China/ Huir del trabajo para escapar de la explotación. [Eli Friedman - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Dic 1 14:43:02 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

1° de diciembre 2022

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China



Huir del trabajo para escapar de la explotación



En octubre, cientos de empleados del gigante electrónico Foxconn saltaron
las vallas de una de sus fábricas chinas, donde se encontraban confinados en
una situación de aparente trabajo forzado.



Asian Labour Review *

CTXT, 24-11-2022

https://ctxt.es/



A fines de octubre, los rumores y la información sobre infecciones masivas
de Covid-19 y muertes de trabajadores dentro de la megafábrica de Foxconn en
la provincia china de Henan marcaron el punto de inicio de un éxodo obrero.
Con miedo a infectarse y no poder abandonar las instalaciones, los
trabajadores saltaron los muros y las vallas de la fábrica en un intento de
escapar y volver a sus casas.



¿Por qué está sucediendo esto? ¿Por qué esta historia suena familiar en los
oídos de muchas personas? ¿Cuál es el significado de este acontecimiento? La
Asian Labour Review conversó con Eli Friedman, que lleva más de dos décadas
investigando y escribiendo sobre los trabajadores chinos y está siguiendo de
cerca el incidente de Foxconn. En esta entrevista repasa la historia de las
prácticas laborales de Foxconn en China y nos cuenta por qué es importante
definir este éxodo y la negación de los trabajadores a continuar sus
actividades como una acción colectiva.



-Las últimas semanas vimos imágenes y videos sorprendentes de trabajadores
chinos que escapaban de la fábrica de Foxconn en Zhengzhou. En muchos casos
el material proviene de redes sociales chinas y esto hace que sea difícil de
verificar. ¿Qué podemos saber con certeza? ¿Qué sucedió dentro de la fábrica
de Foxconn que hizo que los trabajadores entraran en pánico?



Sabemos que, en algún momento en octubre de 2022, hubo informes de brotes de
Covid-19 en la ciudad de Zhengzhou, aunque no eran demasiado significativos.
Estamos hablando de un puñado de casos en una ciudad que tiene varios
millones de habitantes. Luego hubo informes de casos dentro de la fábrica de
Foxconn, que tiene más de doscientos mil trabajadores.



La cosa se pone más turbia cuando llegamos a las muertes que habrían
acontecido en una sala particular de la fábrica de Foxconn, que es lo que
informaron las redes sociales. Estas muertes no están verificadas. Pero los
videos empezaron a circular rápidamente, tanto entre las personas que
estaban dentro de la fábrica de Foxconn, y que estaban muy preocupadas, como
entre la población en general. La evidencia con la que contamos no indica
que nadie haya muerto, pero esto no deja de ser plausible.



Lo que sí sabemos es que los rumores generaron una reacción importante de
los trabajadores que estaban dentro de la fábrica de Foxconn, y que esta
reacción responde a experiencias pasadas con la empresa, sobre todo a la
reciente implementación de un sistema de gestión de circuito cerrado. Esto
significa que los trabajadores no son libres de salir de la fábrica, y solo
pueden circular entre los dormitorios del local y los talleres.



Hubo informes de que algunas personas estaban durmiendo en los talleres y de
que, si daban positivo en el test de Covid-19 o eran contactos estrechos,
eran puestos en cuarentena en instalaciones que estaban en pésimas
condiciones. Estas personas no tenían acceso a atención médica ni a una
alimentación adecuada y, en algunos casos, a pesar de estar muy enfermas,
nadie las atendía.



Haya habido muertos o no, este ambiente explica el humor de los trabajadores
y el incremento de los niveles de ansiedad, miedo y hasta pánico. Esta fue
la chispa que condujo a la fuga masiva.



-¿Por qué este caso parece haber tenido una resonancia particular entre
muchas personas que están en China y muchas que están fuera de China?



En China, por lo menos desde los confinamientos de Shanghái de 2022, la
sensación es que un porcentaje cada vez más grande de chinos, sobre todo en
las áreas urbanas, está empezando a enojarse con las políticas de Covid-19 y
se resiste a seguirlas.



