Irán/ La huelga de los trabajadores del petróleo: un fantasma que acecha al neoliberalismo. [Simon Pirani]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Jul 17 15:02:28 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

17 de julio 2021

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Irán



La huelga de los trabajadores del petróleo: un fantasma que acecha al
neoliberalismo



Simon Pirani

People and Natura, 16-7-2021

https://peopleandnature.wordpress.com/

Traducción de Viento Sur

https://vientosur.info/



Más de 60.000 trabajadores petroleros iraníes se han sumado a la huelga para
reclamar mejoras salariales y contratos fijos; la mayor acción de este tipo
desde la huelga general de 1978-79 que ayudó a derrocar el régimen del Sah.



El paro cuenta con el apoyo de profesores, pensionistas y familias que
buscan justicia para sus parientes asesinados durante la gran ola de
protestas de noviembre de 2019.



La protesta comenzó el 19 de junio, al día siguiente de las elecciones que
ganó el clérigo conservador Ebrahim Raisi, que asume la presidencia el
próximo mes.



La industria petrolera iraní está dominada por la empresa estatal National
Iranian Oil Company. Pero en los últimos años ha empleado a una serie de
subcontratas -muchas de ellas propiedad y controladas por funcionarios
estatales y sus parientes- que han recortado los niveles salariales y
socavado las condiciones de trabajo.



El Comité de Huelga de los Trabajadores, que se creó durante la acción,
declaró que la principal demanda de los trabajadores es el aumento de los
salarios, y añadió:



No toleraremos más la pobreza, la inseguridad, la discriminación, la
desigualdad y la privación de nuestros derechos humanos básicos. Dada la
subida vertiginosa de los gastos, el salario [mensual] de los trabajadores
no debería ser inferior a 12 millones de tomanes (491 dólares).



Según otras informaciones, los huelguistas exigen la eliminación de los
contratos temporales, dejar de utilizar las subcontratas y el reconocimiento
del derecho a formar sindicatos independientes,.



Según las entrevistas publicadas por el medio de comunicación Kayhan Life,
la huelga cuenta con el apoyo tanto de los empleados de las contratas como
por los trabajadores cualificados en trabajos menos precarios,.



Reza, un huelguista con contrato eventual, denunció la afirmación del
Ministerio de Petróleo afirmando que no era responsable de los bajos
salarios pagados por los contratistas:



¿Por qué alguien que trabaja en turnos de 12 horas en plataformas de 20
metros y a temperaturas insoportables debe recibir sólo el salario mínimo?
[...] Si esto es justo, ¿por qué entonces un trabajador con contrato fijo,
que realiza el mismo trabajo en la industria petrolera, cobra dos o tres
veces más, y además recibe otros beneficios?



En cuanto a las subcontratas, dijo:



Estas empresas o bien pagan sobornos a influyentes directivos [de la NIOC]
para conseguir suculentos contratos, o bien tienen estrechos vínculos con
altos funcionarios del Estado. De lo contrario, ¿cómo es posible que una
subncontrata cuya mano de obra está descontenta y no ha terminado un
proyecto en los plazos previstos gane otro lucrativo contrato en Asalouyeh?



Otro entrevistado, Alireza, soldador con más de una década de experiencia,
dijo que los trabajadores cualificados como él habían "iniciado y difundido"
la huelga. Añadió:



Lamento haber desperdiciado mi juventud trabajando en proyectos petroleros
en la República Islámica. Si hubiera trabajado en los países vecinos, mi
familia viviría ahora en mejores condiciones. [Los dirigentes de la
república] presumen de una economía supuestamente resistente, cuando en
realidad se llenan los bolsillos con el fruto de nuestro trabajo.



Las condiciones y la pésima alimentación en los dormitorios, donde los
trabajadores viven durante semanas, aumentó el malestar de los trabajadores.



En el sitio web de Angry Workers of the World [Trabajadores cabreados del
mundo] se han publicado valiosos comentarios sobre la huelga. Iman Ganji y
José Rosales dijeron:



La huelga general de los trabajadores de la industria petrolera no es sólo
una lucha por el salario. Diariamente, los trabajadores acuden al Clubhouse
con teléfonos prestados e identidades falsas para informar sobre las
huelgas, su desarrollo y también sus ideales. La consigna principal que ha
dado forma al fervor revolucionario y ha guiado la práctica organizativa es
el "gobierno de los consejos".



El consejo es una forma de organización autónoma entre los trabajadores
industriales que surgió durante la revolución de 1979 y fue suprimida
inmediatamente después de que el nuevo régimen islámico se estableciera y
consolidara en el poder. Es en este sentido como debe entenderse la demanda
de "desprivatización" como una de las principales reivindicaciones de los
trabajadores.



En el sistema rentista de Irán, el sector privado mantiene una relación
directa con la élite gobernante cuando dicha élite no es directamente la
propietaria. [...]. Por tanto, la reivindicación de los trabajadores de la
desprivatización va sobre todo en contra de los intereses de la élite
gobernante.



Y se opone a la ola privatizadora que comenzó tras la guerra de Irán-Irak
(1980-1988) y la masacre de los presos izquierdistas en el verano de 1988.
Fue el actual líder supremo, Ali Khamanei, un islamista de derechas, quien
permitió la reinterpretación del artículo 44 de la Constitución iraní para
forzar la privatización y la liberalización de la economía. Posteriormente,
la mayoría de los contratos privados fueron a parar a figuras relacionadas
con altos funcionarios, tanto reformistas como principistas (conservadores)
o de la Guardia Revolucionaria.



