América Latina/ Desigualdad social. La crisis de covid-19 afecta más a las mujeres y a los indígenas [Inter Press Service]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Jun 10 00:32:37 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

10 de junio 2020

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América Latina



La covid-19 afecta más a las mujeres



Inter Press Service, Atlanta, 2-6-2020

http://www.ipsnoticias.net/2020/



El impacto de la covid-19 sobre la economía y la vida en América Latina y el
Caribe afecta más a las mujeres, sobre todo por su exposición a mayor
pobreza y violencia doméstica, señaló este martes 2 un informe de la
coalición estadounidense contra la pobreza CARE.



Las mujeres “tienen más probabilidades de vivir en pobreza extrema y sus
ingresos son más precarios”, señaló el informe, que recuerda que 126
millones de las que laboran en la región son trabajadoras informales, de las
más expuestas a la crisis.



Destaca la situación de los 16,7 millones de trabajadoras domésticas, que
enfrentan las opciones de quedar en cuarentena con sus empleadores o perder
sus trabajos para quedarse en su casa y cuidar su familia, sin acceso a
prestaciones por desempleo.



Las mujeres “ya comen menos, y menos comidas nutritivas para dejar más
alimentos a sus hijos”, pues 85 millones de niños están aislados de los
programas de alimentación escolar, y ya en el bienio 2016-2018 se reportó
que 69 millones de mujeres y 55 millones de hombres experimentaban
inseguridad alimentaria.



El trabajo de cuidado no remunerado “aumenta desproporcionadamente para las
mujeres y el efecto es mayor en familias más pobres con hogares de mayor
tamaño”.



La situación empeora cuando hay personas enfermas: en México, las mujeres
pasan 29 horas a la semana cuidando a familiares enfermos, en comparación
con 13 horas que dedican los hombres. En Perú, 40 horas las mujeres y 16 los
hombres.



La participación en la fuerza laboral de las mujeres entre 25 y 54 años es
de 67 por ciento, frente a 93 por ciento de los hombres, y ocupan más
empleos informales o en los escalones bajos del empleo formal, lo que se
traduce en menores ingresos y ausencia de beneficios previsionales y poder
de decisión.



En 2018, recordó el informe, 26,9 por ciento de las mujeres vivía en la
pobreza en comparación con 23,8 por ciento de los hombres, y 11,4 por ciento
de mujeres en pobreza extrema en comparación con 9,7 por ciento de hombres.



El panorama apunta a que las mujeres pueden ser las más afectadas por el
previsible aumento de la pobreza tras la crisis del covid-19, que empuja a
28,7 millones de personas a caer en la pobreza –para llegar a 214 millones
en la región- y a casi 16 millones de personas hacia la pobreza crítica.



Entre los grupos más vulnerables están las mujeres indígenas,
afrodescendientes y migrantes, con menores oportunidades de acceso a empleos
y servicios, así como la comunidad LGBTIQ (lesbianas, gais, bisexuales,
transexuales, intersexuales, diferentes), que soportan situaciones de
discriminación o estigma.



El informe registra que “la violencia de género está aumentando y la
capacidad de las mujeres para acceder a los servicios está disminuyendo”.



Desde los países de la región se informa que las llamadas a líneas directas
para atender casos de violencia doméstica aumentan entre 18 y 100 por
ciento, mientras que muchas clínicas y servicios móviles que atienden
violencia de género se han suspendido durante los meses de pandemia.



Por añadidura, como hay menos espectadores en las calles y negocios
cerrados, las mujeres enfrentan condiciones cada vez más inseguras, porque
hay menos lugares a donde ir por ayuda o refugio cuando la violencia de
género ocurre en público.



Más allá del tema de violencia de género, disminuyen los servicios de salud
estándar, a los que antes de la pandemia no accedía 30 por ciento de la
población por razones de costo y 21 por ciento por limitaciones geográficas.



En sus recomendaciones para enfrentar la crisis, CARE pide recopilar datos
desagregados por sexo y edad en relación con la pandemia y los
requerimientos de la sociedad, y tejer redes que atiendan las necesidades de
las mujeres.



Luego propone centrarse en las necesidades de los grupos más vulnerables y
reconocer y abordar el trabajo de cuidado, remunerado y no remunerado,
incluidas las actividades del hogar, así como de las trabajadoras del sector
remunerado.



Se deben fortalecer los servicios de salud y facilitar el acceso de mujeres,
niñas y los grupos de mayor riesgo, y eliminar los costos de prevención,
tratamiento y atención de la covid-19.



