Uruguay/ Una mirada a la pandemia con lentes de género. [Marina Lejtreger]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Mar 28 02:16:25 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

28 de marzo 2021

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Uruguay

 

Una mirada a la pandemia con lentes de género 

 

La opinión de las mujeres y los varones durante la pandemia de covid-19.

 

Marina Lejtreger 

La Diaria, 27-3-2021 

https://ladiaria.com.uy/

 

A lo largo de la pandemia de covid-19 cada vez han sido más las encuestadas
por la Usina de Percepción Ciudadana que afirman que la situación de
emergencia sanitaria afecta más a las mujeres. Así, mientras en junio de
2020 43% de las encuestadas declaraban estar de acuerdo con que las mujeres
son las más afectadas, esa proporción alcanzó 66% en marzo de 2021. La
percepción de los varones se mantuvo relativamente estable durante el mismo
período, con una proporción siempre menor al 40% que declara estar de
acuerdo con esa afirmación. 

 

Pero ¿cómo es posible que las mujeres se sientan más afectadas si el virus
no discrimina por género? De hecho, los resultados del “Informe
epidemiológico covid-19” del Ministerio de Salud Pública actualizado al 21
de marzo de 2021 muestran que los varones (48% del total de la población)
están sobrerrepresentados en la población hospitalizada en cuidados
intensivos por covid-19 (60%) y, en menor medida, en el total de personas
fallecidas a causa de este virus (53%). 

 

Esta aparente inconsistencia se empieza a desentrañar cuando la pandemia se
aborda más allá de una perspectiva sanitaria y se analiza de forma
multidimensional, considerando sus consecuencias socioeconómicas, materiales
e inmateriales. Cerrando el mes de la mujer, una mirada con lentes de género
a los relevamientos de opinión de la Usina de Percepción Ciudadana,
iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y
la diaria datos, puede ayudar a comprender la interacción de la pandemia con
los condicionantes patriarcales que afectan distintas esferas de la vida de
varones y mujeres, desde la salud a la división sexual del trabajo
(remunerado y no remunerado) y los imaginarios de futuro.

 

Las mujeres tienen mayor percepción del riesgo y se cuidan más

 

A lo largo de toda la pandemia, comparadas con los encuestados varones, las
mujeres del panel tuvieron una mayor percepción del riesgo potencial
presentado por la covid-19.

 

Consultados acerca de si tenían preocupación por la enfermedad y su impacto
en familiares cercanos, la mayoría de los encuestados de ambos sexos
contestaron positivamente. Sin embargo, las mujeres siempre declararon una
mayor preocupación, aunque la diferencia con los encuestados varones
disminuyó de casi 20 puntos porcentuales al inicio de la pandemia a menos de
diez puntos porcentuales en noviembre de 2020, cuando los casos de
infectados por covid-19 habían empezado a dispararse en el país. 

 

Esta mayor preocupación por parte de las mujeres se tradujo también en
diferentes comportamientos asociados a la prevención del contagio. A lo
largo de 2020 las mujeres declararon usar tapabocas para salir a la calle e
incorporar el distanciamiento físico en mayor medida que los encuestados
varones. Además, en febrero de 2021, 64% de las encuestadas acordaban que el
uso universal de tapabocas es una medida muy eficaz y 74% declaraba estar
muy de acuerdo con la obligación de llevar tapabocas en espacios públicos
cerrados, frente a 47% y 65%, respectivamente, de los varones del panel.

 

Los datos de Uruguay coinciden con los resultados de una encuesta publicada
por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos aplicada en abril de
2020 a personas de ocho países desarrollados. Los investigadores buscaban
encontrar explicaciones para la diferencia que ya se vislumbraba a nivel
internacional en los niveles de incidencia grave y fallecimiento por
covid-19 entre varones y mujeres. En todos los países que participaron de la
encuesta se constataron brechas de género en la aplicación del
distanciamiento físico, el uso de máscara y el cubrimiento de la tos con la
parte interna del codo. Sistemáticamente los varones cumplían menos con las
prescripciones de salud pública de sus países que sus conciudadanas mujeres,
exponiéndose más a la contracción del virus.

