América Latina/ ""Estamos durmiendo uno encima del otro". Como el coronavirus agrava la crisis carcelaria [Daniel Pardo]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mayo 7 00:37:08 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

7 de mayo 2020

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América Latina

 

Como el coronavirus agrava la crisis carcelaria

 

"Estamos durmiendo uno encima del otro" 

 

Daniel Pardo, corresponsal en Colombia 

BBC Mundo, 5-5-2020

https://www.bbc.com/mundo/

 

Su frase no es una exageración: las celdas del Establecimiento Penitenciario
y Carcelario de Villavicencio, en el este del país, están hechas para cuatro
personas, pero en ellas duermen tres o cuatro veces más reclusos.

 

La imagen se repite en toda América Latina, donde el hacinamiento carcelario
alcanza el 60%, según el Instituto para la Investigación de Política
Criminal (ICPR, por sus siglas en inglés), un centro de estudios con base en
Londres.

 

"Hay gente durmiendo en los pasillos, algunos en los baños, otros que
comparten cama", relata Alonso, seudónimo que heredó de sus tiempos en la
guerrilla.

 

Al menos 400 reclusos en la cárcel de Villavicencio, en el este de Colombia,
han dado positivo en pruebas de coronavirus. 

 

Desde que se detectó el primer caso positivo de coronavirus, la tensión
reina en los patios de la cárcel de Villavicencio: intentos de fuga,
protestas —pacíficas y violentas— y motines se reportan cada dos o tres días
en una penal que tiene cupo para 1.000 reclusos, pero acoge a más de 1.700.

 

El nerviosismo se propaga por las cárceles de toda la región. En Lima, Perú,
un motín por temor al contagio de coronavirus dejó 9 muertos y más de 60
heridos; en otro incidente similar en Guanare, Venezuela, perdieron la vida
más de 40 personas.

 

En Sao Paulo, Brasil, 1.200 reclusos escaparon de varias cárceles en medio
de motines. En Argentina, 1.200 presos están en huelga de hambre para
protesta por condiciones "infrahumanas".

 

Y en El Salvador, país con una de las mayores tasas de hacinamiento de la
región, el gobierno de Nayib Bukele juntó a todos pandilleros presos de
grupos rivales en pequeños espacios y divulgó unas polémicas fotos que
dieron la vuelta al mundo.

 

Prácticamente todas las cárceles latinoamericanas sufren hacinamiento. Es lo
contrario a lo que se necesita para frenar la propagación del coronavirus:
el aislamiento social. 

 

Excarcelaciones para descongestionar 

 

"Lo que alimenta la sobrepoblación es el incremento en la inseguridad, la
falta de recursos para mejorar la infraestructura, porque es un tema sin
simpatía electoral, y la prevalencia de un dogma judicial de que la solución
a la delincuencia, para cualquier delito, es la privación de la libertad",
le dice a BBC Mundo José Miguel Vivanco, director de la ONG Human Rights
Watch.

 

Vivanco es uno de los activistas que han apoyado los decretos de perdón para
descongestionar las cárceles que se han implementado en varios países del
mundo, desde Irán a Argentina. 

 

En este último casi 2.000 personas pasaron a arresto domiciliario con gran
polémica, ya que entre ellas había algunas condenadas por delitos como
violación, homicidio y corrupción. 

 

Colombia también emitió un decreto de exoneraciones por el que medio
centenar de reclusos en situación de vulnerabilidad se fueron a sus casas.
El gobierno espera sacar a 4.000 presos, de una población carcelaria de
170.000, con una tasa de hacinamiento del 53%, según cifras oficiales.

 

En Perú, que vio cómo la tensión por dos contagios en una cárcel produjo un
grave motín, el gobierno espera liberar a 3.000 presos. Al menos 13 reclusos
han muerto y 500 están infectados en todo el país. 

 

La fuga masiva en Brasil se dio cuando el gobierno prohibió la salida de
34.000 prisioneros que tenían beneficios de libertad condicional. Las
imágenes de los prófugos corriendo por las calles de la Sao Paulo dieron la
vuelta al mundo. 

 

La situación es cada vez más desesperada en las cárceles de la región, donde
el promedio de prisiones tiene una sobrepoblación del 150%. 

 

Sin visitas ni nuevos detenidos 

 

Además de las excarcelaciones, dos medidas que se repiten a lo largo de
América Latina son la prohibición de visitas en las prisiones y el envío de
detenidos a centros penitenciarios.

 

Ambas, según los expertos consultados, tienen consecuencias: la primera
genera más tensión dentro de las cárceles y la segunda traslada el
hacinamiento a los centros de detención temporal. 

 

Vivanco, de HRW, asegura que "prohibir las visitas promueve la posibilidad
de motines, pero además no elimina la posibilidad del contagio a menos de
que los tuvieras en una isla, sin guardias, sin médicos, sin ingreso de
alimentos".

