Sudán/ Después de la caída de la dictadura, la larga marcha de los trabajadores. [Sudan Labour Bulletin - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Feb 2 22:43:54 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

2 de febrero 2021

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Sudán



Entrevista con el equipo de Sudan Labour Bulletin



Después de la caída de la dictadura, la larga marcha de los trabajadores
sudaneses



A l’encontre, 1-2-2021

http://alencontre.org/afrique/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



La revolución en Sudán logró deshacerse del dictador Omar al-Bashir [abril
de 2019], pero los trabajadores siguen luchando por el derecho fundamental a
organizarse. Los militantes del Sudán Labour Bulletin están en los primeros
puestos de la organización de la solidaridad con sus luchas por la dignidad.
[Sobre «el proceso revolucionario» en Sudán, véase el artículo de Gilbert
Achcar, 22-8-2019 https://correspondenciadeprensa.com/?p=8438]



-¿Cómo empezó el movimiento obrero en Sudán?



El movimiento obrero surgió en Sudán como consecuencia natural de los
proyectos coloniales en la región. La primera huelga en Sudán fue organizada
por los trabajadores forestales en 1908. Fue seguida por otras huelgas
menores. Con el tiempo, la "conciencia de sí" de una clase obrera reducida
numéricamente encontró su expresión en los omnipresentes clubes obreros que
surgieron a mediados de los años 30.



La mayor huelga registrada en esa época fue organizada en marzo de 1948 por
la incipiente Railway Workers’ Affairs Association [Sindicato de
ferroviarios] y figura en los anales del movimiento obrero como "La huelga
de los 33 días", indicando así su heroica duración.



La huelga fue la respuesta de los ferroviarios a la negativa inicial de las
autoridades coloniales británicas a reconocer su asociación, que fue
probablemente el primer sindicato de Sudán [la independencia llegó en 1956;
las provincias del sur no estaban incluidas en el Estado federal, lo que
provocó un largo conflicto militar].



La duración de aquella huelga sólo fue superada recientemente por la huelga
de los trabajadores de la fábrica de azúcar Kenana [en la capital Jartum] en
2020.



La primera ley sindical fue aprobada más tarde, en 1948. La Federación
General de Sindicatos se creó en 1950. Los sindicatos que desempeñaron un
papel importante en la historia de Sudán son el de los trabajadores
ferroviarios, el de los trabajadores portuarios, el sindicato de
trabajadores textiles, así como los sindicatos de médicos y de maestros.



-¿Son mayoritarios los trabajadores en la sociedad sudanesa?



Eso es objeto de un gran debate y de una escisión dentro del movimiento
comunista sudanés. De hecho, se puede afirmar que el trabajo asalariado como
tal no constituye la mayoría de la mano de obra. La mayoría de los sudaneses
siguen viviendo de la tierra, como campesinos o pastores [la población en
2018 era de unos 41 millones de habitantes].



Sin embargo, la penetración de la comercialización y del trabajo asalariado
es constante. Esto ocurre de maneras y formas que no crean una fuerza de
trabajo mayoritariamente "industrial", pero que sin embargo dan lugar a una
masa creciente de personas que se ganan la vida vendiendo su fuerza de
trabajo.



El término "trabajo informal" y sus ramificaciones no son adecuados para
describir esta amplia y probablemente heterogénea categoría de personas en
términos de integración en un "mercado laboral" fragmentado. Su experiencia
de trabajo remunerado suele ser por temporadas. En general, tiene un
carácter coercitivo y se caracteriza por la privación.



Aun así, aunque el empleo sea temporal, resulta ventajoso dadas las
condiciones actuales. En realidad, los seres humanos son superfluos para el
capitalismo. Las vidas de los que mueren en conflictos militares en la
periferia no tienen una resonancia central en el discurso público que, por
supuesto, está controlado por la clase dirigente.



Un elemento importante y central del sistema de trabajo asalariado es el
régimen de trabajo agrícola con carácter de temporada y su articulación con
las guerras periféricas en Sudán. Este es un aspecto poco explorado de la
evolución del trabajo asalariado en Sudán y un vacío fundamental en la
teorización y el debate sobre la clase trabajadora sudanesa.



