Brasil/ Agricultura familiar resiste a la pandemia.y al gobierno. [Mario Osava}

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Mar 6 10:27:31 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

6 de marzo 2021

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Brasil

 

Agricultura familiar de Brasil resiste a la pandemia…y al gobierno

 

Mario Osava, desde Río de Janeiro

Inter Press Service (IPS), 4-3-2021 

http://www.ipsnoticias.net/

 

La agricultura familiar, sometida a políticas adversas en Brasil desde 2016,
sufre también los efectos de la covid-19, pero atenuados, mientras mantiene
su especial papel de auxiliar a los pobres urbanos, particularmente
castigados por la pandemia.

 

Ese segmento produce 70 por ciento de los alimentos consumidos en este país
de 212 millones de personas, y por eso mantener sus cultivos es vital para
superar la crisis. Además sus iniciativas de donar parte de su producción
redujeron la amenaza de hambre en las comunidades urbanas vulnerables.

 

El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), fundado en 1984 en medio
de la lucha por la reforma agraria, se destaca ahora por sus acciones para
mitigar los daños de la covid.

 

Esa reforma comenzó tras el fin de la última dictadura (1964-1985) y
funcionó como un proyecto de redemocratización de la tierra, al que puso fin
explícito el ultraderechista Jair Bolsonaro, al asumir la presidencia en
enero de 2019, aunque en la práctica ya estaba suspendida desde 2016.

 

Producir más para “comer, vender y compartir” es la prioridad del Movimiento
desde que comenzó la pandemia, según Débora Nunes, una de las coordinadoras
nacionales del MST, que vive hace 12 años en uno de los 13 asentamientos
establecido por  la reforma agraria en Atalaia, un municipio de 47 000
habitantes en el estado de Alagoas, en la región del Nordeste, la más pobre
de Brasil.

 

Se siembra para alimentar a las mismas familias agricultoras, para
comercializar los excedentes en las ferias locales y para promover “acciones
de solidaridad” en beneficio de las personas amenazadas de hambre, resumió a
IPS por teléfono desde Atalaia.

 

En Alagoas, desde que comenzó la pandemia y hasta fines de enero, el MST
distribuyó 110 toneladas de alimentos en la capital, Maceió, y en otras
ciudades que enfrentaron situaciones críticas, como las inundaciones en
algunos municipios, la amenaza a las tierras indígenas y las familias
urgidas de  ayuda.

 

Hubo un acercamiento entre la agricultura familiar y los consumidores
urbanos, por las acciones de solidaridad y también gracias a nuevo canales
de venta directa, a través de las redes digitales. La población quiere
alimentos saludables, “sin veneno”, observó Nunes, graduada en ciencias
sociales.

 

Los campesinos de los asentamientos fruto de la reforma que están bajo la
dirección del MST evitan el uso de agroquímicos y están, en el peor de los
casos, “en transición agroecológica”, pero no es fácil liberarse totalmente
del modelo dominante, detalló.

 

Un obstáculo es que el crédito a la agricultura familiar se condiciona a
veces a un paquete que incluye la compra de agroquímicos, se lamentó Nunes.

 

Los asentamientos agrarios en Alagoas suman cerca de 15 000 familias, 40 por
ciento vinculados al MST. De este grupo, compuesto por familias que en
promedio tienen seis hectáreas de terreno, provienen las donaciones de
solidaridad.

 

También en el suroriental estado de São Paulo, el más rico de Brasil,
proliferaron las donaciones solidarias de familias de asentados del MST.

 

Alimentando a los vulnerables de la pandemia

 

Cerca de 27 000 comidas envasadas se distribuyeron en la capital, São Paulo,
a personas que viven en las calles, los sin techo que ocupan edificios sin
uso y otros necesitados. Los alimentos provenientes de asentamientos
beneficiaron a miles de familias en las 10 regiones del MST en el estado,
informó Kelli Mafort, otra coordinadora nacional.

 

Mafort, pedagoga con doctorado en Ciencias Sociales, estimó para IPS en 17
000 las familias asentadas en el estado de São Paulo, a las que se suman
otras 3000 familias que aún viven en campamentos, a la espera de tener
acceso a tierras donde tener “vivienda, comida y trabajo”.

 

La donación de alimentos a las familias que perdieron total o parcialmente
sus fuentes de ingreso por la pandemia salvó millones de brasileños del
hambre.

 

“Brasil tiene 60 millones de personas con déficit alimentario, un alto
precio de la política agraria” que impulsa Bolsonaro, destruyendo conquistas
de décadas anteriores, señaló Alexandre Conceição, representante del MST
ante los poderes públicos en Brasilia.

 

Reforma agraria, el combate del MST

 

El MST se destacó desde su fundación en 1984 por su combatividad en la lucha
por la reforma agraria para democratizar la propiedad y la tenencia de la
tierra, muy concentrada en este país sudamericano de dimensiones
continentales. De hecho, 1,5 por ciento de los propietarios poseen la mitad
del área en manos privadas y una parte importante están ociosas.

 

En la agricultura familiar “somos cinco millones de familias, entre las
cuales 500 000 asentadas por el MST”, subrayó João Pedro Stédile, uno de los
fundadores y coordinadores del Movimiento.

