Brasil/ A Bolsonaro le hunde la pandemia y le ahorca la economía. [Mario Osava]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Oct 25 12:10:39 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

25 de octubre 2021

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Brasil



A Bolsonaro le hunde la pandemia y le ahorca la economía



Mario Osava, desde Río de Janeiro

Inter Press Service (IPS), 22-10-2021

https://ipsnoticias.net/



La investigación parlamentaria sobre la gestión de la pandemia en Brasil
difícilmente tendrá los efectos penales propuestos, pero desgastó gravemente
al presidente Jair Bolsonaro, que intenta reaccionar con golpes económicos
que pueden terminar por ahorcarlo.



Dos secretarios del Ministerio de Economía y sus adjuntos renunciaron el
jueves 21, luego que el gobierno de extrema derecha anunció una ayuda
mensual de 400 reales (72 dólares) a 17 millones de familias pobres,
rompiendo con ello el “techo de gastos”, la regla constitucional creada en
2017 que limita el aumento del presupuesto anual a la inflación del año
anterior.



Los dimisionarios, responsables del presupuesto y del Tesoro, alegaron
“razones personales” para su renuncia, pero quedó en evidencia su
disconformidad con el vuelco en las reglas fiscales y con el ministro de
Economía, Paulo Guedes, que admitió la necesidad de una “licencia para
gastar” por encima de ese forzado techo.



Se trata de una concesión al “populismo electoral” de Bolsonaro, cuyo
intento de reelegirse en octubre de 2022 exige recuperar una popularidad
perdida por su actitud negacionista ante la pandemia de covid-19, que ya
mató más de 604 000 personas en este país de más de 213 000 habitantes.



La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado lo acusa de
nueve delitos, incluso “crimen contra la humanidad” y propagación de una
epidemia con resultado de muertes, al haber estimulado la población a violar
medidas de prevención, retardado la compra de vacunas y fomentado falsedades
sobre la pandemia, entre otras acciones.



Charlatanismo es otra acusación, porque el mandatario recomendó medicamentos
inadecuados, como cloroquina y el antiparásito ivermectina, que su gobierno
sigue promoviendo como “tratamiento precoz”. El mismo Bolsonaro lo defendió
en su discurso en la 76 Asamblea General de Naciones Unidas, el 21 de
septiembre.



Prevaricación se suma a la lista de imputaciones, por la omisión de acción
ante una denunciada corrupción en la compra de vacunas, además de “crimen de
responsabilidad”, que comprende varias ilegalidades de autoridades públicas.



Otras 65 personas, incluyendo los tres hijos políticos del presidente,
cuatro ministros y dos exministros, son apuntadas como autores de por lo
menos uno de los 23 delitos previstos en las leyes brasileñas, según el
informe de su relator, el senador Renan Calheiros. La CPI proyecta añadir
otros 10 acusados en los próximos días.



El demoledor informe de 1180 páginas debe ser aprobado el 26 de octubre por
los siete miembros de la CPI unidos en las críticas al gobierno, mientras lo
van a rechazar otros cuatro, aliados de Bolsonaro y que ya anunciaron
informes alternativos, que eximen de culpas al presidente.



La comisión entregará sus conclusiones al Ministerio Público (fiscalía
general), que se encarga de investigaciones judiciales y enjuiciamiento, al
presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, quien decide sobre la
apertura de procesos de inhabilitación del presidente por llamados delitos
de su responsabilidad, y a otras autoridades judiciales.



También se puede llegar al Tribunal Penal Internacional, con sede en la
ciudad neerlandesa de La Haya, por delitos contra la humanidad,
presuntamente cometidos por Bolsonaro, en el poder desde el primer día de
2019.



Dificultades para una inhabilitación presidencial



Pero juristas anticipan las dificultades para enjuiciar al presidente y
otros acusados.



El informe de la CPI es político, aunque tipifique los delitos que
identificó en los seis meses de su labor, y será sometido a evaluaciones
jurídicas y a otras autoridades que, hasta ahora, se destacan por proteger a
Bolsonaro y a los suyos.



Es el caso del Procurador General de la República y jefe del Ministerio
Público, Augusto Aras, el único que puede abrir procesos de investigación
judicial contra el presidente.



Además, los procesos de inhabilitación presidencial dependen del presidente
de la Cámara de Diputados y Lira ya tiene tiene una carpeta con más de 130
pedidos de acción contra Bolsonaro, sin respuesta alguna. La propuesta de la
CPI será una más, salvo un desarrollo imprevisto.



El presidente de la CPI, el senador Omar Aziz, sostiene que no hay
argumentos posibles para que tales autoridades rechacen las conclusiones de
su comisión. De todas formas, no hay plazos para un desenlace y se conoce la
lentitud de la Justicia en Brasil.



