México/ Mujeres: y la protesta se esparció por la ciudad.[Pie de Página]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Mar 9 17:07:52 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

9 de marzo 2021

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México

 

Mujeres: y la protesta se esparció por la ciudad…

 

Ni la pandemia, ni los muros, ni las diferencias políticas las detuvieron.
Este 8 de marzo, mujeres de todas las edades tomaron la capital del país. En
el Zócalo, en las colonias populares o de clase media, sobre bicicletas o en
autos, se reprodujeron expresiones contra un sistema que oprime y violenta a
las mujeres.

 

María Ruiz/Isabel Briseño/Belén Kemchs/Reyna Haydeé Ramírez/Daniela
Rea/Daniela Pastrana

Pie de Página, 9-3-2021 

https://piedepagina.mx/

 

Nada detuvo la marea morada. Esta vez no se concentró en Paseo de la
Reforma, como el año pasado. Pesaron la pandemia, que sigue activa, la
expectativa de violencia, y las confrontaciones que han dejado entre
feministas la postura del presidente o de expresiones excluyentes de otros
movimientos, como el de las personas trans. 

 

En cambio, el virus de la emancipación femenina se extendió por la
megalópolis y se coló en calles, parques y foros y tomó forma de canciones y
pintas. Derrumbó muros. Lo mismo en el barrio bravo de Tepito, que en el
hacinado y violento municipio conurbado de Ecatepec. Rodó en bicicletas por
Xochimilco. Cambió los nombres de las calles de la colonia Roma. Se escuchó
en la Del Valle y otras colonias con el perifoneo de las fierras fieras.
Cantó Sin Miedo, con tambores. Tomó el Zócalo, con flores un día, con fuego
al otro. 

 

Esta es una crónica a varias manos de algunos momentos.

 

1. La toma de las calles

 

Con los HT #TomaLasCallesNoteCalles y #LasCallesTambiénSonNuestras se
multiplicaron en Twitter las imágenes de mujeres cambiando los nombres de
las calles. 

 

Por toda la ciudad, con pegantinas preparadas previamente o con cartulinas
escritas a mano, los nombres de próceres fueron sustituidos por los de las
mujeres favoritas de las bautistas chilangas.

 

Hoy Pili y yo tomamos las calles en honor a nuestras profesoras. Son mujeres
grandiosas, las admiramos y nos inspiran. #8M2021 #TomaLasCallesNoCalles
#LasCallesTambienSonNuestras https://t.co/Q7ivMRs3gs

— Karla Aburto (@karla_rag) March 9, 2021 

Esta toma de las calles tomó por sorpresa hasta a las protagonistas de la
rebelión: miles de mujeres de la ciudad de México.

 

Luna tiene 17 años y estudia el bachillerato. Junto con sus amigas, este 8
de marzo salió a recorrer las calles de las clasemedieras colonias Roma y
Condesa para pintar y escribir, dejar señales de este momento. Lo que no
esperaba era encontrarse a tantas mujeres haciendo lo mismo.

 

Así describió su día:

 

«Había mucha banda hoy, en todos lados. Nosotras fuimos a un parquecito que
se llama Río de Janeiro, a una estatua (la réplica del David de Miguel
Ángel) unas chicas se subieron y le pusieron un paliacate morado y otro
verde. Abajo había unas niñitas girando el pañuelo de aborto legal, con sus
mamás. Nosotros nos fuimos, básicamente por callecitas. La explanada del
Parque México estaba llena de cosas que habían pegado, no pintas, sino
dibujos, y había unas chicas cantando consignas. De ahí nos fuimos a la
Glorieta de Insurgentes, pero había muchísima luz, mucha gente y bastantes
policías. Entonces nos volvimos al parque, y vimos una caravana de coches
con mujeres en una casa que como que la estaban arreglando y tenía estas
paredes, como de las construcciones. Había un montón de chicas cantando la
Canción sin miedo, de Vivir Quintana, con banderas y pañuelos”.

