Nicaragua/ Escenario político en el corto plazo. [Oscar-René Vargas]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ago 18 18:58:42 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

18 de agosto 2021

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Nicaragua



Escenario político en el corto plazo



No hay que olvidar que la política no es estática, siempre hay que estar
revisando las tácticas, manteniendo la estrategia de derrocar a la
dictadura.



Oscar-René Vargas

Artículo 66, 18-8-2021

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Datos económicos

De acuerdo con el Banco Central de Nicaragua (BCN), el producto interno
bruto (PIB) durante el trienio 2018-2020, tras tres años continuos de
recesión económica la producción de bienes y servicios, se redujo -9.10%. El
PIB decreció un -2.0% en 2020, cayó un -3.7 % en 2019, y se redujo en -3.4 %
en 2018.



En 2020 el PIB nominal por persona promedio anual valorado en dólares fue
igual a US$ 1,914 dólares, muy similar a su valor de US$ 1,917 dólares
registrado en 2014.



Según el BCN entre el 2017 y junio 2021, el INSS acumula una pérdida de
155,707 empleados formales y recuperar esas plazas no será nada fácil,
tomando en cuenta que la inversión extranjera y la inversión privada
nacional están estancadas o en retroceso ante la incertidumbre de la crisis
sociopolítica.



La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), señala que desde el 2018 unos 108 mil nicaragüenses se han visto
obligados a abandonar el país. De ese total, hay alrededor de 85 mil
refugiados y solicitantes de asilo en Costa Rica al cierre de abril de 2021.



La Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (SIBOIF),
indica que, desde el 2019 hasta junio de 2021, los bancos y las financieras
han tenido utilidades por un monto de US$ 206.3 millones de dólares,
repartidos de la siguiente manera: US$ 82.2 millones de dólares en 2019, US$
71.2 millones de dólares en 2020 y en los primeros seis meses de 2021 US$
52.8 millones de dólares.



Hasta mayo de 2021, la cartera de créditos bancarios ascendía a US$ 3,355
millones de dólares, muy por debajo de los US$ 5,076 millones de dólares a
finales de 2017. Es decir, que la cartera crediticia se redujo en US$ 1,721
millones de dólares.



La raquítica clase media se encuentra en estado precario, gravemente
golpeada por tres años de recesión (2018-2020). Aunque en el primer semestre
del 2021 se ha observado una especie de recuperación macroeconómica, los
indicadores vinculados a la delgada clase media no logran los niveles vistos
antes de abril 2018.



La inversión extranjera directa (IED) en Nicaragua cayó un 63.8 por ciento
en el 2020 al pasar de US$ 503 millones de dólares en 2019 a US$ 182.3
millones de dólares en el año 2020. La IED se contrajo en 81.23 por ciento
al pasar US$ 970.9 millones de dólares en el 2017 a US$ 182.3 millones de
dólares en el 2020.



En el 2020, sólo el 24.12 por ciento de la Población Económicamente Activa
(PEA) cotiza al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) afiliados
al sistema de pensiones y salud; es decir, el 72.19 por ciento de la PEA
estaba en la informalidad o el desempleo, desprotegidos de beneficios y
seguridad social.



En el Anuario Estadístico del INSS del 2019 que 606,086 asegurados ganaban
menos de C$ 15 mil córdobas mensuales equivalente al 83.37 por ciento del
total de los trabajadores cotizantes. Solamente el 16.63 por ciento ganaban
más del costo de una canasta básica.



Entre diciembre de 2007 y junio de 2021, el costo de la canasta básica pasó
de C$ 7,713.9 córdobas para alcanzar C$ C$ 15,305.34 córdobas cerrando junio
de 2021. Es decir, el costo de la canasta básica se duplicó incrementando la
vulnerabilidad de la mayoría de los trabajadores informales y los
trabajadores formales en pobreza laboral.



En 2007, el saldo total de la deuda externa (incluye la del Estado y la del
sector privado) alcanzó la cifra de US$ 5,073.3 millones de dólares. En el
primer trimestre de 2021, la deuda total externa cerró en US$ 12,007.2
millones de dólares. Es decir, la deuda externa total ha aumentado en 136
por ciento desde el 2007.



Entre el 2007 y 2020, las remesas familiares evolucionaron desde US$ 739.8
millones de dólares a US$ 1,851,4 millones de dólares, registrando un
incremento de US$ 1,111.6 millones de dólares. Es decir, se produjo un
aumento del 150.26 por ciento. Para finales de 2021, el monto de las remesas
alcanzará los US$ 2,000 mil millones de dólares. En el 2020, el monto de las
remesas superó 10 veces las IED.



