Venezuela/ "Hay una oposición que vive de las sanciones y no le conviene que esto cambie". [Manuel Sutherland - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Abr 24 22:15:23 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

24 de abril 2022

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Venezuela



Entrevista con Manuel Sutherland *



“Hay una oposición que vive de las sanciones y no le conviene que esto
cambie”



Sutherland forma parte de los 25 opositores que firmaron una carta dirigida
al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para solicitar un “alivio” en
las sanciones impuestas a la administración de Nicolás Maduro.



Alemcifo, 21-4-2022

https://alemcifo.wordpress.com/



En entrevista con Noticiero Digital aclara que no se trata de hacer un
intercambio de dinero por libertad, sino más bien de hacer entender al
gobierno de Maduro que debe emprender políticas de apertura económica,
política, electoral, que deriven en mejorar la situación de todas las
personas en Venezuela.



Sus declaraciones en esta entrevista son a título personal. Señala que su
opinión no representa al resto de los otros 24 venezolanos que también
respaldan la misiva y deja claro que no son un grupo, ni una nueva
oposición.



-Ustedes en la carta argumentan que las sanciones no han sido efectivas en
lograr un cambio de régimen o al menos un cambio de política, ¿No cree usted
que parte de esa inefectividad tiene que ver con el hecho de que regímenes
autoritarios se ayudan entre sí? Por tanto, ¿No sería mejor pedir más
sanciones y que estas sanciones se hagan cumplir?



Creo que este tipo de regímenes no le importa mucho el efecto negativo que
tengan las sanciones en la economía. Yo creo que las sanciones pudieran
estimular, un cambio político de manera muy limitada en muy pocos países en
circunstancias muy particulares. Por ejemplo, en países cuya clase
empresarial tiene mucho dinero en el extranjero, las sanciones podrían ser
una fuerza de presión importante, si el poder político de esa patronal es
determinante. Venezuela no es no remotamente parecido a ese caso.



En un estudio que se hizo hace algunos años, en solamente un 11 % de los
casos las sanciones fueron clave para el cambio político. Entonces creo que
las sanciones, y más en este tipo de países, no son el mecanismo más potente
para el cambio político.



Pedir más sanciones, para mí, no tiene ningún sentido. Porque las sanciones
afectan a la población civil, a la población más vulnerable y no afecta a la
élite gobernante, que tiene mayores recursos con los que sortear las
sanciones. A través de testaferros, paraísos fiscales, cuentas off shore,
compañía de maletín; la oligarquía tiene un montón de estrategias que
podrían vadear el grueso de las sanciones. Pero la población civil, el país
en general, sufre con la pérdida o las enormes dificultades para vender
petróleo y cobrar las facturas petroleras. También las empresas nacionales
sufren enormemente con las sanciones. Según el testimonio de muchos
empresarios, las sanciones son tan dañinas a sus necesidades, como lo fueron
las expropiaciones de 2007.



Debido a las sanciones, y sobre todo por un exagerado “sobre cumplimiento”
de las mismas, muchos venezolanos (que nada tienen que ver con el chavismo)
se les complica abrir cuentas en el extranjero, tienen dificultades para
hacer transferencias y llevar a cabo negocios honestos. Muchos no tienen
acceso a cartas de crédito y tienen que sufrir un montón de percances que
terminan traduciéndose en costos muchos más altos que derivan en precios más
elevados para el mercado nacional. Víctor Álvarez (economista y otro de los
firmantes de la carta) ha hecho un trabajo importante entrevistando a
empresarios venezolanos que, sin tener nada que ver con el chavismo, han
sido víctimas de formidables problemas por culpa de las sanciones. Esos
sobre costos, terminan en sobre precios que finalmente merman el débil poder
adquisitivo de la población trabajadora. Muchos bancos, aseguradoras y
empresas de todo tipo se niegan a prestar sus servicios a empresarios
venezolanos, porque estos pudieran trabajar para el gobierno en ilegales
intentos de esquivar las sanciones, ello acarrearía grandes multas, altísimo
riesgo reputacional y hasta ir a la cárcel. Por ende, muchas instituciones
“sobre cumplen” las sanciones y llevan al extremo los cuidados para sostener
relaciones comerciales o bancarias, con venezolanos completamente inocentes.
Ello siempre implica triangulaciones, negociaciones paralelas e
intermediarios que terminan encareciendo aún más los productos, disminuyendo
en la práctica el salario real. Por ende, yo creo que un país con una crisis
tan fuerte no necesita palos en la rueda sino ayuda humanitaria y económica.
Las sanciones van por la vía opuesta.



-Detrás de la propuesta de eliminar las sanciones subyace una creencia: que
Miraflores va a recibir más ingresos y que estos ingresos serán utilizados
para aliviar la crisis humanitaria. ¿Usted cree que esto será así? ¿No cree
que este dinero extra será utilizado para comprar, por ejemplo, más armas
rusas o pagar deuda a Cuba, o terminará en las arcas de los corruptos? Por
algo en Venezuela no hay un presupuesto nacional serio desde hace 15 años.