 

Estos resultados, a su vez, se asocian con estudios previos que muestran que
las mujeres tienen mayor aversión al riesgo que los varones en distintos
ámbitos, y que los varones están condicionados por una construcción de la
masculinidad asociada a la figura del macho que es más displicente al riesgo
y sus consecuencias. Por tanto, hay determinantes de la salud y la
percepción del riesgo vinculados al género que conllevan a actitudes
diferenciadas entre varones y mujeres, siendo más riesgosas las de los
varones. 

 

Llegar a fin de mes: más difícil para las mujeres

 

La pandemia trajo nuevas formas de trabajar para todos e impactó en las
diferencias preexistentes entre varones y mujeres en el mercado laboral. 

 

Si bien el teletrabajo nunca fue la modalidad más utilizada entre las
personas encuestadas, el porcentaje de personas que teletrabajan fue en
aumento a lo largo de la pandemia. Al inicio, sólo aproximadamente 10% de
los encuestados declaraban que siempre habían teletrabajado, mientras que en
marzo de 2021 las personas de ambos sexos que siempre teletrabajan alcanzó
15%.

 

La segregación por sexo es clara respecto de la cantidad de horas semanales
trabajadas. Entre abril y diciembre de 2020, los varones encuestados por la
Usina declararon estar empleados “40 o más horas”, 20 puntos porcentuales
por encima de las mujeres. Estos datos coinciden con las tasas de empleo del
Instituto Nacional de Estadística (INE) por sexo.

 

Como es previsible, las desigualdades en el mercado de trabajo están
asociadas a diferencias de ingresos. Así, mientras en febrero de 2021 26% de
los varones declaró que sus ingresos mensuales “les alcanzaron para los
gastos necesarios de cada mes y hasta pudieron ahorrar algo”, solo 14% de
las mujeres pudo afirmar esto. Como contracara, 18% de las encuestadas
declaró que “no les alcanzó para cubrir gastos necesarios ningún mes”,
frente a 9% de los varones. La mayor parte de los entrevistados respondió
que el ingreso del mes “les alcanzó para los gastos necesarios de cada mes,
pero no pudieron ahorrar nada” o que “no les alcanzó para cubrir gastos
necesarios durante algunos meses”.

 

Estos resultados ayudan a entender por qué, si bien la mayoría de los
encuestados apoya la aplicación de una renta básica transitoria, siempre han
sido más las mujeres que apoyan la aplicación de una medida de este tipo. 

 

Trabajo no remunerado

 

Los relevamientos de opinión de la Usina constatan lo que otros estudios han
dicho sobre la desigual distribución del trabajo no remunerado y su
evolución durante la pandemia. Así, a lo largo de todas las consultas,
siempre han sido más los varones que declaran dedicar menos de dos horas
diarias a tareas de cuidados y tareas del hogar, mientras que son más las
mujeres que reportan una dedicación superior a dos horas. 

 

La Encuesta sobre Niñez, Género y Uso del Tiempo encomendada por ONU
Mujeres y Unicef muestra que las horas destinadas al trabajo no remunerado
se incrementaron notoriamente durante la pandemia para ambos sexos, debido a
las crecientes demandas de cuidados originadas, especialmente, por el cierre
de escuelas y liceos y las mayores demandas de adultos mayores. La brecha
relativa de trabajo no remunerado entre varones y mujeres se mantuvo
estable, siendo la carga promedio de las mujeres 76% superior a la de los
varones. Sin embargo, en términos absolutos esto implica que la pandemia
amplió la brecha de género en horas promedio diarias de trabajo no
remunerado de 3,0 a 3,5 horas.

 

Estos datos explican las percepciones diferenciales respecto del teletrabajo
durante la pandemia, constatadas por la Usina. Así, consultados acerca de
cómo se sienten haciendo teletrabajo, el panel presenta importantes
variaciones a lo largo del tiempo. Sin embargo, la diferencia por sexo que
se mantiene estable en el período observado es entre quienes se sienten “más
productivos” teletrabajando: la proporción de varones es cerca del doble que
la de mujeres. Esto puede estar asociado a las dificultades que enfrentan
las mujeres para compatibilizar el teletrabajo con las crecientes demandas
de cuidados y la insuficiente redistribución de cuidados con los varones del
hogar. 

