Brasil/ Frigoríficos y trabajadores. Covid-19 resalta las lógicas coloniales y paternalistas [Leandro Inácio Walter - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Jun 4 18:07:53 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

3 de junio 2020

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Brasil



Entrevista con Leandro Inácio Walter



Los frigoríficos y los trabajadores. Covid-19 manifiesta hoy en día lógicas
coloniales y paternalistas



João Vitor Santos

Revista IHU Online, 3-6-2020

http://www.ihu.unisinos.br/

Traducción de Ernesto Herrera - Correspondencia de Prensa



La gran incidencia de la contaminación por el nuevo coronavirus en los
frigoríficos de todo el Brasil -que provocó la suspensión de las actividades
en algunas ciudades- puso de manifiesto una realidad que parecía olvidada:
la de las condiciones de trabajo de los que trabajan en esos lugares. Un
sector que todavía depende del trabajo humano en las líneas de producción,
con muchas personas en ambientes cerrados, con poca ventilación y
refrigerados a bajas temperaturas son algunas de las razones señaladas por
la gran incidencia del covid-19. Pero aquellos que han seguido de cerca este
tipo de trabajo durante mucho tiempo saben que la salud de estos
profesionales siempre ha sido un problema, especialmente para las empresas
que quieren mano de obra barata y poca inversión en el empleado. "Las
organizaciones sindicales deben ser menos reactivas y más propositivas para
proteger a las personas que se ganan la vida con su trabajo", dice Leandro
Inácio Walter, maestro en psicología social.



Para Leandro, aunque ya se ha hecho mucho en términos de derechos y
regulaciones para proteger las actividades de estos trabajadores, el trabajo
en los frigoríficos sigue representando una lógica colonialista que se
aprovecha de la gente más sencilla con poca educación, muchos incluso
inmigrantes, para asegurar bajos salarios y alta producción. "Los desafíos
son descolonizar nuestra cultura y forma de trabajo y superar el paradigma
de paternalismo aún muy presente en nuestro medio", señala. Y añade: "Hay
que planificar un cambio de mentalidad: los trabajadores, los sindicatos,
los organismos de inspección no son antagonistas, todos juegan un papel,
ciertamente con muchas contradicciones, que hacen que la producción y el
cuidado de la fuerza de trabajo sea necesario y posible.



Leandro Inácio Walter tiene una maestría en Psicología Social e
Institucional de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul - UFRGS.
También es licenciado en Psicología por la Universidad de Wisconsin y tiene
una especialización en Ética y Educación en Derechos Humanos por la UFRGS.
Es autor del libro A saúde por um fio: submissão voluntária de afastados de
frigoríficos de aves (Brasilia: Abecer/IPeditora, 2012) y también del
artículo "O trabalho nos frigoríficos: escravidão local e global?",
publicado en Cadernos IHU ideias número 238.



-IHU On-Line - Más de 60 unidades de frigoríficos en 11 estados son
investigados por no respetar los protocolos de prevención y por difundir el
covid-19. ¿Qué revelan estos datos sobre el trabajo en estos ambientes?



Leandro Inácio Walter - Además de subestimar los casos de covid-19 debido a
la falta de testeos en masa, revela el negacionismo que existe en muchos
sectores de nuestra sociedad. 60 unidades en 11 estados es la punta del
iceberg. Demuestra la fragilidad, en Brasil, de la inspección del trabajo y,
también, de la salud en este contexto de pandemia. Todo se ve agravado por
las incertidumbres de la propia ciencia asociadas con el
escepticismo/negacionismo que hace difícil proporcionar información efectiva
sobre las medidas necesarias para contener la propagación del virus en las
plantas industriales.



Se conoce la esencialidad de la producción de alimentos, especialmente para
no generar escasez, y los impactos en la cadena de producción de una
eventual suspensión en la industrialización de la carne. Sin embargo, este
hecho no justifica un estado de excepción sanitaria, con la exposición
desprotegida de las personas que trabajan en estos lugares.