 

Laura Zamora, una mujer transexual condenada a 50 años en la cárcel La
Picota de Bogotá, añade: "Sin visitas los hombres intentan abusar más de
nosotras".

 

Y Andrés Cruz, recluso del centro La Modelo de Bogotá, donde un motín hace
un mes dejó 23 muertos, lamenta: "Con la prohibición de salidas nos quitaron
el único aliento que tenemos". 

 

Originalmente arrestado por corrupción, Cruz lleva 8 meses preso a pesar de
que su proceso judicial no ha empezado. 

 

Los presos argumentan que no están sentenciados a muerte porque temen que
una infección de coronavirus en una prisión sea una suerte de condena
mortal. 

 

Los sistemas judiciales latinoamericanos están entre los más lentos del
mundo, según el Banco Mundial.

 

Y el ICPR reporta que Sudamérica es la región del mundo con más presos en
prisión preventiva: un50% de los reclusos no tiene condena. 

 

"Como se están dando las cosas, se ve muy lejos ver y abrazar a la familia.
Hasta pienso que nunca los voy a ver. Si me llega a agarrar el virus acá,
¿será que me voy a morir?", dice Cruz, de 50 años.

 

Más que el hacinamiento

 

El hacinamiento no es el único obstáculo que impide contener al virus en las
cárceles latinoamericanas, coinciden las fuentes consultadas. 

 

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 20% de las cárceles en
América Latina no tiene acceso a agua potableregularmente y el 40% de los
presos duermen en el suelo. 

 

Rafael Pérez, preso hace 8 años en la cárcel de Cúcuta, Colombia, relata:
"Acá hay gente con hepatitis, tuberculosis, cirrosis, VIH. Si no tenemos
atención para ellos, mucho menos para el coronavirus".

 

De acuerdo al BID, el 71% de los reclusos en los países estudiados dicen
haber recibido atención médica. 

 

El gobierno de El Salvador difundió imágenes de reclusos amontonados en
filas, algunos de ellos portando mascarillas. 

 

De vuelta a Villavicencio, en Colombia, Johan Alarcón, guardia en la cárcel
y presidente del sindicato de penitenciarios, le dice a BBC Mundo que de los
400 contagiados con coronavirus, 40 son funcionarios. 

 

"El personal que trabaja en la cárcel es tan vulnerable como los presos",
indica. 

 

Y se queja de que tienen que hacer rifas y colectas para comprar el material
de protección para los reclusos. "Estamos mitigando el virus con
infusiones", asegura.

 

Y denuncia un "abandono del Estado", que "envía material de protección para
maquillar, para hacerse el que hace algo"

 

"Nadie estaba preparado para esto —continúa— y a medida que fueron pasando
las cosas fuimos cometiendo errores. No sabíamos cuáles eran los síntomas,
no sabíamos cómo aislar, ni que había personas asintomáticas".

 

Alarcón concluye: "El virus acá está haciendo lo que le da la gana".

 

"Obligación de proteger a los presos"

 

En línea con estas denuncias, la Oficina del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos de Naciones Unidas (ACNUDH) publicó un comunicado este
martes en el que denuncia que muchos Estados de América Latina no han tomado
las medidas adecuadas para evitar los contagios en sus cárceles ni para
evitar los episodios de violencia de las últimas semanas, "abusando del uso
de la fuerza para retomar el control de estas instalaciones penitenciarias".

 

En varias cárceles argentinas, como la de Villa Devoto, en la capital, hubo
motines de prisioneros reclamando excarcelaciones debido a la pandemia de
coronavirus. 

 

Desde la ACNUDH, recuerdan que los gobiernos tienen "la obligación de
proteger el bienestar físico y mental de de los presos".

 

También expresan su preocupación por los países en los que se ha detenido a
ciudadanos por violar las órdenes de cuarenta, "lo que ha aumentado el
riesgo de infecciones".

 

Y hacen mención especial a El Salvador, denunciando que las "medidas de
seguridad extremadamente duras impuesta recientemente en las prisiones,
pueden considerarse como trato cruel, inhumano o degradante y pueden
exacerbar las precarias condiciones de higiene" en los centros
penitenciarios.

 

Además, solicitan que los Estados tomen medidas para evitar que continúe la
propagación del virus en las cárceles, aumentando los servicios de salud
para los presos y las pruebas de coronavirus, igual que para los
trabajadores de las prisiones, dotándoles también del material de protección
necesarios.

 

También solicitan que a los presos se les permita mantener un nivel de
contacto mínimo con sus familiares y se felicitan por las medidas tomadas
por algunos gobiernos para liberar a los presos más vulnerables ante el
coronavirus, como los que tienen enfermedades preexistentes, mujeres
embarazaras , reos de edad avanzada o con discapacidades.

 

Y animan a que se tomen más medidas para descongestionar las cárceles,
liberando a los presos con sentencias cortas por delitos no violentos, así
como a menores y aquellos detenidos por delitos migratorios.

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