Hay que decir que las políticas de “Covid cero” están bien justificadas. La
tasa de vacunación entre los ancianos y otros grupos vulnerables es
relativamente baja en China. La infraestructura sanitaria no es adecuada, y
la cobertura de salud de la población de trabajadores migrantes es
especialmente pobre. Si tomaran la decisión que tomaron casi todos los
países del mundo de dejar que el virus circule de forma más o menos libre,
es probable que el resultado fuera la muerte de cientos de miles de
personas.



Pero ahora que el mundo decidió seguir adelante, aun pagando el precio de
muertes masivas y trágicas, es difícil que las ciudades chinas sigan
viviendo en una situación en la que la vida puede ser bastante precaria.
Cada vez que existe una alarma sanitaria, los habitantes no pueden salir de
sus casas ni pueden ir a trabajar, y esto pone en riesgo su capacidad de
sustentarse. Algunas veces estas acciones son vividas como algo más o menos
arbitrario, y no necesariamente como la satisfacción del interés de la salud
pública.



Las diferencias entre el confinamiento de Shanghái en abril de este año y el
confinamiento inicial de Wuhan de 2020 son importantes. Cuando analizamos el
confinamiento de Wuhan, notamos que contó con mucho respaldo a nivel social
y con mucho compromiso y participación. Fue difícil, y parecía severo, pero
la población lo apoyó. Este apoyo, pienso, terminó erosionándose
dramáticamente, y el Gobierno tendrá cada vez más dificultades para generar
adhesión a medidas realmente duras como las de los confinamientos recientes.



Uno de los motivos es que durante estos últimos confinamientos, los
gobiernos y los empleadores exigieron que las personas siguieran trabajando.
Les dicen a sus trabajadores que deben permanecer en sus puestos y trabajar
a toda máquina. Pienso que el caso de Foxconn es una buena muestra: ningún
lugar del mundo tiene un ritmo de producción tan rápido como el de Foxconn,
sobre todo ahora que incrementaron el volumen de producción de iPhones y
cosas por el estilo.



Por todo esto pienso que el acontecimiento de Foxconn es una especie de
forma exagerada de lo que los chinos vienen sintiendo y de su desilusión.



También hay otro motivo por el que pienso que este acontecimiento tuvo la
resonancia a la que hicieron referencia en su pregunta, especialmente entre
los militantes sindicales. Es la larga historia de violación de derechos
laborales de Foxconn. Foxconn es una empresa infame por sus niveles de
explotación y por el control que tiene sobre la vida y sobre cada uno de los
movimientos de sus empleados.



-Volveremos más detalladamente sobre estos mecanismos de control laboral.
Pero antes nos gustaría saber de dónde viene este sistema de gestión de
circuito cerrado y cómo funciona. Es un sistema que fue utilizado por otras
fábricas en otras ciudades bastante tiempo antes de ser aplicado en Foxconn.



Es importante que hagamos una breve historia del sistema de circuito
cerrado, y lo cierto es que esta historia empieza en Estados Unidos.



Si nos remontamos al verano y otoño de 2020, la Asociación Nacional de
Basquet (NBA) creó lo que denominó la “burbuja”, que fue una campaña de la
asociación para garantizar la realización de la temporada y de las finales.
La NBA llevó a todos los equipos a Florida y creó un sistema en el que los
jugadores no podían irse y muy pocas personas podían entrar. Los jugadores
se alojaron en locales preparados por la asociación, que también garantizaba
suministros médicos y alimentación. No hubo espectadores y la final fue un
éxito.



La burbuja de la NBA fue adaptada a los Juegos Olímpicos de Invierno en
Beijing. Por supuesto, tratándose en este caso del gobierno chino, las
medidas fueron más duras. Y más tarde el modelo fue desplegado en distintas
fábricas del país. La primera vez que fue realmente implementado a gran
escala fue durante el confinamiento de Shanghái. Cuando los casos empezaron
a crecer en marzo de 2022, las autoridades implementaron medidas de
confinamiento que duraron todo abril y mayo.