 

Pero durante la pandemia el Movimiento suspendió la ocupación de
“latifundios improductivos”, acción inicial para reclamar el asentamiento de
familias campesinas sin tierra.

 

La Constitución brasileña establece que la propiedad tiene que cumplir una
“función social”. Es la base legal para establecer las tierras disponibles
para la reforma agraria y legitimar las ocupaciones.

 

“No estamos ocupando ahora para no provocar aglomeraciones, no queremos
matar por asfixia”, explicó Conceição a IPS, por teléfono desde Brasilia.
“Luchamos por el auxilio de emergencia y vacunas para todos”, acotó.

 

En el legislativo Congreso Nacional se tramita una enmienda constitucional
que debe aprobar un auxilio de 250 reales (45 dólares) mensuales a los
trabajadores informales y otros pobres que perdieron todos o parte de sus
ingresos. La propuesta es que dure solo cuatro meses. En 2020 ese pago fue
de 600 reales (110 dólares) durante el trimestre julio-septiembre y de la
mitad en el siguiente trimestre.

 

El MST reclama que se sostenga el monto de 600 reales, por ser el mínimo
para que la población pueda mantenerse en confinamiento o distancia física,
y al mismo tiempo alimentarse, arguyó Conceição, aunque los agricultores
familiares fueron excluidos en 2020 de la ayuda, por un veto de Bolsonaro.

 

“La pandemia realzó que la sociedad necesita alimentos saludables, ya que
comer productos con mucho veneno agrícola puede agravar la salud. Tenemos
una ventaja con el trabajo familiar, se puede sembrar sin los riesgos que
corren, por ejemplo, los trabajadores en los frigoríficos”, uno de los focos
de la covid, sostuvo Stédile a IPS.

 

Tres modelos agrarios

 

A su juicio, la agricultura familiar representa uno de los tres “proyectos
que se enfrentan en el uso de los bienes naturales y la tierra” en Brasil
desde hace dos décadas y media.

 

Los otros son el “atrasado latifundio”, que invade la Amazonia y “se apropia
de tierras públicas, minerales, agua, biodiversidad y bosques y los
transforma en mercancía, casi sin trabajo”, y “el agronegocio”, que produce
para la exportación “solo cinco productos: soja, maíz, algodón, caña de
azúcar y ganado”.

 

Estos dos segmentos suman 79 000 grandes propietarios, que poseen 51 por
ciento del área en manos privadas. “Ganan mucho dinero, que no se distribuye
entre la sociedad, acumulan”, y usan demasiados agroquímicos para sustituir
la mano de obra que odian, aseguró Stédile en una entrevista por Zoom desde
São Paulo..

 

Durante los gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores
(2003-2016), se contemplaba tanto el sector del agronegocio como la
agricultura familiar. Había un ministerio para cada segmento, el de
Agricultura y el de Desarrollo Agrario, pero este último se eliminó en 2016.

 

El actual gobierno adoptó una política netamente contraria a los campesinos.
Abolió el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y prácticamente
desactivó el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA).

 

“El PAA era fantástico, aseguraba la compra de alimentos por la Compañía
Nacional de Abastecimiento (del Ministerio de Agricultura). Hubo un período
en que compró 367 distintos tipos de alimentos”, es decir “todo lo que se
produce y hace parte de la rica culinaria brasileña”, nada que ver con los
cinco productos del agronegocio, destacó Stédile.

 

Además los alimentos, dijo, se destinaban a hospitales, centros de
filantropía, guarderías y gente necesitada, en una operación ágil y de bajo
costo logístico, por la cercanía.

 

El gobierno de Bolsonaro destruyó otras políticas que fomentaban la
agricultura familiar, mientras facilitó la apropiación de inmensas áreas por
los grandes hacendados o la legalización de tierras adueñadas de forma
fraudulenta.

 

“Hace cuatro años no se expropian tierras improductivas para la reforma
agraria” y la covid “impone un tiempo de resguardo”. Pero “volveremos con
más fuerza”, espera el fundador del MST, después de la pandemia que reforzó
la importancia de la producción local de alimentos y generó mayor unidad
contra los retrocesos.

 

Agroecología, producción orgánica y ambientalmente sana es otra bandera del
MST. El Asentamiento Mario Lago, donde vive Kelli Mafort, se transformó en
un ejemplo del sistema agroforestal.

 

Pese a las escasas 1,5 hectáreas de cada una de las 450 familias, cerca de
un tercio del área es de preservación ambiental y se mezclan frutales y
“árboles de manejo”, cuya poda provee abono para el suelo, explicó Mafort a
IPS por teléfono desde el asentamiento, a pocos kilómetros de Ribeirão
Preto, una ciudad de 712 000 habitantes.

 

“Cambiamos el paisaje local con la reforestación y no usamos fertilizantes
de afuera”, se orgullo la activista.

 

Además de abastecer la ciudad de alimentos saludables y prestar solidaridad,
el MST en São Paulo “hace trabajo de base”, fomenta huertos urbanos, bancos
populares de alimentos (centros de recepción y distribución de donaciones) y
conocimientos sobre temas alimentarios, concluyó.

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