Argentina/ La cuarentena en los barrios populares. Vivir aislado en medio de la precariedad [Laura Vales]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Mar 24 16:01:54 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

24 de marzo 2020

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Argentina

 

Vivir aislado en medio de la precariedad 

 

La cuarentena en los barrios populares

 

Cuatro millones de personas viven hacinadas y sin posibilidad de trabajar en
casa. Hasta lavarse las manos es complejo. El plan del Gobierno para brindar
asistencia.

 

Laura Vales

Página/12, 24-3-2020 

https://www.pagina12.com.ar/

 

El enfoque informativo predominante supone que toda la Argentina tiene las
posibilidades de aislamiento de la clase media. En el país, sin embargo,
cuatro millones de personas viven en barrios populares, de urbanización
precaria, lo que en muchos casos significa condiciones de hacinamiento y
ninguna posibilidad de hacer trabajo en casa. A eso se suman dificultades
más básicas: lavarse frecuentemente las manos es una recomendación difícil
cuando la red de agua potable es una canilla de uso compartido en un
pasillo. Estas condiciones instaladas por la pobreza estructural, las de un
país que no es Italia ni España, están enfrentando al Estado y especialmente
a la militancia social a pensar otras medidas para que la cuarentena pueda
implementarse. Especialmente en el conurbano, donde los funcionarios,
intendentes y referentes barriales señalan que la clave, en los días que
vienen, va a ser garantizar la distribución de alimentos. En este marco, el
gobierno nacional analiza para el caso de que el confinamiento deba
prolongarse ampliar la asistencia económica a los que dependen enteramente
de changas y no tienen planes sociales. Las estimaciones no oficiales
señalan que están en esa situación un millón de argentinos.

 

Desde diciembre, un importante sector de los movimientos sociales ingresó a
cargos de gestión en el gobierno. En el ministerio de Desarrollo Social hay
una secretaría y dos direcciones a cargo de referentes de las
organizaciones; entre ellos está el coordinador de Somos Barrios de Pie,
Daniel Menéndez, que hoy es uno de los encargados de armar un plan de
realización de pequeñas obras locales para que menos personas se desplacen
buscando changas. Mariel Fernández, formada en la militancia del Movimiento
Evita, es intendenta de Moreno, un municipio que condensa en dos datos la
vida precaria, ya que tiene 500 mil habitantes y un solo hospital. Fernanda
Miño, militante de la villa La Cava, en San Isidro, es secretaria de
Integración Sociourbana, una dirección del Estado creada para resolver el
problema del acceso al agua en las villas y asentamientos. En los cuatro mil
cuatrocientos barrios populares del país, el 93,5 por ciento no tiene acceso
formal a la red de Agua Potable. Estos dirigentes contaron a Página/12cómo
ven, desde su condición de militantes en contacto directo con la realidad de
los asentamientos y desde su posición como funcionarios que participan en el
diseño de políticas, la atención de la pandemia en los barrios populares.

 

Refuerzo alimentario 

 

«Resguardarseen la casa es un elemento importante, pero que no alcanza en
los sectores más humildes, que no tienen las condiciones de la clase media»,
señala Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de la Economía Social. Es
sábado al mediodía y él está en un comedor en Villa Inflamable. «Lo que
estamos viendo, en general, es que la gente está en la puerta de la casa
pero sin salir del barrio, como si fuera un domingo. La actividad
comunitaria sí es mayor, porque hay más gente entregando viandas en los
comedores y aumentó el número de familias y de chicos que vienen a pedir a
alimentos». En este sentido, lo que se ve venir es un esquema en el que la
militancia social cubra la logística necesaria para que las familias no se
queden sin alimentos.

 

Para Menéndez «es impensado que la gente de los sectores populares se
recluya en sus casas como puede hacerlo la clase media, porque las casas son
de una precariedad en muchos casos muy grande, porque hay problemas de
hacinamiento, entonces hay que encontrar mecanismos para que la comunidad,
en el barrio, pueda pensarse como una unidad de aislamiento. En ese sentido,
sabiendo que puede haber movimiento, que el movimiento esté organizado para
que haya trabajo, que haya actividad y posibilidad de acceder a los
alimentos». 

 

El ministerio de Desarrollo Social apura por esto la realización de pequeñas
obras de infraestructura en los barrios para generar trabajo local, que
ayude a limitar la circulación de las personas y funcione, a la vez, como un
paliativo parala caída de las changas. 

 

Hoteles y hospitales

 

«Ayer nos reunimos con los supermercadistas de Moreno para que entiendan que
van a tener que hacer donaciones, y también para que garanticen stock de
mercadería para que los comedores escolares puedan armar las bolsas de
alimentos», contó Mariel Fernández, intendenta del distrito del conurbano
con un solo hospital para 500 mil habitantes. «Estamos haciendo todos los
esfuerzos pero hay realidades objetivas».

 

Ubicado en el segundo y tercer cordón, Moreno es uno de los seis municipios
de lGran Buenos Aires con niveles más altos de Necesidades Básicas
Insatisfechas, de acuerdo a datos del Observatorio de la Universidad de
General Sarmiento. Sobre el aislamiento, la intendenta apunta que «en
realidad, lo que intentamos hacer es que la gente se quede en el barrio.
Estar adentro es difícil por el tema de la precariedad de las viviendas; no
es lo mismo que en una familia de los sectores medios altos, que tiene las
comodidades para quedarse en su casa. Yo insisto mucho en que hay garantizar
el alimento, porque nadie puede quedarse si no lo tiene». 