El deterioro del entorno económico, político y social ha provocado un
incremento de los flujos migratorios. Se calcula que, en el 2021, 60 mil
nicaragüenses emigrarán hacia EEUU y 40 mil hacia Costa Rica. Antes del
2018, se calculaba que 670 mil nicaragüenses residían en el extranjero, en
el 2021 se calcula que hay unos 800 mil.

Hechos recientes

El 13 de agosto, el allanamiento, asalto y “investigación” policial en
contra del diario La Prensa mostró el agravamiento de la escalada represiva
del régimen Ortega-Murillo en contra de los medios de comunicación
independientes, lo cual ha generado el rechazo y condena de la comunidad
nacional e internacional.



Ortega-Murillo quieren ser reelectos, tras haber encarcelado a los siete
principales aspirantes opositores a la presidencia. Otros 26 opositores han
sido detenidos desde el pasado 02 de junio, como parte de los 140 presos
políticos que están encarcelados desde el 2018. Ortega declaró que los
detenidos no son opositores sino criminales y terroristas.



Se ha entrado en una fase crítica, donde el régimen utiliza toda la
capacidad policial, judicial y carcelaria del Estado para barnizar de
legalidad lo que en realidad son flagrantes abusos de autoridad y
deliberados actos de censura. Ortega intenta crear las condiciones para
mantenerse en el poder hasta 2026 con el respaldo de las fuerzas armadas y
la Policía, a la vez que prepara la sucesión dinástica.



Habiendo aplastado militarmente la rebelión de abril de 2018, la estrategia
de la dictadura ha sido evitar que las fuerzas opositoras utilicen la
coyuntura electoral para fortalecerse, eliminar la competencia electoral y
dejar que participen solamente los partidos comparsas; pero lejos de
resolver la crisis sociopolítica la profundiza a niveles insospechados y
cuyos resultados finales no están escritos en piedra.



Las sanciones que EEUU, Canadá y la Unión Europea han impuesto a los
familiares directos de Ortega y a miembros del círculo de poder por
violaciones a los derechos humanos y corrupción van creando un cerco de
aislamiento al régimen, pero no han impedido los planes de continuidad en el
poder de Ortega-Murillo.



En agosto de 2021, el FSLN decide abandonar la Conferencia Permanente de
Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL) incrementando su
aislamiento internacional.



Ortega, señalado de crímenes de lesa humanidad por organismos
internacionales de derechos humanos tras la represión de las protestas de
abril 2018 que dejaron un saldo de 328 muertos, no ha sido acusado
internacionalmente porque Nicaragua no ha ratificado el Estatuto de Roma, el
órgano judicial encargado de enjuiciar los crímenes más graves de derecho
internacional.

Crisis diplomática y aislamiento internacional



El 01 de agosto de 2021, el Consejo de la Unión Europea impuso sanciones a
otros 8 funcionarios orteguistas por ser responsables de “graves violaciones
de los derechos humanos o de acciones que socavan la democracia y el Estado
de Derecho en Nicaragua”. Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU,
celebró las sanciones impuestas



El 06 de agosto, el Consejo Supremo Electoral (CSE) suspendió la personería
jurídica al partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). Con la cancelación de
su personería jurídica CxL se convierte en el tercer partido político
anulado en pleno proceso electoral. Los otros partidos son: Partido
Conservador y Partido de Restauración Democrática (PRD).



El 06 de agosto, el proyecto de Ley Renacer (Ley de Reforzamiento de la
Adherencia de Nicaragua a las condiciones para la Reforma Electoral) fue
aprobado por el Senado de los EEUU, ley que propone nuevas acciones para
sancionar y presionar al régimen Ortega-Murillo con el fin que garantice
elecciones libres y transparentes en Nicaragua. Ahora falta su aprobación en
el pleno de la Cámara de Representantes y la firma del presidente Biden para
entrar en vigencia.



La Ley Renacer contempla la revisión de la participación de Nicaragua en el
tratado de libre comercio DR-CAFTA, fundamental para el comercio exterior
nicaragüense, ya que EEUU es su principal socio comercial absorbiendo el 60
por ciento de las exportaciones totales del país. También implicaría la
pérdida de los beneficios fiscales y cuotas que otorga a los productos
nicaragüenses, se perdería competitividad, se disminuirían millones de
dólares en ingresos por exportaciones, se arriesgaría miles de empleos y
descenderían las inversiones extranjeras. Por ejemplo, en abril de 2021,
operaban bajo el régimen de zona franca 189 empresas que generaban 120,110
empleos directos.