Impacto político



Pero el efecto político es ya un hecho. Las sesiones públicas de la CPI,
difundidas por canales noticieros de televisión, desnudaron los daños y el
caos en la gestión sanitaria, productos de la orientación presidencial
contra el consenso de epidemiólogos e infectólogos.



El resultado fue el de conflictos permanentes del gobierno central con la
mayoría de los 27 estados y más de 5500 municipios. Se hizo incluso
necesario un dictamen del Supremo Tribunal Federal (STF), que confirmó la
autonomía de gobiernos regionales y locales para dictar reglas como
alejamiento social y uso de mascarillas.



Bolsonaro boicoteó regularmente tales reglas, buscó reactivar la economía en
medio al auge de la pandemia y acusa el STF y los gobernadores regionales y
prefectos (alcaldes) municipales como responsables de las dificultades
económicas del país.



Al contrario de casi todos los jefes de Estado que tratan de dar ejemplo a
su población, Bolsonaro se niega a vacunarse para estimular la inmunización
anticovid. Primero aducía que sería el último en hacerlo y asegura que no se
vacunará, porque como contrajo el coronavirus en julio de 2020 se considera
inmunizado.



Las acusaciones de la CPI al presidente están prácticamente todas
documentadas. Son en gran parte discursos y diálogos suyos con adeptos. A la
Comisión le tocó el trabajo de concentrar y ordenar los hechos.



Los 57 testimonios recogidos en los seis meses de la CPI componen un cuadro
caótico que explica una gran mortandad evitable, que algunos especialistas
estiman en hasta dos tercios del total de fallecidos.



Las personas investigadas, como el exministro de Salud, general en activo
Eduardo Pazuello, y el actual, médico Marcelo Queiroga, o testigos, como el
funcionario de ese despacho,  Luis Ricardo Miranda, quien denunció
irregularidades en la compra de vacunas, revelaron aspectos de una gestión
condenada al fracaso.



Se identificó, por ejemplo, lo que la CPI denomina “gabinete paralelo”, de
médicos, empresarios y políticos, que Bolsonaro reunía para discutir
acciones contra la pandemia, en general para fomentar la distribución del
llamado “kit covid”, un cóctel de medicamentos sin eficacia y peligrosos,
como la ivermectina que puede destruir el hígado, y la cloroquina que agrava
problemas cardíacos.



El gobierno dejó sin respuestas, durante seis meses, propuestas de la
empresa estadounidense Pfizer-BioNTech para la venta de sus vacunas, hoy
entre las más usadas en Brasil. Un contrato en 2020 habría salvado muchas
vidas, pero solo se firmó en marzo de 2021.



El bumerán del populismo



El deterioro político del gobierno le urge a adoptar acciones económicas
populistas. Pero puede las medidas pueden resultarle al revés.



El programa de Bolsonaro se bautizó como Auxilio Brasil y sustituirá la Beca
o Bolsa Familia existente desde 2003, ampliará sus beneficiarios de 14 a 17
millones de familias y más que duplicará el monto mensual.



Pero el nuevo plan sobrepasaría los limites presupuestales. Además de la
ilegalidad que se busca superar con una nueva ley en trámite en el
legislativo Congreso Nacional, su solo anuncio ya destruyó la confianza de
los inversionistas en el gobierno, específicamente en el ministro de la
Economía.



Guedes, antes un rígido defensor del “techo de gastos”, que había prometido
eliminar el déficit público, sufre una desbandada de auxiliares directos
desde 2020 debido a sus concesiones a las injerencias políticas del
presidente en la gestión económica.



El anuncio del Auxilio Brasil de 400 reales hizo caer 2,75 por ciento el
índice de la Bolsa de São Paulo el 21 de octubre, mientras el real se
devaluó dos por ciento en relación al dólar. En lo que va de año, la Bolsa
acumula una caída de 9,48 por ciento y la moneda brasileña 9,05 por ciento.



La incertidumbre generada debe incrementar la tasa de inflación que ya
acumula 10,25 por ciento en los 12 últimos meses, y ya aumentó las tasas de
interés. Eso anula buena parte del aumento del auxilio.



La devaluación cambiaria encarece más aún los combustibles. El alza del
diésel, cuyo precio justifica el gobierno por el anuncio de huelga de los
camioneros desde el 1 de noviembre, alcanzó 49 por ciento de enero a
septiembre.



Bolsonaro anunció un subsidio a 750 000 camioneros autónomos para compensar
sus costos, en un intento de evitar una huelga como la de 2018, que afectó
gravemente la economía.



Es una medida más del populismo sin frenos que parece adoptar el presidente,
que agrava los riesgos de una recesión económica, con resultados electorales
opuestos a los deseados por Bolsonaro.

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