Cuba/ "Soberana", la vacuna que desafía a los gigantes farmacéuticos. [Mediapart

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mar 4 22:45:35 UYT 2021


  _____  

Correspondencia de Prensa

4 de marzo 2021

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____  

 

Cuba

 

“Soberana”, la vacuna con la que Cuba desafía a los gigantes farmacéuticos 

 

De las 70 vacunas contra la Covid-19 que se encuentran actualmente en fase
de ensayo clínico, cuatro son cubanas. A pesar de la escasez y del embargo
estadounidense, la isla caribeña ha desarrollado una potente industria
biotecnológica en los últimos 40 años.

 

Ed Augustin/Naima Bouteldja/Romane/Frachon, desde La Habana

Mediapart, 3-3-2021

https://www.mediapart.fr/es/

 

A Gerardo Guillén le « encanta el chocolate ». Pero el director de
investigación biomédica del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología no
recuerda la última vez que lo probó. « La escasez existía incluso antes de
la crisis de Covid -explica-, pero la situación ha empeorado ».

 

La escasez que afecta al país desde el comienzo de la pandemia ha alcanzado
proporciones espantosas. A primera hora de la mañana, la gente se apresura a
ir a los mercados agrícolas a la caza de los camiones y sus escasos
cargamentos de frutas y verduras. Suelen irse contrariados, ya que las
entregas no siempre llegan a su destino por falta de combustible. Desde el
año pasado, la compra de arroz al margen de las cuotas de racionamiento está
penalizada. Productos emblemáticos, como el ron, están agotados. El pan
escasea en todo el país.

 

Pero mientras el país atraviesa una de las crisis económicas más graves de
su historia, la isla de Cuba va camino de convertirse en el primer país
latinoamericano en desarrollar su propia vacuna antivírica. De las 70
vacunas contra la Covid-19 que se encuentran actualmente en fase de ensayo
clínico, cuatro son cubanas. Soberana 02 pasará a la fase III el próximo mes
[para estudiar la eficacia y seguridad de la vacuna a gran escala].

 

Si las autoridades reguladoras cubanas dan su aprobación, la campaña de
vacunación masiva comenzará el próximo mes de abril y los investigadores
cubanos esperan poder vacunar a toda la población -11 millones de personas-
antes de finales de año y los laboratorios cuentan con producir 100 millones
de dosis.

 

Linda Venczel, vacunóloga de PATH (ONG sanitaria internacional), ha estado
supervisando la evolución de la vacuna. No le sorprende « en absoluto » que
Cuba haya sido capaz de desarrollar una vacuna. « He vivido en Cuba, por lo
que sé que el Instituto Finlay existe desde hace más de 80 años. [Los
cubanos] fabrican vacunas de gran calidad contra la rabia, la viruela, el
tifus, entre otras enfermedades ».

.

En Cuba no existen movimientos antivacunas similares a los que han florecido
en Europa y Estados Unidos, aunque miembros de grupos minoritarios como los
Acuarios (comunidad cubana cuyos integrantes sólo se tratan con agua) se
niegan a ser vacunados. El doctor Guillén asegura que « se respetarán sus
deseos ». Para dar ejemplo, Guillén se ha inoculado una de las cuatro
vacunas en desarrollo [la vacuna Abdala, que lleva el nombre de un poema de
José Martí], lo que le convierte en una de las primeras personas del país en
recibir una vacuna contra el coronavirus.

 

Desde hace varios meses, los canales cubanos emiten en bucle un videoclip
nacionalista kitsch en el que un coro de niñas rinde homenaje a los
científicos cubanos. El ingeniero y realizador de podcasts Camilo Condis,
conocido por sus altercados en Twitter con los ministros cubanos, se muestra
molesto por « los mensajes triunfalistas que se emiten constantemente »
cuando aún no existe una « vacuna funcional ». Dice tener confianza, pero
asegura que prefiere ser « cauto y esperar a que haya resultados tangibles
».

 

En un país en el que la gente está acostumbrada a cumplir órdenes, es
probable que el requerimiento de vacunarse se haga sentir con fuerza cuando
comience la campaña de inmunización: « Tenemos la opción, pero no tenemos
opción », ríe Yasser Gonzales, empresario ciclista de 33 años. « Es un poco
como el desfile del Primero de Mayo, vendrán a buscarnos a nuestras casas, a
nuestras oficinas si fuera necesario ». Pero, de todos modos, « tiene ganas
de que le vacunen, de que vuelvan los turistas, ni siquiera me planteo no
ponérmela ».