Finalmente, junto con las medidas de atención en lo inmediato se deben tomar
otras para mejorar los ingresos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ, y
que apunten a su empoderamiento económico en el mediano y largo plazo.

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La crisis por el covid-19 afecta a 55 millones de indígenas



Inter Press Service, Lima, 5-6-2020

http://www.ipsnoticias.net/2020/



Las vulnerabilidades arrastradas desde antes de la actual pandemia,
básicamente pobreza, informalidad y marginación, exponen a 55 millones de
indígenas en América Latina y el Caribe a mayores riesgos ante la covid-19,
alertó un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).



Vinícius Pinheiro, director regional de la OIT, dijo que “la cara más
nefasta de esta pandemia es la de la desigualdad, porque la enfermedad y sus
consecuencias sociales y económicas afectan más a los que menos tienen, como
son los pueblos indígenas y tribales, con escasa protección social o acceso
a la salud”.



La OIT advirtió sobre la vulnerabilidad de los pueblos indígenas y tribales
en todo el mundo, unos 476 millones de personas, de los cuales 11,5 por
ciento, con más de 800 pueblos diferentes, viven en América Latina y el
Caribe.



Pinheiro aseguró desde la oficina regional de la OIT en Lima que “una vasta
mayoría de mujeres y hombres indígenas viven en condiciones precarias y
trabajan en condiciones de informalidad en los sectores más afectados por la
crisis, lo cual se traduce en la pérdida de los medios de vida”.



En la región, la tasa de informalidad entre trabajadores indígenas es de 82
por ciento, casi 30 puntos porcentuales más alta que el 54 por ciento de la
población en general.



Según la OIT, 31,7 por ciento de la población ocupada indígena no tuvo
ninguna formación, frente a 12,8 por ciento de los trabajadores no
indígenas, y menos de 30 por ciento accedió a educación intermedia o
avanzada, frente a 48 por ciento de los no indígenas.



El informe recuerda que en todo el mundo decenas de millones de indígenas
han estado trabajando en sectores particularmente afectados por la actual
crisis, desde los servicios, incluido el trabajo doméstico, la hostelería y
el turismo, hasta el comercio, el transporte, la manufactura y la
construcción.



A medida que las pérdidas de ingresos afectan a los trabajadores, sus
consecuencias son especialmente graves para las mujeres y los hombres
indígenas, dado que tienen más probabilidades de estar ocupados en
condiciones de informalidad.



La OIT advirtió entonces sobre “los efectos cascada” de los colapsos
económicos, con signos alarmantes de pérdida de ingresos, inseguridad
alimentaria y efectos agravados en la salud y en particular en las mujeres
indígenas.



Reducidas las posibilidades de ofrecer su trabajo, y perturbadas la vida
económica y las cadenas de suministro “disminuye la capacidad de los
indígenas para adquirir productos básicos, incluidos los alimentos, y se
cierne sobre ellos el espectro de la hambruna”.



La OIT señaló que la actual crisis “también muestra deficiencias en la
institucionalidad que se ocupa de los pueblos indígenas. Los gobiernos a
menudo no pueden responder adecuadamente a sus necesidades de protección”.



Por ello, sus recomendaciones apuntan “en primer lugar a la protección,
incluyendo la prevención, información en lenguas nativas y atención
sanitaria de emergencia”.



Luego “apoyo y protección sostenida para los trabajadores, los empresarios y
las comunidades indígenas, para hacer frente a la crisis que afectará los
mercados laborales en un futuro próximo”.



También este viernes 5 un mensaje conjunto de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos  alertó sobre “el grave riesgo para la
supervivencia y los derechos de los pueblos indígenas en la cuenca del
Amazonas”, por el impacto de la covid-19.



Recordó que en esa área habitan más de 420 pueblos indígenas “portadores de
un conocimiento profundo de uno de los ecosistemas más ricos en
biodiversidad y cultura del planeta”, incluidos al menos 60 pueblos en
aislamiento voluntario.



Expuso que en la Amazonia “la propagación de covid-19 creció de manera
exponencial” y evidenció “la histórica ausencia o limitada presencia estatal
en muchos territorios, y la insuficiente capacidad para atender las
necesidades de estos pueblos”.



El mensaje se suma a los pedidos de protección y atención durante la actual
crisis, y además destaca “la importancia de garantizar que los pueblos
indígenas puedan ejercer su autogobierno y libre determinación”.



En particular, se pide respeto para “las medidas de autoaislamiento
adoptadas por los pueblos indígenas, sean estas tradicionales o cordones
sanitarios a raíz de la pandemia”, lo que incluye proveerles material de
protección personal de forma segura y compartir con ellos información
oportuna en sus propias lenguas.

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