Estados Unidos/ En el peor momento, la élite multimillonaria saquea a la clase trabajadora [Nick Baker]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Sep 10 00:21:29 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

10 de setiembre 2020

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Estados Unidos



En el peor momento, la élite multimillonaria saquea a la clase trabajadora



Nick Baker *

A l’encontre, 7-9-2020

http://alencontre.org/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



En medio de una pandemia mundial, de un hundimiento económico sin
precedentes, de un desempleo masivo, del hambre y la desesperación, el
mercado de valores está en auge y los más ricos de los ricos son más ricos
que nunca.



Desde el mes de marzo, más de 58 millones de personas en los Estados Unidos
han solicitado formalmente un puesto de trabajo. El Internal Revenue Servic
(IRS, Servicio de Impuestos Internos por su sigla en inglés, oficina
recaudadora, dependiente del Departamento del Tesoro, NdT) prevé que la
economía de los EE.UU. contará con casi 40 millones de empleos menos en 2021
que los previstos antes de la pandemia, debido a la prolongada depresión
económica. Aunque ampliamente se reconozca que la economía no se
"recuperará" con una actividad plena -incluso si los casos de coronavirus
disminuyeran pronto- y que la actual depresión continuará durante mucho
tiempo, las empresas están haciendo todo lo posible para que aumenten los
precios de sus acciones.



En su búsqueda desesperada de beneficios, muchas grandes empresas proyectan
despidos masivos y reconocen que los empleados que actualmente están en
"desempleo técnico" no tendrán trabajo al final de este periodo, cuando
vuelvan. El Wall Street Journal informa que un estudio reciente demostró que
"casi la mitad de los empleadores estadounidenses que han despedido o
suspendido personal debido al Covid-19 están planificando nuevas reducciones
de personal durante los próximos 12 meses". Las empresas dicen que los
trabajadores y trabajadoras con salarios bajos serán los primeros en ser
despedidos.



Según el Washington Post, que compara las cifras actuales con las de la
recesión de Bush-Obama, que comenzó en 2009, la cantidad de trabajadores
víctimas de un recorte salarial, desde el principio de la crisis hasta el 1°
de julio, fue el doble. Más de 10 millones de trabajadores del sector
privado sufrieron reducciones salariales o fueron obligados a trabajar a
tiempo parcial.



La compañía de automóviles Tesla (especializada en coches eléctricos, basada
en la Silicon Valey, NdT) impuso a todos los trabajadores una rebaja de
sueldo del 10% desde mediados de abril hasta julio. Durante el mismo
período, las acciones de Tesla se dispararon y el valor neto de la fortuna
del director general Elon Musk pasó de 25.000 millones de dólares a más de
100.000 millones de dólares. Salesforce, una compañía de programas
informáticos (para el comercio y la industria) anunció niveles de ventas
récord un día y el despido de 1.000 trabajadores el día siguiente.  Las
acciones de la compañía subieron un 26%.



Otro estudio encontró que el 50% de todos los empleados de las pequeñas
empresas que han sido despedidos desde el mes de marzo siguen sin trabajo.
El 28% está todavía con licencia y el 22% ha sido despedido definitivamente.
Incluso en las estadísticas de desempleo manipuladas y gravemente
subestimadas por el gobierno, la cantidad de personas que han estado en el
seguro de paro entre 15 a 26 semanas es casi el doble de lo que era en el
momento más crítico de la recesión de 2009, y exponencialmente más elevada
que en cualquier otro momento desde la Gran Depresión de la década de 1930.



Los proyectos de ley de "reactivación", firmados por Donald Trump y
aprobados por los demócratas, ya han dado billones de dólares a las grandes
empresas y el equivalente de decenas de miles de millones de dólares en
reducciones de impuestos a los estadounidenses más ricos. Incluso dos
tercios de la ronda inicial de préstamos del Programa de Protección de los
Salarios (Paycheck Protection Program), supuestamente destinados a "pequeñas
empresas", fueron a grandes corporaciones como la Ritz Carlton (cadena de
hoteles de lujo, NdT), además del regalo de varios miles de millones de
dólares entregados como honorarios a los bancos que efectuaban los
préstamos.



