Uruguay/ Medicina Solidaria: un colectivo de médicos para ayudar a ollas populares y merenderos. [Anaclara Trengone]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Jul 6 16:39:33 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

7 de julio 2021

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Uruguay



Medicina Solidaria: un colectivo de médicos “levantó el guante” en medio de
la pandemia para ayudar a ollas populares y merenderos



Unas 350 personas y diez empresas han colaborado con esta iniciativa que ha
apoyado a 21 organizaciones de diferentes puntos del país.



Anaclara Trengone

La Diaria, 6-7-2021

https://ladiaria.com.uy/



Son casi la una de la tarde del sábado y en el salón comunal del barrio 1°
de Mayo, en Montevideo, Marcos Uria ya tiene todos los ingredientes
necesarios para cocinar una pizza. Frente a él, ocho mujeres, referentes de
merenderos de Casavalle (1) lo escuchan en silencio. Fuera de cuadro está
Alfredo, que se encarga del horno a leña. Marcos es médico y Alfredo es
panadero del Borro; es la primera vez que se ven.



“Yo no te lo quería decir, pero para mí la salsa lleva ajo”, dice una de las
participantes, que se anima a romper el hielo. “Te lo acepto, pero si
después de saltear con la cebolla se lo sacás”, responde Marcos, que cambió
por un rato el uniforme blanco por un delantal azul. En diálogo con la
diaria, cuenta que cocinar es un “cable a tierra”, que descubrió luego de
recibirse de médico y de estudiar Medicina Interna y Reumatología. “Hice
tres años de cocina en el [Instituto] Gato Dumas como una forma de ir hacia
otros espacios no necesariamente tan sesgados como lo que hace a la
condición de médico. Yo no trabajo en esto, es simplemente a modo de hobby,
pero hoy me estoy encontrando con instancias de dar que me parecen
formidables”, sostiene.



Marcos forma parte de Medicina Solidaria, un proyecto creado por un grupo de
médicos que, sensibilizados por la difícil situación que enfrentan muchas
personas en medio de la emergencia sanitaria por la covid-19, decidió
iniciar un emprendimiento solidario para apoyar a ollas populares y
merenderos de todo el país. Los profesionales que forman parte de esta
iniciativa aseguran que es laica y que no tiene identificación ideológica;
explican que sienten que este esfuerzo los conecta con “la esencia más
valiosa” de su profesión: “El cuidado del otro en el sentido más amplio de
la palabra”.



La idea, que surgió de la generación 88 de médicos, comenzó a rodar en mayo
con el objetivo de ayudar a cinco organizaciones. “Una compañera plasmó la
idea en el grupo de la generación. Dos o tres levantaron el guante, y empezó
a germinar una semilla en varios de nosotros, que decidimos organizarnos y
empezar a ver la forma para colaborar con esta realidad que hay en el país”,
cuenta María Belleratti, una de las doctoras que integra el colectivo.



Tras la buena adhesión al emprendimiento, que se sustenta mediante
donaciones abiertas al público en general y también a empresas, se colaboró
con dos organizaciones más. En junio ampliaron el horizonte y seleccionaron
otras diez organizaciones. Y luego pudieron sumar otras cuatro. “Elegimos
mes a mes los distintos lugares, tratamos de que sea tanto en Montevideo
como en el interior, porque los médicos somos de todo el país y las
necesidades están en todos los lugares y no queremos concentrarnos sólo en
Montevideo”, detalla Belleratti. Las colaboraciones han llegado a otros
departamentos como Canelones, Río Negro, Maldonado, Rivera y Salto. Han
colaborado alrededor de 350 personas, entre ellas 110 médicos de distintas
generaciones, y diez empresas, cifras que sobrepasaron las expectativas. En
su inicio, la meta era reunir 70.000 pesos por mes; sin embargo, en junio
habían recaudado 360.000 pesos para destinar a las organizaciones.