Bueno, yo creo que, si las sanciones se eliminaran, en un caso hipotético,
ello vendría de la mano con algunas negociaciones para que el gobierno
bolivariano, de alguna manera, emprenda políticas de apertura económica,
política, electoral, que ofrezcan mejores garantías. Creo que liberar a
todos los presos políticos sería importantísimo. Considero que hay muchos
acuerdos que, discutidos de manera profunda y con un compromiso entre las
partes, pudieran mejorar la situación de todas las personas en Venezuela.



Evidentemente no creo que todo el dinero que se negocia a través del
petróleo sea sustraído por la corrupción, eso es completamente imposible,
porque el dinero se vende en las mesas interbancarias, las divisas entran
para pagar importaciones, y sirven para pagar un montón de cosas.



Lo que pudiera hacerse es exigir una mayor transparencia, objetividad y
capacidad de fiscalización de los ingresos que puedan generarse por la venta
formal de petróleo de EEUU o de petróleo venezolano extraído por empresas
estadounidenses.



R: Hay un montón de programas que han hecho a través de la ONU y otros
organismos internacionales que pueden verificar objetivamente que los
ingresos por exportaciones se puedan emplear de manera humanitaria o
transparente. Eso es solucionable. En el caso del Irak de Sadam Hussein, en
la Guerra del golfo, se permitió que a través de la ONU se gestionarán
grandísimos recursos a través de mecanismos transparentes. Las denuncias de
corrupción hablan de un desvío de quizás: 3 % de la totalidad de los
recursos derivados de la exportación de petróleo.



Yo no creo que el Gobierno pueda apropiarse de todo ese recurso, repito, me
parece imposible. Para mí el riesgo más importante de corrupción lo
incentivan las sanciones, porque obliga al gobierno a triangular y a vender
el petróleo por debajo de la mesa y de una forma mucho más oscura que si se
vendiera de una manera normal, institucional, es decir, mucho más abierta.
En el peor de los casos, si se vende de una manera totalmente legal, se
podría vender sin descuento así que el ingreso sería mucho mayor y aun
cuando siga habiendo corrupción, todavía el ingreso fiscal sería
ostensiblemente más alto.



-¿Usted no cree que eliminar las sanciones y aumentar la producción
petrolera le daría a Maduro un incentivo importante para reforzar su régimen
dictatorial y continuar violando los DDHH? Esto implica mantener el control
de Maduro sobre el CNE, sobre los medios de comunicación, y significaría no
tener elecciones presidenciales libres en 2024.



Bueno, yo creo lo contrario. En la medida que el precio del petróleo baja y
la crisis se agudiza, la pobreza aumenta y las dificultades se incrementan,
el Gobierno se torna más agresivo, mucho más violento con la oposición y
tiende a ser mucho más represivo, más proclive a la violación de DDHH.



Creo que si la situación económica mejora, eso pudiera ser una base para
cimentar un posible retorno a la democracia, para facilitar la participación
de la oposición de una manera mucho más justa y equilibrada en el área
política y electoral. Y para mí, la eliminación de sanciones pudiera venir
con negociaciones que permitan un CNE más equilibrado, que permitan
asegurarse de alguna manera mejores condiciones electorales para 2024. Ello
podría permitir negociar condiciones sociales mucho mejores, permitir una
apertura económica que de alguna manera haga que la economía crezca, que las
empresas vuelvan a abrir, que se frene el éxodo que tanto beneficia al
Gobierno y que se concentre en la posibilidad de que los venezolanos puedan
hacer política propositiva en Venezuela, crecer en Venezuela y luchar por
sus derechos en condiciones sociales mejores. En condiciones de extrema
pobreza y miseria es muy difícil bregar por los derechos conculcados por
cualquier gobierno.



En mi opinión, una mejora económica debería coadyuvar a que la población
pueda luchar en mejores condiciones.



-En su carta subyace otra creencia, una de costos y beneficios: Que ustedes
están preparados para aceptar los costos asociados con la falta de
libertades políticas a cambio de que, al menos, una parte del dinero extra
se utilice para aliviar la crisis económica, ¿Qué cree usted?



Sí, yo insisto, la eliminación de las sanciones o su flexibilización,
debería estar idealmente asociada con un aumento de las libertades
políticas, con una mejora de las condiciones electorales y sociales, o en
las formas que tiene la población para expresarse.



Para mí, debería haber libertad de todos los presos políticos de cualquier
tinte, un CNE equilibrado, garantías de observación internacional y
garantías de no inhabilitación de candidatos para 2024, entre otras cosas.
Deberían hacerse varios acuerdos que yo creo que el chavismo pudiera acceder
y de alguna manera, acordarse cosas que le permitiese a la gente expresarse
de una manera mucho más libre y segura. Facilitar canales de ayuda
humanitaria formales, sería imprescindible. Negociando entre las partes,
creo que es posible lograr ello.