Mientras que millones de trabajadores con bajos salarios, "muchos de los
cuales trabajan en el sector servicios muy afectados como la hotelería, los
viajes y el comercio minorista...han perdido sus empleos, han sido
despedidos o han visto reducidas sus horas de trabajo", escribe el Wall
Street Journal, "los ingresos de los profesionales de cuello blanco...han
permanecido en su casi totalidad intactos".



Los súper ricos se enriquecen más que nunca



El 18 de agosto -un día en el que murieron 1349 personas a causa del
Covid-19 y mientras que varias decenas de millones de personas estaban sin
trabajo- el índice de bursátil S&P 500 alcanzó un récord histórico y el
índice Nasdaq 100, basado sobre todo en la tecnología, se encontraba ya en
un nivel récord. Los periódicos financieros anunciaron un nuevo "mercado
alcista", prediciendo que el valor de las acciones seguiría aumentando.



El éxito fulgurante del mercado de valores en el contexto actual sorprendió
a muchas personas. Apenas dos semanas antes de que las acciones alcanzaran
un máximo histórico, los Estados Unidos habían anunciado el mayor retroceso
económico, durante tres meses, desde la Gran Depresión. El hecho de llamarlo
"el mayor retroceso" no basta para dar una idea de su magnitud. La
contracción del 9,5% de abril a junio de 2020 fue cuatro veces superior a la
mayor disminución registrada desde la Segunda Guerra Mundial.



Las economías del mundo entero están en caída libre. El PIB de los países de
la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), las
mayores economías del mundo, cayó casi un 10% durante el mismo período
-cuatro veces más que durante la crisis mundial de 2009- y se espera que el
PIB mundial disminuya un 5% este año, un porcentaje histórico. Sin embargo,
el mercado de valores sube, insensible a todo eso, al tiempo que los
extremadamente ricos tratan de exprimir hasta la última gota a los
trabajadores.



Según Bloomberg News, la riqueza de las 500 personas más ricas del mundo
aumentó en 871.000 millones de dólares desde principios de año, y que "el
aumento de la riqueza se concentra especialmente en los primeros puestos del
índice de multimillonarios". Teniendo en cuenta solamente la semana del 24
al 28 de agosto, las 500 personas más ricas del mundo aumentaron su riqueza
en 209.000 millones de dólares. Los diez multimillonarios más ricos del
mundo acaparan juntos más de un billón de dólares.



Jeff Bezos, el director general de Amazon, de lejos el más rico del mundo,
tiene una riqueza personal de 204,6 mil millones de dólares a fecha del 26
de agosto. Gran parte de su riqueza proviene de las acciones de Amazon, las
que aumentaron un 80 por ciento en lo que va de año. La riqueza de Bezos se
duplicó casi durante la pandemia, en un solo día, ganó 13 mil millones de
dólares.



Las estimaciones históricas varían, pero la mayoría está de acuerdo en que
John D. Rockefeller y Andrew Carnegie son los únicos magnates americanos que
más dinero han tenido, una vez ajustado a la inflación, que el que Jeff
Bezos tiene ahora.



Este año, las mayores ganancias obtenidas en las acciones fueron para las
empresas más grandes, especialmente en tecnología, ya que la pandemia y el
hundimiento económico se convirtieron en una bendición para el capitalismo
monopolista. Apple, un monopolio tecnológico, es ahora la compañía más
cotizada del mundo, con una capitalización de más de 2 billones de dólares -
la primera compañía en alcanzar este umbral - que se incrementó en 1 billón
de dólares en sólo 21 semanas.



¿Cuál es el secreto del increíble éxito de Apple? Apple se lanzó en la mayor
re-compra de acciones de la historia, comprando 360.000 millones de dólares
de sus propias acciones desde 2012, según el New York Times. Esta táctica de
auto enriquecimiento incrementa el valor de las acciones de una empresa, al
comprarlas a los accionistas, les da dinero directamente, en decenas y
cientos de miles de millones, y hace que esas empresas sean aún más ricas al
reducir el número de acciones restantes que los inversores pueden llegar a
comprar, lo que hace que suba el precio de las mismas.