Para ilustrar mis argumentos, presento dos materias en la página de la
Asociación Brasileña de Proteínas Animales que son bastante ilustrativos del
momento actual del sector: "Las exportaciones de carne de pollo mantienen un
alto 5,1% en 2020" y "Las exportaciones de carne de cerdo crecen un 19% en
abril". El sector de los frigoríficos y de la proteína animal está
atravesando una crisis financiera, e incluso si se ve favorecido en términos
cambiarios. La amenaza a este escenario favorable es la crisis sanitaria de
la propagación del coronavirus, que puede llevar a la interdicción de las
plantas industriales - como ya ocurrió en Lajeado y Passo Fundo, en Rio
Grande do Sul - por parte de las Procuradurías del Trabajo, como forma de
mitigar la diseminación del virus. Éstos, a su vez, desde marzo han
publicado protocolos con directrices para este segmento productivo a fin de
garantizar la salud de la fuerza de trabajo y el mantenimiento de las
actividades esenciales de producción e industrialización, incluida toda la
cadena que la involucra, así como su integración.



Es importante mencionar los datos epidemiológicos para corroborar lo
anterior. De los 36 brotes de coronavirus oficialmente notificados en el
Boletín Epidemiológico del Centro Estatal de Vigilancia Sanitaria - CEVS de
Rio Grande do Sul - Semana Epidemiológica 21 de 2020 - 23 fueron de unidades
frigoríficas, exponiendo a 24.693 personas al contagio directo, con muertes
confirmadas en Garibaldi (2 personas), Nova Araçá (1 persona) y Lajeado (1
persona), con 11 muertes secundarias (muerte de un contacto domiciliario por
un caso confirmado de covid-19). Cabe señalar que en estas ciudades y en las
ciudades cercanas que tienen trabajadores trabajando en estos
establecimientos hay una mayor incidencia de casos confirmados, hecho que
corrobora la sospecha de las autoridades sanitarias de que posiblemente
procedan de estas plantas productivas. Según el último Boletín
Epidemiológico publicado el 25/05/20, "Las tasas de mortalidad más altas por
cada 100.000 habitantes se encuentran en las regiones de Passo Fundo - R17
R18 R19 y Lajeado - R29 R30", regiones que concentran grandes industrias
frigoríficas y que han sido señaladas como potenciales vectores de esta
pandemia.



Esos acontecimientos no significan que las empresas no estén tomando sus
medidas de precaución y cautela. Algunos han sido más celosos que otros,
tomando medidas, por ejemplo, para retirar inmediatamente al trabajador con
síntomas respiratorios, evitando aglomeraciones a la llegada y a la salida,
así como en las zonas de transporte y de comedor. Esas medidas ayudan a
mantener la productividad de los demás. Puede parecer una obviedad, pero aun
así, se han producido brotes en empresas, especialmente en el sector de
faena, posiblemente debido a que no se han seguido plenamente las
directrices sugeridas por los protocolos de bioseguridad, lo que ha generado
condiciones de ajuste de la conducta en las oficinas de los abogados
laborales.



Sólo el 27 de mayo, la Asociación Brasileña de Proteínas Animales - ABPA
llevó a cabo un "live" con profesionales del área de la infectología en el
Hospital Albert Einstein para tratar la atención en la infección y las
directrices sobre la eficacia de las pruebas, teniendo en cuenta varios
falsos negativos y el riesgo de acabar retirando del trabajo a los que no
están enfermos, así como la permanencia de las personas infectadas en la
producción, que ha propagado el virus. Los profesionales sugirieron un
protocolo porque, si bien no hay mejores pruebas, es necesario utilizar el
protocolo clínico para la identificación de los síntomas respiratorios,
recomendado por el propio Ministerio de Salud, que también puede no ser la
metodología más segura, pero sí la posible en la no disponibilidad de
pruebas de patrón oro.



Además, se observa una visión rencorosa de la función de inspección de
muchas de estas empresas, en el sentido de que estos dispositivos crearán
obstáculos a la libre iniciativa de emprender en esta rama de la actividad
económica. Sin embargo, es una rama de actividad que no cuenta con la
mecanización y automatización de procesos que permitan dispensar o reducir
el empleo de hombres y mujeres, siendo éstos vitales para todo el proceso.



