
respecta a la organización de la violencia estatal como a la dirección de
las fuerzas sociales reaccionarias y las milicias de extrema derecha? ¿Y el
Partido Republicano lo seguirá apoyando, o al contrario, puede haber grandes
divisiones?

La "vida después de la muerte" del trumpismo estará sobre todo ligada a
ciertas iniciativas políticas -es poco probable que Biden revierta las
reducciones fiscales masivas otorgadas a las empresas y a las personas
ricas- y al continuo crecimiento de verdaderas bandas fascistas.

Es evidente que el intento de Trump de utilizar las fuerzas federales
(Guardia Nacional) contra los levantamientos urbanos será dejado de lado
-cuando las autoridades estatales y locales (a menudo demócratas) puedan
hacerlo por sí mismas, utilizando las armas que recibieron bajo Clinton y
Obama para reprimir eficazmente. Biden y Harris van a seguir con la
estrategia represiva de los demócratas, la que incluye el fortalecimiento de
las fuerzas policiales locales y estatales y de la Guardia Nacional para
hacer frente a cualquier posible disturbio, y la utilización de ciertas
agencias federales para coordinar la represión, de la misma manera que Obama
utilizó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) para coordinar los
desalojos de los campamentos del movimiento "Occupy" en las municipalidades
en 2011.

Las bandas fascistas envalentonadas (y utilizo el término en un sentido
"clínico"/clásico a la Clara Zetkin y Trotsky de bandas de clase media y
obrera desclasadas, en su mayoría hombres jóvenes, que aterrorizan a los
trabajadores y a los oprimidos) son y siguen siendo una amenaza para
nosotros -especialmente para los inmigrantes, la gente de color, los
homosexuales, la gente de izquierda y los trabajadores que intentan
organizarse fuera de las grandes ciudades. Es importante recordar que los
centros logísticos esenciales suelen estar situados en zonas suburbanas, en
terrenos baratos fuera de las grandes ciudades, pero cerca de las mismas.
Las manifestaciones en Washington, D.C., aunque no hayan sido, por cierto,
un ensayo general para una toma del poder a la manera de "Marcha sobre
Roma", es una clara señal de que esta amenaza no va a desaparecer con la
elección de Biden. Las movilizaciones antifascistas que se plantean ser más
numerosos que esas bandas, para aplastar y dispersar a la extrema derecha,
deben ser una prioridad para la izquierda socialista en los próximos cuatro
años.

Creo que, aunque lo intenten, a los "republicanos del establishment" que
esperaban purgar el partido del trumpismo después de una derrota electoral
les va a resultar difícil aislar o canalizar una base cada vez más
radicalizada. El mismo Trump, no desaparecerá después de dejar la Casa
Blanca. Muy probablemente, un nuevo canal de noticias por cable le va a
permitir el contacto con sus partidarios y va a seguir jugando un papel en
la política republicana durante los próximos cuatro años.

-Biden asumirá el cargo en plena pandemia, con una economía tambaleante y
con enormes tensiones entre Estados Unidos y China. ¿Habrá un retorno a un
neoliberalismo más dominante después del aislacionismo de Trump, y la
administración Biden aportará respuestas diferentes a la crisis del
capitalismo americano?

En lo esencial, la administración Biden, volverá a las clásicas políticas
neoliberales. Si bien es probable que Joe Biden sea más eficaz para
enfrentar la pandemia (obligación de llevar máscaras en todo el país, mayor
asistencia a los gobiernos estatales, etc.), en su versión del "estímulo"
económico habrá pocas medidas redistributivas, como la prima de 600 dólares
semanales para quienes tienen derecho al seguro de desempleo o una "opción
pública" [en competencia con los seguros privado] dentro del Obamacare. Sus
esfuerzos se van a centrar en rescatar a los gobiernos estatales y a sus
acreedores. Con estas prioridades y su éxito entre los votantes suburbanos y
universitarios, los demócratas intentarán posicionarse en el centro-derecha
de la política estadounidense.

Ya hemos visto cómo comienzan los ataques contra el ala de Bernie Sanders y
Alexandria Ocasio-Cortez, ya que los demócratas tradicionales (e incluso los
llamados "progresistas") acusan a los "sandernistas" -que son los verdaderos
defensores del seguro de salud para todos y del Green New Deal (con falsas
afirmaciones según las cuales éstos proponen un recorte de la financiación
de la policía)- de ser los responsables de los resultados electorales
relativamente mediocres de 2020.

Los cambios más sustanciales van a venir, creo, en materia de política
exterior, donde la administración Biden-Harris hará una serie de esfuerzos
para reafirmar la hegemonía americana y aislar política, militar y
económicamente a su rival chino.

-¿Qué significa este resultado para el movimiento Black Lives Matter?
¿Existe el riesgo de desorientar el movimiento o de que disminuya el apoyo
popular con el que cuenta? ¿Los éxitos electorales de la "escuadra"
[Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib] y la
elección de Cori Bush (una destacada organizadora de Ferguson, Missouri-
elegida a la Cámara de representantes como demócrata) corren riesgo de
cooptación?