El 09 de agosto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos
Exteriores, Josep Borrell, afirmó que la decisión del régimen de despojar la
personería jurídica al partido CxL “aplasta las perspectivas de un proceso
electoral creíble y legítimo” de cara a las elecciones del 07 de noviembre.



El régimen decidió llamar a consultas a sus embajadores en Costa Rica,
Argentina, México y Colombia como medida de “reciprocidad” a las acciones
tomadas por esos países desde finales de junio.



El presidente español, Pedro Sánchez, se pronunció y urgió al Estado de
Nicaragua dotar a la autoridad electoral de independencia, imparcialidad y
cero controles de parte del partido gobernante. También insta que “liberen
sin demora a los actores políticos detenidos”, de igual manera devuelva la
personalidad jurídica a los partidos políticos y organizaciones civiles de
oposición y pide que detenga la represión contra la oposición y el
hostigamiento a los medios de comunicación independientes



La Coalición Nacional (CN) y la UNAB han rechazado el proceso electoral
impuesto por el régimen de cara a noviembre próximo. Denunciaron que el
actual proceso electoral no representa ninguna salida a la crisis
sociopolítica, sino que, al contrario, significa una agudización de la misma
al consolidar el régimen dictatorial.



Ante la petición de varios gobiernos de frenar la represión y permitir
elecciones libres y transparentes, el régimen los ha tachado de
“irrespetuosos, injerencistas e intervencionistas”. Los ataques han sido,
principalmente, contra España, EEUU, Unión Europea y la OEA.



El Gobierno de Suiza sancionó a ocho funcionarios más de la dictadura
Ortega-Murillo por el “persistente deterioro de los derechos humanos, la
democracia y el Estado de derecho” en Nicaragua. Las medidas adoptadas por
Suiza consisten en la congelación de activos y prohibición de entrada o
tránsito por el territorio helvético.

Después de noviembre de 2021

Después de la farsa electoral de noviembre 2021 es probable que Ortega
anuncie negociaciones con la oposición fracturada. Un punto sería el
reconocimiento de su nuevo periodo presidencial 2022-2026. Ortega y su
círculo íntimo de poder van actuar en consecuencia. Hasta ahora las
sanciones individuales sólo han sido un instrumento para forzar una
negociación.



En unas negociaciones Ortega tendría poco que perder. Al contrario, vista de
lejos, las negociaciones le ofrecerían el escenario y la ocasión perfectas
para victimizarse como el líder “progresista” sometido a sanciones
imperialistas. El discurso del régimen será revertir sobre EEUU la culpa de
la crisis y del intento de “golpe de estado” de abril de 2018.



Es predecible que el régimen quiera negociar “con todas las oposiciones”
(incluyendo a los partidos comparsas) sin ofrecer nada a cambio de antemano.
Es previsible que haya medidas de gracia para algunos de los presos
políticos para ablandar a los poderes fácticos y dar la ilusión que la
negociación puede producir un cambio de política.



Los EEUU y la Unión Europea apuestan por un proceso de diálogo y
negociación. Por su parte, el régimen, con las negociaciones, buscará que
las miradas de la comunidad internacional se concentren en ella y disminuya
la presión externa en su contra.



Las experiencias anteriores ya han demostrado que el régimen usa las
negociaciones para tomar oxígeno, obtener ganancias de tiempo, y luego no
cumple nada de lo que acuerda. Ellos han demostrado que son capaces de
cualquier cosa: firmar me harás, cumplir jamás.



La mayoría de los nicaragüenses quieren una “salida pacífica” a la crisis,
no quieren violencia y saben que eso puede darse, pero, aunque la mayoría ve
con buenos ojos un diálogo/negociación, tienen claro que el régimen es más
fuerte y tiene ventajas.



Por su parte, la población le está planteando a los diferentes liderazgos de
la oposición política “póngase de acuerdo” en una estrategia para salir de
la dictadura, antes de negociar.



El orteguismo quiere convencer a sectores de la opinión pública nacional e
internacional, que son los sectores minoritarios de la oposición los
verdaderos responsables de la prolongación de la crisis sociopolítica por
apoyar al terrorismo y al golpe de estado



La gestión del régimen Ortega-Murillo es tan mala que le es difícil
reconectarse con la mayor parte de la población y el rechazo es mayoritario
en todos los estratos socioeconómicos. A pesar de la falta de un liderazgo
opositor, la oposición crece y se mantiene simplemente porque es oposición.
La interpretación simple de que Ortega es minoritario es incompleta. Claro
que es minoritario, en un país normal. Pero en Nicaragua no es tan simple.



