Biografía/ Los exilios de Zina Bronstein, la primera hija de Trotsky. [Andrea D'Atri]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Mar 28 02:13:07 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

28 de marzo 2021

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Biografía

 

Los exilios de Zina Bronstein, la primera hija de Trotsky

Cuando se cumplen 120 años del nacimiento de la primera hija de León
Trotsky, trazamos algunas líneas de su trágica biografía signada por los
exilios, los destierros y los asesinatos de todos los miembros de su
familia.

 

Andrea D'Atri *

La Izquierda Diario, 27-3-2021

https://www.laizquierdadiario.com/

 

En 1901, el célebre científico ruso Iván Pavlov iniciaba sus investigaciones
sobre el reflejo condicional. Rusia participaba de la alianza imperialista
que invadía China para sofocar la Rebelión de los Boxers. Con casi
doscientos mil soldados, el zar pretendía asegurarse sus ferrocarriles en
Manchuria. Sus pretensiones muy pronto chocarían con los intereses también
imperiales de Japón y desatarían la guerra en 1904 que, como sabemos, fue
partera de la revolución rusa de 1905. Pero esa es otra historia.

 

El exilio desde la cuna

 

El 27 de marzo de 1901, en Ust-Kut, en plena Rusia asiática, nacía Zinaida
Bronstein. Era la primera hija de la revolucionaria Alexandra Sokolovskaya y
su pareja, León Bronstein, conocido por su seudónimo "Trotsky" desde hacía
dos años. Alexandra había sido su dirigente en los primeros círculos
revolucionarios y cuando tuvieron la certeza de que serían deportados, no
dudaron en casarse en prisión para que los enviaran al mismo destino.

 

Al año siguiente, nació su hermana Nina y su padre escapó con ayuda de
Alexandra, para unirse con Lenin en el exilio de Londres. Zina y Nina fueron
acogidas por sus abuelos paternos, mientras su madre permanecía en el exilio
hasta la revolución de 1905 cuando fue liberada por un breve período, antes
de ser deportada nuevamente cuando el levantamiento fue sofocado por las
tropas del Zar. Nuevamente una revolución rompió los candados de su prisión,
en febrero de 1917, cuando pudo volver a reunirse con sus hijas, ya
adolescentes, en Petrogrado.

 

Alexandra no fue la primera miembro de la familia en caer en desgracia y por
eso, terminó criando a sus nietos, los hijos de Nina, cuando esta muriera de
tuberculosis en junio de 1928, apenas poco después de que Trotsky fuera
deportado por orden de Stalin.

 

Maridos exiliados

 

Después de la revolución de 1917, Zinaida se casó con Zakhar Moglin, con
quien tuvo una hija, Alexandra, pero se divorció rápidamente y volvió a
casarse con Platon Volkov con quien tuvo un hijo, Esteban.

 

Como su padre, como su madre y todos los miembros de su familia, Zina fue
activa militante en la Oposición de izquierda, más tarde cuando, después de
la muerte de Lenin, avanza la burocratización del partido y del estado
obrero.

 

Platon Volkov fue arrestado y enviado al exilio, el mismo año en que murió
Nina, la hermana de Zinaida. Su destino, como el del primer marido de Zina,
y también el marido de Nina y de miles de oposicionistas al régimen
burocrático de Stalin, fue la deportación, la prisión y finalmente, la
ejecución y el entierro en fosas comunes durante la "Gran Purga" de 1936.

 

Exiliada por orden de Stalin

 

Para 1930, Zina obtiene permiso de la burocracia stalinista para abandonar
la Unión Soviética junto con su pequeño hijo Esteban y visitar a su padre
exiliado en Turquía. Arrastraba tras de sí la temprana muerte de su hermana,
los destierros de su madre y de su padre en distintos puntos del planeta, la
deportación con paradero desconocido de su cuñado, del padre de su hija, del
padre de su hijo. Y sobre esta tragedia familiar llega la orden del régimen
de Stalin de quitarle la nacionalidad a ella como a toda su familia aún
sobreviviente. El golpe fue definitivo.

 

El 22 de octubre de 1932, Zinaida abandona Turquía para dirigirse a Berlín.
Allí, su hermanastro León Sedov -hijo de Trotsky con Natalia Sedova-
militaba clandestinamente manteniendo la comunicación con los oposicionistas
que aún permanecían en la Unión Soviética.