En cierto punto de abril, el gobierno identificó 666 empresas fundamentales
para el funcionamiento de la economía de Shanghái, y estas empresas
implementaron el sistema de circuito cerrado y continuaron con sus
operaciones.



La evidencia indica que los trabajadores podían elegir si querían entrar en
el circuito cerrado. Pero la cuestión es el margen de decisión real que
tiene un trabajador de cuello azul. Si no entraba, perdía el empleo. Si
entraba, no estaba claro por cuánto tiempo. En un primer momento pensaron
que duraría apenas dos semanas, pero en algunos casos terminó durando más de
setenta días.



Entre los ejemplos notables de implementación del sistema de circuito
cerrado está la gigafábrica de Tesla en Shanghái, que es la instalación
productiva más grande de Tesla a nivel mundial, y también la fábrica Quanta,
que suministra componentes electrónicos a Apple y a Tesla.



Algunas empresas no tienen dormitorios in situ y los trabajadores fueron
obligados a dormir en el suelo de los talleres. Durante el tiempo que duró
el confinamiento no podían comprar comida, y no podían abandonar la fábrica
para visitar a su familia o a sus amigos. Así que toda su vida terminó
encerrada entre los muros de sus espacios de trabajo.



Las medidas pretenden evitar que los trabajadores abandonen las ciudades y
mantener la economía en funcionamiento, pero generan un estrés insoportable
en la vida cotidiana.



-La línea entre el sistema de circuito cerrado como medida supuestamente
temporaria ante el Covid-19 y el trabajo forzado empezó a volverse cada vez
más borrosa. ¿Es correcto aplicar la categoría de trabajo forzado en estos
casos?



La evidencia que tenemos hasta ahora es incompleta. Deberíamos exigir una
investigación de parte de una institución independiente para saber qué está
sucediendo exactamente. Pero todo indica que hubo prácticas que entran en la
categoría de trabajo forzado. Quiero decir que cuando los trabajadores
abandonaron sus puestos de trabajo, no salieron cómodos por la puerta
principal, sino que saltaron las vallas o buscaron agujeros en los
alambrados y salieron corriendo. Me parece que está bastante claro que se
trata de una situación de no libertad.



Ahora bien, existen muchas causas que explican estas medidas. Una es la
voluntad de conservar a los trabajadores y garantizar que cumplirán las
fechas de entrega de Apple, que son increíblemente severas. Con tantos
trabajadores enfermos y confinados, la intención es tener trabajadores sanos
en la cadena de producción. La otra es que muchas de las responsabilidades
de mantener un sistema de circuito cerrado fueron descentralizadas. Así que
en realidad no es el Estado el que está implementando el sistema, sino estas
empresas particulares.



Por lo tanto, Foxconn es responsable de albergar, alimentar y brindar
atención sanitaria a los trabajadores enfermos. Está haciéndolo a una escala
bastante compleja. Ahora bien, si los trabajadores que dieron positivo
escapan de la fábrica y dan comienzo a un brote fuera de las instalaciones,
esto representará un problema político para Foxconn.



La buena noticia es el rechazo masivo de estas medidas. Podemos pensarlo
como una especie de huelga: la gente se negó a trabajar, al menos bajo esas
condiciones. Y esto terminó forzando un cambio real. A partir de entonces,
Foxconn dijo “bueno, está bien, es verdad que pueden irse cuando quieran,
pero si están dispuestos a quedarse, les pagaremos más”. Pienso que tenemos
que estar más atentos a los modos en los que estas acciones obreras
colectivas fuerzan cambios importantes y potenciales mejoras.



-Nosotros venimos pensando esta cuestión de la acción colectiva en los
mismos términos. La historia fue enmarcada como una fuga obrera de Foxconn,
lo que no deja de ser verdad. Pero, aun si no es un caso de huelga clásica,
es una instancia de negativa colectiva a trabajar. Por supuesto, quedarse o
irse es una decisión individual, pero sabemos que hubo mucho debate entre
los trabajadores que escaparon, y en los videos vemos que se apoyan unos a
otros en el proceso. En este sentido, es una forma de acción colectiva y de
resistencia contra el capital.



