Italia/ Una transición sociopolítica muy compleja [Pietro Basso]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Oct 26 18:53:52 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

26 de octubre 2020

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Italia



Una transición muy compleja

Pietro Basso *

A l’encontre, 20-10-2020

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Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



Para muchos comentaristas políticos, los resultados de las elecciones
regionales y el referéndum constitucional, ambos celebrados los días 20 y 21
de septiembre de 2020, consolidaron el gobierno de Giuseppe Conte 2 (también
llamado Conte bis) y el marco político actual. Sin embargo, considero que la
situación política italiana sigue siendo muy inestable, una inestabilidad
que se debe tanto al contexto político nacional como al internacional, a la
situación económica como a la sociopolítica, como lo demuestran los
acontecimientos de los últimos dos años.

Las elecciones de marzo de 2018 y el gobierno Liga-Movimiento 5 estrellas

Las elecciones políticas del 4 de marzo de 2018 fueron ganadas con holgura
por el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), con el 33% de los votos, y por la
Liga del Norte, con el 17%, después de 24 años de hegemonía del partido de
Silvio Berlusconi (Forza Italia, 1994-2009, después Il Popolo della Libertà,
2009-2013, y rebautizado Forza Italia, desde 2013). Una victoria inducida
por el descontento social generalizado, el rechazo a las "élites" en el
poder en Italia y en Europa y la expectativa de obtener concesiones por
parte de grandes sectores de los asalariados, después de diez años de
políticas de austeridad.

El M5E y la Liga lograron la victoria gracias a tres promesas: el "ingreso a
la ciudadanía", la derogación de la Ley de jubilaciones (Ley Fornero) y el
impuesto fijo (flat tax) de 15%. Eran medidas que representaban, por una
parte, un cierto alivio para los trabajadores y trabajadoras más pobres y
para los jubilados y jubiladas y por otra, verdaderas concesiones para un
conglomerado de clases medias productivas, comerciantes, pequeños
empresarios, autónomos, artesanos, que representan en Italia hasta el 25% de
la población activa, un porcentaje más elevado que en el resto de Europa.
Todo esto fue hábilmente incluido en la deuda pública, o sea a expensas de
los asalariados.

Las elecciones del 4 de marzo del 2018 significaron también el derrumbe del
Partido Democrático (PD) de Matteo Renzi y de su (contra) reformismo
agresivo, que apuntaba a modificar la Constitución en una dirección
centralizadora (más poderes al gobierno y al primer ministro), con el
referéndum del 4 de diciembre del 2016. Forza Italia, de Silvio Berlusconi,
también se derrumbó; desde 1994, había gobernado o cerrado el paso a
gobiernos de centro-izquierda, cuando estaba en la oposición. La clase
capitalista italiana tuvo entonces que tomar nota del fin de la Segunda
República, basada en los dos pilares de Forza Italia y del PD, no sin
preocupaciones, ya que el cambio de personal dirigente no le resultó
demasiado satisfactorio.

Así, en el período comprendido entre las elecciones del 4 de marzo y el 31
de mayo de 2018, durante 88 días, se produjo la crisis política e
institucional más larga y complicada de los últimos 70 años, con la
coexistencia, por momentos, de tres presidentes del Consejo (primeros
ministros): Paolo Gentiloni, del PD, que dimitió, Carlo Cottarelli,
independiente y antiguo ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI),
encargado de formar un nuevo gobierno, y Giuseppe Conte, nombrado por el M5E
para analizar las posibilidades de formar un gobierno.

Finalmente, y después de un enfrentamiento -entre bambalinas- entre los
Estados Unidos y la Unión Europea (UE), nació el gobierno de la Liga-M5E,
una victoria por puntos de Washington sobre Bruselas. Steve Bannon, uno de
los principales asesores del presidente Donald Trump en ese momento, no
podía disimular su regocijo cuando declaró: "De ahora en más, Roma es el
centro de la política mundial", y añadió luego: "Con esto, ustedes golpearon
el corazón de la bestia de Europa", lo que podría designar a Alemania, y
"los dictados de Bruselas y el fascismo del spread (diferencial entre tasas
de interés, NdT)", lo que podría referirse a la Comisión Juncker.

A lo que el Presidente de la República, Sergio Mattarella, el más hábil
político de la burguesía italiana, se vio obligado a responder con una
declaración pública, que resonó como una confesión sobre la naturaleza del
Estado: "Tengo la custodia de los inversores italianos y extranjeros, de los
operadores económicos y financieros que poseen la deuda pública y las
acciones de las empresas". Dijo estas palabras para justificar su oposición
al nombramiento de Paolo Savona como Ministro de Economía, quien había
declarado repetidas veces su intención de abandonar el euro, una posición
claramente inaceptable para la UE. Un mes más tarde, el 1 de junio, Savona
fue nombrado Ministro de Economía, después de haber sido advertido por
Mattarella, convirtiéndose así en el tercer y principal accionista del
gobierno de la Liga-M5E, en la línea de los acreedores del Estado italiano,
tanto italianos como europeos, que dictan las políticas gubernamentales y
que, por el momento, se oponen en su mayoría a la salida del euro.

Por último, las elecciones del 4 de marzo de 2018 estuvieron marcadas por
una violenta campaña de la Liga contra los inmigrantes, acusados de ser la
causa principal del deterioro de las condiciones de trabajo y de vida de los
asalariados. Es el mismo sentimiento, profundamente racista, que ha estado
presente, desde el principio, entre los fundadores del M5E, en particular su
fundador, Giuseppe Grillo. Pero el verano de 2017 puede identificarse como
el momento en que hubo un verdadero salto cualitativo en el proceso de
criminalización de las poblaciones inmigrantes, con los decretos del
Ministro del Interior, Marco Minniti.

