Venezuela/ Los límites del Híper rentismo bolivariano, "ajuste económico" y dislates en la "apertura". [Manuel Sutherland]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ago 1 11:04:58 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

1° de agosto 2022

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Venezuela



Los límites del Híper rentismo bolivariano, “ajuste económico” y dislates en
la “apertura”: (ZEE)



Manuel Sutherland *

Alemcifo, 29-7-2022

https://alemcifo.wordpress.com/



Es indudable que Venezuela tiene una dinámica notablemente diferente a la de
los años 2016 y 2017, donde la escasez y desabastecimiento, eran moneda
corriente. En espacios muy acotados surgen “burbujas” de consumo de lujo que
son muy llamativas. De forma habitual se pueden ver algunas nuevas
construcciones y la apertura de nuevos locales. Los estantes vacíos o
repletos de mercancías repetidas ya son parte del pasado. Todo ello ha
impulsado a muchos a replicar el estribillo popular: Venezuela se arregló. A
pesar de que el país está a años luz de recuperarse, es decir, se estima que
entre 2013 y 2021 el PIB pudo haber caído en alrededor de 80 %. Salarios de
20 dólares mensuales en el sector privado (y 2 dólares mensuales en el
sector público), han crecido a 120 dólares en el ámbito privado y a 25
dólares en la administración estatal.



Aunque los precios en divisas han crecido mucho, mermando el poder
adquisitivo en divisas debido a la muy elevada sobrevaluación del tipo de
cambio, la inflación (aún la más alta del planeta), es notablemente más baja
que en los últimos años. Las tímidas medidas de flexibilización y apertura
económica han traído buenos resultados a la economía. A pesar de todo lo
anterior, el país presenta una mar de obstáculos importantes para que el
proceso de recuperación económica y social pueda ser sostenible. Las enormes
dificultades, endógenas y exógenas, para salir de la crisis merecen un largo
ensayo ajeno a la disponibilidad de espacio de esta revista. Por ende, en
estas líneas se tratará de abordar el asunto de una manera muy sintética y
centrada en: las causas de la crisis, el impacto de las sanciones, el
“ajuste económico”, la contracción fiscal y los yerros de la “apertura
económica”. Un resumen sumarial de los límites actuales del híper rentismo
bolivariano.



El estallido era inevitable o el núcleo del rentismo



El híper rentismo bolivariano estalla justo cuando la renta se encuentra en
pleno apogeo, es, diríase, un problema de sobreabundancia de ingresos que
devienen de un incremento en los precios del petróleo, ello no pasa por un
aumento en la cantidad de barriles extraídos. Por ende, se lo considera como
una especie de provento, un ingreso adicional a la economía que es generado
en centros industriales foráneos, y que es transferido a los capitales que
trabajan en condiciones naturales ventajosas, donde la faena se hace más
productiva debido a un aumento vertiginoso del precio y de una demanda que
debe comprar esa mercancía, en las tierras menos “rendidoras”, donde el
trabajo es menos eficiente[1]. Cuando es inmenso el ingreso en divisas y no
puede ser absorbido por la economía, no de manera orgánica, ahí surge el
“problema de la absorción”[2] que se genera por la entrada masiva de dichos
capitales.



El rentismo trae aparejado una sobrevaluación del tipo de cambio que crea un
país ficticio en el que la economía luce mucho más grande de lo que en
verdad es, al equiparar la productividad del sector petrolero con otros
fragmentos de capital menos eficientes. Ello ofrece un poder de compra más
grande que el que deviene de la productividad de los factores económicos no
petroleros. Cuando la renta cae estrepitosamente, no hay divisas para
importar y se sobreviene un fuerte ajuste cambiario que trae inflación,
caída en la demanda solvente, baja de salarios y una maciza fuga de
capitales, ello agudiza el ciclo recesivo de la economía. Todo esto tenía
que terminar muy mal, el estallido de la crisis era inevitable. En la figura
1, se muestra, la evolución de un PIB per cápita desde 1997 hasta 2021. Para
el año 2021 el PIB per cápita había caído a un nivel similar al registro del
año 1950, un retroceso económico de casi 72 años, sin parangón.



En este punto, lo primero sería recordar que las sanciones son impuestas
(agosto de 2017) cuando ya la economía venezolana atravesaba el punto más
bajo de su historia, en cuanto a caídas porcentuales acumuladas, hasta esa
fecha. De 2013 a 2016 la economía había caído ya en casi 25 %, y por primera
vez en su historia registraba una caída sostenida de 12 trimestres. En los
primeros 2 trimestres de 2017 la economía había disminuido en alrededor de 8
%, por ende, ya había caído en al menos 30 % (desde 2013), una de las peores
caídas del PIB en la historia de América. Por tanto, cuando las sanciones
ingresan, ya la economía estaba en una senda muy destructiva.



