Francia/ "Militaro-seguridad global": el día de después ya está aquí [Claude Serfati]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Ene 8 23:01:49 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

8 de enero 2021

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Francia



“Militaro-seguridad global”: el día de después ya está aquí



Claude Serfati

A l´encontre, 15-12-2020

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Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

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Las medidas en curso -leyes de «seguridad global» y «contra el separatismo»,
decretos que generalizan los motivos para el fichaje de las y los
ciudadanos- se están tomando para abordar la crisis social, una nueva etapa
de la cual se está abriendo por la pandemia. Sin embargo, en caso de una
crisis grave, el ejército, que constituye la columna vertebral de la Quinta
República, es encargado no solo de defenderla de enemigos externos, sino
también de mantener el orden contra las amenazas desde dentro del país.



La Ley de Seguridad Global de Macron: ¿estamos en guerra social?



La ley de «seguridad global» es una ley del «día después», es decir, de hoy.
Porque el gobierno teme que los efectos devastadores de la crisis económica
conduzcan a una situación socialmente explosiva y políticamente
incontrolable. «Cueste lo que cueste para las personas asalariadas y las
jóvenes» es el programa que viene. Entre 600.000 y 900.000 personas
asalariadas se añadirán a las 5.800.000 personas registradas a finales de
septiembre de 2020 en Pôle emploi (servicio público de empleo en Francia
ndt) 1/. Las mismas u otras personas también pagarán para devolver los
intereses de la deuda pública (37.000 millones de euros en 2021) que figuran
en el presupuesto de 2021 y que tendrán que pagarse para satisfacer a los
inversores financieros.



Dado que el Ministro de Economía, Finanzas y Recuperación, Bruno Le Maire,
ha declarado que no aumentará los impuestos sobre el capital y las altas
rentas, es probable que se logren reducciones en el gasto público
suprimiendo puestos de trabajo en la administración pública. Como esto no es
suficiente, el Gobierno se prepara, en cuanto se cumplan las condiciones
políticas, para aprobar la reforma de las pensiones, suspendida tras las
movilizaciones y durante la epidemia. Sin embargo, estas medidas no
impedirán el continuo deterioro del lugar de la industria francesa en los
mercados mundiales.



En este contexto, el gobierno ha hecho un balance de la importancia política
de la manifestación del 28 de noviembre de 2020, que reunió a cientos de
miles de personas en contra del proyecto de ley de «seguridad global», a
pesar de la asfixia de la vida social causada por el estado de emergencia
sanitaria y el bombardeo mediatico-gubernamental sobre el tema de la
inseguridad. Esta manifestación es un eslabón adicional en la movilización
del movimiento social y juvenil que, en los últimos cinco años, ha tomado
formas masivas y diversificadas: manifestaciones contra la ley del trabajo
Myriam El Khomri (2016), manifestaciones contra la reforma de las pensiones
(2019/2020), el movimiento de los «chalecos amarillos» que comenzó en
noviembre de 2018, concentración de decenas de miles de jóvenes convocados
por el comité de apoyo a la familia de Adama Traoré frente al Palacio de
Justicia (prohibida por la prefectura de policía), el 2 de junio de 2020.
Estos movimientos expresan diferentes reivindicaciones, pero revelan el
estado de exasperación social, como también lo indican los cientos de
movimientos de asalariadas y asalariados contra la pérdida de puestos de
trabajo y el cierre de sus fábricas. Estas acciones son tanto más llamativas
cuanto que entre 2015 y 2020, las y los franceses han estado sometidos al
régimen de estado de emergencia durante más de la mitad de estos cinco años.



Por lo tanto, es necesaria una vuelta de tuerca adicional sobre las
libertades públicas. Las leyes liberticidas tienen como objetivo aterrorizar
y reprimir a quienes son víctimas de la crisis y no la aceptan. El Gobierno
ya ni siquiera oculta sus objetivos: en diciembre de 2020 se publicaron tres
decretos que permiten el fichaje de las personas en función de sus
«opiniones políticas, convicciones filosóficas, religiosas o afiliación
sindical» 2/.



La ley de «seguridad global» es de hecho la ley Macron, como recordó el
relator de la ley de seguridad global y ex jefe de la RAID (unidad de élite
de la policía nacional): «los sindicatos de policía fueron recibidos al más
alto nivel por el Presidente de la República que asumió compromisos» 3/. La
compatibilidad es total entre los cálculos personales del presidente -su
reelección en 2022 cortejando al electorado de extrema derecha y la
salvaguarda del régimen político y social están ligados. Y como en todos los
períodos de crisis económica, el uso de la xenofobia y el racismo permite
dividir el frente de las personas explotadas en el lugar de trabajo y de
vivienda.