-La alta incidencia de la contaminación por covid 19 en la industria de
procesamiento de carne también está presente en países como Alemania,
Francia, Irlanda, EE.UU. ¿Cómo entender estos datos? ¿Qué es lo que une la
industria de estos países con la de Brasil?



Estas son cuestiones relacionadas con la bioseguridad y las normas acordadas
internacionalmente para la exportación/importación de diferentes proteínas
animales, factores que son comunes en la mayoría de estos establecimientos
debido a estas directrices y a lo que podría llamarse "buenas prácticas en
la industrialización". La propia disposición de las plantas industriales
favorece las aglomeraciones al principio, a lo largo y al final de los
expedientes, incluyendo el transporte colectivo puesto a disposición por las
empresas, el trabajo hombro con hombro sin distancia física ni aislamiento,
y el problema de la falta de renovación del aire en estos espacios, ya que
generalmente se enfría con el aire central, contribuyendo a la circulación
del virus en este espacio. Así, con la característica del nuevo coronavirus
que es la transmisión aunque sea asintomática, la planta se convierte en un
espacio potencialmente vectorial para el virus si no se toman medidas de
contención enérgicas.



He observado la divulgación de datos sobre animales supuestamente
inmunizados en empresas frigoríficas, aunque los profesionales de la
infectología se han mostrado más reticentes y cautelosos al respecto. De
hecho, más que nunca es indispensable contar con buenas fuentes de
información y orientación en materia de bioseguridad y con la asistencia de
profesionales del área psicosocial para hacer frente a la pandemia. Otra
idea muy recurrente y también fruto del negacionismo es la de la
inmunización. Como psicólogo y a la luz de la clínica de trabajo, se sabe
que la negación es una estrategia defensiva más primitiva que hace posible
el trabajo de una manera alienada. La negación del contagio o la creación de
una idea de inmunización ha sido recurrente no sólo en los frigoríficos,
sino en los profesionales de la salud y otros profesionales esenciales en el
mantenimiento de los servicios indispensables para la sociedad.



Es precisamente la negación de los riesgos lo que engendra el comportamiento
o la falta de protocolos de bioseguridad por parte de los empleadores, la
provisión y orientación asertiva en el uso de los EPP, la creación y el
mantenimiento del desapego social o el aislamiento físico en el lugar de
trabajo, etc. La supuesta inmunización, aún una tesis científica, trae
consecuencias en la diseminación del virus, hecho que puede generar el
cierre temporal por parte de las autoridades sanitarias y la inspección
laboral.



Otro factor que puede estar contribuyendo a la propagación del virus fuera
de los frigoríficos son las condiciones de alojamiento en Brasil de las
familias de los trabajadores y las trabajadoras. Muchas de estas viviendas
son compartidas con varias personas en un espacio físico reducido, siendo un
factor que obstaculiza el aislamiento adecuado o el distanciamiento social
en el espacio doméstico. Muchas de estas familias tienen esta característica
de vulnerabilidad social y sería una inversión importante para aumentar la
demanda de vivienda en la pospandemia.



-¿Qué otros problemas, especialmente relacionados con el cuidado de la salud
física y psicológica, están presentes en esta realidad de trabajar en
plantas empacadoras de carne?



Antes de responder eficazmente a esta pregunta, es necesario considerar que
hay empresas más celosas de su fuerza de trabajo que otras y que buena parte
de los trabajadores no desarrollan enfermedades profesionales, lo que puede
ser un buen tema de estudio la aplicación de medidas en las propias
empresas, para entender cómo se producen estos factores de protección
psicosocial en sus procesos de trabajo. Se trata de una minoría que
efectivamente se enferma o se aparta del trabajo en los frigoríficos, aunque
en números absolutos, en términos epidemiológicos y de seguridad social, es
bastante preocupante. El factor de prevención debe entrar en las hojas de
cálculo no como un costo, sino como un elemento que contribuye a mantener la
salud de la fuerza de trabajo productiva.