La prohibición de reestructurar la deuda externa con los bonistas
estadounidenses dificultó de manera grave la posibilidad de renegociar la
deuda externa de la República (y de PDVSA) con empresas y personas naturales
estadounidenses. Pero estas ordenanzas no implican que otras firmas, no
estadounidenses, no puedan recomprar los bonos, que por tener la
denominación de “junk bonds”, hace que tengan un precio muy por debajo de su
valor facial. Por ende, la imposibilidad de reestructurar la deuda no es
culpa de las sanciones sino del devenir desastroso de la economía. Ya en
agosto de 2017 Venezuela estaba en default selectivo, ya había impuesto
reestructuraciones de pago (forzadas) sobre diversos bonos.



Lo que sucedió a partir de 2014 es el aterrizaje en el ciclo depresivo de la
economía que llega con la caída de los precios del petróleo, primeramente,
en: 2009-2010, y luego con la combinación de precios bajos y la caída de la
extracción petrolera (a partir de 2014). Desde 2014 el ciclo depresivo de la
economía profundiza el declive natural del ciclo económico rentístico,
exacerbado por pésimas políticas económicas (hipertrofia del gasto), con la
dificultad adicional del estallido virulento de las principales distorsiones
económicas que se habían venido acumulando. Si se compara el año 2006 con el
año 2017 se puede ver que, en ese período previo al estallido definitivo de
las sanciones, ya se observa un descenso salarial de: 83 %. Por ende, la
ruina no fue causada por las sanciones.



“Ajuste económico”, apertura a medias y contracción fiscal



La ineludible crisis trajo consigo lo evidente, el advenimiento de un
dramático recorte en el presupuesto nacional, que la dantesca emisión de
dinero sin respaldo quería maquillar. Hablar con cifras sobre el presupuesto
es harto complicado. Las estadísticas básicas de gasto público no se
publican desde 2016 y el último proyecto de ley presupuestaria (enero de
2022), carece de los guarismos más elementales. Hablamos de “recorte
presupuestario”, y no de “ajuste”, debido a que un ajuste económico es una
especie de plan de ahorros y gastos, aparejado con una proyección de
ingresos formal dotada de metas concretas y explicaciones sobre cómo llegar
a ellas, de acuerdo a un “Plan de Estabilización Macroeconómica” que no se
ha diseñado, ni publicado.



En palabras de la vicepresidente de la República, el presupuesto 2022, se
ubica en 62.379.454.806 bolívares digitales (cantidad aprobada en un primer
debate), equivalentes a 13.437 millones de dólares, según el tipo de cambio
vigente del BCV: 4,61 Bs. por dólar, a la fecha de su anuncio: 10 de
diciembre de 2021[3]. Si aplicamos el tipo de cambio del BCV, vigente al 6
de junio de 2022, tendríamos que el presupuesto proyectado ya es 12 % menor,
en dólares.



Si queremos medir la magnitud del “recorte presupuestario”, podríamos
comparar el año 2012 con el 2021. En ese 2012 el presupuesto alcanzaba
alrededor de 31 mil millones de dólares, unos 1.055 dólares[4] per
cápita[5]. Para diciembre de 2021, esa cifra sólo llega a 458 dólares per
cápita. Ello quiere decir que hay un enorme recorte de 57 % en el
presupuesto nacional per cápita[6]. En los ajustes que generalmente se
recomiendan para equilibrar las cuentas nacionales y reducir el déficit
fiscal, nunca he visto una contracción ni tan siquiera parecida. Una
disminución tan severa y violenta de los derechos económicos y sociales de
la población, al cancelar proyectos e inversiones destinados a sostener un
nivel mínimo de condiciones de vida. Un gasto tan bajo está lejos de
garantizar esas exiguas condiciones de bienestar, e imposibilita el
desarrollo sostenible.