Más allá del artículo 24, la Ley de Seguridad Global de Macron intenta, por
lo tanto, equipar a la policía para que pueda enfrentar el «continuum» de
amenazas a la seguridad que vendrán de los movimientos sociales o de las
predecibles expresiones de ira en las barriadas. En estos lugares, donde
según el Ministro del Interior «cierta parte de la sociedad conoce lo que se
llama ensalvajamiento, el salvajismo» 4/, la ley de seguridad global no será
suficiente. La ley contra el separatismo, convertida en una ley «de refuerzo
de los principios republicanos», proveerá. Sin embargo, son estos
territorios, así como las «minorías visibles», quienes están ya más
afectados por la violencia policial.



Finalmente, después de las palabras de Jean-Michel Blanquer, Ministro de
Educación Nacional, declarando que «lo que se llama [sic]
islamo-izquierdismo […] causa estragos en la universidad», y luego el
«manifiesto de los cien» que denuncia «ideologías indígenistas, racialistas
y decoloniales [transferidas desde los campus norteamericanos]», dos
diputados de Los republicanos (LR) piden la creación de una «comisión
informativa sobre las derivas intelectuales ideológicas en los medios
universitarios» 5/. La expresión «islamoizquierdista» hace eco a la
siniestra fórmula de los complots «judeobolcheviques» cuya capacidad
aglutinadora se extendió, entre las dos guerras, mucho más allá de sus
diseñadores nazis. ¿Cuándo estará disponible un ministerio de ideología en
Francia 6/?



Hay que señalar que las categorías sociales actualmente sospechosas de
separatismo por Macron no son las mismas que las que fueron acusadas por de
Gaulle. Éste, en su análisis de las huelgas de 1950, denunció a los
«separatistas [que] se apoderaron de una gran parte de los sindicatos.
Utilizan las reivindicaciones profesionales para su política» 7/.



Una tecnopolicía para un aparato administrativo opresivo



Los meses de confinamiento han estado acompañados en Francia por un rigor
extremo en el comportamiento policial. Varios estudios han demostrado que el
confinamiento, más que un revelador, ha sido un agravante de las divisiones
sociales 8/.



Contrariamente a las declaraciones infantilizantes y amenazantes del
gobierno, el cumplimiento general de las medidas de contención es un
fenómeno impresionante. Da testimonio del esfuerzo realizado por la
población. Este esfuerzo es aún más meritorio porque se enfrenta a lo
absurdo y la arbitrariedad de las medidas adoptadas por el aparato estatal.
Es el alto funcionariado quien decide, por ejemplo, los bienes que son
esenciales y los que no lo son y hace ejecutar sus decisiones por la
policía.



La flexibilización del confinamiento a partir del 28 de noviembre de 2020 no
supone una relajación del cerco burocrático. Los periódicos regionales, que
proporcionan a sus lectoras y lectores información práctica, enumeran los
documentos necesarios para cualquier salida: «prueba de domicilio, SMS o
correo electrónico que confirma consultas, exámenes y cuidados que no se
pueden proporcionar a distancia, receta para comprar medicamentos, libro de
familia para probar la relación de parentesco con la persona a la que va a
ayudar, etc. [sic]» 9/. Esta obsesión por el «papel» es una de las
características originales del modelo francés de administración, al menos
entre las «democracias liberales».



Es bien sabido en sociología política que las burocracias estatales tienen
poderosos medios de autofortalecimiento. Francia es un ejemplo clásico sobre
este punto que ha sido señalado por observadores tan diferentes como Alexis
de Tocqueville y Marx 10/: la alta administración francesa nació con la
monarquía absolutista, y de larga data ha buscado perfeccionar el sistema
legislativo y policial represivo.



Durante el siglo XIX, el control policial de la población mejoró utilizando
las herramientas técnicas más poderosas disponibles entonces (fotografía,
antropometría, huellas dactilares). Bajo la Tercera República, fueron las y
los gitanos, migrantes de la eternidad, quienes sirvieron como campo de
experimentación en torno a «un sistema legislativo y policial que se puede
resumir de la siguiente manera: vigilancia, identificación, control» 11/. La
ley de 1912 les exigía tener un cuaderno antropométrico, de 208 páginas de
espesor y controlado regularmente por un comisario de policía, que realizaba
un seguimiento de sus movimientos en territorio nacional (fue derogada en
1969). La regulación francesa de 1912 fue la única en imponer a las y los
nómadas el sistema disciplinario del cuaderno antropométrico.