-¿Cuáles eran los principales obstáculos que debían superar los militantes
sindicales durante la dictadura de Omar al-Bashir [desde 1989-1993 hasta el
2019]?



Tras el golpe de Estado de 1989 que llevó a Al-Bashir al poder, fue creado
un comité para despedir a los opositores políticos del régimen de sus
puestos de trabajo. Ese comité promulgó la llamada "ley de bien público"
para justificar sus acciones.



Las primeras organizaciones de trabajadores afectadas por esta ley fueron el
sindicato de ferroviarios, el de transporte por carretera y el de navegación
fluvial. En un episodio de extrema brutalidad, el nuevo régimen asesinó al
Dr. Ali Fadul [el 21 de abril de 1990], que encabezaba una huelga de
médicos. Otros militantes sindicales y políticos fueron detenidos
arbitrariamente y despedidos en lo que fue una purga, por parte de la
burocracia estatal, de opositores políticos o probables opositores. Los
sindicalistas despedidos fueron sustituidos por partidarios del régimen.



El régimen organizó rápidamente sus propios sindicatos de empresa y su
federación sindical, al mismo tiempo que aprobaba una nueva ley que
criminalizaba las huelgas. En estas condiciones de represión,
sorpresivamente, hubo nuevas huelgas.



Fueron huelgas salvajes de los empleados de los niveles inferiores de la
administración: profesores, enfermeras y trabajadores públicos del agua y la
electricidad que ejercieron una gran presión sobre los sindicatos de
empresas del régimen. Como resultado de ello, la ley se convirtió en letra
muerta y en una reliquia más del museo de la opresión. El movimiento obrero,
aunque fragmentado y sin estructura sindical, desvirtuó el modelo oficial de
los sindicatos de empresa.



Además de las medidas represivas, el mayor problema al que se enfrentaba el
movimiento sindical eran los cambios sectoriales y demográficos de la clase
trabajadora. Una evolución debida principalmente a la venta de empresas
estatales a empresas privadas y al fuerte desmantelamiento del sector
público, ya que el Estado era y sigue siendo el empleador predominante en el
llamado mercado laboral formal.



En consecuencia, ciertos sectores perdieron su principal fuerza, que era la
concentración geográfica de contingentes estratégicos de trabajadores, como
en el caso de los sindicatos ferroviarios. La fragmentación de la mano de
obra en pequeñas unidades manufactureras y de servicios es, sin duda, un
desafío importante para la organización de los trabajadores.



Las huelgas de los trabajadores de la salud y de los docentes, así como las
otras huelgas mencionadas anteriormente, les dieron confianza en su
capacidad de organizarse y abrieron nuevos espacios para oponerse al régimen
totalitario. A mayor escala, esas luchas mostraron a todos los sectores de
la población que los problemas y las demandas planteadas por las diferentes
organizaciones estaban interrelacionados. Y por lo tanto, esas exigencias
sólo podían ser satisfechas derrocando al régimen.



-¿Qué papel desempeñaron los trabajadores organizados en la revolución
contra al-Bashir?



Los trabajadores participaron en la revolución contra al-Bashir como
ciudadanos y a veces como miembros de pequeños grupos "cerrados" debido a la
naturaleza represiva del régimen. Sin embargo, hubo algunos momentos
excepcionales, por ejemplo, los trabajadores del Puerto terrestre (la
principal terminal de autobuses para Jartum y su periferia, que nuclea a
alrededor de un millón de personas) organizaron una huelga durante la cual
paralizaron la red de autobuses de la capital.



Además, las numerosas manifestaciones de trabajadores y profesionales de
diversos sectores, como la electricidad, las telecomunicaciones y la salud,
fueron golpes fatales para el régimen y provocaron su caída en abril de
2019.



-¿Puede decirnos algo más sobre cómo se organizaban las huelgas generales
durante la revolución?



En 2019, los revolucionarios lanzaron consignas y reivindicaciones que
permitieron la unión de diferentes sectores políticos y profesionales. La
Asociación de profesionales de Sudán (SPA), que agrupa a diferentes
organismos profesionales como médicos, abogados y periodistas, adoptó esas
reivindicaciones y apoyó a los revolucionarios en las calles. Por eso,
cuando la SPA convocó a paros generales, las masas reaccionaron rápidamente.



