Brasil/ Elección demediada. [Marcelo Aguilar]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Ago 19 14:24:37 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

19 de agosto 2022

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Brasil



Elección demediada



La campaña arrancó oficialmente esta semana, bajo la sombra de la
desinformación y los ataques presidenciales al sistema electoral. El clima
de polarización no acepta más que dos candidatos: Lula y Bolsonaro.



Marcelo Aguilar, desde San Pablo

Brecha, 19-8-2022

https://brecha.com.uy/



Este martes empezó formalmente la campaña electoral en Brasil. En realidad,
lo que llegó es la autorización oficial para hacer campaña: para pedir el
voto. La propaganda electoral gratuita en radio y televisión comienza el 26
de agosto, y el 28 es el primer debate presidencial. Lula ya confirmó su
presencia, Bolsonaro todavía no oficialmente, pero ha dicho que esta vez sí
participará de los debates, a diferencia de lo que hizo en 2018. La primera
encuesta, encargada por la TV Globo, mostró que Lula lidera la disputa con
44 por ciento, Jair Bolsonaro le sigue con 32 por ciento. Estos resultados
dejan abierta la puerta a una victoria de Lula en primera vuelta. En caso de
segunda vuelta, la encuesta le da 51 por ciento a Lula y 35 a Bolsonaro.



De revés en revés



El martes de noche asumió el nuevo presidente del Tribunal Superior
Electoral (TSE), Alexandre de Moraes. La ceremonia, que suele ser meramente
formal, fue esta vez un polvorín político. Durante su discurso, De Moraes
exaltó las urnas electrónicas y el sistema electoral brasileño como garantía
de democracia, y fue aplaudido por todo el público presente, menos por la
persona que estaba a su lado: Bolsonaro. En el público estaban, además,
Lula, Dilma Rousseff y uno de los articuladores de su impeachment: Michel
Temer. De Moraes, que es miembro del Supremo Tribunal Federal, lidera en ese
organismo la investigación sobre noticias falsas y ataques a la democracia,
que tiene bajo el foco al entorno de Bolsonaro (véase:
https://brecha.com.uy/justicia-enfrenta-a-bolsonaro-por-el-caso-de-las-notic
ias-falsas-clan-fake/), y es el villano perfecto para sus seguidores, el
personaje que aman odiar.



La designación de De Moraes al frente de la autoridad electoral no fue el
único mensaje fuerte y claro que Bolsonaro recibió por estos días. El 11 de
agosto, en un masivo acto en la Facultad de Derecho de la Universidad de San
Pablo se leyó la «Carta a las brasileñas y a los brasileños en defensa del
Estado democrático de derecho», que fue firmada por más de 950 mil personas.
El hecho remitió a la lectura de la «Carta a los brasileños», de 1977, en
plena dictadura militar, y tuvo amplia difusión mediática. La misiva
responde a los permanentes ataques del presidente y sus seguidores
–incluidos sectores de las Fuerzas Armadas– contra las urnas electrónicas y
el sistema electoral.



El acto del 11 se encuentra, además, bajo la sombra nebulosa de los actos
programados por la derecha para el 7 de setiembre, cuando se cumplen 200
años de la independencia del país. A esta fecha patria, como ocurrió el año
pasado, los bolsonaristas la han condimentado con características de Día D,
a través de disimuladas o descaradas amenazas golpistas.



Máquina de engaños



«É fake» se ha convertido en una expresión de uso corriente en Brasil. La
doctora en Comunicación Luciana Panke, investigadora de la Universidad
Federal de Paraná y vicepresidenta de la Asociación Latinoamericana de
Investigadores en Campañas Electorales, dijo a Brecha que «las noticias
falsas inducidas a través de rumores son tan viejas como la política,
siempre fueron utilizadas o estuvieron presentes, pero hoy en día vemos una
potenciación de esa estrategia por la difusión que adquieren en Internet y
por la organización para difundirlas, que se da de forma muy avanzada en
Brasil».