Posteriormente, la Liga de Matteo Salvini radicalizó este ataque con nuevos
decretos, utilizando a los inmigrantes como destinatarios privilegiados de
esos ataques y como un subproducto del malestar social que afecta en
particular a las zonas urbanas más degradadas y a los estratos de la
población más expuestos a la inseguridad física y social. Todo esto tuvo
lugar bajo la mirada pasiva de la izquierda institucional, que no dijo ni
una sola palabra sobre los golpes no sólo contra los inmigrantes, sino
también contra el derecho de huelga y las ocupaciones, a través de medidas
draconianas contra los piquetes de huelga y las ocupaciones de lugares de
trabajo o edificios.

El gobierno de la Liga-M5E nació el 1 de junio de 2018. Además de la
mencionada hipoteca del Presidente Mattarella, la jefa del FMI en ese
momento, Christine Lagarde, advirtió: "Espero que Italia dé pruebas de
realismo". El nuevo gobierno "soberanista" se apresuró a presentar pruebas
de ello, abandonando inmediatamente la exigencia de cancelación de 250.000
millones de deuda pública en poder del Banco Central Europeo (BCE, es decir,
el 11% del total de la deuda pública de 2:300.000 millones de euros).

Sin embargo, tuvo que cumplir algunas de las promesas electorales. Por una
parte, al promulgar la "renta a la ciudadanía", pero sólo para los ingresos
inferiores a 780 euros mensuales, con una serie de trabas administrativas y
posibles sanciones severas; a finales de mayo de 2020, esa renta comprendía
1.171.000 hogares, dos tercios de los cuales en el sur del país. Por otra
parte, con la promulgación de medidas de reforma de la legislación en
materia de pensiones permitiendo, entre mediados de 2018 y mediados de 2020,
la jubilación anticipada de 318.000 empleados que hubieran acumulado al
menos 38 años de cotizaciones para la pensión y de una edad mínima de 62
años (ley que fue denominada comúnmente "Cuota 100", porque 38+62=100). La
mitad de los beneficiarios procedían del sector privado, entre ellos un gran
número de trabajadores en seguro de paro técnico o parcial; la otra mitad
provenía del sector público, en particular docentes y también trabajadores
por cuenta propia.

El impuesto fijo del 15% (o impuesto único, un impuesto no progresivo de x%,
que afecta a toda una categoría de la población) prometido por la Liga, fue
esencialmente desechado y en su lugar, sólo quedó un impuesto del 15% para
las empresas con un volumen de negocios de entre 5.000 y 65.000 euros.

¿Por qué, entonces, un gobierno apoyado por un verdadero consenso popular,
duró sólo 15 meses? No fue la calle la que lo hizo caer, aunque hubo varias
manifestaciones contra los decretos de Salvini. Se trataba de
manifestaciones encabezadas por los SI Cobas (Sindicatos Independientes
Comités de Base), así como por otras agrupaciones sindicales independientes
de las grandes centrales nacionales, por los No Borders y otras asociaciones
militantes, pero también por manifestaciones del movimiento de mujeres
contra el cuestionamiento de los derechos adquiridos. Sin embargo,
exceptuando el sector de almacenes y logística, la conflictividad laboral se
mantuvo muy baja, limitada a unas pocas protestas contra el cierre de
plantas, sin llegar nunca a un nivel de contestación política del gobierno
de la Liga-M5E, uno de los gobiernos más arrogantes de las últimas décadas
para con los sindicatos, que quedaron excluidos, de hecho, de los mecanismos
de "concertación", por los que los sindicatos habían luchado con uñas y
dientes.



El primer gobierno de Giuseppe Conte (1 de junio de 2018-5 de setiembre de
2019) se hundió por las tensiones entre sus tres componentes: la Liga, el
M5E y el partido de facto del Quirinal (la Presidencia de la República, con
el Presidente Sergio Mattarella). Tensiones que adoptaron un carácter
explosivo, tanto por la presión de la UE como por el afán de la Liga de
Salvini (la antigua Liga Ndel Norte), que trató de imponerse como partido
hegemónico, llegando incluso a reivindicar "plenos poderes". La Unión
Europea comprendió rápidamente los riesgos que representaba en uno de los
países fundadores y estratégicos como Italia, un gobierno en permanente
conflicto con ella, dispuesto a alinearse aún más con Washington, y
dispuesto además a coquetear con Moscú y Pekín. Así pues, la Unión Europea
multiplicó las iniciativas para dificultar su funcionamiento y hacerlo
entrar en razones por todos los medios, sobre todo maniobrando en torno a
las tasas de interés (spread) e insistiendo en el cumplimiento del Pacto
Fiscal (el Tratado de Estabilidad, Cooperación y Gobernanza de la Unión
Económica y Monetaria, TSCG o Pacto Fiscal, un complejo mecanismo de
limitación del gasto público mediante la restricción de los préstamos). Esas
maniobras fueron llevadas a cabo tanto desde el exterior, por el Banco
Central Europeo (BCE) y su presidente Mario Draghi, como desde el interior,
por el Quirinal, es decir, el Presidente de la República.

En cuanto a los conflictos entre la Liga y el M5E, se puede decir que no
tienen una base ideológica real, en la medida en que ambas formaciones
políticas están acostumbradas a una visión híper individualista que ve al
pequeño y mediano empresario no sólo como el campeón de la economía
nacional, sino también de la "italianidad". Sin embargo, sus bases sociales
difieren significativamente. A pesar de su reciente transformación en un
partido nacional, la Liga sigue teniendo su base principal en el Norte,
mientras que el M5E tiene su base principal en el Sur. La Liga es más fuerte
entre las capas sociales de mayor edad y menos aculturadas de la población,
el M5E lo es entre los estudiantes y las muchas capas cualificadas pero
precarias, aunque esto no toma en cuenta el real y reciente fracaso
electoral del Movimiento. La Liga está más presente entre los patrones y los
trabajadores, a menudo los más cualificados, en los sectores más
tradicionales; la M5E en los nuevos sectores relacionados con la tecnología
de la información y las comunicaciones.