La gravedad de la situación económica, el derrumbe de la calidad de vida de
la población en los últimos cuatro años (2018-2021) y la falta de
perspectivas, han abierto un espacio para que los sectores moderados del
orteguismo (miembros de la nueva oligarquía) y sectores de la oposición
hayan tenido intercambios informales de impresiones, siempre con discreción
y bajo perfil. Es la razón porque Ortega ha atacado a los críticos de su
gestión ya que quiere evitar cualquier posibilidad de que el proceso de
implosión se desarrolle a mayor velocidad.

Los poderes fácticos en el escenario de corto plazo

Ortega-Murillo. Su objetivo es reelegirse y “tomar posición” para el período
2022-2026. Por lo tanto, tiene dos opciones: negociar antes o negociar hasta
después de enero de 2022. En el primer caso implicaría disminuir la
represión, liberar algunos presos políticos, no todos; y en el segundo
mantener la represión. Teniendo controlado a los principales poderes
fácticos internos, serán los factores externos los que van incidir en la
decisión de cuál táctica es la que van a implementar



Los principales factores externos que van a incidir en la decisión del rumbo
político del régimen serán: conocer la correlación de fuerzas en la reunión
de la CELAC en septiembre, de la OEA en noviembre, la aprobación de ley
Renacer y los resultados de las elecciones en Honduras a finales de
noviembre, la salida de Juan Orlando Hernández del poder será la pérdida de
un aliado.



Ortega ha seguido el guión de la teoría del caos, presentándose como el
representante del orden y creado en el caos en los otros segmentos de la
sociedad nicaragüense con la intención de evitar que se desarrolle el
proceso de implosión al interior del ejército, policía y poderes del Estado.



Poderes del Estado. Los poderes del Estado (Legislativo, Judicial y
Electoral) van a continuar acompañando y aprobando las disposiciones que el
régimen Ortega-Murillo tome. No sé prevé ninguna sorpresa en los próximos
meses; sin embargo, el descontento interior se incrementa por las
condiciones de pobreza laboral en viven la mayoría de trabajadores
estatales.



Policía. Aunque pueda existir ciertos descontentos en la base de la policía
y en los estamentos medios, la cúpula policial se mantiene 100 por ciento a
favor de la dictadura. El mayor problema es que las familias de los policías
de línea padecen el deterioro del nivel de vida del conjunto de la
población.



Ejército. Hasta la fecha, la cúpula militar, el cuerpo de generales y los
altos oficiales, se mantienen favorables a continuar apoyando al régimen.
Sin embargo, se conoce un cierto malestar en la oficialidad media y baja.
Ortega sabe que la implosión o no de su régimen está relacionado con el
apoyo o no del Ejército. Ortega no puede evitar la existencia de vasos
comunicantes entre el sentir mayoritario de la población y los familiares de
los miembros de las fuerzas armadas



Gran Capital. La principal disyuntiva del gran capital, organizados en el
COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada) y AMCHAM (Cámara de Comercio
Americana en Nicaragua), es entre la ganancia y la democracia. Por ejemplo,
de acuerdo a los datos del SIBOIF entre enero del 2019 a junio de 2021 las
utilidades de los bancos alcanzaron un monto de US$ 206.3 millones de
dólares; mientras en ese lapso de tiempo el régimen incrementó la represión,
incrementó el número de presos políticos y suprimió cualquier veleidad de
democracia, eliminó la libertad de expresión, ellos guardaron silencio.



Aunque algunos empresarios, pertenecientes a la cúpula del gran capital, no
están de acuerdo, la mayoría de ellos prefieren el dinero que la democracia,
para ellos la democracia no es negocio. No terminan de aceptar que con
Ortega-Murillo en el poder el futuro económico es sombrío.



Iglesia Católica. Después del encarcelamiento de 32 opositores, la toma por
la fuerza del diario La Prensa, la persecución y el exilio de periodistas
independientes, la represión en las en el campo y en las ciudades y el
silencio del gran capital; los principales Obispos de Nicaragua se han
transformado en la voz crítica más importante en contra del régimen
Ortega-Murillo.



En una encuesta reciente (abril 2021) más del 60 por ciento de los
nicaragüenses cree en la opinión política de las autoridades religiosas
nacionales como parroquiales. Dado que el régimen desea callar a todos los
críticos, hay voces de miembros del orteguismo que piden que los obispos y
sacerdotes sean abiertamente reprimido. Esa acción sería contraproducente
para el régimen ya que obligaría al Vaticano a salir del “silencio
diplomático”.