En el período de entreguerras, bajo el régimen de la Tercera República, la
Administración continuó innovando. Los ficheros se multiplicaron y al
comienzo de la Guerra Mundial, el Servicio Central de Archivos de
Extranjeros administraba cuatro millones de archivos y siete millones de
fichas 12/. Estas fichas enumeraban a las y los extranjeros, especialmente a
quienes eran descritos como «indeseables», que en ese momento eran las y los
refugiados judíos de la Alemania nazi y países orientales, o activistas
antifascistas españoles e italianos. Estos archivos fueron mejorados bajo el
régimen de Vichy, a veces por los mismos altos funcionarios (como André
Tulard y René Bousquet). Según Gérard Noiriel, Vichy utilizó con fines
totalitarios los instrumentos identitarios inventados por la Tercera
República 13/. También tenemos una idea de las capacidades de memoria de la
maquinaria estatal cuando sabemos que el archivo de personas judías
constituido bajo Vichy escapó a la destrucción en 1946 y fue encontrado por
Serge Klarsfeld… en 1991.



Hoy en día, las instituciones del Estado francés cuentan con instrumentos
tecnológicos de última generación para intensificar el control de la
población. La ley de «seguridad global» intensificará el control de la
población a través de la movilización de drones, cámaras y el uso extensivo
de tecnologías de reconocimiento facial. El Libro Blanco sobre Seguridad
Nacional, publicado cuando se estaba discutiendo el proyecto de ley de
seguridad global 14/, es un llamamiento a generalizar las tecnologías de
vigilancia (los términos tecnología y tecnológicos se repiten más de 150
veces en este documento de 332 páginas). El estilo de este informe también
recuerda ciertas formulaciones utilizadas por Big Brother en 1984 (escritas
por George Orwell) 15/ que se mezclan con elementos de lenguaje enseñados a
los futuros altos funcionarios y funcionarias. Un ejemplo: la propuesta
hecha al Ministerio del Interior de «franquear el muro tecnológico para
proteger y acompañar a una sociedad conectada» 16/.



La tecnopolicía se está convirtiendo en el motor de la «seguridad global»
17/. La población que vive en territorio francés, y particularmente en las
barriadas, ahora tiene que enfrentarse a la preocupante alianza de un
aparato burocrático represivo con larga experiencia y tecnologías avanzadas
de vigilancia.



Las y los comisionados de la ONU que generalmente tienen que vérselas con
violaciones de derechos humanos en regímenes autoritarios han declarado que
el proyecto de ley es «incompatible con el derecho internacional de los
derechos humanos» 18/. Emmanuel Macron acaba de ser galardonado con el
calificativo de «illiberal» por el Financial Times, durante mucho tiempo
ensalzador de su voluntad reformista (léase: la destrucción de los derechos
sociales) 19/. En la trayectoria autoritaria seguida en los últimos años en
la UE, después de Hungría y Polonia, Francia es sin duda alguna el eslabón
débil de la democracia en Europa.



En realidad, el segundo confinamiento ha dibujado más claramente el
ideal/tipo de una sociedad basada en el «trabajo, metro/coche, sueño» que
limita estrictamente los derechos de movimiento y reunión de las personas y
deja a las y los asalariados indefensos frente a las condiciones de trabajo
post-pandemia.



El ejército está más que nunca como en su casa en la Quinta República: «No
son operaciones de segunda categoría»



El aumento de las medidas represivas y el uso de tecnologías punta facilitan
la actividad policial. Sin embargo no son suficientes para garantizar la
protección del orden social. Como muestra la historia, el recurso al
ejército se vuelve indispensable cuando las tensiones se vuelven demasiado
altas. El historiador Michel Winock nos recuerda que: «Cada una de las
cuatro repúblicas parlamentarias, desde el Directorio hasta la Cuarta
República, terminó en beneficio de un salvador supremo, un defensor del
régimen de asamblea que luego estableció un régimen bonapartista» (incluye a
Vichy en esta categoría) 20/.



Desde el Consejo de Defensa del 29 de abril de 2015, presidido por François
Hollande, el ejército ha ampliado sus funciones a operaciones directas de
mantenimiento del orden en el territorio nacional. La operación Sentinelle
(Centinela), que moviliza a 10.000 soldados del ejército de tierra, se ha
convertido en permanente, lo que no debería sorprender puesto que Jean-Yves
Le Drian declaraba ya en 2016 que «la Operación Centinela [está] destinada a
durar». La Operación Centinela también da una muestra del papel del ejército
en el mantenimiento del orden en Francia. A un diputado que transmitió el
deseo de los militares de estar equipados en territorio metropolitano con
los mismos vehículos blindados que los utilizados en la República
Centroafricana para llevar a cabo una posible respuesta, el Ministro de
Defensa Le Drian respondió: «Debemos pensar en los equipamientos del futuro,
incluso para operaciones domésticas, que no son operaciones de segunda
clase» 21/.