Los paros y huelgas generales conducidos por todos los organismos
profesionales y de trabajadores obligaron a los generales del Consejo
militar de transición (CMT) a abrir negociaciones con la coalición política
de oposición, las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FFC).



El ambiente político general también contribuyó a la unidad de las masas
tras la masacre del 3 de junio de 2019, en la que el TMC asesinó a un grupo
de los revolucionarios que manifestaban frente al cuartel general militar de
Jartum.



-¿Qué pasó desde la llegada al poder del gobierno de transición?



A pesar de la formación de un gobierno de transición, las condiciones de los
trabajadores siguen siendo las mismas. Las condiciones de vida se deterioran
día a día y los salarios no pueden seguir el ritmo de los aumentos de
precios. Además, siguen vigentes las mismas leyes laborales. Desde la
instalación de este gobierno, muchos trabajadores han sido despedidos
arbitrariamente por reclamar sus derechos fundamentales.



Las huelgas continúan, la última fue la de los médicos en formación en
reclamo de una carrera profesional, salarios (la mayoría trabaja durante
años sin cobrar) y un seguro médico.



-¿Cuál es la evolución jurídica del derecho de organización de los
trabajadores y trabajadoras?



El derecho de asociación y las condiciones de los trabajadores son los
mismos que durante la era de Al-Bashir. Hasta ahora, el gobierno de
transición ha nombrado comités de dirección de los trabajadores en lugar de
dejar que los trabajadores elijan democráticamente a sus representantes. La
mayoría de esas designaciones han sido puramente políticas. Además, la ley
de sindicatos no se ha aprobado todavía ya que las autoridades quieren
imponer una ley que limite las libertades sindicales.



La Asociación de profesionales de Sudán y el Partido comunista de Sudán
también apoyan esa ley. El Partido comunista está a favor de más
restricciones y de una mayor intervención del Estado en las organizaciones
de trabajadores. La causa de esta orientación requiere una comprensión de la
estrategia general del partido, el que se ha desvinculado de la clase obrera
y está convencido de que la alianza con la burguesía es la única herramienta
para transformar la sociedad, aunque eso implique tener que superar algunas
tensiones. Esto significa considerar a los sindicatos como simple moneda de
cambio político en las negociaciones con los otros poderes, en lugar de
considerarlos como "escuelas de lucha".



Para resumir, los intereses de los trabajadores fueron ignorados en la
redacción del proyecto de ley, y las opciones estatistas dominan. Este
proyecto de ley fue redactado y promulgado desde arriba y los trabajadores
nunca fueron consultados durante su elaboración. Y aunque Sudán haya firmado
el Convenio nº 87 de la OIT, que garantiza el derecho de los trabajadores a
organizarse, en realidad el mismo no se aplica. Cualquier discurso sobre las
libertades sindicales no es más que pura propaganda por parte del gobierno.



-¿Los partidos políticos juegan un papel importante en el movimiento
sindical?



Los partidos políticos actuales desempeñan un papel negativo en el
movimiento obrero: en primer lugar, los partidos políticos forman parte de
la coalición gobernante y  reprimen activamente el movimiento obrero por las
razones mencionadas anteriormente. En segundo lugar, al insistir en un
procedimiento autoritario que viola los principios básicos de la
construcción de un movimiento obrero democrático.



-¿Cuáles son los desafíos que tiene hoy por delante el movimiento sindical
sudanés?



Las principales reivindicaciones de los trabajadores tienen que ver con la
mejora de las condiciones de trabajo, los aumentos de salarios y la libertad
de organizarse sin tener que sufrir el acoso de los empresarios. Los
principales objetivos son: la creación de organizaciones de base que
representen realmente los intereses de los trabajadores y la modificación de
las leyes que paralizan el movimiento obrero, en particular el código
laboral de 1997, el que permitió el despido arbitrario de cientos de
trabajadores desde la llegada al poder del gobierno de transición, en
septiembre de 2019. (Entrevista publicada en MENA Solidarity Network,
30-1-2021: https://menasolidaritynetwork.com/

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