 

Además, tal como lo plantea el estudio de ONU Mujeres y Unicef, la
interacción entre la creciente demanda de cuidados ocasionada por la
pandemia, la desigual distribución del trabajo no remunerado entre varones y
mujeres y la brecha salarial de género en el mercado de trabajo también
puede estar afectando desproporcionadamente los niveles de empleo de las
mujeres fuera del hogar. Así, una hipótesis es que, en los hogares donde se
debió reducir la carga de trabajo remunerado para hacer frente a nuevas
demandas de cuidados, se haya privilegiado preservar el trabajo de los
varones, de acuerdo con la división sexual del trabajo existente y al mayor
ingreso que generalmente ellos reciben. De ser así, esto estaría agravando
la ya reportada insuficiencia de ingresos por parte de las mujeres del panel
y lesionaría aún más su autonomía económica.

 

El futuro: mayor pesimismo entre las mujeres

 

La desigual forma en que la pandemia ha afectado a varones y mujeres no sólo
impacta en sus percepciones acerca de quiénes son los más afectados por la
pandemia en la actualidad, sino también en sus imaginarios sobre los futuros
posibles.

 

Consultados acerca de cómo consideran que será su situación económica
personal y familiar el próximo año, la mayoría de los encuestados de ambos
sexos considera que será igual o peor. Sin embargo, mientras que 20% de los
varones estimó que sería mejor, sólo 14% de las mujeres coincidió con este
pronóstico. 

 

Saliendo de la percepción personal y familiar, los encuestados tienen una
percepción aún más pesimista acerca de cómo será la situación económica del
país el próximo año, y las mujeres son quienes pronostican peores
escenarios. En tanto 53% de los varones dice que la situación económica del
país el próximo año será peor, este porcentaje aumenta a 63% en las mujeres.

 

Es posible que el impacto desigual de la pandemia tenga impactos más amplios
en los imaginarios de los uruguayos y las uruguayas. Consultados acerca de
cómo creen que vivirán las personas en 2045 en comparación con su situación
actual, 38% de los varones afirmaron que el futuro será mejor, mientras que
sólo 24% de las mujeres declararon esto.

 

Dar forma a la realidad y el futuro

 

Los resultados de la Usina de Percepción Ciudadana muestran que los
condicionantes patriarcales implican un impacto desigual de la pandemia
entre varones y mujeres, en distintas esferas de la vida. La menor aversión
al riesgo expone a los varones (y sus entornos cercanos) a una mayor
exposición al virus que causa la enfermedad de la covid-19. La brecha de
género existente en el mercado de trabajo, así como en la desigual
distribución de cuidados, afecta especialmente a las mujeres en el contexto
de pandemia, debido a que previamente ya tenían menores niveles de
ocupación, percibían menos ingresos en comparación con sus pares del sexo
masculino y se hacían cargo de 75% más del trabajo no remunerado que los
varones. El impacto desigual de hoy configura además distintos escenarios de
futuro personales y colectivos, de corto y largo plazo, que evidencian el
impacto simbólico de la vulnerabilidad que atraviesan muchas mujeres
actualmente.

 

Pero incluso en este escenario de crisis, se abren ventanas de oportunidad.
Un informe del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo
(Ciedur) encomendado por ONU Mujeres mostraba, por ejemplo, que, a
diferencia de otros países de América Latina, las ocupaciones actuales de
las uruguayas las posicionaban en mejor lugar que los varones para
transicionar hacia un escenario con mayor presencia del teletrabajo. Esto
podría ser aprovechado como una oportunidad para equilibrar los niveles de
ocupación en el mercado de trabajo y en la carga del trabajo no remunerado
entre varones y mujeres en el escenario pospandemia. 

 

Además de esta línea asociada al teletrabajo, existen variadas opciones de
política pública para reconstruir mejor después de la pandemia, que podrían
ser aplicadas como un paquete integral. Estas van desde expandir la
cobertura de la protección social para abordar la situación de las mujeres
en su diversidad, garantizarles el acceso a servicios financieros,
contemplar estrategias de reconversión laboral e invertir en la economía del
cuidado, visibilizando sus efectos multiplicadores en toda la sociedad.

 

En esta línea, el informe afirmaba: “Las desigualdades que estructuran
nuestras sociedades pueden ampliarse, mantenerse o disminuir en este
contexto dependiendo de las decisiones de política pública que se tomen para
hacer frente a la crisis sanitaria y económica”. Efectivamente, la pandemia
y la forma en que ha evidenciado múltiples desigualdades de género deberían
ser tomadas para promover cambios en la dirección hacia un futuro con mayor
igualdad entre varones y mujeres, uno que todos y todas deseen alcanzar.

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