Desde el comienzo de la pandemia Macron ha hecho del Consejo de Defensa,
creado por Nicolas Sarkozy, el órgano de gobierno político para la gestión
de la crisis, transformando el Consejo de Ministros en una cámara de
registro. Esta postura estaba anunciada. Durante la campaña presidencial,
había reclamado una dirección «jupiteriana» (a Macron a veces se le apoda
como Júpiter ndt) y sacado conclusiones de ella pocos meses después del
inicio del movimiento de chalecos amarillos (octubre de 2018): «El
presidente tiene el alma de un general […] ha hecho del Consejo [de defensa]
una herramienta para gestionar las crisis» 22/.



Ya el 4 de marzo, el portavoz del Gobierno declaró: «Ante el coronavirus, el
Presidente de la República convocó un Consejo de Defensa seguido de un
Consejo de Ministros para movilizar todos los medios para proteger a las y
los franceses». Por lo tanto, Francia es la única de las democracias
occidentales que «militariza» la gestión de la crisis.



El tropismo militar de los gobiernos franceses requiere una explicación 23/.
En el marco de este artículo, cabe recordar que si el ejército en Francia es
parte constituyente de las relaciones sociopolíticas, la toma en cuenta de
la posición de Francia en el espacio mundial también proporciona una de las
claves explicativas.



Francia: un estatus singular en el espacio global



Es esencial entender que la política de un gobierno está profundamente
influenciada por el lugar del país en el espacio mundial. Esta expresión,
que es preferible a la de la mundialización, designa un todo cuya evolución
está determinada por la interacción de las dinámicas económicas y el sistema
internacional de Estados. Esto era cierto en la era del imperialismo
«clásico» a principios del siglo XX. Todavía hoy, el rango que un país ocupa
en la jerarquía mundial es un elemento determinante de su política
(económica, militar, etc.): Estados Unidos y México no sufren el mismo tipo
de presión externa.



A continuación, conviene analizar la forma específica en que los logros
económicos y las capacidades militares, que son dos atributos determinantes
en la jerarquía mundial, se combinan en un país. En este punto, Francia
tiene la particularidad, junto con los Estados Unidos, de ser el país
occidental en el que las interdependencias entre su influencia económica
global y su poder militar son más fuertes. El hecho de que los dos países no
compitan en la misma categoría obviamente hace que la política francesa esté
más presionada por las transformaciones del espacio global.



La proximidad de la economía y de lo militar en el posicionamiento
internacional de Francia es parte del código genético de la Quinta República
y explica la centralidad de la institución militar. El general de Gaulle
consideró que para mantener el «rango» de Francia en el mundo, la
competitividad económica y la «proyección de potencia» son inseparables. El
arraigo de la institución militar en la Francia de la Quinta República se
basa en tres pilares que son a la vez geopolíticos y económicos. El primer
pilar está constituido por la disuasión nuclear, que permite a Francia tener
un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Además, la disuasión nuclear es la columna vertebral de la industria nuclear
civil y, por lo tanto, extiende el «dominio de regalía» mucho más allá de lo
militar. Las interacciones entre las actividades militares y civiles son tan
intensas que hacen imposible -salvo cambios radicales en las correlaciones
de fuerzas en Francia- el abandono del sector nuclear civil.



El cuerpo expedicionario forma el segundo pilar. Es el heredero de una larga
experiencia colonial y se ha aguerrido desde la década de 1960 gracias a más
de un centenar de intervenciones realizadas principalmente en África, que
tienen como objetivo tanto defender los intereses de los grandes grupos
financieros nacionales como las posiciones geopolíticas de Francia. Más
concretamente, estas intervenciones ofrecen un terreno sin precedentes para
la «retroalimentación», ya que, según un especialista militar, se benefician
de condiciones de entrenamiento y guerra que no se pueden encontrar en la
Francia Metropolitana 24/. El activismo militar refuerza la legitimidad del
ejército en Francia, ya que va «a la guerra por una buena causa». También
justifica el lugar de Francia en la ONU, ya que es guardián del orden
internacional y sus operaciones militares 25/ son validadas por el Consejo
de Seguridad.



Finalmente, en línea con lo que sucedió en los Estados Unidos y Gran Bretaña
después de la guerra, de Gaulle hizo del desarrollo de una poderosa
industria de armamentos, de la que dependen cientos de miles de asalariadas
y asalariados hoy en día, el pilar económico de la institución militar. Los
«mercaderes de armamento» que habían prosperado en Francia en el siglo XIX
fueron reemplazados por un sistema de producción de armas densamente
estructurado en torno a la Dirección General de Armamentos (DGA) cuya misión
era desarrollar sistemas de armas que aseguraran a la vez la supremacía
militar y estimularan el desarrollo de industrias competitivas en los
mercados mundiales. Durante seis décadas, el «meso-sistema de armas» ha
estado en el corazón de la política tecnológica de Francia, y los ocho
principales grupos de producción militar todavía hoy realizan más de una
quinta parte del gasto en investigación y desarrollo de todas las empresas
francesas.