El caso más paradigmático quizás sea la elección de 2018, en la que tuvieron
eco en la población noticias como el kit gay y las mamaderas con forma de
pene que el PT supuestamente había repartido en las escuelas para
«homosexualizar» a la infancia. El aluvión derechista vivía entonces su
esplendor, el odio visceral al PT dominaba el debate público, y esto
posibilitó que noticias a priori tan absurdas encontraran quien las creyera.

Pero no es la relativa bajante de la ola antipetista la que hará desaparecer
las noticias falsas. Las instituciones del Estado tuvieron que tomar medidas
concretas, no exentas de polémica. El TSE relanzó este año el Programa de
Enfrentamiento a la Desinformación, creado en 2019, al que se han plegado
Google, Telegram, Whatsapp, Youtube, Facebook, Instagram y Twitter. Pero la
iniciativa que más debate ha generado es la investigación sobre fake news
del Supremo, instaurada hace tres años por De Moraes. Quienes la apoyan
dicen que ha señalado a responsables directos de diseminar esas
informaciones falsas y ha identificado a sus financiadores; algunos
especialistas, por su parte, han llamado la atención sobre una cierta
discrecionalidad en los procesos y en los pedidos de prisión, y los
bolsonaristas se dedican a dispararle 24 horas al día.



Desde la semana pasada corre el rumor entre muchos fieles evangélicos de
que, de concretarse su eventual victoria, Lula cerraría las iglesias. El
sábado, durante la Marcha por Jesús, en Río, el pastor de Asamblea de Dios y
diputado federal Marco Feliciano reconoció a la radio CBN que él difunde esa
«alerta» entre sus fieles.



Pablo Ortellado, coordinador del Monitor de Debate Político en el Medio
Digital y profesor de la Universidad de San Pablo, dijo a Brecha que el
escenario es en parte semejante y en parte novedoso con relación al de 2018.
«Lo que hay de semejante es que varios problemas permanecen. El caso más
grave es Whatsapp, que permite que la distribución de mensajes virales se
masifique sin que sepamos quién la comenzó. Esto es prácticamente una
invitación al juego sucio.» Lo nuevo para Ortellado es que «desde el TSE
hubo una mejoría en el accionar respecto a este fenómeno, y el tribunal
tiene ahora un equipo propio, bien capacitado para lidiar con la
desinformación. Algunas empresas están muy activas, como el propio Whatsapp,
que, a pesar de no resolver el problema principal, tiene un equipo dedicado
a monitorear las fake news».



El arte de las alianzas



Desde su «Carta al pueblo brasileño» de 2002, cuando tranquilizó al mercado
financiero de cara a la elección que lo consagró presidente, Lula ha buscado
presentarse como un baluarte de la paz social. Una vez más, como hace 20
años, el contexto se repite: la necesidad de reconstrucción del país. Pero
esta vez con un componente diferente que lo acerca al de la campaña por
elecciones directas de 1984: la necesidad de reivindicar la democracia.
Panke dijo a Brecha: «En Lula vemos una repetición discursiva con las
referencias al combate al hambre, al que hace referencia desde que comienza
su vida pública. Él retoma eso ahora, en un momento crítico en el que, junto
con el combate a la miseria, apela a la idea de que es necesario volver a
ser un país democrático».



Esa búsqueda de una imagen de conciliación democrática se ve en sus
alianzas. La primera anunciada oficialmente fue con su candidato a vice, el
exgobernador conservador de San Pablo, Geraldo Alckmin, otrora su rival en
las presidenciales de 2006. Alckmin parece ser un agente tranquilizador para
los sectores empresariales, centristas o incluso de derecha no bolsonarista.



