Colombia/ La aprensión de las élites. La oposición que espera al gobierno de Petro. [Antonio Gómez-Sánchez - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Jul 1 12:41:09 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

1° de julio 2022

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Colombia



La oposición que espera al gobierno de Gustavo Petro



La aprensión de las élites



Desde que se supo la victoria de Petro, una pregunta tomó inusitada fuerza y
empezó a preocupar a propios y ajenos: ¿Qué será de la oposición? Para
aclarar este escenario que, aunque cercano, es todavía futuro, Brecha habló
con el sociólogo y profesor universitario colombiano Antonio Gómez-Sánchez.



Giovanny Jaramillo Rojas, desde Bogotá

Brecha, 1-7-2022

https://brecha.com.uy/



Marelen Castillo, compañera de fórmula de Rodolfo Hernández, el 19 de junio
en Cali, Colombia. AFP, STR

En su primer discurso como presidente electo, Gustavo Petro aseguró que no
perseguirá a nadie y que las puertas de la casa de gobierno permanecerán
abiertas para el diálogo. Estas palabras contrastan radicalmente con las
posturas de todos los gobiernos sucedidos desde el asesinato de Jorge
Eliécer Gaitán, en 1948. Para no ir tan lejos, en la posesión de Iván Duque,
el entrante presidente del Senado Ernesto Macías dio un sonado discurso en
el que echaba abajo el proceso de paz con la extinta guerrilla de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de dejar clara la
necesidad de volver a la «mano dura» contra todo aquello que se saliera de
los parámetros gubernamentales.



Hoy sabemos que las autoridades cumplieron: según la ONG Instituto de
Estudios para el Desarrollo y la Paz, en el período transcurrido entre la
toma de posesión de Iván Duque, ocurrida en agosto de 2018, y hasta junio de
2022, han sido asesinados en el país 833 líderes sociales, ambientales y
defensores de derechos humanos, y se han perpetrado 161 homicidios
selectivos a firmantes del proceso de paz y excombatientes de las FARC.



Estas cifras, someras, apenas muestran lo asentado oficialmente, sin tener
en cuenta desplazamientos, desapariciones forzadas y asesinatos a población
civil, que luego son registrados como bajas insurgentes.



El nuevo presidente llega a gobernar un país absolutamente dividido. Los
resultados de la segunda vuelta electoral no mienten: 11.291.986 votos para
Gustavo Petro y 10.604.337 votos para Rodolfo Hernández. Poco más de 680 mil
votos hacen la diferencia en una nación que históricamente ha querido
aplastar, justamente, las diferencias.



A la particular candidatura de Hernández fue a parar el gran brazo
político-ideológico que removió una y otra vez el país en los últimos 20
años: el uribismo y, con este, toda la maquinaria conservadora y neoliberal.
A las incógnitas que de allí se desprenden respondió en esta entrevista
Antonio Gómez-Sánchez, sociólogo de la Universidad Externado de Colombia y
miembro del movimiento político y social Marcha Patriótica, parte de la
coalición Pacto Histórico, que llevó a Petro al triunfo en las elecciones.



—¿Cómo se comportará la oposición en el gobierno de Gustavo Petro?



Primero, no sería la primera vez que el uribismo hace oposición. Recordemos
que Juan Manuel Santos, exministro de Defensa de Álvaro Uribe, se hace
presidente en 2010 con el lema «Para seguir avanzando», en clara alusión y
apoyo a los dos períodos consecutivos de su mentor y predecesor. No
obstante, días después de su posesión, Santos aterrizó en Caracas y bautizó
a Hugo Chávez como su «nuevo mejor amigo». Luego, en 2011, tramitó y sacó a
flote la ley de víctimas y, finalmente, en 2016, firmó en La Habana el
Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto. En este contexto de
«traición», el uribismo no tuvo otra alternativa que declararse en
oposición, pero no como una simple facción de derecha, sino más bien como
una elite de terratenientes que tenía plena autonomía de acción en
diferentes territorios. De esta manera, el Centro Democrático, partido
fundado por Uribe, se plantó férreamente contra el gobierno de Santos. Ahora
bien, con Gustavo Petro como presidente, el uribismo ya no abanderará la
oposición de corte político que llevó a cabo con Santos, sino que empezará a
operar en una oposición de corte económico. El uribismo siempre estuvo de
acuerdo con Santos en materia económica; lo que no aceptó nunca fue la
postura política humanitaria que este adoptó con el conflicto. En el nuevo
marco, lo que se espera es una oposición mucho más recalcitrante, robusta en
lo político y profundamente temerosa por lo económico.



—¿Será una oposición radical?



Naturalmente, sobre todo en lo que refiere a planes de reorganización del
campo, reformas rurales, la no exploración petrolera y la postura que
privilegia el medioambiente por sobre el dinero, todas promesas de Petro en
su campaña.



—¿Cuáles serían las caras más visibles de esta oposición?