Teóricamente, se podría imaginar una complementariedad entre ambos; pero en
tiempos de escasez, el hecho de tener que cumplir con las expectativas de
sectores que se repliegan en un corporativismo ciego, es tan difícil como la
cuadratura del círculo. También hay diferencias de opinión sobre los grandes
proyectos: el tren de alta velocidad Turín-Lyon (TAV), las nuevas
perforaciones petrolíferas en el mar, el otorgamiento de nuevas concesiones
para la gestión de autopistas que debían retirárseles poco a poco a la
familia Benetton, etc. Todas esos aspectos son propios a la identidad de un
M5E en retroceso, sobre los que sus dirigentes, Giuseppe Grillo y Luigi Di
Maio, no estaban dispuestos ni podían hacer concesiones, en particular en
materia de medio ambiente, y por otra parte, la Liga, en pleno crecimiento,
no estaba tampoco dispuesta a dar marcha atrás, a comprometer los sólidos
vínculos con las empresas implicadas en esas grandes obras.

Por último, la postura provocadora del líder del Liga, Matteo Salvini, sobre
la política migratoria de la Unión Europea (UE) fue motivo de descontento,
no por parte del M5E, que básicamente está de acuerdo, sino del sistema
bancario y las empresas transnacionales, que se oponen a cualquier
enfrentamiento con la UE, el BCE y su director Draghi, el "gran italiano".
La postura provocadora de la Liga de Salvini hacia la UE no se refiere
estrictamente a la guerra contra los inmigrantes y quienes solicitan asilo,
sobre lo que están de acuerdo, sino más bien a las modalidades de esta
guerra y la división de sus costos y beneficios dentro de la UE.

El gobierno PD-Movimiento 5 Estrellas, o Conte 2

En agosto de 2019, la tentativa imprevista de Salvini de imponer la caída
del gobierno y la disolución de las Cámaras a su aliado de Cinco estrellas
se convirtió en un bumerán. El gobierno cayó, en efecto, pero eso dio lugar
a una nueva alianza PD-M5E, también imprevista, que sigue constituyendo el
gobierno actual. Una de las características de este gobierno Conte 2 es el
papel cada vez más importante del Presidente del Consejo de Ministros
(Primer Ministro). Hasta hace poco neófito, se adaptó en muy poco tiempo,
con una habilidad sorprendente, sin desmentir la frase que dice que la
función crea el órgano. O, si se prefiere, no hay que olvidar que Italia es
el país de Maquiavelo y de las mil transformaciones y que la burguesía
italiana ha acumulado una experiencia gubernamental de las transformaciones
sociales muy sofisticada.

El nacimiento del gobierno de Conte 2 el 5 de septiembre de 2019 significa
una victoria por puntos de la UE sobre los Estados Unidos. Es una venganza
que fue elaborada tanto por los poderes europeos como por el ala mayoritaria
y más europeísta de la patronal y del establishment italianos. También se
vio favorecido por el inicio de una nueva recesión económica, que hizo que
Italia se acercara a sus principales puntos de venta, es decir, a la UE, la
que representa el 57% de los intercambios comerciales italianos.

Al mismo tiempo, la ofensiva proteccionista de la administración Trump, en
particular contra China, Rusia e Irán, tuvo un fuerte impacto en la economía
italiana, sin prácticamente ninguna compensación a cambio. Finalmente, como
circunstancias agravantes, la combinación del diletantismo de los cuadros de
la política exterior de la Liga y los negocios turbios del partido con la
Rusia de Putin, aceptando importantes sobornos, lo expuso a las sospechas de
Washington y de Bruselas, lo que facilitó aún más la destitución del
gobierno. Una expulsión que recibió la bendición del presidente Mattarella,
un ultra-atlantista (OTAN) pero aún más un euro-atlantista, convencido de
que los intereses del capitalismo nacional pueden ser mejor preservados en
concordancia con los Estados Unidos, pero desde la asociación con Europa y
no desde una posición aislada.

El PD, eje del gobierno de Conte 2, es por su parte la más perfecta
expresión de esta posición, adoptada incluso por el nuevo Ministro de
Asuntos Exteriores, el dirigente del M5E Di Maio, en el pasado partidario
(en 2019) de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,
luego como partidario de un atlantismo incondicional, anti chino y pro
israelí, pero que volvió luego a su rebaño.

Sin mencionar la falta total de ganas que tenían los cientos de
parlamentarios del M5E de poner fin a su estancia dorada en la cómoda "lata
de conservas" Montecitorio, sede de la Cámara de Diputados [2], y por lo
tanto su rechazo a unas elecciones anticipadas demasiado riesgosas, hubo
otras dos razones internas principales que explican la caída del gobierno de
la Liga-M5E después de sólo 15 meses y de un comienzo que le fue muy
favorable. Por un lado, los muy modestos resultados obtenidos a favor del
capitalismo nacional. En otras palabras, si un gobierno "soberano" no logra
casi nada en este sentido, ¿para qué sirve? Por otra parte, la insoportable
demagogia de sus afirmaciones ante los riesgos de estancamiento económico o
de recesión. Durante más de un año, el gobierno no fue capaz de encontrar
ninguna nueva salida significativa para los productos italianos en el mundo
y perdió algunos compradores europeos.