No cabe duda de que es una acción colectiva. Los trabajadores estaban
viviendo una situación común encerrados en los dormitorios de la fábrica.
Probablemente desarrollaron, como suele observarse en cualquier acción
colectiva, cierto sentido de interés común, de malestar colectivo y un curso
de acción. Vemos las imágenes y los videos de estas largas filas de cientos
o miles de personas caminando por las avenidas, caminando a través de los
campos, intentando evitar a los trabajadores que supervisan la pandemia que
intentan detenerlas.



No conozco los detalles de la organización, pero claramente tomaron
decisiones colectivas. No hubo una dirección centralizada. Pero es casi
seguro que los trabajadores compartieron información sobre los sitios hacia
los que podían escapar. Una vez que salieron, tienen que haber tenido
información sobre transporte y alimentación.



Los locales comerciales ofrecían agua y comida. Organizaron una especie de
asistencia mutua para intentar ayudar a los trabajadores



Hay otro elemento importante –no sé qué alcance tuvo– y es que vimos que los
locales comerciales ofrecían agua y comida. Organizaron una especie de
asistencia mutua para intentar ayudar a los trabajadores. Pienso que la
simpatía generalizada que los trabajadores encontraron no estuvo solo en
internet, sino en la comunidad. Esto también indica que fue un proceso
colectivo y que incluso las personas que no estaban directamente en las
fábricas simpatizaban con los trabajadores. Es evidente que estamos ante un
mini movimiento social.



-Hablemos un poco sobre quiénes son y de dónde vienen estos trabajadores de
la fábrica de Foxconn en Zhengzhou.



Primero deberíamos repasar brevemente los antecedentes de la expansión de
Foxconn en China. Foxconn es una empresa taiwanesa. Su primera fábrica
grande, que empezó a crecer a comienzos de los años 2000, estuvo en
Shenzhen. En su mejor momento, la fábrica más grande de Shenzhen tenía cerca
de 400.000 empleados. Pero a mediados de los años 2000, en medio de esta
enorme expansión, Shenzhen empezó a experimentar escasez de trabajo.



Luego, parte de su estrategia para garantizar la producción en la escala
masiva que exige Apple fue expandir algunas de sus fábricas en otras zonas
del interior, incluida Zhengzhou, pero también Taiyuan y Chengdu, entre
otras.



Zhengzhou es la más grande. Uno de los puntos que utilizó el gobierno de
Zhengzhou para convencer a la empresa de localizar las instalaciones en la
zona fue que Henan es una de las provincias más populosas (tiene más de cien
millones de personas). No es una zona tan rica. En el interior de Zhengzhou
viven muchas personas, y el gobierno sugirió que podían convertirse en
buenos trabajadores para Foxconn.



En contraste con lo que vimos en la fábrica de Shenzhen, donde los
trabajadores provenían de todas partes del país, en Zhengzhou muchos
trabajadores son del interior de la provincia. No son locales en el sentido
de que no son propiamente de la ciudad de Zhengzhou, pero sí vienen de las
ciudades y pueblos circundantes.



Esta es una diferencia importante, y realmente significativa para comprender
este acontecimiento particular de la fuga obrera. Los trabajadores
emprendieron un camino realmente largo. Me llegaron informes de que había
gente que planeaba caminar más o menos doscientos kilómetros. Mucha gente
terminó siendo recogida por los vehículos que circulaban por la zona. Pero
la idea de pasar un día o dos caminando por la ruta hasta llegar a casa era
real.



-En términos de la composición de la fuerza de trabajo, tuvimos acceso a
informes que sugieren que tal vez el 70 o el 80% de los trabajadores de la
cadena de producción de la fábrica de Foxconn en Zhengzhou son lo que
solemos denominar trabajadores temporarios, es decir, que no firman
contratos directamente con Foxconn, y de esta manera la empresa cuenta con
una mano de obra flexible y casual.



No tengo números exactos. Supongo que Foxconn hará todo lo que esté a su
alcance para evitar que estos números salgan a la luz. Según la legislación
laboral china, una empresa no puede tener más del 10% de su fuerza laboral
en una situación irregular. Pero hubo muchos informes de que Foxconn y otros
proveedores de Apple violaban sistemáticamente estas disposiciones desde
hacía años.