 

Azul, su compañera de clases y de aventuras, completó la narración: 

 

“Topamos el apoyo de mucha banda. En un lugar que está por el metro donde
había como un millón de hombres, todos así super machitos, se nos acercó una
chica y nos dijo: ‘Sigan con el movimiento’. Otra chica nos dijo: ‘Vivan las
mujeres’. Lo mejor fue en mi edificio, abajo hay un negocio que tiene un
lugar donde podíamos pintar. Empezamos a pintar: somos malas y podemos ser
peores, y una señora pasó y nos dijo: ‘el próximo 8M van a ser ellos los que
tengan miedo’”.

 

La casa donde vieron la caravana de autos, era la de Andrés Roemer,
exembajador de la Unesco que acumula denuncias por violación. Pero Luna y
sus amigas lo supieron muchas horas más tarde, cuando la protección que
había sido colocada el día anterior fue derrumbada. 

 

«No puedo creerlo: ¡pintamos la casa de un violador!», contó la joven
emocionada. «Creo que lo que más me gustó fue ver el apoyo de tantas morras.
Te hacen sentir más fuerte».

 

2. Ecatepec: “Vamos a poner el cuerpo por todas”

 

Por segundo año, la marcha del 8 de marzo se extendió a la periferia. En
Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México y con la mayor
violencia contra las mujeres, fueron poco menos de un centenar las que
caminaron desde el espacio cultural Casa Morelos hacia el Palacio Municipal.


 

«El año pasado fue más grande, pero por la pandemia muchas decidieron no
marchar”, explicó una de las manifestantes encapuchadas que guiaba las
consignas.

 

Bajo el sol y entre pancartas, pararon el tráfico en avenida Revolución, por
donde pasa el Mexibús de la línea 2, ante los reclamos de automovilistas:
“Que se esperen, como esperan las familias, como esperan las madres, las
hijas de las 11 mujeres que asesinan al día. Que se esperen. ¡Por que vivas
se las llevaron y vivas las queremos!”.

 

Llegaron a un palacio municipal tapiado con vallas metálicas grises.
Derribaron una las vallas que rodeaban las estatuas de tres hombres: José
María Morelos, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros. Les pintaron
consignas: “violadores, feminicidas, ni una más, aborto legal”. 

 

Rompieron los vidrios y pintaron los muros del palacio. Gritaron “¡fuimos
todas!”. Cantaron Canción sin miedo. “El año pasado no hicimos pintas. Sus
vallas fueron una provocación”, dijo otra joven.

 

“Siempre ha sido la concentración en la Ciudad de México, han hecho ese
espacio ahí. Acá realmente es el segundo año. Ya lo estamos haciendo y esa
es una ventaja que ya estamos abriendo acá también y que en algún momento
así como nosotras acudimos allá, ellas también vengan para acá. Eso es lo
que nos está haciendo falta. Ahorita somos un mínimo pero aquí estamos
gritando y eso es lo que importa, que se empiece a oír en otros lados, no
na’más en uno, que no se centralice. Ahí vamos caminando, poco a poco”, dijo
Sacrisanta Mosso, madre de Karen y Erick, asesinados en 2016. 

 

Luego de la protesta, algunas se trasladaron a la Ciudad de México.
Caminaron del Palacio Municipal al Mexibús, trasbordaron entre líneas,
recorrieron de punta a punta la línea de Central de abastos a Indios Verdes.


 

“Muchas veces nos trasladamos nosotras y pues no vemos esa respuesta de
ellas a acá pero no nos importa, vamos a acompañar sin enojos, ni rencores,
ni nada. Vamos a poner el cuerpo por todas”, dijo una de ellas. 

 

En el Metro pusieron música y algunas terminaron sus pancartas.

 

En la capital, caminaron, por Juárez, con sus pancartas y se nombraron: “¡Yo
soy!, ¿Quién? ¡La de Ecatepeeec, la de Coacalco, la de Neza, la de Toluca,
la periférica!” En el Zócalo, se perdieron entre la multitud. 