Por un lado, la Liga les hizo la guerra a los inmigrantes y a los
solicitantes de asilo y por otro lado, sus ataques al derecho de huelga y de
manifestación, a través de decretos de seguridad, le dieron el apoyo de la
patronal. Sin embargo, si la fórmula "los italianos primero" podía
convenirles a los empresarios, alimentando así el antagonismo y la
desconfianza entre los trabajadores italianos e inmigrantes, las cosas se
volvieron más problemáticas. En el verano de 2019, Matteo Salvini comenzó a
prometer maravillas a algunos italianos, proletarios, empleados y pequeños
empresarios, embriagado como estaba por el éxito de las elecciones europeas
de mayo del mismo año -la Liga había obtenido el 34% de los votos (en las
elecciones de 2018 había obtenido el 17%)- y por las manifestaciones
populares de apoyo, con lo que su jefe se veía ya tomando posesión como
primer ministro.

La más loca de todas las promesas, agitada por los aventureros-asesores del
jefe de la Liga, era la de crear una especie de Edén libre de impuestos para
los pequeños y muy pequeños empresarios, sobre el mismo modelo de la
exención fiscal que las multinacionales de la Web se han asegurado para sí
mismas. Una promesa impensable. Por un lado, crearía un verdadero abismo en
las cuentas públicas de un Estado endeudado hasta el cuello y debilitado por
una colosal evasión fiscal. Por otro lado, alimentaría expectativas
similares entre los asalariados, que habrían sido los únicos llamados a
contribuir para llenar las arcas del Estado, sobre todo porque ya pagan casi
el 90% del Irpef (impuesto sobre la renta de las personas físicas), ya que
la legislación fiscal permite a las grandes empresas evadir gran parte del
impuesto.

Probablemente el Quirinal (la presidencia), la principal asociación patronal
(Confindustria), las principales empresas del país (Generali, Banca Intesa,
Fiat Chrysler Automobiles, Eni, Enel, Bankitalia, Mediobanca, Luxottica,
Unicredit, Finmeccanica, etc.) no decidieron abiertamente derribar el
gobierno de la Liga-M5E. En cambio, esos grupos de poder abandonaron al
gobierno, pues desconfiaban de los dos socios del gobierno por razones
diferentes. Fue entonces cuando decidieron volver a poner en primer plano al
debilitado PD para disciplinar al M5E, poniéndolo de nuevo en marcha junto
con el PD, pero también para disciplinar a la Liga, a través de una
saludable abstinencia en términos del ejecutivo. Está claro que estos
grandes grupos de poder no tenían -y no tienen- la fuerza para normalizar un
gobierno tan anormal como el de la Liga-M5E. Entonces era mejor avanzar
gradualmente, y para ello recurrir al PD, ya utilizado antes y seguro, sobre
todo porque al estar debilitado por sus divisiones, les resultaba aún más
fácil ponerlo bajo presión.

Durante las dos crisis gubernamentales mencionadas (marzo de 2018 y agosto
de 2019), quedó en evidencia una vez más la relativa debilidad del
capitalismo imperialista "made in Italy", en el contexto de la competencia
mundial entre los megacapitales y los grandes Estados y en particular, las
tensiones entre los EE.UU. y Alemania-UE. En los últimos 20 años, Italia
también experimentó un importante proceso de concentración y centralización
del capital:

- las empresas medianas y grandes ganaron peso (actualmente representan el
40% del valor añadido interno total);

- aumentó la integración entre los capitales industriales y el financieros;

- el volumen de las inversiones directas en el extranjero aumentó
considerablemente, a una tasa anual del 12%, más que el de Alemania y
Francia, aunque debemos precisar que esas inversiones eran, previamente,
menores que las de los otros dos países;

- actualmente, hay más de 23.500 empresas transnacionales italianas.

Sin embargo, al mismo tiempo, la proporción de las exportaciones italianas,
en porcentaje mundial, pasó del 4,2% a principios de la década de 1980 al
2,8% en la actualidad. Y ningún gobierno ha logrado aún disciplinar social y
políticamente el vasto conglomerado de las capas sociales intermedias del
país.

En el pasado, anticipé exageradamente el nacimiento de la tercera República.
En realidad, la clase dominante italiana vive actualmente su viudez de la
Segunda República, pero no ha encontrado aún una nueva pareja hegemónica y
una nueva estructura institucional para concluir un nuevo matrimonio de
intereses. Se encuentra a mitad de camino y en esta compleja transición, los
movimientos erráticos, caóticos e imprevistos de la gente y de las clases
medias no la ayudan mucho que digamos. Esto se suma a la desorientación y a
la reorientación en varias direcciones de una masa de asalariados y
proletarios sumidos en la pasividad y a menudo impregnados de desconfianza.

Aunque el gobierno de Conte 2 no sea en realidad estable, hay que señalar
que, hasta ahora, ha desempeñado su papel de manera eficaz, que logró en
particular evitar que las protestas sociales tomaran cuerpo durante el año
pasado. La salida de la Liga del gobierno aumentó las expectativas de los
inmigrantes, de los trabajadores y de los jóvenes que no se identificaban
con el ejecutivo de la Liga-M5E. Lo mismo ocurría con las mujeres, alarmadas
por la aparición en Italia de bandas vinculadas a la oscura internacional de
los evangelistas, tan apreciados por Trump, y por el neo cruzado Matteo
Salvini.