Por lo menos desde mi graduación, que hice en Unisinos, aprendí que el lucro
es sólo una dimensión de los resultados, y para que una empresa se considere
sólida no sólo hay que tener en cuenta la que genera resultados financieros
espectaculares, sino la que sobrevive y permanece en el mercado. Hoy en día
es posible imaginar que si existen acusaciones de que estos establecimientos
industriales son posibles vectores de coronavirus, las posibles dificultades
para seleccionar, contratar y retener al personal actual y futuro podrían
poner en peligro el funcionamiento de estos establecimientos.



Hay que destacar que existen diferencias entre las empresas, aunque no
conozco ninguna que sea de "riesgo laboral cero". Hay empresas o sectores
menos comprometidos con la mitigación de los riesgos psicosociales en sus
entornos, y estos están ampliamente descritos en la literatura científica
sobre el tema: problemas relacionados con la mala gestión laboral, la
imposición del ritmo acelerado que puede engendrar lesiones por esfuerzos
repetitivos causados por la sobrecarga, la violencia psicológica producida
como metodología de gestión de la fuerza de trabajo, todo lo cual se
convierte en acoso moral organizacional, hecho que se comprueba ganando
causas en la justicia laboral.



Este clima de trabajo aumenta los riesgos de desarrollar depresión y
ansiedad o incluso de consumir suicidio o intentos de suicidio. Los factores
recurrentes más comunes son la medicalización del dolor físico con
analgésicos y el uso de psicotrópicos para situaciones desencadenadas por el
contexto laboral. Este escenario se consolida a menudo por los propios
Servicios Especializados de Ingeniería de Seguridad y Medicina Laboral -
SESMT y el plan de salud de la empresa, que termina por no notificar los
casos. Debido a la creencia de que no se está produciendo el vínculo con el
trabajo, no hay registros y no es posible implementar programas o acciones
para mitigar los riesgos psicosociales mencionados.



-¿Cuál es el perfil de los trabajadores de los frigoríficos y por qué suelen
aceptar situaciones de trabajo insalubres?



Estamos viviendo un período de recesión en la generación de empleo formal.
Estos son trabajos en general que no requieren una calificación previa y son
fáciles de aprender. Por lo general, se trata de personas de los estratos
más vulnerables de la población y con un bajo nivel de educación, la mayoría
de ellas tienen una educación básica incompleta, lo que contribuye a la
dificultad de percibirse a sí mismas como sujetos de derecho. La dirección
de algunas empresas suele recurrir a amenazas de despido y obliga a los
trabajadores a aceptar las condiciones de trabajo por razones de
supervivencia.



Obviamente, debo decir que el trabajo repetitivo, por más vacío y sin
sentido que parezca al principio, no es un trabajo fácil desde un punto de
vista subjetivo. Esto se debe a que requiere un "no pensar" para no cometer
errores o causar un accidente, como un corte en el caso de usar cuchillos.
Este "no pensar" genera una represión de la subjetividad/afectiva que puede
ser compensada por muchos trabajadores con largos viajes en los itinerarios
como una forma de hacer frente a este sufrimiento. Los riesgos son el
embotamiento afectivo que tiene como consecuencia el deseo de evitar los
contactos sociales fuera del trabajo, de ver una película y no poder
entenderla (empobrecimiento simbólico), de pasar la mayor parte del tiempo
durmiendo fuera de la jornada laboral, factores que se describen a menudo en
la literatura.



No es raro que se produzcan actos de violencia entre los empleados, uno se
imagina el riesgo potencial de una discusión rodeada de instrumentos
afilados, estos y otros aspectos que se observan en las políticas de
selección de las empresas, y que deben ser apoyados en las políticas de
formación de los directivos. Muchas de estas empresas tienen una alta
rotación y rotación de personal, lo que puede enmascarar otros problemas
como el abandono del trabajo cuando se notan cambios físicos o psíquicos
causados por el trabajo.



-¿Cómo ha observado la actuación sindical de estas categorías? ¿Dónde están
y cómo entender las principales fallas en la protección de los trabajadores?