 

3. Desde el sur, llegaron rodando

 

Mujeres del sur de la Ciudad se unieron a la protesta arriba de sus
bicicletas. Llegaron de Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta e Iztapalapa. La
protesta comenzó a las 10 de la mañana con la intervención de la Rotonda de
los Personajes Ilustres de Xochimilco, ubicada en la avenida Guadalupe I.
Ramírez.

 

Inaugurada en 2008, esta glorieta rinde homenaje a las personas ilustres
originarias de la alcaldía. Pero de los cinco bustos dedicados a
personalidades, sólo uno es de una mujer: Dolores Olmedo (1908 – 2002). Por
eso, las asistentes destacaron la labor de “mujeres ilustres vivas, libres e
iguales”, a quienes les dedicaron  grandes pendones de lona con sus
fotografías.

 

La construcción de la Plaza Comercial Paseo Tláhuac y el impacto ambiental
que esto tendrá en sus comunidades es una de sus más grandes preocupaciones;
por lo que luego de una caminata alrededor del Barrio San Antonio, las
mujeres organizaron un simposio sobre los peligros que corre el humedal. 

 

Pasado el mediodía, las más jóvenes tomaron sus bicicletas para dar una
rodada ciclista de poco más de 11 kilómetros desde la Rotonda hasta Foro
Aztecas, en la Alcaldía Coyoacán. Ahí, 15 mujeres participantes se
distribuyeron a lo ancho de la calle y gritaron consignas, frente a los
reclamos de automovilistas y motociclistas. 

 

La “8M Jornada por la Mujer”, incluyó actividades y charlas libres sobre
autodefensa de la mujer, un taller práctico para saber librarse de
situaciones de peligro; poesía, canto, taller de barro, técnicas de acuarela
y hula hoop.

 

«Presidente, rompa el pacto» fue una de las consignas en la marcha del 8M

 

4. La sordera en el Palacio

 

Argentina Casanova fue una de las asistentes a conmemorar el #8M2021, en la
conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esperaba
tener la oportunidad de dirigirse al mandatario. Llevaba un discurso
preparado. Le habían prometido que tendría oportunidad de hablar. Iba a
hablar de la persecución y acoso contra las defensoras de derechos humanos y
contra organizaciones feministas. Pero al final, sólo la invitaron a
retratarse con él. Por eso ella decidió no salir en la foto.

 

“No las escuchó. En todo el país es muy grave la situación de la violencia
contra las mujeres y creo que es importante que el presidente se siente a
escuchar a las mujeres. Y sobre todas estas formas de violencia que se están
ejerciendo en contra de las mujeres que acompañamos, como aquellas que
tienen derecho a decidir sobre el aborto”, dijo la activista, quien coordina
la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México. 

 

A la conferencia del presidente, realizada en el Palacio amurallado,
acudieron una veintena de invitadas especiales: mujeres que ocupan un cargo
en el gabinete, que se presume como el primer gabinete paritario en la
historia, y funcionarias de alto nivel encargadas de diseñar las políticas
de género.

 

Pero ninguna hizo eco a los reclamos de miles de mujeres que ocuparon las
calles y las redes sociales. Por el contrario, las protestas en la calle
unificaron un discurso en defensa de las acciones realizadas por el gobierno
para eliminar la violencia contra las mujeres.

 

“Tenemos la convicción de que la transformación nacional que está en marcha
es feminista», expresó, por ejemplo, Nadine Gasman la presidenta del
Instituto Nacional de las Mujeres, quien tiene una larga trayectoria en la
defensa de los derechos de la mujer.

 

El mandatario, por su parte, insistió en que las vallas de acero colocadas
alrededor de Palacio Nacional en vísperas de las marchas de mujeres por el
#8M2021 eran para inhibir la violencia y proteger a las manifestantes.

 

“Hay muchas maneras de protestar en forma pacífica, incluso de alzar la voz
y hasta de insultar, pero no tirar bombas, no usar martillos, no incendiar,
porque eso es lo que quisieran los conservadores. Antes no había esas
protestas, empezaron con nuestro gobierno, porque, valiéndose de un
movimiento justo, noble, se aprovechan para lanzarse en contra del
gobierno”; externó.