Los sucesores de De Gaulle trataron de gestionar este patrimonio en un
contexto mundial que no controlaban. Sin embargo, desde estos últimos años
2000, el espacio mundial conoce profundas transformaciones económicas y
geopolíticas: una crisis económica (2008) que aún no se había superado en el
momento de la pandemia, el declive del liderazgo de los Estados Unidos
favoreciendo el regreso de Rusia y las ambiciones de las potencias
regionales, la emergencia geoeconómica de China y, finalmente, la erupción
de pueblos en África y Oriente Medio (la «Primavera Árabe») que han sacudido
los regímenes autoritarios sometidos a las grandes potencias.



Estos cambios de época, que llamo el «momento 2008», han dado lugar a dos
cambios importantes. Por un lado, dentro del espacio mundial, la distancia
que separa la competencia económica de las rivalidades geopolíticas se ha
reducido considerablemente. Esto explica en particular el fuerte aumento del
proteccionismo en los intercambios económicos internacionales, que, según
los economistas, recuerda el período de entreguerras. Por otro lado, en el
plano interior en los países desarrollados, el momento de 2008 ha acelerado
un proceso que de hecho estaba en marcha desde la década de 1990 26/: el
auge del concepto de seguridad nacional, que, más allá de la defensa, abarca
las amenazas militares y civiles y establece una relación fuerte entre los
enemigos del exterior y los del interior.



La nueva coyuntura histórica de los últimos años 2000 ha sacudido la
posición de Francia en el mundo. Los trastornos geopolíticos (por ejemplo,
las ambiciones de Turquía en el Mediterráneo) y las «Primaveras Árabes»
debilitan su control sobre sus bastiones africanos. En el frente económico,
la crisis de 2008 aceleró la disminución de los logros de la industria
francesa en los mercados mundiales. El continuo debilitamiento de la
industria francesa en los mercados mundiales desde principios de los años
2000 ha hecho de la industria de armamentos y aeronáutica uno de los últimos
polos de competitividad internacional de Francia, lo que desmiente la fábula
repetida durante décadas por los ministros de Defensa de que la industria de
armamentos es un motor de la competitividad de las industrias civiles 27/.



De hecho, las profundas transformaciones de la economía mundial ponen de
relieve los límites del modelo francés dirigido por las y los
«capitalo-funcionarios» que están muy presentes en los grandes grupos
financieros e industriales, y lideran el aparato estatal. Las y los
capitalo-funcionarios han desarrollado una inmunidad de grupo que les
permite nunca rendir cuentas por los desastres industriales o el mal
funcionamiento grave del aparato estatal.



En esta nueva coyuntura histórica, los gobiernos franceses han optado por
fortalecer el componente militar del estatus internacional de Francia. La
guerra en Libia (2011), dirigida por iniciativa de Nicolas Sarkozy y David
Cameron, agravó el caos creado por la llegada del «momento 2008» y fue
seguida por una serie de intervenciones militares de Francia en el África
subsahariana (Malí, República Centroafricana). De modo que la crisis
política y social que está desgarrando a los países del Sahel es tratada
principalmente por los gobiernos franceses como una cuestión de seguridad.
Entre 2008 y 2017, el gasto en intervenciones militares en el Sahel (las
Operaciones Militares Externas OPEX de Francia) fue 2,4 veces mayor que la
ayuda pública para el desarrollo dedicada a la educación y la salud. La
evolución divergente entre los dos tipos de gastos ha sido particularmente
espectacular desde 2012 y el lanzamiento de la Operación Barkhane (ver el
gráfico 1). Estas intervenciones, que según François Hollande y Emmanuel
Macron deben durar hasta la «victoria final contra el terrorismo» ponen en
evidencia la posición proactiva de Francia en la gestión del desorden
global.



Tal posicionamiento internacional tiene repercusiones directas a nivel
nacional. En estos últimos años 2000, los presupuestos militares y de
seguridad han aumentado significativamente más que los presupuestos sociales
(véase el gráfico 2). La subordinación de la diplomacia francesa a la venta
de armas ha aumentado a pesar de las pruebas innegables del uso de armas
francesas en zonas de conflicto y la presunta responsabilidad de los países
clientes en violaciones graves y repetidas del derecho internacional
humanitario, en particular Yemen 28/[28]. El aumento del peso económico de
lo militar va de la mano con el lugar determinante que ocupa el ejército en
la preparación y ejecución de las intervenciones militares de Francia. Sin
embargo, no hay necesidad de ver en estas intervenciones la mano exclusiva
de los militares. Después de todo, un país tiene la institución militar que
corresponde a su política y a su posición internacional.