 

Para Gail Reed, editora de MEDICC Review, una revista de revisión por pares
dedicada a la salud pública en América Latina y el Caribe, la gran ventaja
de las vacunas cubanas es que utilizan « ingredientes similares » a los
contenidos en las vacunas ya producidas por Cuba en el pasado. Vacunas que
han demostrado ser « extraordinariamente seguras y eficaces » para acabar
con enfermedades como la hepatitis B y la meningitis B. « Así que no se
trata de una tecnología nueva, y creo que tendrá eco en otros gobiernos, e
incluso en personas del extranjero que puedan tener reservas sobre las
vacunas ».

 

Además de sus músicos, artistas y deportistas, el sistema socialista cubano
considera héroes a los científicos. Y, algo poco conocido en Europa, en las
últimas cuatro décadas la isla caribeña ha desarrollado una potente
industria biotecnológica.

 

El sistema sanitario universal ya estaba sólidamente implantado en aquella
época, pero faltaban medicamentos y equipos sofisticados. ¿Cómo se podían
obtener cuando los suministros estaban obstaculizados por el embargo
estadounidense desde 1962? El gobierno apostó por intentar ser lo más
autosuficiente posible.

 

Así, contra todo pronóstico, en los años 90, cuando la economía cubana se
hundía tras el cataclismo del bloque soviético, el sector de la
biotecnología experimentó un extraordinario auge. La idea, explica el doctor
Mitchell Valdés-Sosa, director del Centro Cubano de Neurociencias y miembro
del Comité Covid, « era que la alta tecnología era nuestra forma de salir de
la crisis. Era una forma de aprovechar todos los esfuerzos que el país ya
había hecho en el campo de la educación ».

 

La industria biotecnológica cubana es ahora un gigante. John Kirk,
especialista en Cuba de la Universidad de Dalhousie (Canadá), lo llama « el
Silicon Valley del sur global ». La veintena de empresas e institutos de
investigación que la componen emplean actualmente a unas 20.000 personas que
trabajan en estrecha colaboración.

 

Los medicamentos que desarrollan son fabricados, distribuidos y
subvencionados por el Estado, y se venden a precios asequibles para todos
los bolsillos. « En comparación con los gigantes del extranjero, la
comunidad científica no es tan grande aquí », dice Valdés-Sosa, cuyo centro
de neurociencia ha estado fabricando hisopos y respiradores desde el
comienzo de la pandemia. « Los estrechos vínculos con el sistema
universitario, los centros de investigación y los hospitales hacen que la
investigación avance más rápidamente. Trabajamos todos juntos ».

 

En un país en el que la anacrónica y pomposa retórica socialista se siente a
menudo alejada del sentimiento popular, el sector de la biotecnología se
encuentra a la altura de sus ambiciones, tanto en el ámbito nacional como
internacional.

 

Desde hace más de 30 años, Cuba exporta sus vacunas y otros medicamentos al
extranjero, a menudo a los países vecinos, a precios muy inferiores a los
del mercado. El país tiene una de las tasas de inmunización infantil más
altas del mundo y produce 8 de las 12 vacunas que se administran a este
grupo de edad. El país « ha desarrollado la primera vacuna eficaz del mundo
contra la hepatitis B, una vacuna contra la fiebre tifoidea y la única
vacuna terapéutica del mundo contra el cáncer, actualmente sometida a
ensayos clínicos en Estados Unidos », precisa Di Fabio.

 

Pero el sector biotecnológico cubano, que desde hace tiempo irrita a su
poderoso vecino del norte, se ve ahora especialmente afectado por el régimen
de sanciones de Estados Unidos.

 

En 2002, John Bolton, entonces subsecretario de Estado de George W. Bush, ya
acusó a la isla de desarrollar un programa « limitado de guerra biológica
ofensiva ». Dos años más tarde, un documento 3 del Departamento de Estado de
EE.UU. (destinado a la planificación de una era cubana post Castro) afirmaba
que « los centros de biociencia [no] son apropiados en términos de escala y
coste para una nación tan fundamentalmente pobre ». Y añadía: « La inversión
en el sector de la biotecnología no se ha traducido en una afluencia
significativa de capital y suscita dudas sobre el tipo de actividades
realizadas ».

 

El peso de las sanciones estadounidenses

 

Decir que los problemas de la economía cubana, anticuada y estancada, se ven
agravados por las sanciones estadounidenses es quedarse corto.

 

A simple vista, el embargo parece simplemente impedir que Cuba comercie con
Estados Unidos. En el ámbito de la sanidad, una excepción permite incluso a
las empresas estadounidenses exportar a Cuba. Pero en la práctica, obtener
este permiso del Departamento del Tesoro implica un proceso tan complicado
que las empresas sanitarias estadounidenses suelen preferir evitar cualquier
intercambio comercial.