 

Después dejó a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien
destacó el participar en el primer gabinete paritario.

 

“México sigue teniendo una deuda histórica con las mujeres. El trabajo de
todas es digno de celebrarse aun cuando no sea todavía suficiente. Tenemos
una deuda con las mujeres, con todas las mujeres”, dijo la exministra, que
impulsó la creación de la Unidad de Género y el premio de periodismo y
género y justicia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

 

Con aerosoles y fuego, algunas manifestantes hicieron frente a los ataques
de gas lacrimógeno y bombas de humo.

 

5. «Se buscaaaan personaaaas aliadaaaas, guerreraaaas, luchonaaas…»

 

Este 8 de marzo comenzó en realidad el 7 de marzo. Las distintas expresiones
de mujeres para nombrar, exigir, pelear, reivindicar los derechos y las
posibilidades de vidas dignas. 

 

Comenzaron con la escritura de los nombres de mujeres asesinadas sobre las
vallas que cubrían Palacio Nacional, bajo el lema “Víctimas de feminicidio”,
y la proyección sobre las paredes del edificio histórico de las frases
“México feminicida”, “Aborto legal ya”, Un violador no será gobernador”. 

 

Continuaron con la irrupción del espacio sonoro de la Ciudad de México (y
muchas otras ciudades del país); la colectiva anónima Fieras Fierras convocó
a María del Mar Terrón, cuya voz nos anuncia la compra de colchones,
tambores, fierro viejo y en lugar de ese anuncio que ya es parte de la vida
cotidiana de la ciudad, entonó consignas por la lucha de las mujeres:

 

La idea estalló con tal fuerza, que mujeres desde el domingo 7 comenzaron a
descargar los audios por su cuenta y “perifonear” la ciudad a bordo de sus
bicicletas. El 8M el Partido Verde de México, oportunista, plagió la idea de
Fieras Fierras y realizó también perifoneo. Fieras Fierras publicó un
comunicado en el que decía:

 

“El Partido Verde Ecologista de México y la agencia ‘creativa’ Agüita de
Limón quisieron apropiarse de nuestro concepto para fines
político-partidistas. Sabemos, porque sí lo sabemos, que ellos grabaron su
audio el sábado.  Queremos dejar claro que, tanto el partido político como
la agencia son ajenos a nosotras y a este movimiento. Quienes intentan
apropiarse de una creación como esta desconocen la fuerza y la potencia que
tienen las redes que hemos tejido. En nada se parece esto que nos une a sus
discursos de política vacía. En nuestras reuniones y asambleas es donde
florecen la rabia y la esperanza.  Este arrebato oportunista no tendrá el
eco de nuestras voces”.

 

6. La fragmentación de la marcha

 

Estaba previsto que la protesta iniciara alrededor de las 4 de la tarde pero
el llamado se adelantó. eran casi las dos cuando la Plaza de la República
comenzó a teñirse de color violeta, con paliacates que se vendían a 30
pesos. Pero en pocos minutos el morado de la plaza se pintó de negro, que
era el color que portaba la mayoría de las mujeres que acudió al llamado. 

 

El elevador de cristal que da acceso a la parte alta del Monumento a la
Revolución fue protegido por vallas de madera que echaron abajo algunas
participantes. Luego comenzaron a caminar hacia la avenida Reforma. 

 

“Nos van a encapsular”, advirtió una chica cuando apareció un grupo de
elementos de la policía ciudadana, y cientos de mujeres comenzaron a correr
sin que nadie las siguiera. 

 

Durante la marcha todo transcurrió normal. Los gritos resonaban en la
avenida Juárez. “¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!” y “¡Mi cuerpo es mío y
yo decido!”.

 

Un contingente que salió desde el Monumento a la Revolución se reunió frente
al Palacio de Bellas Artes con otros dos contingentes provenientes de la
Estela de luz y de la glorieta del caballito. Tomadas de la mano
cuestionaban: “¿Qué nos ven’”, a los espectadores que las observaban desde
las ventanas de los negocios de la calle 5 de Mayo, por donde accedieron a
la plancha del Zócalo.