El continuum de seguridad global: de Bamako a Saint-Denis



Hay que reconocer que los gobiernos franceses han hecho un balance rápido de
los acontecimientos de los años 2000 y han adoptado la estrategia de defensa
a las nuevas realidades. En 2008, por primera vez, los términos defensa y
seguridad nacional figuraban en el título del Libro Blanco. Este documento
insiste con fuerza en «la continuidad entre la seguridad interior y la
seguridad exterior [porque] la distinción tradicional entre seguridad
interior y exterior ya no es pertinente» 29/. El Libro Blanco encargado por
François Hollande y el informe preparatorio para el nuevo Libro Blanco
solicitado por Macron confirman esta orientación 30/.



El corolario de estos cambios lo expresaba así Manuel Valls en 2016: «hay un
continuum entre seguridad interior y exterior, nos enfrentamos a lo que he
llamado un enemigo exterior y un enemigo interior» 31/. La figura del
enemigo interior ha cambiado a lo largo de la historia de Francia 32/, pero
las guerras coloniales en Indochina y Argelia han hecho que resurja en la
sociedad francesa de las últimas décadas 33/[33].



El gobierno de Macron ha aprovechado la situación de estado de urgencia y la
angustia de las personas empleadas y las jóvenes por perder su trabajo -o no
encontrar uno para las millones de ellas que están en el paro- para tomar
medidas liberticidas. Por lo tanto, las leyes y decretos adoptados confirman
las conclusiones de dos investigadores basadas en investigaciones realizadas
en los últimos veinte años: en un contexto de crecientes tensiones sociales,
de violencia urbana y de terrorismo, el mantenimiento del orden se ha
militarizado 34/.



De forma complementaria a la militarización de la policía, hay que añadir
que los mecanismos que otorgan al ejército poderes de mantenimiento del
orden en el territorio nacional son perennizados.



Policía, ejército… Las diferencias parecen difuminarse en un momento en que
las fronteras entre el enemigo interior y el exterior se están volviendo
porosas. Sin embargo, es la institución militar la que constituye la columna
vertebral de la Quinta República por las razones mencionadas. La
Constitución puede utilizarse para agravar el estado de excepción en el que
Francia ha vivido más o menos durante cinco años. El artículo 16, que
establece «una dictadura presidencial» y el artículo 35 (estado de sitio)
del que el estado de urgencia se distingue «solo por mantener los poderes
policiales en manos de las autoridades civiles» 35/ son responsabilidad
exclusiva del Presidente, «jefe de los ejércitos» (artículo 15). Los
constitucionalistas señalan la imprecisión de las razones que llevan al
Presidente a decidir, soberanamente, ponerlos en práctica, el control muy
insuficiente ejercido por el Parlamento y, finalmente, la duración imprecisa
de estas medidas excepcionales. En cualquier caso, la activación de estas
medidas, que suspenden las libertades civiles, pone al ejército en el centro
del dispositivo. En este sentido, las y los especialistas señalan que «se
buscará en vano en la Constitución una explicación de cuáles serían las
condiciones para la intervención de las fuerzas armadas en el territorio
nacional» 36/. Por lo tanto, se interrogan sobre el grado de autonomía de la
institución militar -personalizada por el Jefe del Estado Mayor de los
Ejércitos (CEMA)- con respecto al poder político en el marco del estado de
excepción.



La respuesta no está en la presunta habilidad de la redacción de la
constitución. Provendrá del estado de las relaciones sociales, que están
determinadas por un conjunto de factores jerarquizados e interdependientes
como la amplitud de la crisis económica, el grado de tensión entre las
clases sociales, la actitud de la población hacia las y los dirigentes
políticos y, por supuesto, la importancia del apoyo material e ideológico de
la institución militar en la sociedad. Además, se necesitará un evento
fortuito o contingente que dé la oportunidad de agravar el estado de
excepción.



Ya está claro en cualquier caso que la creciente relevancia del ejército en
los últimos años, tanto en intervenciones en el extranjero como a través de
su presencia en territorio metropolitano y de ultramar (7150 soldados fuera
de la Francia metropolitana, de los cuales 1.450 en Nueva Caledonia)
modifica las relaciones entre lo político y la jerarquía militar. Ésta lo
hace saber. El General Pierre de Villiers, Jefe del Estado Mayor de Defensa
(CEMA), consideraba que la Operación Centinela introducía «una ruptura
estratégica [porque] las fuerzas de seguridad interna necesitan el refuerzo
sustancial y duradero de las fuerzas armadas» 37/. Su dimisión en julio de
2017, más allá de las ambiciones personales de un militar apoyado en un
sólido plan mediático 38/, se centró en un tema de fondo: las
responsabilidades respectivas del poder político y el ejército en el
mantenimiento del orden interior.