No estoy sugiriendo un intercambio entre dinero y libertad. Creo que se
pudiera obtener una mejor condición electoral y política, negociando
abiertamente la posibilidad de eliminar algunas sanciones y ofrecer
garantías políticas mínimas.



También es importante, en mi opinión, entender que la mejora económica de la
nación, permitiría a la gente ser menos dependiente de las ayudas del
gobierno, lo que haría que sean más independientes a la hora de opinar, a la
hora de promover sus ideas políticas y también puede que, si la economía
mejora y los salarios suben, eso frene el éxodo de muchos venezolanos que,
estando afuera, no pueden votar y no pueden activarse en luchas o protestas
dentro del territorio. También considero que, si la situación mejora,
pudiera haber una independencia social más importante, lo cual permitiría a
la gente expresarse sin el temor de que el Estado le quite el sustento
mínimo para poder sobrevivir.



Igualmente, la oposición tenía como base económica principal, la ayuda del
empresariado. Si el empresariado está completamente arruinado y cercado por
las sanciones, es mucho más difícil que pueda apoyar a los políticos que
tengan un programa opositor con oportunidades de triunfo.



-Si ustedes están planteando levantar sanciones a cambio de mejorar las
libertades políticas, ¿En qué se diferencian de la oposición que cuestiona
esta misiva?



Bueno, esa es mi opinión particular. Otros firmantes consideran que las
sanciones deben flexibilizarse, incluso si el gobierno no cede en nada, ya
que ello traería efectos muy positivos a la economía, a la población en
general.



Yo creo que hay una oposición que le conviene las sanciones, que “vive” de
las sanciones, que se ha apropiado de activos muy valiosos en el extranjero
de los cuales hace una administración muy poco transparente, bastante poco
auditable. Ya ha habido sonados casos de corrupción, peculado y dolo en esos
activos. Además, esos activos se han divorciado de su casa matriz en
Venezuela y han perdido gran parte de su rentabilidad. La gestión de los
mismos tampoco los ha resguardado de juicios en los cuales se pretenden
venderse para pagar viejas deudas contraídas por otras empresas estatales.



Hay una oposición que le conviene que las cosas no cambien, que sigan igual
o que empeoren. Esa parte de la oposición vive del manejo de ayudas
políticas y “humanitarias” que rara vez se observan en el territorio
nacional. Vive de ser oposición en sí misma, lejos del país donde
activamente deberían estar organizando a la población para promover el
cambio político. Un cambio en la política nacional, progresivo, no les
conviene económicamente porque perderían un ingreso bastante importante.
Entonces, prefieren jugar a ser oposición para siempre y a exigir cosas
imposibles y cosas para las cuales no tienen ni la más remota fuerza para
poder imponer. Venden la idea terriblemente irresponsable de la entelequia:
“Amenaza internacional creíble”. Cosa que no es más que un eufemismo para
vender la imagen de una amenaza de invasión militar mundial. Lo cual también
correlacionan con trágicas aventuras proclives a golpes de estado, asonadas
militares e invasiones guerrilleras (Operación Gedeón).



Es decir, hay una parte de la oposición que dice que ellos pudieran abogar
por la eliminación de sanciones si hay elecciones presidenciales mañana y
Maduro se entrega a Guantánamo, eso es una muestra clara de que no quieren
dialogar, no quieren que las cosas cambien y que les sirve económicamente la
posición estancamiento total que tiene la oposición actual. Este estado de
parálisis le sirve, porque siguen haciendo política por Twitter: irreal y
estéril. Prefieren que la situación social empeore y no hacen absolutamente
nada para que pueda mejorar. Si la situación mejora creen que la gente
tendrá menos estímulos para salir a luchar y se conformará con migajas.



Esta oposición no quiere que las cosas mejoren y consideran que si las cosas
mejoran la gente se convertirá en chavista y dejará de apoyarlos, porque
tienen el discurso de que la economía no puede mejorar ni un centímetro,
porque Maduro está dirigiéndola. Entonces si la economía mejora un poco eso
les afecta en su discurso de todo o nada, base para la propuesta de
aventuras anti democráticas que ya han fracasado estrepitosamente.



Esta oposición teme que Maduro aumente la aprobación de su gestión en las
encuestas, que crezca en popularidad, porque la economía pudiera crecer y la
situación de pobreza y miseria extrema aliviarse un poco. Anteponen sus
ambiciones políticas personales, a la necesidad de frenar la crisis
humanitaria compleja que atraviesa la nación desde hace años.



Esa oposición lucha para que nada mejore y así tener la misma prerrogativa
de decir que hay que llevar una operación militar fantasma de extracción del
chavismo de Venezuela, o que la gente humilde debe salir a la calle a
enfrentarse con palos y piedras contra los aparatos represivos del estado.
Particularmente estoy completamente en contra de esa parte de la oposición.



* Manuel Sutherland es economista, director del Centro de Investigación y
Formación Obrera (CIFO), en Caracas.

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