Un motivo es que es más barato. En estas condiciones, las empresas no pagan
ningún tipo de seguro social. Otro es que esta forma de trabajo permite más
flexibilidad para que Foxconn responda a las exigencias de Apple de
incrementar la producción en momentos particulares del año, y minimice en el
mismo movimiento los costos laborales.



Hay otra categoría de trabajadores que considero que es importante
mencionar. Los estudiantes pasantes. Las empresas utilizan mucho la fuerza
de trabajo de los pasantes. Los pasantes son estudiantes de escuelas
técnicas y son enviados a Foxconn y a otras fábricas electrónicas. La
fábrica de Foxconn en Zhengzhou viene utilizando ilegalmente el trabajo de
estos pasantes desde hace más de diez años.



Muchas veces estas pasantías no tienen nada que ver con el tema de estudio
de los alumnos. Pero dado que existen acuerdos entre las escuelas y las
empresas, las escuelas se niegan a emitir los diplomas de los estudiantes a
menos que hagan estas “prácticas” en el marco de las que reciben un salario
inferior al de los trabajadores regulares y no acceden a ningún tipo de
beneficio. Es evidente que estamos ante una forma, si no de trabajo forzado,
sí de trabajo no totalmente libre.



-Estas precisiones son muy importantes. Nos gustaría preguntarte cómo fue
que Foxconn llegó a ser capaz de gestionar y controlar una fuerza de trabajo
tan grande en sus fábricas. ¿Cómo lo hace?



Una de las disposiciones clave de Foxconn y de otras fábricas que operan con
trabajo intensivo fue el régimen de dormitorios. Estas fábricas orientadas a
la exportación albergan a los trabajadores en dormitorios in situ. Hasta
cierto punto la situación cambió en la actualidad, y es menos común que hace
15 años. Pero la fábrica de Foxconn en Zhengzhou sigue aplicando esta
disposición.



Puede sonar como un beneficio agradable, y puede ser útil para los
trabajadores que vienen de muy lejos. Pero también es útil como una
herramienta de control laboral porque es fácil supervisar a los trabajadores
en estos espacios.



Otra cosa es que Foxconn es famosa por romper todas las redes sociales
preexistentes con su régimen de dormitorios. Los trabajadores chinos suelen
venir en grupo por medio de redes que conectan la fábrica con sus ciudades o
pueblos. Estos grupos hablan dialectos similares y consecuentemente tienen
un tipo de conexión social particular.



Foxconn intenta romper estos grupos a propósito, y pone a estas personas a
dormir con gente desconocida que viene de otras regiones del país. La
empresa no quiere que los trabajadores generen este tipo de red social que
podría servirles para movilizarse en contra de los empleadores.



Pero lo fundamental es que el régimen de dormitorios permite movilizar la
fuerza de trabajo de una manera consistente con las demandas de los clientes
de Foxconn, de los cuales el principal es Apple, que durante las temporadas
más agitadas imponen condiciones de trabajo intolerables.



Estas empresas exigen que la gente trabaje no solo nueve o diez horas por
día, sino hasta once, doce, trece o catorce. Cuando algo sale mal, la
administración puede sacar a los trabajadores de sus dormitorios en la mitad
de la noche y enviarlos a la línea de montaje.



-Probablemente muchos asumen que las condiciones de trabajo en China
mejoraron en los últimos años, pero claramente todavía hay muchos problemas.



Pienso que no hace falta considerar toda la organización de la cadena de
suministros, que se remonta hasta Apple, y que es generada por la
competencia mercantil entre Apple y otras empresas electrónicas. En los
últimos años observamos que, a medida que los costos laborales en China
empezaron a crecer, Foxconn empezó a relocalizar sus fábricas en otras
partes, como Vietnam. Hoy la empresa está en medio de una enorme expansión
en la India.