En términos más serenos pero igualmente significativos, este tema es
abordado por el General François Lecointre, que reemplazó a de Villiers como
CEMA. Insiste en que el Estado Mayor no quiere cargar con el empantanamiento
político-militar en el Sahel de Francia frente a terroristas contra quienes
«nunca tendremos una victoria definitiva» 39/. Le sorprende no haber sido
informado de la movilización de las y los soldados de la fuerza Centinela
durante una manifestación de «chalecos amarillos» en marzo de 2019. Rediseña
las enormes necesidades financieras del ejército -y por lo tanto aboga por
nuevos aumentos en el presupuesto militar- para prepararlo para la
posibilidad de un conflicto de alta intensidad, es decir, un conflicto
contra otros Estados poderosos.



En un país cuyos últimos dos siglos entremezclan permanentemente el
funcionamiento democrático y la irrupción del ejército en la escena
política, y en el contexto actual de grave crisis social y de estado de
excepción en el que Francia se ha establecido gradualmente, la naturaleza
del poder presidencial y sus relaciones con los del ejército son cuestiones
esenciales que no deberían debatirse solo en las cumbres del Estado.



Notas



1/  <https://statistiques.pole-emploi.org/stmt/publication>
https://statistiques.pole-emploi.org/stmt/publication

2/ “Décrets PASP: fichage massif des militants politiques”,
laquadrature.net/2020/12/08/decrets-pasp-fichage-massif-des-militants-politi
ques/

3/ Entrevista en Sud-Ouest, 28/11/ 2020.

4/ 7/09/2020 en BFMTV,
<https://www.bfmtv.com/replay-emissions/bourdin-direct/gerald-darmanin-face-
a-jean-jacques-bourdin-en-direct-07-09_VN-202009070088.html>
https://www.bfmtv.com/replay-emissions/bourdin-direct/gerald-darmanin-face-a
-jean-jacques-bourdin-en-direct-07-09_VN-202009070088.html

5/ Alain Bertho, “L’État a-t-il le monopole du complotisme légitime?”
<http://www.regards.fr> www.regards.fr

6/ Ludivine Bantigny et Ugo Palheta, “Notre peine est immense, et les
charognards sont là”, 24/10/2020,
<https://www.contretemps.eu/attentat-samuel-paty-recuperation-islamophobie-a
utoritarisme/>
https://www.contretemps.eu/attentat-samuel-paty-recuperation-islamophobie-au
toritarisme/

7/ Citado por Lachaise Bernard, “De Gaulle et les gaullistes face aux
conflits sociaux au temps du RPF”, 1980,
<http://books.openedition.org/irhis/1083>
http://books.openedition.org/irhis/1083

8/ INSEE, “Les inégalités sociales à l’épreuve de la crise sanitaire: un
bilan du premier confinement dans Portrait social 2020”, diciembre 2020.

9/ “Confinement: pièce d’identité, ticket de caisse… les justificatifs à
présenter en plus de l’attestation”, La Dépêche, 28/11/2020,
<https://www.ladepeche.fr/2020/11/28/confinement-piece-didentite-ticket-de-c
aisse-les-justificatifs-a-presenter-en-plus-de-lattestation-9225654.php>
https://www.ladepeche.fr/2020/11/28/confinement-piece-didentite-ticket-de-ca
isse-les-justificatifs-a-presenter-en-plus-de-lattestation-9225654.php

10/ Marx describe así el aparato del Estado bajo Napoleón III: “La inmensa
organización burocrática y militar […] su ejército de funcionarios de medio
millón de hombres y su otro ejército de quinientos mil hombres […] espantoso
cuerpo parásito que recubre como con una membrana el cuerpo de la sociedad
francesa y tapona todos sus poros”,
<https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum7.htm>
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum7.htm El 18 brumario
de Luis Bonaparte. Capítulo VII.

11/ Filhol Emmanuel , “La loi de 1912 sur la circulation des nomades”
(Tsiganes) en France», Revue européenne des migrations internationales,
2007, vol. 23 – n°2.

12/ Ilsen About , “Identifier les étrangers. Genèses d’une police
bureaucratique de l’immigration dans la France de l’entre-deux-guerres”,
dans Gérard Noiriel. L’identification des personnes. Genèse d’un travail
d’État, Belin, 2007.

13/ Noiriel Gérard, Les Origines républicaines de Vichy, Paris, Hachette,
1999.