 

La marcha del 8M fue una marcha extraña, que no se sintió como una sola
marcha, sino que fue fragmentada: mientras había un contingente en el Zócalo
intentaba derribar las vallas y sufría gaseadas por ello; otro intentaba
ingresar a la plancha y fue encapsulado en el cruce de Hidalgo y Reforma; y
uno tercero se congregaba en el Monumento a la Revolución para apenas salir.
Todo esto como resultado de los bloqueos y encapsulamientos que realizaron
las policías de la Ciudad de México, como si trataran de asfixiar el flujo y
el caminar de las manifestantes. Aun así, hubo fiesta, cantos, tambores,
reivindicación de los cuerpos negados y de las vidas violentadas. 

 

La Brigada Humanitaria de Paz Marabunta registró a lo largo de la jornada
los distintos encuentros entre autoridades y manifestantes. Recogió
distintos tipos de proyectiles que eran disparados por las policías de la
Ciudad de México, con los que se intentaba alejar a las manifestantes pues
expulsaban gas pimienta.

 

“Ayuden a tuitear que se interrumpa la violencia, estamos haciendo esta
petición para que se interrumpa la violencia, pedir que dejen de arrojar
estos artefactos que no solo detonan, sino que (…)” la transmisión se
interrumpe porque un grupo de mujeres llegó a pedir ayuda para localizar a
la joven Biridiana Salazar quien habría sido detenida por la policía.

 

“Seguimos esperando acciones para frenar la violencia, vemos que lanzan
piedras (las autoridades) porque como están los bomberos ya no están
lanzando sus artefactos incendiarios que fueron muy peligrosos. No
entendemos  qué espera la jefatura de gobierno para acabar con la
violencia”, decía en la grabación en vivo de Facebook de Marabunta.

 

Una integrante de Brigada Marabunta golpeada relata que autoridades están
usando armas blancas, agreden y no respetan protocolos de actuación

 

6. El Zócalo: entre el fuego y el canto

 

En la plancha del Zócalo fue una jornada larga. Al llegar a la plaza, los
grupos corrieron directo al muro que rodeó a Palacio Nacional. Intentaron
derribarlo con lo que podían. “El que no brinque es macho”, decían.

 

La culminación de la marcha fue después de las seis de la tarde con la
dispersión de las y los asistentes.

 

Diversos grupos de mujeres entraban y salían de la zona más cercana a las
vallas, pero el muro era muy grande. Durante varias horas las energías se
enfocaron en hacer realidad la consigna: “no se va a caer, lo vamos a
tirar”, pero las bombas de humo de colores y el gas que rociaron en
repetidas ocasiones los elementos de seguridad -que no solamente eran
mujeres- afectaron más de una vez la piel, ojos y nariz de quienes estaban
cerca.

 

Desplazados la comunidad triqui de Tierra Blanca, Oaxaca, que permanecen en
un campamento en el Zócalo desde hace mas de un mes, tuvieron que ser
auxiliados por paramédicos varias veces. 

 

Luego, la presencia de hombres que parecían armados desde el techo del
Palacio Nacional causó asombro y temor. Luego se supo que las armas que
parecían rifles eran más bien para derribar drones que se acercaran a la
zona.

 

Pero en otros lugares del Zócalo, también había canto y tambores. Sonó de
nuevo el Canto Sin Miedo.

 

Luego de varias horas, cuatro vallas se vinieron abajo. “¡Sí se pudo!”,
gritaron las jóvenes. 

 

Alrededor de las 6 de la tarde, las manifestantes encendieron una fogata
cerca del asta bandera. Tomadas de las manos, las mujeres cantaron y
gritaron protestas. Incendiaron dos maniquíes que fueron cargados por dos
compañeras hasta el muro, donde ya había otra fogata con escudos
antidisturbios y donde fueron depositados los cuerpos de plástico que se
terminaron de quemar al caer la noche. 

 

Era el fin de la manifestación anunciada por el acordonamiento del “muro de
la paz” por parte de elementos de los derechos humanos.    

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