Incluso había un gran deseo de trabajar horas extras en algunas situaciones.
Esto corrobora el negacionismo social que experimentamos sobre la pandemia.
De manera general, el movimiento sindical ha generado algunas conquistas en
los últimos años como la Norma Reguladora de los Frigoríficos, pero necesita
movilizar permanentemente a las personas para que se entiendan como sujetos
de derecho, cuya lucha no debe ser sólo por cuestiones de remuneración, sino
también por las condiciones de trabajo. En realidad, los sindicatos están
experimentando dificultades financieras, algunos corren el riesgo de
extinguirse, lo que repercute en las condiciones de la lucha y apunta a la
necesidad de ser creativos en nuevas formas de movilización y comunicación
digital.



-Usted viene de una región, el municipio de Bom Retiro do Sul, en Rio Grande
do Sul, donde los frigoríficos y la industria de la carne tienen un gran
peso económico. ¿Cómo entender estas relaciones de poder desde esta realidad
local?



La industria de la carne ha sido históricamente uno de los precursores en el
sur de Brasil. Esto incluye la tradición de las charqueadas y la propia
producción de cuero que ha engendrado toda una industrialización de la
industria del cuero para calzado, otro segmento productivo que ya ha sido
más vigoroso en Rio Grande do Sul. Esta industria fue la responsable del
primer empleo de los negros esclavizados o liberados, lo que todavía es
posible hoy en día en algunas comunidades de afrodescendientes que mantienen
en sus familias la tradición intergeneracional del trabajo frigorífico.



Esta no es una historia de la que estar orgulloso. Todavía tenemos muchos
remanentes de paternalismo en las formas en que trabajamos y es una tarea
social superar este paradigma que todavía se reproduce socialmente. Ambas
actividades, el calzado y la refrigeración, son manufactureras y no
requieren grandes calificaciones de su mano de obra, y no tienen una mayor
remuneración como otros sectores (la metalurgia, que por cierto requiere más
capacitación).



-Tomando como base la realidad de los frigoríficos en particular, ¿es
posible decir que la industria cárnica es arcaica y está enferma?



Se han producido avances tecnológicos y se puede ver que los frigoríficos
que han avanzado en el cumplimiento de la legislación de salud laboral y
tienen planes de gestión de riesgos psicosociales, generan datos para llevar
a cabo programas de planificación y estructuración, o al menos demuestran
esfuerzos en este sentido. Ciertamente se trata de empresas que tendrán
menos dificultades para obtener el reconocimiento ante los trabajadores y
los organismos de inspección laboral, incluso demuestran estar más
comprometidas con el desarrollo regional donde operan.



Mientras que hay otros que están más cerca de la época esclavista, al no
reconocer que algún trabajador puede haber empeorado su estado de salud
debido al trabajo realizado en el matadero. Como consecuencia, la empresa
termina medicalizando al trabajador o despidiéndolo, sin tener registros de
estas situaciones, lo que favorece la invisibilidad del problema y también
la posibilidad de actuar para mitigarlo.



Muchas veces, las empresas temen la judicialización de las relaciones
laborales, pero no se ven como protagonistas en la solución de estos
problemas. Es arcaico en la medida en que su gestión sigue basándose en el
paradigma paternalista.



-Ha estudiado la relación entre la movilidad humana, las migraciones y el
trabajo en los frigoríficos. ¿Por qué los inmigrantes, especialmente los de
países o regiones pobres, que buscan una vida mejor en Brasil, terminan
trabajando en los frigoríficos?



No es exactamente algo nuevo en términos de explotación laboral. Ya había
informes en el sector metalúrgico francés en los años 80 y 90 del siglo
pasado sobre la asignación de inmigrantes en las líneas de producción. Se
colocó a un hablante de cada idioma en el lugar de trabajo para evitar
cualquier contacto verbal, en un claro intento de evitar que pudieran
intentar alguna articulación.



El idioma es un problema, al igual que la propia legislación laboral, que es
diferente de los países de origen, y pueden producirse abusos. Hay
sindicatos que favorecen el aprendizaje del portugués y elaboran material
básico bilingüe sobre nuestra legislación laboral, como el elaborado hace
unos años por la Central Única de los Trabajadores de Rio Grande do Sul.
Asimismo, se necesitan políticas educativas que satisfagan esta demanda, ya
que el lenguaje interfiere con la propia observancia de las normas de
seguridad en los espacios de trabajo.