Es importante analizar las cosas específicas y terribles que los empleadores
hacen en Zhengzhou y en otros lugares. Pero también, si nos interesa abordar
el problema seriamente en vez de simplemente contentarnos con la
relocalización de los abusos laborales en otro país, tenemos que tener una
perspectiva global y pensar en distintas formas de organizar la producción a
nivel mundial.



-Como dijiste, las fábricas de Foxconn no solo operan en China. Hace años
que la empresa invierte y construye instalaciones en todo el mundo. ¿Qué
sabemos de la presencia global de Foxconn y qué impacto tiene en los
estándares laborales?



Foxconn no quiere quedarse quieta. Pasó de ser, hace una generación, una
empresa no tan importante de Taiwán hasta convertirse en este gigante que
integra la lista Fortune 500 y juega un rol clave en la producción de
insumos electrónicos fundamentales.



Reconoce algunas de las limitaciones de producción que tiene en China. Pero
no logrará expandirse en otros países del mismo modo en que lo hizo en el
gigante asiático, donde cuenta con una escala y una eficiencia enorme, por
no mencionar la represión política de la clase trabajadora de la que también
supo sacar ventaja durante los últimos quince o veinte años. Foxconn
simplemente no puede reproducir este modelo en Vietnam, en India, ni en
ninguna parte en donde decida invertir.



No soy especialista en estos países como para decir qué tan consistentes son
sus prácticas laborales en las distintas empresas. Estudié un poco la
fábrica de automóviles que Foxconn tiene en Ohio, y estoy seguro de que no
podrá hacer lo mismo que hace en Zhengzhou.



En primer lugar, la escala de la fábrica ni siquiera se acerca a la china, y
en cuanto a albergar a los trabajadores en las instalaciones, eso es ilegal
en Ohio. También enfrenta una posible amenaza de sindicalización, aunque
hasta ahora las fábricas de automóviles extranjeras lograron evitar la
sindicalización en los Estados Unidos.



-Hubo mucha cobertura del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de
China. Es realmente difícil avanzar más allá de la especulación en cuanto a
la política de las élites, que es realmente difícil de descifrar. Esto es
comprensible porque no es fácil viajar a China con las restricciones del
Covid-19 para observar la situación y hablar con la gente. La información
que tenemos es opaca.



-Así que la situación de Foxconn ofrece un tipo de ventana para comprender
lo que está sucediendo. ¿Qué implicancias tiene la situación de Foxconn en
nuestra comprensión del trabajo en China, y qué nos enseña sobre una posible
solidaridad obrera internacionalista?



Bueno, está claro que hoy es imposible hacer investigación académica en el
lugar. Las oenegés dedicadas al mundo del trabajo que solían operar
difundiendo información fueron clausuradas o se les impide que realicen sus
actividades cotidianas.



A riesgo de estirar demasiado la metáfora, existe también algo así como un
circuito cerrado de información. Esto hace que sea muy difícil saber cuánto
apoyar las acciones de los trabajadores chinos, o hasta qué punto manifestar
solidaridad.



Mi expectativa es que este incidente fuerce a la gente de Beijing –pero
también a los gobiernos locales que deben implementar estas políticas– a
pensar una versión proobrera del control de la pandemia, porque vimos que
las medidas impactan de manera desproporcionada sobre los trabajadores.



Uno de los elementos sobre el acontecimiento de Foxconn –no estoy seguro si
quiero decir que es alentador– es que nos recuerda que los trabajadores
chinos continúan la tradición de acción colectiva, de rebelarse contra las
injusticias laborales, que observamos en la generación pasada.



Nos permite pensar modos, no de apoyar directamente a los trabajadores
(porque esto es todavía prácticamente imposible), pero sí al menos de enviar
señales de solidaridad. Pienso que es importante que la gente que está en
China sea capaz de entender que la gente que no vive en el país –que consume
los productos que hacen o que viven en los países donde probablemente viven
sus empleadores– es capaz de solidarizarse.



* Asian Labour Review es una plataforma de análisis y de intercambio
independiente sobre el movimiento obrero asiático. Esta entrevista fue
traducida y publicada en Jacobin América Latina:
https://jacobinlat.com/2022/11/16/huir-del-trabajo-para-escapar-a-la-explota
cion/

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