El gobierno Conte 2 dejó en su lugar la renta a la ciudadanía, la ley (Cuota
100) de corrección de la reforma jubilatoria, la tasa única al 15% para las
pequeñas empresas y los autónomos, añadiendo en enero de 2020 una ligera
modificación de las cargas sociales a favor de ciertas categorías de
asalariados, lo que les permite percibir un promedio de 40 euros más por
mes, un gran éxito proclamado por las tres centrales sindicales, CGIL, CISL,
UIL, cuando eso sólo representó un gasto de 3 mil millones de euros. El
gobierno Conte 2 también concedió más créditos para las guarderías y el
cuidado de los niños, atenuó ligeramente los decretos Salvini, regularizó
una pequeña parte de los migrantes indocumentados (unos 200.000 en un total
de más de 600.000). Y finalmente, en un arranque transformista, el
presidente del Consejo de Ministros Giuseppe Conte sacó a relucir su buena
alma de izquierda al recibir en el Palacio Chigi, sede del gobierno, a los
secretarios de las tres grandes centrales sindicales, que se apresuraron a
prometer su lealtad a la empresa-Italia. Fue una recepción oficial
presentada como la reconquista de la concertación y que dio nacimiento a un
nuevo idilio entre gobierno y sindicatos.

Llegó entonces la pandemia y…

A finales de enero, llegó oficialmente el Covid-19 y desde finales de
febrero hasta principios de junio, el confinamiento se extendió a zonas cada
vez más grandes del país. Esto acarreó consecuencias para la estabilización
del nuevo gobierno, que ya empezaba a hacer agua, que tardó en tomar las
disposiciones sanitarias necesarias, pese a las numerosas señales de alarma
enviadas a nivel internacional.

No vamos a hablar del Plan nacional de preparación y respuesta ante una
pandemia de gripe, aprobado por el Ministerio de Salud ya en 2007 y que
quedó archivado en los cajones. Peor aún, entre 2007 y 2020 se desmantelaron
las estructuras de la medicina preventiva territorial, a pesar de que son
fundamentales en caso de pandemia, ya sea para la prevención o para la
atención.

La llegada y la propagación del Covid 19 en Italia se produjo a través de
los canales de los sectores productivos que van desde la región de Bérgamo,
en particular el Val Seriana, hasta China, sectores que abarcan toda la
conurbación milanesa. Los industriales de Assolombarda (la asociación
patronal milanesa, miembro de la Confindustria) se negaron categóricamente a
cerrar sus plantas. Incluso en los momentos más graves, en Lombardía, el
epicentro de la epidemia, tres cuartas partes de los trabajadores de las
fábricas trabajaban sin pausa. El gobierno de Conte 2 capituló ante las
exigencias de la Confindustria. Dejó que continuara funcionando una amplia
gama de actividades no esenciales; y a pesar de ello, Giuseppe Conte logró
crear una imagen de eficiencia y de árbitro situado por encima de las
partes.

De hecho, este duro período puso de manifiesto las consecuencias
antisociales de la última década en términos de recortes del personal
sanitario del país, con la amputación de unos 100.000 puestos y en las
estructuras hospitalarias, con la eliminación de 70.000 camas y la
amputación del fondo nacional de salud de un orden de 37.000 millones de
euros, es decir, una cuarta parte del total de entonces (unos 117.000
millones de euros en la actualidad).

Así pues, las medidas urgentes adoptadas por el gobierno del Conte 2
consistieron, en su mayoría, en ocultar las ineficiencias y lagunas
resultantes de esta política que, por cierto, afectó especialmente a la
Lombardía, donde la privatización y la rentabilización de la sanidad son
mucho más importantes que en otros lugares, mientras que los instrumentos de
prevención y de medicina territorial han sido prácticamente destruidos.

Y los resultados están a la vista: Italia tiene el segundo récord europeo en
cuanto a número de muertes (más de 36.000), siendo que ocupa el quinto lugar
en cuanto a contaminaciones. Y hay que señalar que sólo las huelgas
organizadas por los sindicatos independientes de SI Cobas, en el sector de
la logística, y las huelgas espontáneas que estallaron en las fábricas
metalúrgicas y de maquinaria permitieron plantear la cuestión de las medidas
de seguridad urgentes que deben adoptarse en los lugares de trabajo.

Prevaleció la determinación de los patrones de no cerrar fábricas y
almacenes y a pesar de la falta de estadísticas sociales sobre el tema, se
puede decir que, además del personal de los hospitales, fueron los
trabajadores de la industria y sus familias los que pagaron el precio más
alto. La propagación de la pandemia y los temores que suscitó entre la
población fueron utilizados por el gobierno y el aparato estatal para
imponer a los empleados y a la población en general un clima de cohesión
nacional, logrado a través de medidas que parecían ser rígidas para todos,
mediante el control físico de toda la población por parte de la policía, la
defensa civil, los carabinieri y el ejército y también mediante la
prohibición de toda forma de movilización social, desde las manifestaciones
del 8 de marzo hasta las de principios de junio. Giorgio Agamben es
demasiado enfático cuando afirma que entre marzo y mayo los gobernantes
"suspendieron y violaron derechos y garantías constitucionales que nunca
habían sido cuestionados, ni siquiera durante las guerras mundiales y el
fascismo". No obstante, las autoridades aprovecharon la oportunidad que les
brindó la propagación del Covid para proceder a un ensayo general prolongado
del estado de emergencia o de excepción [3].

El gobierno Conte 2 ha maniobrado hábilmente, sin brutalidad manifiesta, y
extendió al conjunto de la sociedad las modalidades de un gobierno "justo a
tiempo", mediante una avalancha de decretos del presidente del Consejo de
ministros y del gobierno. Aplicó a toda la población los métodos que desde
hace años se utilizan para gobernar contra los emigrantes e inmigrantes, a
través de un "infra-derecho de tipo administrativo" que genera
constantemente normas extralegales o antilegales, que impone
interpretaciones particulares de las leyes existentes o de las normas que
sustituyen a las leyes, reorientando así las prácticas cotidianas de las
instituciones y actores de la inmigración.