En los dos últimos años, Apple gastó 141.000 millones de dólares en compras
de acciones, después de que las reducciones de impuestos de Trump en 2017
permitieran a la compañía repatriar 252.000 millones de dólares en
beneficios no sujetos a impuestos a los Estados Unidos. Apple había
conservado el dinero en paraísos fiscales durante años, negándose
explícitamente a pagar impuestos y alegando que si era repatriados a los
Estados Unidos, el dinero se utilizaría para "crear" decenas de miles de
puestos de trabajo - pero que no lo haría si tenía que pagar impuestos. La
Ley de Trump sobre empleo y recortes fiscales de 2017 suprimió el impuesto a
la repatriación basado en la misma premisa falsa y una vez el dinero en los
Estados Unidos, esas sumas fueron utilizadas para el fin previsto desde el
principio: ser directamente entregado a los accionistas millonarios y
multimillonarios de la empresa. Uno de estos multimillonarios es el director
general de la empresa, Tim Cook, aunque su fortuna de mil millones de
dólares es bastante irrisoria para los estándares actuales de la clase
dirigente.



Otros monopolios tecnológicos como Microsoft y Google obtuvieron también
grandes aumentos. Amazon y Microsoft van a alcanzar a Apple a finales de
este año, llegando al nivel de los 2 billones de dólares. La única empresa
que cotiza en la bolsa y que se acerca a estas cifras, en el mundo entero,
es la saudí ARAMCO, la empresa estatal de petróleo y gas de Arabia Saudita.
A modo de comparación, el valor total de las acciones de Walmart, con mucho
la mayor empresa del mundo en términos de ventas -es decir, los productos
realmente fabricados y vendidos- es de 370.000 millones de dólares.



Según esta carrera salvaje del mercado de valores, los beneficios de las
empresas cayeron casi un 25% en la primera mitad de 2020, pese a los gastos
en productos de consumo -la gran mayoría de la economía de los Estados
Unidos- apoyados en gran medida por el subsidio de desempleo de 600 dólares,
los tipos de interés cercanos a cero y en menor medida, los cheques de
incentivo de 1.200 dólares. El subsidio de desempleo sustituyó efectivamente
los salarios perdidos por los desocupados, permitiéndoles seguir haciendo
las compras necesarias, mientras que los intereses bajos impulsaron un gasto
-inesperado- de los ricos, los que estuvieron en gran medida a salvo de la
depresión económica.



Esas ganancias bursátiles, enardecidas y totalmente ficticias, son la razón
por la que los directores generales, los principales accionistas y los
ejecutivos de las empresas vendieron más de 50.000 millones de dólares en
acciones desde mayo de este año. La CNN acota que esos "iniciados"
("insiders"), como se les llama, "están al tanto de más información sobre la
verdadera salud de sus empresas que el inversor medio". Y si confiaran en
una recuperación del mercado, probablemente no estarían vendiendo ahora sus
acciones".



El subsidio especial de desempleo llega al final, no hay ningún anuncio
sobre futuros subsidios extraordinarios, y el gasto de los ricos, por sí
solo, no será suficiente para mantener la fachada de una economía en pleno
desmoronamiento histórico.



La clase trabajadora sufre mientras los ricos tiran manteca al techo



"La recesión terminó para los ricos, pero la clase obrera está lejos de
poder recuperarse", escribió el Washington Post el 18 de agosto. Se han
recuperado menos de la mitad -42%- de los empleos perdidos durante la
pandemia y los que menos probabilidades tienen de volver a trabajar son los
trabajadores con salarios bajos. Las personas de color y las mujeres son las
que más han sufrido. Las mujeres representan dos tercios de las personas que
ocupan los 40 trabajos peor pagados, y las mujeres negras son la mayoría de
los trabajadores y trabajadoras mal pagados.