 

De este modo, la isla se ve privada de las importaciones de un socio
comercial geográficamente cercano y se ve obligada a buscar más lejos.

 

Tras una relajación de las sanciones con Barack Obama como presidente, la
administración Trump impuso más sanciones que cualquier otro gobierno
estadounidense en los últimos 50 años [en un solo mandato se adoptaron 240
medidas contra la isla]. Todos los principales flujos de entrada de divisas
en el país fueron objeto de ataques: los viajes aéreos de Estados Unidos a
Cuba –y las divisas en dólares correspondientes– se redujeron drásticamente,
las remesas se restringieron y luego se cortaron, y los petroleros
procedentes de Venezuela eran detenidos antes de llegar a la costa cubana.

 

El embargo priva a Cuba del derecho de adquirir materias primas, reactivos,
herramientas de diagnóstico, medicamentos, equipos y piezas de repuesto de
Estados Unidos, que es uno de los líderes del mercado. Una ley estipula que
no se puede vender a Cuba ningún equipo o material del que « más del 10% de
los componentes procedan de Estados Unidos ».

 

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, donde trabaja el Dr.
Guillén, alberga el único espectrómetro de masas del país, imprescindible
para realizar los análisis de las vacunas (que permiten obtener la
autorización de las autoridades reguladoras). La máquina que se utiliza
actualmente para probar las cuatro vacunas cubanas se adquirió hace más de
20 años.

 

Los espectrómetros « que tienen mayor sensibilidad de detección son de
tecnología americana », explica Guillén. Su centro pidió a la empresa
europea Bruker que le vendiera un nuevo espectrómetro, petición que fue
rechazada por considerar que más del 10% de los componentes de la máquina
proceden de Estados Unidos. También es imposible comprar piezas de repuesto
para el antiguo espectrómetro, construido originalmente por la empresa
británica Micromass, pero en estos momentos en manos de la compañía
estadounidense Waters.

 

Pocos días antes de dejar su cargo en enero, el secretario de Estado Mike
Pompeo incluyó a Cuba en la lista de Estados Unidos de países que « apoyan
el terrorismo » (sin aportar ninguna prueba contemporánea que respaldara
esta afirmación). Según los analistas, dicha inclusión estaba motivada por
el doble objetivo de recompensar a los políticos cubano-americanos de
derechas de Florida y de socavar cualquier futura normalización de las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba que pudiera emprender la nueva
administración de Joe Biden.

 

La inclusión de Cuba en la lista estadounidense de terroristas, junto con el
endurecimiento de las sanciones por parte de Trump, « ha hecho que los
bancos desconfíen aún más de los pagos vinculados a Cuba », dijo Emily
Morris, economista británica del University College de Londres especializada
en Cuba. « Como resultado de ello, las empresas europeas o canadienses que
quieren llevar a cabo relaciones comerciales y financieras con Cuba se ven
bloqueadas o se enfrentan a retrasos y a mayores costes de transacción ».

 

En abril de 2020, el empresario chino Jack Ma no pudo enviar guantes,
máscaras y respiradores a Cuba porque la aerolínea Avianca, con sede en
Colombia, que su fundación había contratado para hacer el envío y que es en
gran parte propiedad de inversores estadounidenses, se negó a entregar la
carga a la isla.

 

Ese mismo mes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos pidió a Estados Unidos que levantara el embargo,
señalando que, dada la magnitud de la pandemia, nadie debería verse privado
de una atención médica vital. En vano.

 

Sin embargo, a pesar de estas privaciones, el país ha conseguido evitar
hasta ahora una catástrofe sanitaria.

 

Cuba presenta la ratio médico-paciente más elevada del mundo 3. Desde el
comienzo de la pandemia, todas las mañanas un ejército de médicos de
familia, enfermeras y estudiantes llama a las puertas y rastrea los síntomas
de la Covid-19 entre la población. Si cuentan con graduarse, los 28.000
estudiantes de medicina de la isla se ven obligados a menudo a dar sus
paseos diarios bajo un sol abrasador.

 

Cualquier persona que dé positivo es automáticamente hospitalizada. El
gobierno ha puesto en marcha un estricto régimen de seguimiento de los
contactos: durante los primeros meses de la pandemia, todos los contactos de
los casos confirmados fueron enviados a « centros de aislamiento » públicos
(normalmente escuelas, instalaciones militares u hoteles) donde
permanecieron detenidos durante dos semanas.

 

Estas medidas eficaces y drásticas han dado sus frutos; el año pasado, Cuba
registró 12.225 casos confirmados de coronavirus y 146 muertes, una de las
tasas más bajas del hemisferio norte.