¿Cómo mejorar las relaciones entre estos trabajadores/inmigrantes y la
industria?



La realidad del trabajo de los migrantes puede ser una constante debido a
los conflictos locales en sus países de origen, ya sea conflictos armados, o
las adversidades del cambio climático / calentamiento global, por ejemplo.
Las dificultades van desde las diferencias culturales, el idioma y la
legislación laboral. Las organizaciones necesitan tener programas de
recepción y articulación con las políticas públicas para estas familias, así
como abordar este tema con los trabajadores nativos brasileños para no
contribuir a la xenofobia, la intolerancia religiosa, entre otros problemas
que pueden surgir o reaparecer con los extranjeros/as.



El acceso a los grupos para que estas familias mantengan su identidad
cultural o incluso incluyan esta diversidad en momentos de confraternización
laboral puede ser una forma de acoger la diversidad cultural, ya sea en la
gastronomía o en las presentaciones culturales, entre otras.



-¿Cuáles son los desafíos para cambiar la realidad de trabajar en los
frigoríficos?



La pandemia del nuevo coronavirus es "a nuestra imagen y semejanza", una
idea originalmente acuñada por Paul Preciado. La pandemia expuso nuestras
vulnerabilidades individuales y sociales de una manera que antes era
impensable en términos de la escala que nos afecta a todos. Cambió algunos
conceptos, como el de que una máscara ya no es sólo una protección
individual, sino que también protege a otras personas. El covid-19 parece
propagarse de manera incontrolada, pero nunca ha sido más necesario
comprender cómo se propaga un virus, así como también es necesario proteger
a las personas para mantener en funcionamiento las obras esenciales. Es un
gran desafío y la ciencia está llamada a desempeñar el papel de proteger las
vidas y llevar alimentos a las mesas de muchos.



Cuando se trata del trabajo y de los trabajadores en los frigoríficos, hay
muchas contradicciones, incertidumbres sobre la contaminación, pruebas
eficientes, dudas sobre la inmunización. No es ni reciente ni nueva la
dificultad de cumplir la legislación sobre salud ocupacional en los
refrigeradores. Ha habido importantes esfuerzos y logros como la Norma
Reguladora, construida específicamente para este segmento productivo, y
ciertamente ya hay empresas que toman el camino del cuidado más seriamente
porque entienden el valor de lo que producen y que la responsabilidad social
no es sólo una palabra bonita en su balance social.



Los retos son descolonizar nuestra cultura y forma de trabajo y superar el
paradigma de paternalismo aún muy presente en nuestro entorno. Hay que
prever un cambio de mentalidad: los trabajadores, los sindicatos, los
organismos de control no son antagonistas, todos desempeñan un papel,
ciertamente con muchas contradicciones, que hacen que la producción y el
cuidado de la mano de obra sea necesario y posible. A pesar de los ataques a
los derechos laborales en los últimos años y de la propia consolidación de
las normas reguladoras, hay que entender que más adelante puede haber una
verdadera epidemia de enfermedad (no sólo de covid-19) y también de
judicialización.



La pregunta que hay que tener en cuenta es: ¿qué tipo de reputación se
quiere construir ante las partes interesadas [el término se refiere a
cualquiera que tenga alguna relación con la empresa, ya sea un cliente,
empleados o incluso aquellos que no tienen ningún contacto, pero que saben
algo sobre el producto de esta marca]? Las organizaciones sindicales deben
ser menos receptivas y más propositivas para proteger a las personas que se
ganan la vida con su trabajo generando indicadores, evaluando los riesgos de
contagio, elaborando programas y midiendo los efectos de los riesgos
psicosociales y de salud ocupacional inmediatos y a mediano plazo. Las
organizaciones que tratan de ocultar sus problemas terminan sufriendo las
consecuencias de la judicialización y el propio "apagón de talentos" de
manera muy dura más adelante. Hay experiencias positivas que señalan que es
posible cuidar y producir al menos una caminata en esta dirección.

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