"Los hombres y mujeres negros han recuperado alrededor del 20% de los
empleos que perdieron durante la pandemia", informa el Washington Post,
mientras que los hombres y mujeres blancos han recuperado el 40 y el 45% de
los empleos perdidos, respectivamente. Entre febrero y mayo de 2020,
desaparecieron 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres. La
Oficina del Censo de los Estados Unidos  (U.S. Census Bureau) informa que
"uno de cada cinco adultos en edad de trabajar está desempleado debido a que
el Covid-19 cambió las condiciones para el cuidado de los niños": las
mujeres corren tres veces más riesgo que los hombres de tener que dejar sus
trabajos -y hasta cinco veces más propensas a reducir sus horas- para cuidar
a sus hijos. La pérdida de puestos de trabajo que afecta a las mujeres hoy
en día van a tener un impacto, incluso en las próximas décadas.



Entre 30 y 50 millones de personas en los Estados Unidos corren el riesgo de
ser desalojados de sus hogares en los próximos meses, ya que las
protecciones temporales contra el desalojo no tendrán más efecto. Una
encuesta reciente de la Oficina del Censo de los EE.UU. establece que "casi
la mitad de los inquilinos hispanos y el 42 por ciento de los negros dijeron
que no tenían 'confianza' o que tenían 'poca confianza' en su capacidad para
pagar el alquiler de agosto.



Paralelamente, los precios de los productos alimenticios están aumentando a
un ritmo más rápido que nunca en los últimos 50 años, lo que hace que para
muchos, la carne y los huevos sean inaccesibles. El precio de la carne
vacuna aumentó un 25% este año. La misma encuesta de la Oficina del Censo
concluyó que "el 20% de los hogares hispanos con niños y casi un cuarto de
los hogares negros con niños dicen que no tienen suficiente para comer".



La fundación Kaiser Family Foundation estima que, en los Estados Unidos, 27
millones de personas perdieron el seguro médico durante la pandemia.



Mientras que millones de trabajadores luchan, pasan hambre y se ven
constantemente amenazados y acosados por los propietarios de sus viviendas,
los tipos de interés históricamente bajos estimulan enormes gastos por parte
de los ricos. Las tasas de interés de las hipotecas son las más bajas en la
historia de los Estados Unidos, lo que se traduce en niveles récord de
compra de casas por parte de aquellos que no tienen problemas financieros.
La venta de automóviles también aumenta gracias a las bajas tasas de
interés. "Algunos concesionarios tuvieron el mejor mes de julio de su
historia", informa el Washington Post. No hace falta decir que no vamos a
ver esos coches en las filas kilométricas que esperan delante de los bancos
de reparto de alimentos.



Aunque varios millones de personas sigan desocupadas, las ventas al por
menor han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, con ganancias
masivas para los grandes supermercados como Target, Walmart y Home Depot,
que están registrando las mayores ventas de su historia. Mientras tanto,
100.000 pequeñas empresas cerraron sus puertas permanentemente a mediados de
mayo y se estima que muchas más, cientos de miles, no va a sobrevivir a la
pandemia y a la depresión económica que se está gestando, lo que dejará a
millones de trabajadores sin empleo.



Los pequeños negocios cierran y empresas como Walmart y Target los
remplazan. Eso forma parte del proceso que permite al capitalismo convertir
el desastre en "oportunidad", acelerando su tendencia al monopolio y
consolidando el mercado en cada vez menos manos, en lo que es una búsqueda
desesperada de mayores ganancias.



La Reserva Federal imprime paladas de dinero para los ricos



La Reserva Federal (Banco Central) no ha dejado de imprimir dinero para
entregárselo a los ricos. Durante el último derrumbe económico, bajo el
mandato de George W. Bush y Barack Obama, la cantidad total había superado
29 billones de dólares. Sin ninguna duda, esta vez las cifras irán mucho más
allá.