 

Luego, tras la decisión de reabrir los vuelos internacionales en noviembre,
después de siete meses de cierre, el número de casos se disparó. Las
autoridades están luchando ahora contra la peor crisis sanitaria desde el
inicio de la pandemia, con más casos registrados en enero que en todo el año
pasado. Por primera vez desde febrero de 2020, los hospitales de La Habana
están alcanzando su capacidad máxima. Recientemente se introdujo en la
capital el toque de queda a las 9 de la noche.

 

En el ámbito internacional, la respuesta de la isla no ha pasado
desapercibida. A principios de 2020, Cuba ya contaba con 28.500 personal
sanitario trabajando en 48 países. Desde entonces, otros 4.000 médicos y
enfermeras han viajado a 40 países para luchar contra el virus. Cuba tiene
una política de precios escalonados: envía personal médico gratis a los
países más pobres (como Gambia), pero cobra a los países que pueden pagar.

 

La exportación de profesionales médicos es ahora la principal fuente de
divisas del país. Los programas de despliegue de trabajadores cubanos no
están exentos de críticas: el Estado se queda con una gran parte (una media
del 75%) del salario que se les paga, lo que muchos de ellos consideran
desproporcionado e injusto. En 2019, el último año del que se dispone de
datos, la exportación de médicos aportó 5.400 millones de dólares a las
arcas cubanas, el doble que el turismo.

 

Por lo tanto, la exportación de la vacuna podría ayudar al país a salir de
la ruina económica que lo amenaza. Pero los científicos cubanos no descartan
la idea de mostrar « solidaridad médica » con los países pobres.

 

Una situación económica peligrosa

 

Varios países ya han manifestado su interés por las vacunas cubanas. Entre
ellos están Jamaica, Irán, Vietnam, Serbia, India y Pakistán. Soberana 02
comienza ahora la fase III de los ensayos clínicos, conjuntamente en Cuba e
Irán. México está en conversaciones con el Gobierno cubano para participar
también en la tercera fase de los ensayos clínicos.

 

Y mientras muchas vacunas deben congelarse a temperaturas muy bajas (Moderna
a -20 grados, Pfizer-BioNTech a -80/60 grados), las vacunas cubanas se
conservan mejor entre 4 y 8 grados. Por tanto, parecen más adecuados para
los países cálidos o con menor capacidad de refrigeración.

 

La pandemia ha sido desastrosa para el turismo y ha impedido que los
estadounidenses de origen cubano, cuyos dólares sustentan gran parte de la
actividad económica, visiten el país. El Gobierno ha señalado que los
ingresos en divisas representaron sólo el 55% de los niveles previstos el
año pasado.

 

Al borde del colapso financiero, el país ha reducido drásticamente sus
importaciones. Las importaciones de China [principal exportador de
plásticos, productos químicos y medicamentos a la isla] cayeron un 40% el
año pasado, continuando un fuerte descenso en los últimos cinco años.

 

La escasez extrema de casi todos los productos de primera necesidad –desde
jabón hasta analgésicos– está provocando escenas surrealistas. Las colas
para productos básicos como el pollo pueden durar tres días. Y cuando el
Estado declaró el toque de queda para reducir el contagio, impidiendo que
los habaneros salieran de sus casas antes de las 6 de la mañana, muchos se
escondieron detrás de los árboles y debajo de los edificios hasta las 5:59
de la mañana para encabezar las colas.

 

Los científicos cubanos han aprendido a salir adelante con muy poco. El
embargo nunca les ha impedido desarrollar, producir y exportar sus
medicamentos y vacunas a cualquier parte del mundo. Mitchell Valdés-Sosa
explica qué tres elementos han permitido a Cuba hacer frente a la situación:
el capital educativo, el apoyo de su gobierno y con buena « maña ».

 

Su laboratorio fue el primero de la isla en tener un escáner de resonancia
magnética, donado por una universidad holandesa que iba a tirarlo. Lo
repararon: « Los cubanos no sólo son capaces de hacer funcionar coches
viejos... también pueden hacer funcionar equipos viejos ».

 

El doctor Gerardo Guillén, uno de los principales artífices del programa de
vacunación cubano, cobra 300 euros al mes y aún se desplaza en un viejo Lada
soviético azul. Pero está convencido de que « las dificultades son un regalo
para la innovación ». « Cuando lo tienes todo, no tienes que pensar tanto.
Pero cuando debes hacer frente a dificultades, tienes que pensar en nuevas
formas de innovar ».

  _____  

 



-- 
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20210304/e526ff19/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa