Irán/ Las fuerzas Basij, baluarte del gobierno contra las manifestaciones. [Benoit Faucon]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Dic 29 10:25:13 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

29 de diciembre 2022

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Irán



Las fuerzas Basij, baluarte del gobierno contra las manifestaciones



Puestos de trabajo y armas para las fuerzas paramilitares defensoras del
régimen.



Benoit Faucon

A l’encontre, 28-12-2022

http://alencontre.org/

Traducción de Correspondencia de Prensa



Cuando durante un enfrentamiento, los manifestantes mataron, el mes pasado,
a Mohammed Zareh Mowaydi, miembro de la Guardia Revolucionaria, el ejército
difundió imágenes de su cadáver, en las que un clérigo sostenía la mano
derecha del muerto, marcada por años de trabajo como agricultor. "Muestren
las palmas de sus manos", gritó el clérigo, dirigiéndose a los participantes
en las protestas. " Ustedes, que dicen liberar a nuestro pueblo, ¿tienen las
palmas de las manos cubiertas de callos como él?"



Zareh Mowaydi era uno de los miles de partidarios incondicionales de la
República Islámica con los que cuenta el gobierno para acabar con un
movimiento de protesta que dura ya más de tres meses. Ya sea en el Cuerpo de
la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) o en milicias menos oficiales,
estos partidarios fieles han reprimido a los manifestantes en las calles,
han defendido los valores de la República Islámica y, en algunos casos, han
muerto por ellos.



Aproximadamente uno de cada cinco iraníes dice apoyar el sistema actual,
según las encuestas realizadas en el país por el Group for Analyzing and
Measuring Attitudes in Iran, una fundación holandesa de investigación sin
fines de lucro. El gobierno le otorga a esta minoría -a menudo de orígenes
económicamente modestos y socialmente conservadores- beneficios, empleos y
armas, lo que hace de ella una fuerza clave para mantener el statu quo.



"Hay una fina pero sólida capa que es profundamente leal", declaró Sanam
Vakil, subdirectora del programa Medio Oriente y África del Norte del Real
Instituto de Asuntos Internacionales británico, o Chatham House. Sin estos
partidarios, dijo, "el régimen se desmoronaría". Los incondicionales no
tienen adónde ir. Por eso el régimen sigue seguro y mantiene el control".



Sin embargo, actualmente, su lealtad es puesta a prueba en su intento de
hacer frente al desafío más duro al que se ha enfrentado la República
Islámica en más de una década. Al menos 62 partidarios del gobierno han
muerto en las protestas, así como 502 manifestantes, según la Human Rights
Activists News Agency, que registra y documenta las violaciones de los
derechos humanos en Irán.



Las protestas comenzaron en septiembre después de que Mahsa (Jina) Amini, de
22 años, muriera bajo custodia policial por violar supuestamente el código
de indumentaria femenina de Irán. Al principio, las manifestaciones exigían
que el uso del pañuelo no fuera obligatorio y, más tarde, llamaron al
derrocamiento del Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y del sistema
islámico de gobierno.



La persistencia de las protestas sorprendió a los observadores extranjeros,
pero los gobiernos occidentales y del Medio Oriente consideran que las
manifestaciones aún no representan una amenaza para el derrocamiento del
poder en Teherán.



El grupo más visible que se opone a los manifestantes es el de las Basij,
una fuerza de 700.000 voluntarios formada durante la revolución de 1979 como
milicia juvenil y que desde entonces se ha convertido en una institución que
impregna la sociedad iraní. Las fuerzas Basij son una estructura que
defiende de manera intransigente a la República Islámica, un sistema
político predominantemente religioso cuyo jefe de Estado indiscutible es Alí
Jamenei. Las Basij abogan por el mantenimiento de un código estricto de
vestimenta femenina, apoyan las operaciones militares regionales de Irán
como medio de defensa de los sitios musulmanes sagrados y se oponen a
cualquier normalización de las relaciones con Estados Unidos e Israel.



Otros grupos son el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), un
ejército de 210.000 efectivos encargado de proteger al gobierno de los
disturbios internos y de los ataques extranjeros.



Los dirigentes iraníes preparan a los jóvenes de familias conservadoras para
que se unan a la Basij, formándolos sobre los principios religiosos y las
opiniones antioccidentales en campos de entrenamiento para niños y clubes de
barrio, según Saeid Golkar, un experto en los servicios de seguridad iraníes
profesor de la Universidad de Tennessee en Chattanooga. Los jóvenes leales
tienen prioridad en las mejores universidades iraníes, lo

que les permite aspirar a los puestos más altos del gobierno y a empleos
bien remunerados en empresas controladas por las facciones de la línea dura,
según Saeid Golkar.



***



Los miembros de las Basij constituyen gran parte de las fuerzas de choque
enviadas para reprimir las protestas en Teherán, en la ciudad meridional
iraní de Shiraz y en las provincias de Sistán-Baluchistán y Kurdistán, donde
la violencia ha adquirido un cariz militarizado, según los medios estatales
iraníes.



Tienen un papel clave en la vigilancia de los edificios gubernamentales
importantes. Y mientras la Policía de la moral del país ha pasado a un
segundo plano ante la indignación provocada por la muerte de Masha Amini,
las Basij contribuyen a la aplicación de las leyes sobre códigos de
vestimenta y comportamiento público, a menudo de forma violenta.



Las Basij han sido especialmente visibles en las refriegas en los campus
universitarios iraníes. Durante las recientes protestas en la Universidad
Tecnológica Sharif de Teherán, Mohammad Reza Ziyai, un dirigente estudiantil
de las Basij, fue el responsable de una campaña contra los estudiantes que
manifestaban para acabar con la República Islámica. Mohammad Ziyai y su
grupo de 50 personas mantuvieron un debate abierto sobre cómo castigar a los
manifestantes, que pedían la muerte del líder del país. Dijo que era él el
estudiante que había dicho en un vídeo publicado en octubre: "Si lanzan
consignas contra Jamenei, nos opondremos a ellos". Más tarde, oficiales
vestidos de civil, armados con porras y pistolas irrumpieron en la
universidad.



Los grupos de defensa de los derechos humanos han denunciado a las Basij, al
Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y a otros grupos leales al
régimen por su uso de la violencia contra los manifestantes. Amnistía
Internacional afirmó haber documentado la utilización de municiones reales,
perdigones, bolas de acero, gases lacrimógenos y cañones de agua. Estados
Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido sancionaron a los dirigentes de
las Basij por su uso de la violencia en la represión de las protestas.



Mientras que algunos actores [por ejemplo, la actriz Taraneh Alidoosti,
conocida internacionalmente, fue detenida en diciembre por haber condenado
la ejecución de Mohsen Shekari en las redes sociales], deportistas y
miembros de profesiones liberales han expresado su apoyo al movimiento de
protesta, el gobierno, por su parte, presenta a sus partidarios más leales
como modelos de conducta para la nación. El mes pasado, Ali Jamenei elogió a
las Basij y expresó su admiración por los que perdieron la vida en la lucha
contra las protestas, a las que calificó de disturbios. "Sacrificaron sus
vidas para proteger al pueblo de los agitadores", dijo en un discurso
televisado que fue interpretado ampliamente como una arenga a las Basij.



Los manifestantes atacaron sobre todo a las Basij, símbolo de la República
Islámica, quemando sus oficinas y enfrentándose a ellos en las calles. La
mayoría de los manifestantes condenados a muerte fueron declarados culpables
de asesinar a basiyíes. Entre los condenados se encuentra la manifestante
Majidreza Rahnavard, ejecutada a principios de diciembre, acusada de la
muerte de dos basiyíes.



Los miembros de las fuerzas Basij son transferidos regularmente al Cuerpo de
la Guardia Revolucionaria para desempeñar funciones más formales de
represión. Ese fue el trayecto de Mohammed Zareh Mowaydi. Creció en una
granja de un pueblo situado cerca de Shiraz, se enroló en las Basij, hizo
una formación como imán y luego se unió a la Fuerza Al-Quds del CGRI, una
unidad de élite desplegada en el extranjero. Mohammed Zareh Mowaydi, de 37
años, combatió con la Fuerza Al-Quds en defensa del gobierno de Bashar
al-Assad en Siria y sobrevivió a combates con el Estado Islámico y otros
grupos extremistas y rebeldes, según los medios estatales iraníes.



En diciembre, tras su misión durante las protestas, debía reincorporarse a
su puesto de francotirador en Siria, según declaró su tía a la agencia de
noticias conservadora Fars. Pero el 15 de noviembre fue alcanzado en la
cabeza por un cóctel molotov durante una protesta en Shiraz y sucumbió a sus
heridas. "Estaba dispuesto a sacrificar su vida", declaró su hermano Abdur
Rahim a la agencia de noticias militar iraní Defa Press. "Al final, se
cumplió su deseo".



(Publicado en The Wall Street Journal, 27-12-2022:
https://www.wsj.com/articles/iranian-government-relies-on-loyal-supporters-a
s-bulwark-against-protests-11672151114)

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