A los recortes presupuestarios les ha seguido una serie de
“flexibilizaciones” a las muy duras leyes y normativas que impone el
Ejecutivo en contra del libre desarrollo social, económico y productivo de
la población. Dicha relajación parcial ha sido positiva para la nación, pero
en muchos casos es completamente insuficiente o está orientada por las vías
que conducen a una mayor opacidad en el manejo estatal. En octubre de 2020,
luego de permitir la circulación de divisas como medios de pagos corrientes
y de dejar de aplicar la funesta “Ley de Precios Justos”, la
supraconstitucional Asamblea Nacional Constituyente aprobó la denominada
“Ley Antibloqueo”, ella permite la transferencia, concesión o venta de
activos de la República a inversionistas privados. La polémica ley abre la
puerta a la privatización de activos estatales, que ya se ha venido haciendo
con: Abastos Bicentenarios y la red de expendio de alimentos: MERCAL y
PDVAL[7]. En la ley no se contempla un reglamento con respecto al proceso
legal de liquidación de activos; no hay una normativa que regule las formas
con las cuales proceder: licitación, concurso, subasta pública, entre
otras[8].



La otra estrella de las reformas gubernamentales son las: Zonas Económicas
Especiales (ZEE), suerte de espacio geográfico ultra ventajoso para la
inversión, para la elusión de impuestos y el incumplimiento de normativas
ambientales y laborales. Las ZEE han fracasado en muchos países[9], por lo
general se enfrentan a problemas de escasez de recursos, infraestructura y
fuerza de trabajo capacitada. La crisis eléctrica venezolana, la carestía de
agua potable, la caída en la distribución de gas y de combustibles se erige
como un gran obstáculo para la instalación de las ZEE[10].



Las ZEE son la continuidad del modelo de acumulación de capital
“bodegonero”, concentrado en elites alejadas de las necesidades de
desarrollo más importantes para la nación[11]. Las ZEE parecen estar en la
dirección opuestas a las necesidades de desarrollo nacional que tiendan a
garantizar los derechos económicos y sociales, a través de un crecimiento
económico realmente inclusivo. Por todo lo anteriormente escrito, se puede
considerar que la propuesta del “capitalismo bodegonero”, como fase superior
del híper rentismo bolivariano, parece tener un techo muy bajo, es decir,
muy poca capacidad de impulso al desarrollo a través de un proceso de
crecimiento enfocado en la expansión de la subjetividad productiva del
trabajador. Así las cosas, el explosivo crecimiento económico que requiere
la nación, parece ser imposible bajo las trabas que las políticas económicas
estatales imponen. Hace falta un cambio muy drástico en este sendero.



* Manuel Sutherland  Economista y director del Centro de Investigación y
Formación Obrera (CIFO), en Caracas.



Notas



[1] Marx, K. (1867). El Capital, Crítica de la economía política. México:
Fondo de Cultura Económica.

[2] Baptista, A. (1997). Teoría Economíca del Capitalista rentístico.
Caracas, Venezuela: IESA.

[3] Transparencia Venezuela. (17 de diciembre de 2021). Obtenido de
https://transparencia.org.ve/presupuesto-2022-una-historia-que-se-repite/#:~
:text=En%20palabras%20de%20la%20vocera,la%20fecha%20de%20su%20anuncio

[4] Los cálculos usaron el tipo de cambio de Dólar Today para diciembre de
esos años, salvo el año 2022 que se usó la cotización del dólar que ofrece
el BCV.

[5] Ministerio de Planificación. (septiembre de 2013). Obtenido de
http://www.mppp.gob.ve/wp-content/uploads/2018/05/presupuestos_memoriaycuent
a_2013-2019.pdf

[6] Se usó la cantidad de población que tiene publicada La División de
Población de la CEPAL. Revisión 2019 y Naciones Unidas, Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales, División de Población (2019). World
Population Prospects, 2019, edición online. Disponible en:
https://www.cepal.org/es/temas/proyecciones-demograficas/estimaciones-proyec
ciones-excel

[7] Seijas Meneses, C. (12 de Enero de 2021). Diario Tal Cual. Obtenido de
https://talcualdigital.com/a-la-calladita-el-chavismo-reprivatiza-empresas-q
ue-expropio-y-llevo-al-colapso/

[8] Bull, B., Rosales, A., & Sutherland, M. (Noviembre de 2021). Friedrich
Ebert Stiftung. Obtenido de
https://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/18583.pdf

[9] Moy, V. (29 de 08 de 2016). Foreing Affairs Latinoamerica. Obtenido de
Revistafal.com:
https://revistafal.com/zonas-economicas-especiales-un-paso-hacia-el-desarrol
lo/

[10] Sutherland, M. (Abril de 2019). Nueva Sociedad. Obtenido de
https://nuso.org/articulo/venezuela-chavismo-crisis-energia-conspiracion-ata
ques-servicios/

[11] Bull, B., Rosales, A., & Sutherland, M. (Noviembre de 2021). Friedrich
Ebert Stiftung. Obtenido de
https://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/18583.pdf

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