Ahora el expresidente consiguió otra alianza inesperada: el diputado federal
André Janones. Votante petista entre 2003 y 2015, Janones se había alejado
del partido y había ganado notoriedad como líder de la huelga de camioneros
de 2018. En abril de ese año, su nombre se había viralizado por no saber
cómo se llamaba el presidente de Argentina, pero cuatro meses después sería
elegido a la Cámara Baja al frente de su propio partido, Avante. De religión
evangélica y cercano a ese sector del electorado, es el diputado federal con
mayor número de seguidores en redes. Janones fue, además, uno de los
principales defensores del Auxilio Brasil, el programa social de
transferencia de recursos a las familias más pobres, promulgado a raíz de la
pandemia y que Bolsonaro intenta capitalizar electoralmente. La aprobación
de ese apoyo económico implicó una ardua disputa en el Congreso, en la que
Janones tuvo un papel determinante.



El líder de Avante se había posicionado este año como precandidato a la
presidencia, pero este mes anunció que desistía para acompañar la
candidatura de Lula. Se espera que lidere la respuesta petista a la
narrativa oficialista sobre el Auxilio Brasil. «Para Lula es un golazo»,
dijo a este semanario Marta Arretche, profesora titular del Departamento de
Ciencias Políticas de la universidad paulista.



En el ecosistema digital, otro apoyo fundamental para el líder del PT es el
que recibió de la famosísima cantante Anitta, récord de ventas en su país,
número 1 este año en el ranking mundial de la plataforma Spotify y con tres
veces la cantidad de seguidores en Instagram y el doble en Twitter que
Bolsonaro. «Las cuentas personales de Lula y Bolsonaro tienen muchos
seguidores, pero no son nada en comparación con los influencers, blogs y
medios digitales que los apoyan. En el caso de Lula hay una nutrida tropa de
intelectuales, miembros de la música popular brasileña y actores, y Anitta
es una más de ese grupo. Bolsonaro, sin embargo, también tiene muchos apoyos
y cuenta con el respaldo de personalidades del sertanejo y el fútbol, por
ejemplo», afirma Ortellado.



Disco rayado



Que el actual presidente y candidato a la reelección comenzó su campaña es
un decir. Lo cierto es que nunca dejó de estar en modo electoral desde que
asumió el mandato, y su actuación al frente del gobierno durante estos
cuatro años estuvo siempre guiada por la búsqueda de la reelección. En
ningún momento dejó de hablar para su núcleo duro de apoyos, y dedicó
eternas horas de su horario laboral a recorrer el país en las llamadas
motociatas, marchas en moto acompañado de sus bases más radicales. Para
Panke, «el discurso de Bolsonaro sigue la misma lógica desde 2018: tratar de
crear confusión todo el tiempo». «Su respuesta repetida es: “Ustedes están
exagerando, no fue exactamente eso lo que quise decir”, y su narrativa, la
de 2018: combate a la corrupción, defensa de la familia tradicional y Dios.»



La leve mejora de algunos indicadores económicos en estas vísperas
electorales todavía no logra disimular la estrepitosa calidad del nivel de
vida de la población. Según un estudio realizado entre noviembre y abril por
la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y
Nutricional, el hambre se duplicó en los dos últimos años. Más de 33
millones de brasileños (15 por ciento de la población) pasan hambre. Seis de
cada diez sufren inseguridad alimentaria.



Con demasiados resultados negativos para mostrar en ese frente, los canales
de difusión del entorno del presidente apelan al miedo y lo amenazante de
que vuelvan el PT y «el expresidiario». Son frecuentes las publicaciones
–incluso en las cuentas oficiales del mandatario– sobre el comunismo,
Nicaragua, Venezuela, los fantasmas del aborto y la liberación de las
drogas. El horizonte de una posible condena a prisión si no es reelecto
–algo a lo que él mismo se ha referido en variadas ocasiones– le quita el
sueño a Bolsonaro. El presidente ya le anunció al mundo, en una reunión a la
que citó a todos los embajadores extranjeros el mes pasado, que no cree en
el sistema electoral que tantas veces lo eligió. Un elemento que le pone un
manto de incertidumbre a lo que ocurrirá en octubre, cuando, de acuerdo a lo
que indican las encuestas, los votantes pondrán a su principal rival al
frente de la república.

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