De esta manera, según observa Iside Gjerji, los órganos ejecutivos o
administrativos asumen un doble poder: el de disponer (poder legislativo de
facto) y el de ordenar (poder de control, poder ejecutivo de facto),
logrando así satisfacer más rápidamente las necesidades propias del sistema.
[4] Es la misma dinámica que dio origen al proyecto de reforma del Primer
Ministro Matteo Renzi y de la Ministra Maria Elena Boschi (conocido como la
reforma constitucional Renzi-Boschi, en 2016, sujeta a referéndum), un
intento de concentrar los poderes en manos del jefe de gobierno, que fue
rechazado por referéndum en diciembre. Pero se hizo realidad con el gobierno
de Conte 2. Es una realidad impregnada de autoritarismo, que hizo que un
científico reclamara en la televisión el uso del ejército a gran escala,
para imponer las prescripciones del binomio gobierno-ciencia...

La otra oportunidad, que el gobierno Conte 2 aprovechó de inmediato fue la
decisión de la Unión Europea de suspender las normas derivadas del Pacto
Fiscal, para permitir que el déficit presupuestario pudiera ser superado sin
límites; el mismo alcanzará el 10,8% este año. Esta decisión permitió al
ejecutivo la emisión de tres decretos presupuestarios (llamados Cura Italia,
Rilancio y Agosto), por un total de 100 mil millones de euros de deuda
adicional, con una deuda pública total que alcanzó el 160% del Producto
Interior Bruto (PIB). Más de la mitad fue a parar a las arcas de las
empresas o fue gastada a su favor, principalmente a través de desgravaciones
fiscales o exenciones de tasas, contribuciones no reembolsables, garantías
públicas para la financiación bancaria. Según las estimaciones de los
sindicatos, el 60% de este gasto se destinó a las empresas, y solamente el
36% a los asalariados y a los trabajadores autónomos [5].

Con esta suma gigantesca, que se agrega al déficit público, y aprovechando
el clima de miedo amplificado por varios medios de comunicación que destilan
obsesivamente los recuentos de las contaminaciones, el ejecutivo de PD-M5E
ha logrado hasta ahora (6 de octubre) limitar al máximo los conflictos
sociales después de las huelgas de marzo. Los resultados favorables de las
recientes elecciones regionales y municipales reflejan la capacidad de la
coalición gubernamental para gestionar esta situación sin precedentes,
quizás incluso para lograr que la baja del PIB se sitúe por debajo de la
media europea y al menos por ahora y aparentemente, una segunda ola menos
virulenta que en el Reino Unido, Francia y España.

… Carlo Bonomi

En medio de la doble crisis sanitaria y económica, Carlo Bonomi, industrial
del sector sanitario, fue nombrado nuevo presidente de Confindustria con el
99,99% de los votos. Bonomi forma parte del núcleo duro de industriales que
se opusieron virulentamente a cualquier cierre de planta. Su discurso de
asunción del cargo expresó claramente la feroz determinación de la patronal
de recuperar sus beneficios después de un colapso económico que no afectó a
todos por igual. Presentamos algunos fragmentos del blog "Il pungolo rosso"
[6].

"Con la salida [de la Cofindustria] de la Fiat de Marchionne (en 2011) y
luego, en los años siguientes, las de Finmeccanica, UnipolSai, Salini
Impregilo, Luxottica, etc., la histórica asociación de industriales, que en
su momento apoyó al fascismo y más tarde a la Democracia Cristiana, perdió
influencia política, mientras que el sector bancario ganó fuerza. Carlo
Bonomi quiere convertirla en el verdadero partido político de las
capitalistas y no preconiza ninguna forma de delegación dirigida a los
partidos políticos, especialmente los gubernamentales, los que, según sus
palabras, son víctimas de "grandes prejuicios anti empresas".

"El programa de Bonomi se puede resumir de la siguiente manera: todo a las
empresas, todo para las empresas, todo a través de las empresas. Todo a las
empresas porque Bonomi rechaza la idea de escalonar el pago de los impuestos
y defiende la puesta a cero de los contadores, reivindica un sistema de
impuestos a las empresas que sea una "palanca de crecimiento" y además:
adelantos no reembolsables, exención del impuesto sobre el capital, grandes
inversiones públicas que den prioridad a la industria 4.0 y a las finanzas
4.0. Todo para las empresas, en el sentido de que el Estado debe intervenir
como actor en el gasto y el endeudamiento, pero sin "volver a ser el
encargado de la economía", una tarea que corresponde exclusivamente a los
capitalistas. Todo a través de las empresas, porque "sólo ellas y los
mercados pueden ser fuentes de ingresos y de trabajo para millones de
italianos", y nadie puede reemplazarlos en esta noble misión.

"¿Qué pasa con los sindicatos? Tienen que cambiar" y aceptar, por ejemplo,
que en la mesa de negociaciones son los patrones quienes presentan sus
reivindicaciones y el objeto de las negociaciones. Lo que significa, en
primer lugar, el aumento de la productividad, en segundo lugar, el
predominio de los contratos colectivos de empresa sobre los convenios
nacionales (el golpe de gracia al convenio colectivo nacional), en tercer
lugar, el sometimiento a las obligaciones de los contratos firmados: "los
compromisos deben ser respetados" (poniendo fin a la lucha reivindicativa
ofensiva).

"En cuanto a los proletarios de la industria, Carlo Bonomi les dedica una
cita de Luigi Einaudi explicando la decadencia del Imperio Romano. Según
este liberal-esclavista, 'a fuerza de hacer promesas políticas, los que
ejercían el mando sobre los ciudadanos romanos los llevaron a despreciar su
condición de obreros-soldados, impulsados por la ilusión de que el Estado
los mantendría'. ¡Pero sólo las empresas pueden ser mantenidas por el
Estado! Así, Bonomi aceptó el préstamo, garantizado por el Estado, de 6.300
millones de euros a favor de Fiat Chrysler Automobile (FCA), con la
condición de que fueran invertidos en Italia".