El New York Times del 18 de agosto dijo, a propósito de la creciente brecha
económica entre capitalistas y trabajadores, que la Reserva Federal no tiene
la intención de dejar de facilitar sumas colosales de dinero a los ricos.
"La Reserva Federal puso en práctica nuevos programas para comprar bonos del
Tesoro y otros productos financieros para tranquilizar a los inversionistas,
y financia esencialmente estos programas con la creación de nuevo dinero",
escribió el periódico.



Al principio de la crisis, la Reserva Federal compró inmediatamente 3
billones de dólares en bonos del Tesoro y obligaciones de las empresas, en
gran parte bajo forma de compra de grandes cantidades de deudas de grandes
empresas como Microsoft, Coca-Cola, McDonald's, Exxon Mobil, Walmart, AT&T y
Visa. Esas importantísimas compras de deuda por parte de la Reserva Federal
financian a las empresas y disminuyen el costo de la emisión de deuda para
las mismas.



La Reserva Federal tiene un programa de préstamos para pequeñas y medianas
empresas, llamado Programa de Préstamos para la Calle Principal, pero el
mismo no les ha otorgado casi ningún préstamo. De los 600.000 millones de
dólares destinados a este programa, sólo fueron prestados 92 millones, o sea
0,015% de lo previsto. La razón es que a los bancos comerciales que conceden
los préstamos y se quedan con un pequeño porcentaje de los mismos, mientras
venden el resto a la Reserva Federal, no les interesa otorgar pequeños
préstamos a las pequeñas empresas con intereses casi nulos, un beneficio
casi nulo y un riesgo elevado si las pequeñas empresas quiebran. Los bancos
preferirían utilizar esos fondos para financiar préstamos mucho más
importantes, con intereses más elevados y mucho más rentables, a las grandes
empresas que necesitan grandes cantidades de préstamos para salir de la
crisis económica.



De esta manera, la mecánica natural del capitalismo, que se basa en la
ganancia, permite que las grandes empresas desplacen a las pequeñas,
haciéndose cargo de partes de mercado cada vez más importantes.



El capitalismo monopólico consolida sus conquistas



El mercado de valores se recuperó después del "mercado en baja" más corto de
la historia, "una muestra clara de lo que los analistas describen como
optimismo, orgullo o pura codicia especulativa", dijo el New York Times. Sin
embargo, el mantenimiento de esas alzas bursátiles "depende en gran medida
del gasto federal, de una política monetaria fácil y de la continuidad de
los índices positivos en la búsqueda de vacunas antivirus". Como puede
verse, aspectos tales como la reducción del desempleo, el aumento de las
prestaciones sociales, el aumento de los salarios, la disminución de los
casos de coronavirus y las muertes a corto plazo -por no mencionar los
ingresos y beneficios reales de las empresas- no figuran entre las
preocupaciones del mercado de valores.



Aunque los índices bursátiles alcancen niveles récord, las ganancias distan
mucho de ser universales, incluso entre las grandes empresas. "Casi todas
las ganancias de los principales índices bursátiles de este año se deben al
aumento de los precios de las acciones de unas pocas empresas tecnológicas
gigantes, lideradas por Apple, Amazon y Microsoft", informa el New York
Times.



"Una economía débil puede ser, en realidad, muy buena para Wall Street",
explica el Times, "si eso significa que la Reserva Federal mantiene el
caudal de dinero fresco -lo que Wall Street llama liquidez- que circula a
través de los mercados financieros". El New York Times señala también que
ésa es la razón que hace que los análisis muestren "poca conexión" entre el
crecimiento económico y el mercado bursátil.



El 27 de agosto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, anunció
que el banco central mantendría las tasas de interés cercanas a cero a largo
plazo, incluso si eso provocara un aumento de la inflación, anunciando
abiertamente la intención del gobierno de tratar de llevar el mercado de
valores lo más alto posible.