También subrayaron el carácter político del movimiento:



Otra señal es el rechazo de los trabajadores al apoyo de la fracción
igualitaria de los conservadores; una fracción de islamistas de línea dura
que están cerca del líder supremo y que han intentado repetidamente
reapropiarse de las luchas y reivindicaciones de los trabajadores como arma
política contra el ala reformista del gobierno.



En otro artículo, estos dos militantes describieron el amplio movimiento que
ha surgido en torno a la huelga:



Muchas declaraciones de diferentes sindicatos y trabajadores precarios, del
movimiento de mujeres y feministas, de pensionistas, de camioneros, de
profesores, de enfermeras, etc., apoyan y se solidarizan con los
huelguistas. Esto recuerda al Primero de Mayo de este año, en el que
diversas organizaciones convocaron o apoyaron las protestas para mejorar las
condiciones de vida.



En una época, los trabajadores fueron el principal símbolo de las clases
populares, pero la coalición que ha surgido en las últimas protestas a
través de declaraciones de solidaridad, incluso en el Primero de Mayo, es
más diversa y generalizada que lo que tradicionalmente se denomina
trabajadores.



Pensionistas de la administración, profesores, enfermeras, trabajadores
eventuales, conductores, mujeres, desempleados, aprendices, ganaderos,
agricultores, trabajadores industriales y otros pequeños productores forman
parte ahora de esta coalición de protesta, todos ellos con llamamientos
reclamando poner fin a la neoliberalización y la precarización del trabajo.



El régimen iraní, a pesar de su retórica antiimperialista, se ha unido a la
ofensiva neoliberal internacional contra la organización de la clase
trabajadora y sus condiciones de vida. La movilización de los eventuales en
el sector petrolero es totalmente innovadora.



Iman Ganji y José Rosales concluyeron que las fuerzas sociales de los
márgenes se han situado en el centro de la lucha:



En raros momentos de solidaridad afectiva, los jóvenes (de 25 años o menos)
se pusieron al lado de los viejos jubilados, gritando consignas contra la
República Islámica. Trabajadores, desempleados, estudiantes, mujeres,
agricultores, todos y todas participaron en estas protestas de alcance
nacional, resistiendo al gobierno de la República Islámica, así como a su
forma neoliberal de gobernar y su particular inserción formal en el
capitalismo globalizado.



Las protestas iraníes, que se producen casi simultáneamente con las que
tienen lugar en Irak, Líbano y otros países, no son simplemente económicas o
políticas. Se dan contra la expresión local de un régimen globalizado: el
neoliberalismo.



En efecto, el neoliberalismo es el espíritu de los tiempos. Sin embargo, el
espectro de los tiempos, el espectro que ahora acecha a Asia Occidental, al
Norte de África y a otros lugares del mundo, son las protestas de los
pueblos agotados que están hartos (uno de los nuevos lemas de las recientes
protestas iraníes) y quieren enviar al basurero de la historia a los
gobiernos neoliberales y a sus soberanos.



Esta dinámica de lucha de clases apenas se ve obstaculizada por el
enfrentamiento entre el régimen clerical iraní y el imperialismo
estadounidense.



Cierto, las sanciones estadounidenses han afectado al acceso de Irán a los
mercados financieros y han imposibilitado la cooperación con las compañías
petroleras internacionales con sede en Occidente. Pero la tendencia a largo
plazo de la producción de petróleo y gas es implacablemente ascendente.
También lo era la tendencia de los ingresos procedentes de las exportaciones
de hidrocarburos, de los que depende el régimen, hasta que el precio del
petróleo cayó desde su máximo de 2009-10, y las sanciones se sumaron a ello.



Los ingresos vinculan al régimen, y a su industria petrolera, al orden
internacional dominado por el capital.



El siguiente gráfico muestra el aumento constante de la producción iraní de
petróleo y gas en las cuatro décadas transcurridas desde la revolución de
1979. Los ingresos procedentes de las exportaciones de hidrocarburos se
dispararon cuando el precio del petróleo se disparó a principios de la
década de 2000, y se redujeron bruscamente cuando el precio del petróleo
cayó desde su máximo de 2009-10.



Cuando se firmó el acuerdo nuclear entre Irán y las potencias occidentales
(el Plan de Acción Integral Conjunto, JCPOA) en 2015, las exportaciones y
los ingresos comenzaron a recuperarse. Pero eso se revirtió de nuevo, y los
niveles de producción también se resintieron, cuando Donald Trump sacó a
Estados Unidos del acuerdo y volvió a imponer algunas sanciones.



Es probable que el agujero abierto en los ingresos de las exportaciones
iraníes se repare pronto.



Incluso bajo las sanciones de Trump, Irán siguió vendiendo petróleo a China,
a clientes europeos y a los mercados de Oriente Medio, Turquía e Irak
especialmente. También se vendió bajo otros nombres para evitar las
sanciones.



El segundo gráfico muestra las exportaciones de crudo iraní en 2012-19. La
mayor parte se dirigió a la zona de "Asia y el Pacífico", y no cabe duda de
que, principalmente, eso significa China.



A principios de este año, las exportaciones a China se dispararon tanto que
los puertos de la provincia de Shandong estaban congestionados y los
depósitos de almacenamiento llenos a rebosar.



Ahora, los diplomáticos estadounidenses e iraníes están hablando en Viena
para restablecer el JCPOA, y los mercados del petróleo apuestan por que
habrá un acuerdo, que incluirá un acuerdo sobre un rápido aumento de las
exportaciones de petróleo de Irán.



Irán está atrapado en la economía internacional. Su gobierno se alinea con
los neoliberales contra los trabajadores. Busquemos la manera de alinearnos
en nuestro campo.

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