Después de haber asumido el cargo, el nuevo presidente de Confindustria
alternó ataques aún más duros contra los trabajadores - ¡no hay aumentos
salariales en los contratos! - y llamados al gobierno, sin ceder un ápice en
su discurso "simple y revolucionario", según sus partidarios. Su mensaje le
dio alas a la patronal. El primer efecto fue la ruptura de las negociaciones
(que se habían convertido en una farsa) sobre el convenio colectivo de la
industria del metal y maquinarias entre la patronal Federmecanica y las
centrales sindicales del sector: FIOM, FIM y UIL. Eso dio lugar a una
propuesta de Pacto por Italia, un verdadero pacto leonino que puede
compararse con el anterior Pacto por la Fábrica que Confindustria había
impuesto el 9 de marzo de 2018 a las tres principales centrales sindicales
nacionales, CGIL, CISL y UIL. El objetivo era "modernizar" el sistema de
relaciones laborales, "con el fin de mejorar la competitividad mediante el
aumento de la productividad de las empresas", "para que las empresas
italianas puedan hacer frente a los desafíos derivados de mercados cada vez
más mundializados".

Fueron sólidos puntos de referencia para bloquear cualquier demanda salarial
o normativa en caso de incertidumbre o crisis económica. Sin embargo,
incluso en los sectores que siguen realizando beneficios, la Confindustria
quiere que los salarios se conviertan en una variable totalmente subordinada
a las necesidades de la empresa, a las exigencias de una competitividad cada
vez más dura en el ámbito internacional. Como en los manuales, el capital
quiere transformar su propia crisis en una crisis del trabajo. "Ya no
estamos en los años 70", es el asqueroso comentario de Bonomi que, a lo
sumo, considera como única concesión salarial el welfare empresarial [7],
una concesión que ata aún más al asalariado a la empresa y que favorece la
labor de demolición de los sistemas de salud y de pensiones.

Desde esa perspectiva, el Pacto por Italia y los convenios colectivos con
aumento salarial cero (el último convenio en el sector de la metalurgia y la
maquinaria se concluyó con un aumento salarial medio de 7 euros...) son una
forma de ratificar décadas de "consultas" que han vaciado los convenios
nacionales y destruido la organización de los trabajadores dentro de las
fábricas. A modo de compensación, los sindicatos CGIL, CISL y UIL obtuvieron
normas sobre la representación de los empleados en las negociaciones, normas
que bloquearon de manera definitiva el camino a cualquier sindicalismo
diferente y combativo, que sólo permiten las negociaciones a las capas
superiores técnicamente más experimentadas. Después de décadas de guerra de
clases, la patronal adoptó posiciones extremadamente duras, y gana por jaque
mate.

Las grandes incógnitas del gobierno Conte 2

 Pero quien siembra viento recoge tempestades. Esa es la primera incógnita
para el gobierno. La segunda incógnita es el resurgimiento de la pandemia,
que, si se vuelve más virulenta, pondrá de relieve el hecho de que nada
esencial ha cambiado desde la emergencia sanitaria de la primavera, salvo un
modesto aumento de los puestos de trabajo en cuidados intensivos. La tercera
incógnita es el impacto en la población y en el consumo de las probables
nuevas y más rígidas medidas de contención. La cuarta incógnita es el
aumento de las tensiones militares en la cuenca del Mediterráneo desde Libia
hasta el Cáucaso. La quinta está relacionada con el resultado de las
elecciones en los Estados Unidos y la posibilidad de una victoria de Joe
Biden, con una posición más firme de la Casa Blanca hacia China y Rusia,
dado que Biden ha acusado repetidamente a Donald Trump de debilidad sobre
este tema. La sexta incógnita surge de los conflictos no resueltos en el
seno de la UE sobre el ritmo y las modalidades de la puesta en marcha del
Fondo de Recuperación y la controversia sobre el Mecanismo Europeo de
Estabilidad. Por último, la séptima incógnita podría provenir de una
escisión en el M5E con sus consecuencias en la coalición gobernante. Todo
ello en un momento en que, a finales de diciembre de 2020, está previsto que
finalice la congelación de los despidos de los empleados con contratos
indefinidos, así como la expiración de los períodos adicionales concedidos
para las medidas de seguro de paro parcial.

Por eso me parecen superficiales las estimaciones que consideran que el
gobierno Conte 2 se estabilizó tras las últimas elecciones regionales y
locales. Esas elecciones significaron por cierto el fracaso del asalto de la
Liga Salvini a la región de la Toscana, con una derrota similar en
Emilia-Romaña. Pero también fueron el escenario de la crisis del M5E, que se
convirtió a la vez en el partido con mayoría relativa en el Parlamento y en
el partido desgarrado por una verdadera guerra interna que, por el momento,
no ha explotado sólo porque la sed de formar parte del gobierno se impone
aún. Por otro lado, el gobierno tiene que lidiar con el llamado "partido de
los gobernantes", aclamado por los medios de comunicación como "las nuevas
estrellas de la política", que encarnan la tentativa de los sectores más
hábiles de la clase dirigente de regionalizar al máximo la clase trabajadora
y de limitar el poder del gobierno sobre los 209.000 millones de euros
provenientes del Fondo de Recuperación de la Unión Europea.