Yo pienso que los demócratas, incluso antes de su victoria, lograron
integrar a muchos activistas de Black Lives Matter. A pesar del reiterado
rechazo de Biden y Harris a la demanda más importante del movimiento, a
saber, la reducción drástica de los presupuestos de la policía, un sector
considerable de activistas pasó de la política de "Black Lives Matter" a la
política de "Los Votos Negros Importan". ¿Cómo pudo el mayor movimiento
social en una generación -con más de 20 millones de personas en ciudades,
suburbios y pequeños pueblos de Estados Unidos- transformarse tan
rápidamente en política del Partido Demócrata? La capacidad de los
demócratas para hacer descarrilar el movimiento mediante victorias
generalmente simbólicas (eliminando los monumentos a los "héroes" de los
estados confederados, la escoria más reaccionaria de la historia de los
Estados Unidos) y la represión selectiva, refleja la debilidad de la
izquierda organizada de los Estados Unidos (véase más adelante). Con la
excepción de pequeños grupos de activistas, ninguna organización nacional de
militantes surgió de este  levantamiento histórico.

Sin una versión multirracial y no basada en los campus universitarios, del
tipo del Comité Coordinador Estudiantil No Violento (Student Nonviolent
Coordinating Committee, SNCC) de los años 60 que lideró y dio visión a las
luchas de entonces, las fuerzas del reformismo oficial en las comunidades de
color, las asociaciones sin fines de lucro, los responsables sindicales y
los políticos demócratas pudieron canalizar gran parte de la energía del
movimiento detrás de Biden y Harris.

-¿Cuáles son las perspectivas de creación de organizaciones de izquierda
capaces de coordinar la lucha contra la extrema derecha, el racismo de
Estado y las crisis de pandemia social y económica? La DSA (The Democratic
Socialists of America) reclutó a miles de miembros en las últimas semanas,
pero ¿hay debates dentro y en la periferia de la DSA sobre una orientación
más independiente y no electoral? ¿Y cuál debería ser la dirección
estratégica de los socialistas revolucionarios?

La izquierda socialista ingresa en ese terreno inestable con una posición
política y organizativa más débil que la que teníamos cuando Trump asumió el
cargo en 2016. A pesar del continuo crecimiento numérico de la DSA, su
rápida inmersión en la política electoral del Partido Demócrata durante y
después de la candidatura de Bernie Sanders en las primarias demócratas,
debilitó considerablemente su capacidad para intervenir en las luchas de
masas o para construirlas.

La DSA no hizo un balance autocrítico del fracaso de la campaña de Sanders
en 2020. A pesar del apoyo masivo a la resolución "Bernie or Bust" ("Bernie
o la bancarrota") en la Convención de 2019 de la DSA -que compromete a la
organización a no apoyar a ningún otro candidato que no sea Sanders- los
líderes electos y no electos de la DSA hicieron campaña abiertamente a favor
de Biden y Harris.

El levantamiento antirracista tomó de improvisto a la DSA y no supo trabajar
con la nueva capa de dirigentes que surgió para ayudar a organizar una
estructura antirracista permanente, independiente de las ONG y de los
demócratas. En lugar de ver la necesidad de una reorientación radical de su
orientación, la dirección de la DSA parece comprometerse aún más con la
política electoral "hacia abajo" del Partido Demócrata. La aparente
"izquierda" de la DSA -el grupo Bread & Roses (que dirige el sitio web The
Call) en particular- ha abandonado todo tipo de discurso sobre una posible
"ruptura sucia" con los Demócratas y la necesidad de un partido obrero
independiente. Ha adoptado, más bien, una práctica que es inseparable del
proyecto fallido de "reajuste" de la izquierda socialdemócrata en los años
sesenta y setenta, que pretendía transformar a los demócratas en un partido
de naturaleza diferente.

¿Qué deben hacer los radicales y los revolucionarios dentro y fuera de la
DSA? Debemos volver a comprometernos a dar un lugar central a la
organización y a la lucha extra electoral en el período que viene. En estas
luchas, debemos tener claro que Biden y los demócratas son, como Trump y sus
hordas de clase media, nuestros enemigos. Debemos ayudar a construir luchas
en la base y organizaciones independientes permanentes contra la violencia
policial racista, contra las nuevas deportaciones "silenciosas" de
migrantes, contra el desempleo masivo, los desalojos y las ejecuciones
hipotecarias y los nuevos ataques contra el nivel de vida y las condiciones
de trabajo.

Estas luchas deben ir mucho más allá de las "campañas", método privilegiado
por el conjunto de las ONG y las organizaciones caritativas que prefieren la
presión a los representantes electos, las manifestaciones escenificadas, o
las movilizaciones sindicales que no buscan trascender los límites legales.
Necesitamos inspirarnos en los últimos ejemplos vivos de luchas de masas en
los Estados Unidos: el movimiento de los desempleados de 1929-1933, las
huelgas masivas de los trabajadores industriales de 1934-1937, los comienzos
del movimiento de los derechos civiles y por el poder negro, y la ola de
acciones obreras multirraciales por el empleo a finales de la década de 1960
y principios de la de 1970.



* Charlie Post, activista socialista, es profesor en la City University de
Nueva York. Entrevista publicada en r21, 12-12-2020
https://www.rs21.org.uk/2020/12/12/the-trumpian-afterlife/



Nota



1) Léase “Es hora de lanzar un partido de los trabajadores”, de Paul Blest:
https://correspondenciadeprensa.com/?p=15355

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