Un alma en el exilio

 

En Berlín, Zina comenzó un tratamiento psicoanalítico para tratar su
depresión. “Zinaida Lvovna Bronstein (...), enferma, logró partir para el
extranjero, donde pronto habría de suicidarse. Se parecía rasgo por rasgo a
su padre, con una viva inteligencia y una gran firmeza de alma. Su marido,
Volkov, estaba para siempre en la cárcel.", relata Víctor Serge, en su
Memorias de un revolucionario.

 

Era el 5 de enero de 1933. Apenas veinticinco días después, el presidente
Paul von Hindenburg nombraría a Adolf Hitler, canciller de Alemania. El hijo
de Zina, con siete años, asistía en soledad al ascenso del nazismo que
traería millones de muertes que se sumarían a las que ya llevaba a cuestas a
su corta edad. Enviado a vivir con su tío León Sedov, clandestino en París,
permaneció con él un corto tiempo antes de que éste muriera en
circunstancias extrañas en una sencilla intervención quirúrgica. Otro
asesinato de los agentes stalinistas que Trotsky tuvo que investigar por sus
propios medios. Finalmente, se reunió con su abuelo y su esposa Natalia en
México, donde aún vive.

 

“El 5 de enero, Zina se suicidó con gas en Berlín. Fue encontrada muerta a
las dos de la tarde. Liova envió a Natalia un telegrama que llegó el 6,
apenas nos levantábamos de la mesa, después del almuerzo. Si mal no
recuerdo, fue Pierre Frank el que estaba entonces de guardia y llevó el
telegrama a Natalia, cuando ella alcanzaba el primer piso. Trotsky y Natalia
se encerraron inmediatamente en su habitación, sin decirnos nada. Nos dimos
cuenta de que algo grave había pasado, no sabíamos qué. Nos enteramos de la
noticia por los diarios de la tarde. En los días que siguieron, Trotsky
entreabría de tanto en tanto la puerta de su habitación para pedir una taza
de té. Cuando, unos días más tarde, salió para ponerse de nuevo a trabajar,
tenía los rasgos devastados. Dos profundas arrugas se le habían formado a
cada lado de la nariz y le enmarcaban la boca. Su primer trabajo fue dictar
una carta pública dirigida al Comité Central del Partido Comunista ruso en
la que hacía recaer la responsabilidad de la muerte de su hija sobre
Stalin”. Con crudeza, Jean Van Heijenoort, colaborador de Trotsky en el
exilio, describe en su libro Con Trotsky: de Prinkipo a Coyoacán, el oscuro
momento en que el padre recibe la trágica y devastadora noticia.

 

"La pérdida de la ciudadanía soviética y, con ello, la única esperanza de
volver a un ambiente normal y recuperarse, junto a su expulsión de Berlín
(indudablemente un servicio que la policía alemana le prestó a Stalin) no
constituyen más que un acto de venganza miserable y estúpido. Mi hija
conocía perfectamente su situación. Sabía que no podía estar segura en manos
de la policía europea, que la perseguía a pedido de Stalin. Era consciente
de ello, y murió el 5 de enero. Se califica a esa muerte de ’voluntaria’.
No, no fue voluntaria. Stalin la obligó. Me limitó a informar, sin sacar
conclusiones. Ya vendrá el momento de hacerlo. El partido regenerado lo
hará". Con estas palabras, Trotsky cierra la carta pública que dirige al
Comité Central del Partido Comunista ruso.

 

A 120 años de su nacimiento

 

Como una Antígona del siglo XX, la figura de Zinaida Bronstein se yergue
sobre el escenario de la gran tragedia de la revolución traicionada que
abrió paso al fascismo en Europa. Pero, también, devela el combate que
centenares de miles de revolucionarios dieron hasta ver agotadas sus
fuerzas, para torcer el rumbo impuesto por los epígonos de Stalin.

 

A 120 años de su nacimiento, rendimos homenaje a una de las nuestras. Zina
Bronstein, las futuras generaciones librarán a la vida y el espíritu humano
de las oscuras y también invisibles cadenas que hoy las aprisionan. Y la
memoria de esta tragedia histórica, que tu hijo Esteban aún custodia en
Coyoacán, se transformará en apenas un doloroso episodio de la Historia. 

 

* Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la
investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los
Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el
movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina,
que también tiene presencia en otros países de América Latina, Estados
Unidos y Europa. Autora de varios libros y columnista en diversas
publicaciones.  

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