Oposición. Entre 2018 y 2021, los principales dirigentes opositores
apostaron todo a la estrategia de unas elecciones en el 2021 abandonando
toda presión con movilizaciones sociales. Tres años y medio después, se
aprecia cuán dañina fue esa estrategia de la oposición formal al actuar con
tanta ceguera y prepotencia, lo que carcomió las bases de unidad de las
diferentes expresiones sin crear un contrapoder efectivo. La estrategia
futura del régimen será provocar mayor desunión, desarticulación y tratar de
silenciar a los poderes fácticos



Sociedad Civil. A pesar de la represión se mantiene una resistencia
silenciosa y se comienza a organizar la rebeldía de manera subterránea. La
reciente cancelación jurídica de 24 ONG’s, principalmente organizaciones
médicas que, ante la falta de información estatal sobre los efectos de la
pandemia de la covid-19 era otra expresión de resistencia.



De acuerdo al diario oficial La Gaceta del 16 de agosto de 2021, cancelan el
registro a seis organizaciones no gubernamentales de EEUU y Europa que
impulsan programas de desarrollo en Nicaragua fueron canceladas por la
dictadura orteguista. Con esta decisión el régimen ha cancelado su registro
a más de 40 ONG`s desde abril a la fech



Poderes fácticos externos. Dado las condiciones internas de estancamiento de
las protestas sociales por la represión los factores externos se transforman
en el factor principal en contra de la dictadura. La geopolítica no cambia,
ese es el problema que Ortega no ha comprendido y que Rusia se encuentra
lejos de Nicaragua.

Finales de 2021 e inicios de 2022

Se calcula que la abstención y el rechazo electoral al régimen
Ortega-Murillo será similar a los resultados de 2016, cuando la abstención
alcanzó casi el 70 por ciento, lo que se traduce en debilidad. La farsa
electoral no resuelve ni el aislamiento del régimen, ni acaba con la
resistencia social, ni nad



El régimen no tiene ningún proyecto estratégico para salir de la crisis
económica ni de la crisis sociopolítica, solamente tiene acciones tácticas
para mantenerse en el poder lo cual lo hace muy vulnerable en el mediano
plazo. Es evidente que cada día el régimen se vuelve más dependiente del
Ejército al transformarse en el pilar principal de su sostenimiento.



La estrategia principal de la dictadura será seguir el guión de las
negociaciones de Maduro con la oposición venezolana; Ortega tiene la
esperanza que pueden recuperar cierta legitimidad, reconocimiento
internacional, postergar las sanciones, disminuir su aislamiento
internacional. Al mismo tiempo, que planteará un directo con el gobierno de
EEUU.



Dadas las condiciones actuales de las cinco crisis en desarrollo, para
Ortega las negociaciones son estratégicas para evitar que un pequeño cambio
o acción pueda provocar una crisis mayor que se desemboque en su caída por
el efecto mariposa



El enfoque gradualista de la oposición formal sigue pensando que la salida a
la crisis sociopolítica es la negociación para obligar al régimen a realizar
nuevas elecciones en 2022. Olvidan que el aparato oficialista no solo
controla todos los resortes del Estado y tratarán de imponer sus reglas y
condiciones. Olviden que las negociaciones anteriores han sido un rotundo
fracaso



La dictadura es más frágil por su ilegitimidad y por la crisis económica que
se prolongará en el 2022. Ambos factores incrementan la desigualdad que
repercute negativamente en la misma base sandinista y en los funcionarios de
la administración del Estad



El no reconocimiento de la comunidad internacional de la farsa electoral
hace que Nicaragua se mantenga como un tema importante en la agenda de la
política exterior de los EEUU, Canadá, Unión Europea, etcétera; con
repercusiones negativas en el resto de los países centroamericanos.



Una de las razones del incremento de la represión ha sido evitar un nuevo
tsunami social similar a abril 2018 e impedir que el proceso de implosión
del régimen, que se inició a partir de la combinación de las cinco crisis en
abril de 2020, incremente su velocidad. Sin embargo, la farsa electoral
incrementa una u otra posibilidad o la combinación de amba



La farsa electoral y la crisis económica incrementa la dependencia
geoeconómica (por las necesidades de nuevos préstamos) y geopolítica por su
mayor aislamiento internacional; por lo tanto, su mayor dependencia de los
EEUU. La pregunta del millón es saber, ¿qué efecto tendrá al interior del
Ejército todos factores señalados?



Termino preguntándome ¿qué repercusión tendrá la derrota de EEUU en
Afganistán para la región centroamericana? ¿Buscará el gobierno Biden éxitos
diplomáticos inmediatos ya sea en Venezuela y/o Nicaragua para contrarrestar
la ola de críticas de cara a las elecciones de medio término en EEUU?

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