Michael Hartnett, jefe de estrategia de inversiones del Bank of America
Global Research, citado por el New York Times, lo llama el mercado alcista
"nihilista" de 2020. "El rendimiento del mercado frente a tales expectativas
de crecimiento", escribe, "no es más que el último ejemplo de inversores que
apuestan a que un crecimiento débil hará que la Reserva Federal siga
inyectando dinero en el sistema financiero, lo que en última instancia
potenciaría las acciones. En otras palabras, las acciones están subiendo no
por el optimismo económico, sino porque el futuro parece bastante sombrío".



Es mucho pero que en 2009



Muchos economistas, incluido el Presidente de la Reserva Federal, Jerome
Powell, predicen que el enlentecimiento actual durará aún mucho tiempo más.
La economía de los Estados Unidos necesitó casi una década para crear la
cantidad de puestos de trabajo perdidos en lo que va del año. La proporción
de la población que tiene un trabajo se encuentra en su nivel más bajo desde
la década de 1960, y mucho más bajo que durante la Gran Recesión.



El banco de inversiones de Wall Street, Goldman Sachs, prevé una contracción
de la economía estadounidense de 4,6% para este año, casi el doble de la
contracción del 2,5% registrada en 2009, el peor año de la Gran Recesión.



Con la caída de los ingresos fiscales de los estados, debido al despido de
trabajadores o a las inscripciones en masa en el seguro de paro excepcional,
los gobiernos estatales buscan ahora equilibrar sus presupuestos sin
aumentar los impuestos a los ricos -¡Que dios no lo permita!- los que
recibieron el 95% de las ganancias de ingresos desde la Gran Recesión de
hace diez años, sino a través de un programa de austeridad masiva que afecta
a los trabajadores pobres, especialmente a las mujeres y a las personas
negras.



Desde febrero, 2,8 millones de empleados de los gobiernos estatales y
locales han perdido sus empleos, más de cuatro veces más que los 750.000
empleos perdidos durante cinco años en la recesión de Bush-Obama. Se estima
que otros 2,8 millones de empleados de los gobiernos locales y regionales
podrían perder sus puestos de trabajo.



Esas supresiones masivas de puestos de trabajo en la administración de los
estados se suman a las considerables reducciones de empleos en el sector
público. Antes de la pandemia, 21 estados y Washington D.C. tenían menos
empleos públicos que en julio de 2008. Estos puestos de trabajo son
mayoritariamente ocupados por mujeres y personas negras. Además, la
tendencia a afiliarse a un sindicato es mucho mayor que el promedio. La tasa
de sindicalización en el sector público es actualmente del 37%, frente al 7%
en el sector privado.



El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, impuso una reducción
salarial del 10% a todos los empleados del estado y suspendió los aumentos
salariales previstos. Newsom, que es multimillonario, prometió que su propio
salario también iba a ser reducido un 10%, pero The Sacramento Bee se enteró
dos meses después de que la promesa era falsa y que seguía recibiendo
íntegro su salario mensual de 17.000 dólares.



El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, prevé un plan de
austeridad similar. Cuomo y los demócratas del estado ya redujeron miles de
millones de dólares al progarma Medicaid durante la pandemia, y también
redujeron drásticamente el presupuesto de la educación pública. Cuomo, que
se convirtió brevemente en el favorito de los medios de comunicación debido
a sus conferencias de prensa diarias sobre el Covid-19, con una visión mucho
más en seria que la de Trump, se niega a aumentar los impuestos para los
neoyorquinos ricos. En la ciudad de Nueva York hay 92 multimillonarios.



¿Qué más se puede decir de un sistema enfermo en el que el período más
nefasto para la gran mayoría se convierte en el mejor de los tiempos para la
elite empresarial? El capitalismo, administrado por sus socios gemelos: la
guerra y el saqueo, no puede ser reformado. Debe ser abolido, por esa misma
inmensa mayoría que soporta los males inherentes al sistema. Hoy en día, las
primeras legiones de estas fuerzas están en las calles, en cantidades sin
precedentes, para condenar el racismo sistémico del capitalismo. Augurio de
luchas importantes para el período que se nos viene encima.



* Nick Baker escribe en Socialist Action. Artículo publicado en
Counterpunch, 3-9-2020:https://www.counterpunch.org/
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