14/
<https://www.vie-publique.fr/rapport/277185-livre-blanc-de-la-securite-inter
ieure>
https://www.vie-publique.fr/rapport/277185-livre-blanc-de-la-securite-interi
eure

15/ Quienes redactan el Libro Blanco no asumen sin embargo esta frase,
escrita por un enemigo de Big Brother: “E incluso el progreso técnico solo
existe cuando sus productos pueden ser empleados para disminuir la libertad
humana” 1984.
<https://portalacademico.cch.unam.mx/materiales/al/cont/tall/tlriid/tlriid4/
circuloLectores/docs/Orwell1984.pdf>
https://portalacademico.cch.unam.mx/materiales/al/cont/tall/tlriid/tlriid4/c
irculoLectores/docs/Orwell1984.pdf cap. III

16/ Id., p.231.

17/ “La technopolice, moteur de la “sécurité globale””, 13/11/2020,
laquadrature.net/2020/11/19/la-technopolice-moteur-de-la-securite-globale/


18/
<https://www.ohchr.org/fr/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26560&amp
;LangID=fs>
https://www.ohchr.org/fr/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26560&amp;
LangID=fs

19/ “Emmanuel Macron’s illiberal plan to protect the French police”,
Financial Times, 26/11/2020.

20/ Winock Michel , “De Napoleon à De Gaulle: La tentation bonapartiste”,
L’Histoire, n° 124 , juillet-août 1989.

21/ Comparecencia de M. Jean-Yves Le Drian, Ministro de Defensa, Compte
rendu Commission de la défense nationale et des forces armées, Assemblée
Nationale, n° 35,16 février 2016.

22/ Nathalie Guibert, “Le “général” Macron a encore du mal à se faire
comprendre par les armées”, Le Monde, 13/05/2019.

23/ Serfati Claude, Le militaire. Une histoire française, Editions
Amsterdam, Paris, 2017.

24/ de Prémonville, 2020

25/ Nunca se las llama “guerras” pues esto exigiría una autorización del
Parlamento.

26/ Serfati Claude , 2001, La mondialisation armée. Le déséquilibre de la
terreur, La discorde, Editions Textuel

27/ Para un examen reciente, ver Claude Serfati, “La centralité du militaire
et ses effets sur le système productif de la France”, juin 2020,
<https://france.attac.org/nos-publications/les-possibles/numero-24-ete-2020/
dossier-la-transformation-du-systeme-productif/article/la-centralite-du-mili
taire-en-france-et-ses-effets-sur-le-systeme-productif-et>
https://france.attac.org/nos-publications/les-possibles/numero-24-ete-2020/d
ossier-la-transformation-du-systeme-productif/article/la-centralite-du-milit
aire-en-france-et-ses-effets-sur-le-systeme-productif-et

28/ Comunicado de 14 ONG, “Une occasion unique de mettre fin à l’exception
française: Appel pour la mise en place d’un contrôle parlementaire des
ventes d’armes françaises”, 16/11/2020.

29/ Defense et sécurité nationale. Le Livre blanc, juin 2008, Odile Jacob/La
Documentation Française, p.57

30/ La Revue stratégique et de défense et de sécurité nationale 2017, p.71.

31/ Declaración de Manuel Valls, Primer Ministro, sobre el continuum entre
la seguridad interna y externa en la lucha contra el terrorismo yihadista,
la operación Centinela y el proyecto de Guardia nacional, la necesidad de un
aumento de los esfuerzos de defensa de la Unión Europea y el papel de la
OTAN, 6/09/2016
<https://www.vie-publique.fr/discours/200358-declaration-de-m-manuel-valls-p
remier-ministre-sur-le-continuum-entre>
https://www.vie-publique.fr/discours/200358-declaration-de-m-manuel-valls-pr
emier-ministre-sur-le-continuum-entre

32/ Ver en el capítulo 5 “Vers l’état d’urgence permanent: “Retour sur
l’ennemi intérieur”.

33/ Rigouste Mathieu “L’ennemi intérieur, de la guerre coloniale au contrôle
sécuritaire”, Cultures &amp; Conflits, 67, 2007.

34/ Fillieule Olivier et Jobard Fabien, Politiques du désordre. La police
des manifestations en France, Paris, Seuil, 2020.

35/ Rousseau Dominique, “L’état d’urgence, un état vide de droit(s)”, Revue
Projet, 2006/2 (n° 291), p.21.

36/ Landais Claire, Ferran Pierre, “La Constitution et la guerre. La guerre
est-elle une affaire constitutionnelle?”, Les Nouveaux Cahiers du Conseil
constitutionnel, 2016/2 (N° 51).

37/ Comparecencia del general Pierre de Villiers, Commission de la défense
nationale et des forces armées, Assemblée Nationale, 15 octobre 2015.

38/ Kilian Sturm, Pauline Perrenot, “Général, nous voilà!”: les éditocrates
avec Pierre de Villiers”
acrimed.org/General-nous-voila-les-editocrates-avec-Pierre-de

39/ Comparecencia a puerta cerrada del general François Lecointre,
Commission des affaires étrangères, Assemblée Nationale, 6 novembre 2019.

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