 

El viernes, la Nación envió a la intendencia 10 millones de pesos para
alimentos y la compra de materiales de construcción que permitan generar las
primeras obras de mejoramiento y empleo local. También el gobernador Axel
Kicillof destinó una partida de300 millones a distribuir entre los 135
municipios de la provincia en la emergencia sanitaria. Aunque –paradojas de
las decisiones rápidas en tiempos de crisis– Moreno, por tener un solo
hospital, recibirá menos que otros distritos, ya que el índice de reparto es
la coparticipación, que destina más fondos cuando se tienen más hospitales.

 

La preocupación está puesta en la demanda de salud que va a producirse en el
pico del contagio, esperado para finales de abril o principios de mayo. Ya
está anunciado que en Moreno se va a construir uno de los 5 hospitales
modulares destinados al Conurbano pensados para la internación de pacientes
con coronavirus. Como en otras localidades, el municipio tomó la idea de
utilizar los hoteles sindicales para las personas que necesiten aislamiento.
Hay un solo hotel, del Sindicato del Seguro, que se puso a disposición.

 

Donde falta el agua

 

Las secretaria de Integración Sociourbana, Fernanda Miño vive en La Cava, la
villa más emblemática de San Isidro. «Los barrios son un mundo aparte»,
indica. «Más allá de lo difícil que es respetar la cuarentena para
cualquiera, la casa es chica, hay muchas situaciones familiares,
indefectiblemente los vecinos salen a los pasillos o a la calle más cercana.
No vamos a hacer cola al supermercado porque no hay plata para llenar la
heladera, pero si a la única canilla de agua la tenés en la esquina de tu
casa no te queda otra que salir», dice a Página/12. A su criterio, el
principal obstáculo para sostener el aislamiento en las villas y
asentamientos de Buenos Aires es el hacinamiento, y en el interior la falta
de agua. 

 

Explica también que el mapa de barrios populares con las 4400 urbanizaciones
precarias del país fue armado tomando las viviendas en las que faltan dos o
más de los servicios de agua, electricidad o cloacas. «En general, es el
agua, que llega a las casas conectada irregularmente y puede no ser potable,
y la cloaca. Sumados a la falta de trabajo y al tema del alimento, la
pandemia viene a desafiar todavía más la posibilidad de salir adelante de
las personas más vulneradas. Y también creo que va a hacer más difícil la
concientización de lo que significa la pandemia, porque la gente no tiene el
recurso para prevenirse». 

 

Miño cree que las municipalidades van a tener que asumir el trabajo de ir a
los barrios, llevar los bolsones a cada casa en lugar de hacer ir a la gente
a un lugar donde puede amontonarse, hacer ruedas sanitarias con los
elementos básicos. «Siempre hay una organización social, además, que se pone
esto al hombro, que se pone el guante y el barbijo y sale a repartir».

 

Estudian ampliar las medidas para los trabajadores informales

 

El gobierno nacional analiza implementar otras medidas de ayuda para las
personas de sectores vulnerables que dependen de actividades informales y no
perciben ningún ingreso del Estado, en el caso de las medidas de aislamiento
se prologuen más allá de estos diez días. La idea es la de un subsidio de 5
mil pesos durante tres meses. En el país hoy existen tres grandes esquemas
de cobertura: la Asignación Universal por Hijo, los planes sociales y las
jubilaciones y pensiones. Por afuera de eso hay una población que están
entre los 40 y 60 años, que tiene hijos ya mayores de 18 años, por lo que ya
no recibe la AUH y carece de empleo formal. 

 

El comercio en las ferias, los talleres familiares, las pequeñas obras de
construcción, la venta ambulante, los puestos de comida al paso, el manejo
de remises, pequeñas verdulerías, almacenes y peluquerías abiertos por
vecinos en sus casas son algunas de las actividades dentro de una infinidad
de rebusques no registrados, con ingresos de subsistencia y por afuera de la
figura del monotributo. La informalidad hace imposible medir cuántos están
en esta situación. Hay referentes sociales que hacen una estimación, en el
aire, de un millón de personas. El parate en la actividad puede, claramente,
dejar a esta franja sin ninguna vía de ingresos.

 

El programa de trabajo local

 

El programa de pequeñas obras de infraestructura en los barrios populares
para generar trabajo local tiene el objetivo de limitar la circulación de
las personas y funcionar, a la vez, como un paliativo para la caída de las
changas. La medida fue anticipada el martes por el ministro de Economía,
Martín Guzmán. El ministerio de Desarrollo Social que conduce Daniel Arroyo
confirmó a su vez un paquete destinado para los sectores más vulnerables. 

 

Las obras en las que se piensa son de mejoramiento, como pintar escuelas,
hacer veredas, arreglar centros comunitarios, con un criterio de permitir a
las personas trabajar en el barrio, sin tener que viajar. Todavía no está
definido cuál será el pago por estos trabajos. Un criterio cercano es el que
se utilizó en febrero con los arreglos de escuelas, cuando los trabajadores
cobraron el doble de un plan social, es decir 17 mil pesos, aunque también
está en estudio un esquema de módulos o complementos. 

 

El Estado Nacional, por otra parte, reforzó los ingresos de los
beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y de planes sociales con
un bono de 3000 mil pesos. Este plus abarcó a 556 mil personas.

 

La decisión de las obras a realizar estará a cargo de unidades ejecutoras
integradas por los intendentes, las gobernaciones y los movimientos
sociales.

 

El paquete combina ingresos con trabajo: al bono se le sumará el envío de
insumos, materiales y herramientas para hacer posible la realización de las
obras de infraestructura en salitas sanitarias, clubes de barrio, escuelas o
viviendas precarias.

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