Álvaro Uribe, sin duda, es la imagen más fuerte, aunque el hombre, siendo
fiel a su salida del espectro político, sucedida de forma progresiva en los
últimos meses, no se ha mostrado beligerante. Puede ser que funcione más
como un símbolo que de una forma concreta. «Para defender la democracia es
menester acatarla. Gustavo Petro es el presidente. Que nos guíe un
sentimiento: primero Colombia», puso en su Twitter el exmandatario una vez
que se oficializaron los resultados de la segunda vuelta.



Lo cierto es que se están gestando nuevos liderazgos de derecha. Por un
lado, el excandidato presidencial Enrique Gómez Martínez y el partido que
fundó su tío Álvaro Gómez Hurtado, Movimiento de Salvación Nacional. Gómez
es un hombre de la derecha clásica: estudiado, forjador de la familia,
defensor de la tradición y con posturas claras sobre la propiedad privada.
Por otro lado, están Miguel Uribe Turbay, nieto del expresidente Julio César
Turbay y la cara más joven del Centro Democrático [36 años], y las hoy
senadoras de la república, también por el Centro Democrático, las polémicas
Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, cuyo odio hacia Petro la ha llevado
a ser tendencia en redes sociales.



—¿Además del uribismo hay otras fuerzas políticas que pueden oponerse al
gobierno de Petro?



—Uribe está entrando en su otoño, se irá desvaneciendo, como sucede con el
patriarca que nos pintó Gabo, y seguramente muchas cosas de su particular
manera de hacer política y «patria», como él mismo lo ha dicho, saldrán a
flote y no precisamente para beneficiarlo. Como ya lo dije, veo en las
figuras de Enrique Gómez, Paloma Valencia y María Fernanda Cabal ese nuevo
talante. Ahora bien, lo que sí podría surgir de forma inesperada es una
oposición de las facciones más extremistas de la izquierda, por ejemplo, el
ELN [Ejército de Liberación Nacional], que felicitó el ascenso de Petro y
reabrió las rutas para un nuevo diálogo de paz, pero que a su vez le
advirtió que, de traicionar «los principios del pueblo», no dudarían en
volver a la beligerancia.



—¿Hablamos de una oposición tradicional entre fuerzas de derecha e
izquierda?



Estos conceptos se están modificando. Es evidente que en el siglo XXI los
conceptos de izquierda y derecha tal como los conocíamos forman parte de un
pasado cada vez más lejano. Ahora hay formas de lucha que parten de la
diversidad y que, a sus muy creativas maneras, saben cuestionar y dejar
atrás los tufos hegemónicos en pro de cambios sociales estructurales y
necesarios. Puede ser que estemos frente a un cambio generacional, con
obvios reductos, tanto de un lado como del otro, y en eso consiste el Pacto
Histórico: en poner sobre la mesa el diálogo.



—¿Cómo sorteará a la oposición el nuevo presidente?



Ya se está planteando un ejercicio democrático inédito en Colombia, a
disgusto incluso de la misma izquierda que acompañó la campaña de Petro. Con
la formación del gabinete se está viendo la realización de eso que ha
devenido en Acuerdo Nacional, en el que no solo confluyen las diferentes
fuerzas coincidentes ideológicamente con el gobierno entrante, sino todas
las que quieran sumarse a proyectar, sin favores ni platas de por medio.
Seguro habrá un buen trato hacia la oposición bajo la idea que ha expresado
de «no quiero hacerle a nadie lo que ya me hicieron a mí» [como legislador
opositor, Petro debió soportar el exilio, constantes amenazas de muerte y
espionaje ilegal en su contra], y esto, en últimas, se traduce en la
consolidación del diálogo como motor del cambio.



—¿Es posible que se desaten oposiciones dentro del propio petrismo?



—No parece posible. Por el contrario, creo que, al haber durado tantos años
sin victoria, lo que sucedió fue que diferentes tendencias del movimiento
popular, como campesinos, indígenas, comunidades afro, académicos,
militantes, organizaciones sindicales, barriales, etcétera, se han fusionado
casi que creando una nueva forma de identificación común que, hasta el
momento, quiere avanzar hacia el mismo lugar. Por supuesto que habrá muchos
descontentos y desaprobaciones, incluso posiciones contradictoras, pero me
parece que no pasarán de fuerzas residuales.



—¿Se puede decir que el país está dividido entre quienes quieren «vivir
sabroso», por tomar la expresión afrocolombiana popularizada por la
vicepresidenta electa, Francia Márquez, y los que no?



El «vivir sabroso» es una postura ancestral, un principio filosófico que
reivindica el «soy porque somos», un principio que visibiliza la otredad y
la importancia de la diferencia como motor de cambio. Es aprovechar el
privilegio de la vida, pero no desde la perspectiva material, sino desde la
empatía. No creo que, así planteado, haya gente que se pueda negar a esto.
Siento más bien que hay miedo y, por supuesto, desinformación.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220701/32877214/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa