Brasil/ Independencia del Banco Central: un golpe más contra la clase trabajadora. [Plínio de Arruda Sampaio Jr]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Feb 18 12:12:58 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

18 de febrero 2021

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Brasil



Independencia del Banco Central



Plínio de Arruda Sampaio Jr *

A terra é redonda, 17-2-2021

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Traducción de Correspondencia de Prensa



¿Por qué tanta prisa?



En absoluta disonancia con los graves problemas nacionales, el Congreso
aprobó, con el apoyo entusiasta del gobierno de Bolsonaro, la independencia
del Banco Central. La medida va en contra de lo que sería necesario para
afrontar la crisis económica, social y sanitaria que está sacudiendo la vida
de los brasileños.



Mientras hasta el Fondo Monetario Internacional -FMI- advierte de la
urgencia de políticas fiscales y monetarias anticíclicas, la plutocracia
brasileña profundiza, sobre la marcha, la institucionalización del
neoliberalismo. En lugar de priorizar la recuperación del empleo y la
financiación de las políticas públicas, el Estado brasileño redobla la
defensa del rentismo.



Aunque la independencia del Banco Central se presenta como una cuestión
técnica, relacionada con la necesidad de una gestión "racional" de la
moneda, es, de hecho, un problema eminentemente político. Se trata de quién
establece las condiciones de acceso a la moneda nacional y a las monedas
internacionales. Como guardián último de la moneda nacional, el Banco
Central funciona como un centro neurálgico que, dentro de ciertos límites,
condiciona la dirección, el ritmo y la intensidad del desarrollo capitalista
dentro del país.



Las decisiones de las autoridades monetarias son cruciales para determinar
el tipo de interés (que arbitra el coste del dinero) y el tipo de cambio
(que define la relación de precios entre el país y el resto del mundo). En
consecuencia, el Banco Central desempeña un papel central en el
condicionamiento de la oferta de dinero y crédito; en el establecimiento de
las condiciones de pago de las deudas públicas y privadas; en la defensa de
las reservas internacionales, así como en la inhibición de las maniobras
especulativas que ponen en riesgo la solidez del sistema financiero[1]. Así,
si las autoridades monetarias son independientes de la soberanía popular,
estas deliberaciones -que tienen un impacto directo en el funcionamiento de
la economía nacional y sus repercusiones en la vida de los trabajadores-
estarán completamente subordinadas a la lógica del gran capital.



La independencia del Banco Central - un viejo alegato de los ricos -
transformó la autonomía de facto de las autoridades monetarias, existente
durante décadas, en una autonomía institucionalizada. El problema no es
meramente formal. La autonomía legal es un golpe más contra la clase
trabajadora. El zorro ha obtenido la escritura del gallinero, de papel
pasado. Al abrigo de las presiones procedentes del poder político, la
posibilidad de una política monetaria que contemple, aunque sea en ínfimas
dosis, algún átomo de preocupación por la situación económica y social de
quienes viven de su propio trabajo se hace aún más remota. La urgencia dada
a la votación sobre la independencia del Banco Central es sorprendente,
teniendo en cuenta que el presupuesto del gobierno federal para 2021 ni
siquiera ha sido aprobado. La situación es surrealista. Aun sin riesgo
inminente de escalada inflacionaria, los acreedores de la deuda pública
pueden dormir tranquilos sabiendo que el valor de su capital ficticio estará
protegido de cualquier inclemencia, pero todavía no hay previsión de
recursos para ayudar a los dos principales problemas del país - la
vacunación de la población y la supervivencia de los 67 millones de
brasileños que ya no reciben la Ayuda de Emergencia, sin que se hayan
superado las condiciones que exigieron su creación.



Puesto en perspectiva, la prisa por institucionalizar la autonomía formal
del Banco Central se revela como una acción preventiva desesperada para
preservar en circunstancias imposibles, cueste lo que cueste, el régimen de
austeridad fiscal y monetaria. Sin modificar la Ley de Responsabilidad
Fiscal, derogar la Ley de Techo de Gastos y poner la moneda al servicio de
los intereses estratégicos de la nación, no hay forma de evitar una
depresión de grandes proporciones, con reflejos catastróficos en las
condiciones de vida de la población y en la propia organización del Estado
brasileño.



En un momento en que la crisis del coronavirus pone en la agenda la
necesidad de cambios profundos en la política económica, los dueños del
poder redoblan la aventura neoliberal. Pero al igual que la ley de la
gravedad no puede ser derogada por la voluntad política, es imposible
detener el vendaval que amenaza las bases económicas, sociales y políticas
del Plan Real con expedientes legales.



La escalada de la deuda pública y la perspectiva de una inflexión de los
flujos internacionales de capital socavan las bases objetivas de la
estabilidad de la moneda nacional, los anclajes fiscal y cambiario que dan a
los capitalistas una relativa confianza en la estabilidad de la moneda
nacional. El agravamiento de la crisis social, que deja a uno de cada tres
trabajadores fuera del mercado laboral, intensifica la lucha de clases,
transformando el país en un polvorín. El vínculo establecido entre la
estabilidad económica y la estabilidad institucional llevó al paroxismo la
crisis de legitimidad de la Nueva República. Las crisis económica, social y
política se mezclan inexorablemente.



La burguesía fue por todo o nada. Sin embargo, el expediente de ganar
tiempo, estirando la supervivencia del Plan Real hasta el límite de sus
posibilidades, tiene un aliento limitado. El abrazo ahogado entre el Plan
Real y la Nueva República refuerza la urgencia de debatir un proyecto de
sociedad capaz de ofrecer una alternativa a la crisis de civilización que
amenaza a Brasil. La revolución democrática, erradicando las estructuras
responsables de la segregación social y avanzando hacia la igualdad
sustantiva, es el único camino capaz de superar la escalada de la barbarie
en Brasil. La tarea de emergencia es deponer a Bolsonaro y a Mourão como
primer paso hacia una redefinición completa de la vida nacional.



*Plínio de Arruda Sampaio Jr. es profesor jubilado del Instituto de Economía
de la Unicamp (Universidad de Campinas) y editor del sitio web Contrapoder
(https://contrapoder.net/colunista/plinio/). Es autor, entre otros libros,
de Entre a nação e a barbárie - dilemas do capitalismo dependente (Vozes).



Nota



1) Es decir, la política monetaria influye en las decisiones de inversión,
en la definición del valor del capital ficticio, en la capacidad de gasto
del sector público, en la posibilidad de endeudamiento de las familias, en
el circuito crédito-ingreso-producto que relaciona la solvencia del sistema
productivo con la solvencia del sistema financiero, en la regulación del
sistema bancario, así como en las relaciones comerciales, productivas y
financieras del país con el exterior.

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