Esas son las principales novedades de las elecciones del 20 y 21 de
septiembre de este año. Por lo demás, quedó claro que alrededor del 40% de
las personas con derecho a voto no ejercen su derecho y que se trata
principalmente de trabajadores y empleados. En algunos casos, hubo un leve
aumento de la participación, del 3 ó 4% en general, por ejemplo en el Véneto
y la Campania, pero la participación sigue siendo entre el 53% en Liguria y
el 62% en Toscana, donde la campaña electoral fue más incierta y turbulenta.
Es una información que se omite con demasiada frecuencia en los resultados
de las elecciones y que da una dimensión diferente de los "triunfos"
atribuidos a ciertos gobernadores: el que recibió más votos, Luca Zaia, en
la región del Véneto, obtuvo un espectacular 76,8% pero, calculado sobre el
total de votos y abstenciones, el porcentaje se convierte en 46,2%. En la
misma fecha se votó el referéndum sobre la reducción del número de miembros
del Parlamento (reducción de 1/3 de los miembros de las Cámaras), con una
participación del 54%, un 11% menos que en el referéndum de 2016 sobre un
tema relativamente similar. El "sí" ganó por 69%, un voto claramente
favorable en las circunscripciones populares y uno desfavorable en las zonas
urbanas más ricas.

Las grandes maniobras

Una vez lograda la normalización del M5E, los sectores más importantes de la
clase dominante están trabajando para normalizar la Liga de Salvini, con
fuertes presiones para que efectúe un giro hacia el centro, en lo que
respecta a la política europea e italiana. Se trata también de estar
preparados, en caso de nuevas y más graves emergencias, para participar en
un gobierno de unidad nacional, dirigido o no por Mario Draghi, ex
vicepresidente de Goldman Sachs, ex gobernador del Banco de Italia y ex
presidente del Banco Central Europeo. La derecha se encuentra en una fase de
reestructuración. Fratelli d'Italia, de Giorgia Meloni, se viene reforzando
y podría obtener, en un plazo relativamente breve, el reconocimiento europeo
y del Pentágono, ya que ambos buscan un nuevo punto de referencia que pueda
ocupar, al menos parcialmente, el vacío dejado por un Silvio Berlusconi
crepuscular. Por el momento, el PD es el partido de confianza del gran
capital, tanto europeo como estadounidense, pero eso no basta para
garantizar la estabilidad en las turbulencias que se anuncian.

Otras maniobras importantes tienen lugar en esos momentos en el ámbito
financiero, con un reposicionamiento de Italia junto a Alemania, enfrentando
a la Francia desleal, pero al mismo tiempo junto a los Estados Unidos,
garantizándoles incondicionalmente el uso del territorio nacional, de norte
a sur, para su aparato militar. En resumen, todo está en marcha, la dotación
de armas atómicas a nivel mundial, la situación económica nacional e
internacional, el inicio de una crisis histórica del capitalismo, profundas
transformaciones sociopolíticas.

En ese contexto, en el plano interno, la exacerbación de las contradicciones
sociales es probablemente la principal incógnita para la estabilidad del
gobierno actual, así como para las perspectivas de dominación capitalista de
la sociedad. El contexto es preocupante, constituido por el aumento masivo
del desempleo (se estima que 2 millones de personas podrían sumarse a los 3
millones de desempleados oficiales y a los 3 millones no inscriptos), por
las formas más extremas de precariedad, por el agravamiento de la carga de
trabajo profesional y de cuidados efectuados por las mujeres [8], por los
intentos de generalizar el trabajo a domicilio siempre que sea posible, por
la insuficiencia cada vez más grave de las medidas de austeridad (el
gobierno ya anunció el fin de la Cuota 100, un endurecimiento de la ley de
jubilaciones, así como reducciones de la renta a la ciudadanía), por las
deficiencias estructurales que se han vuelto verdaderamente críticas en los
sistemas de salud y educativo, por los devastadores daños al medio ambiente
y al territorio. No hay duda de que estas contradicciones acabarán
coagulándose de forma explosiva, dándole nuevamente un papel protagónico a
la clase trabajadora.



* Sociólogo, miembro de la redacción de la revista Cuneo rosso.

Notas

[1] Antonello Guerrera, Steve Bannon: Consiglio Liga e anche i 5 Stelle,
adesso Roma è il centro del mondo, quotidien La Repubblica, Rome,
02/06/2020. [ndt]

[2] "Abriremos el Parlamento como si abriéramos una lata de atún. Sacaremos
a la luz las intrigas y las mentiras", prometió Giuseppe Grillo, el
cofundador del M5E, pero mientras tanto, los diputados de Cinco estrellas se
dieron cuenta de que el atún del Parlamento tiene un sabor delicioso.

[3] Giorgio Agamben, Stato di eccezione e stato di emergenza, 30/07/2020,
sur
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-stato-di-eccezione-e-stato-di-emerg
enza

(4) Iside Gjergji, Immigrazione e infra-diritto: dal governo per circolari
alla tweet-governance, publicado en breve en la revista Etica e politica,
Trieste.

[5] Carlo Di Foggia, Il “Sussidistan” è il paese della Confindustria, Il
fatto quotidiano, 01/10/2020. El término "Sussidistan" fue utilizado por
primera vez por el presidente de la cámara patronal Confindustria para
describir a Italia como un país con subsidios "excesivos" otorgados a los
empleados.

[6] Carlo Bonomi (Confindustria): li vogliamo lavoratori-soldati, blog Il
pungolo rosso, 23/05/2020, sur
https://pungolorosso.wordpress.com/2020/05/23/bonomi-confindustria-li-voglia
mo-lavoratori-soldati/ .

[7] El welfare empresarial o contractual consiste en aumentos salariales
concedidos principalmente bajo forma de prestaciones patronales para la
salud y la previsión social, pero también para otras prestaciones en
especies, incluidas las cotizaciones para la jubilación por fuera del
sistema oficial, que se pueden incluir en la convención colectiva
complementaria de trabajo. [ndt]

[8] Le donne nella tempesta della crisi, Il pungolo rosso, 10/05/2020,
https://pungolorosso.wordpress.com/2020/05/10/le-donne-nella-tempesta-della-
crisi/

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