Ese sábado, los vecinos de Casavalle esperan ansiosos, con caras
expectantes, la visita de algunos integrantes de Medicina Solidaria. El
fuego del horno a leña ya está prendido desde hacía un rato. Alejandro
Andrada, referente de Casavalle a Pie –un colectivo de vecinos de la zona de
Casavalle– conversa con una sonrisa y ni el frío de una típica tarde de
invierno apaga su entusiasmo. Cuenta que en Casavalle las crisis no son
nuevas. “Hay un historial de crisis y hay un historial de unión también.
Eso, de alguna forma, me parece que nos deja mejor posicionados frente a
otros lugares en los que tal vez haya más necesidades que en Casavalle, pero
no hay organización de la gente”, relata a la diaria.



“Entre tantas acciones que tenemos, estamos impulsando la red de merenderos
productivos, que integra a merenderos que ya vienen trabajando hace tiempo
en la zona”, explica. El grupo de médicos, tras interiorizarse en este
proyecto, decidió colaborar con una amasadora y no con alimentos, como lo
hace habitualmente, a partir de la sugerencia de Alejandro para impulsar el
uso del horno de pan que hay en el salón comunal. “Cierto que hay un horno
acá, pero no sabemos bien cómo se usa”, había comentado una de las
participantes al inicio de la jornada. “Es una ayuda tendiente al
desarrollo, porque estamos generando competencias a través de un taller y
también quedó maquinaria donada”, considera Alejandro. Añade que dentro de
“este concepto de evolución” no sólo quieren producir alimentos, sino
también, por ejemplo, trabajar con huertas y árboles frutales con el apoyo
de la Intendencia de Montevideo.



Para Alejandro todo esto ayudará a “generar recursos económicos pero también
competencias”. La idea, enfatiza, es replicar el conocimiento. “Nosotros hoy
estamos con el doctor Marcos, que va a dar un taller, pero también tenemos
un panadero local que hace unos panes riquísimos y sabemos que está
dispuesto a enseñarles a otras personas que de repente hoy por hoy no tienen
competencia y eso las condiciona laboralmente”, expresa el referente de
Casavalle a Pie.



María, la doctora, señala que notaron que la amasadora ayudaría al colectivo
a autosustentarse “más a largo plazo”. Eso les pareció importante, teniendo
en cuenta que Medicina Solidaria funcionará durante seis meses, hasta
octubre, cuando esperan que las cosas ya estén un poco mejor. “Acá es cuando
decimos que vale más la pena mantener un lugar que llenar una panza”, dice,
pero aclara que el objetivo principal del proyecto es “alimentar a aquel que
lo necesite”. En este sentido, recalca que hasta el momento llevan donados
4.000 kilos de alimentos.



La jornada, para Marcos, fue altamente positiva. Relata que sintió que
también se lograron “movilizar engranajes”. “Faltaba que rodara un poquito
la pelota para que se empezaran a conseguir nuevas cosas; el tiempo dirá
cuánto de lo que se hizo hoy puede llegar a cundir, pero me parece que la
idea está rodando”, agrega. En cuanto al proyecto en general subraya: “Lo
hacemos sin ningún tipo de pesar y absolutamente conformes y comprometidos,
con ánimo sólo de dar y recibir, pero recibir la satisfacción de haber
dado”. Una mirada similar tiene María: “Este proyecto nos ha dado más a
nosotros de lo que nosotros le hemos brindado a la sociedad, porque lo que
te devuelve el dar, el poder compartir y ayudar, no tiene recompensa, es
algo inmenso y una gratificación enorme”. Asegura que los aleja de la rutina
del médico, que tal vez es un poco solitaria en el consultorio con el
paciente, y les permite ver cómo funciona la sociedad y acercarse más como
médicos a la realidad de la gente.



Nota



1) Zona en la periferia urbana de Montevideo, donde habitan más de 180 mil
personas y están los índices más altos de pobreza y desempleo. .

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