Colombia/ Petro les impone a los militares un ministro y un vigilante. [La Silla Vacía]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Jul 24 22:58:14 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

24 de julio 2022

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Colombia



Con Iván Velázquez, Petro les pone a los militares un ministro y un
vigilante



Santiago Rodríguez Álvarez/Juan Manuel Flórez Arias

La Silla Vacía, 24-7-2022

https://www.lasillavacia.com/



El presidente electo Gustavo Petro escogió como líder de las fuerzas armadas
a un fiscal anticorrupción que las ha vigilado antes y criticado
recientemente: Iván Velásquez, uno de los mayores investigadores del país,
que ayudó a destapar la parapolítica en Colombia, investigó las redes del
cartel de Medellín y luego sacó a la luz casos de corrupción en Guatemala.
Con ese perfil, Petro envía un mensaje claro: su prioridad será una reforma
de raíz a las fuerzas armadas, más que tender una bandera blanca con los
sectores (civiles y militares) prevenidos con el giro a la izquierda en la
Presidencia.



El nuevo Presidente apeló a un ministro de su entera confianza. Se conocen
desde la década de los 2000, cuando investigaron los vínculos entre
políticos y paramilitares: Petro desde el Congreso y Velásquez como
coordinador de la unidad especial de la Corte Suprema sobre parapolítica.
Milton Rengifo, que trabajó en el equipo de Petro en la época, dice que
conocieron a Velásquez primero a través de los expedientes de sus
investigaciones sobre parapolítica en Medellín en los noventa, y luego
personalmente cuando estaba en la Corte Suprema. La investigación de
Velásquez, a la que Petro aportó desde sus denuncias en el Congreso, llevó a
la condena de más de 60 políticos, entre ellos el primo del expresidente
Álvaro Uribe, Mario Uribe.



Pero justamente por eso, la designación de Petro pone al frente de la
cartera de Defensa a alguien que es considerado enemigo declarado del
uribismo, y rompe el puente que Petro tendió con ese sector al reunirse con
Uribe. “El nombramiento es un desafío a la oposición y muestra una ausencia
de garantías democráticas. Darle el ministerio de Defensa a un antiuribista
pone en peligro nuestras vidas”, le dijo a La Silla la senadora Paloma
Valencia.



Velásquez se sale del marco del Acuerdo Nacional de otros nombramientos de
Petro, que buscaban figuras más conciliadoras como José Antonio Ocampo, en
Hacienda. El nuevo ministro de Defensa no llega con el mandato de una
transición moderada, sino de un cambio profundo como el que ayudó a generar
en Colombia con el estallido de la parapolítica, y en Guatemala, donde con
sus investigaciones obligó a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina.



Velásquez buscará liderar las fuerzas armadas al tiempo que las vigila, pero
con el riesgo de profundizar tensiones previas del nuevo presidente con los
cuarteles.



Un ministro fiscal



El diagnóstico de Petro sobre las fuerzas armadas estaba claro desde la
campaña: “Hay demasiada policía metida en las nóminas de las bandas
multicrimen”, dijo en una entrevista antes de la primera vuelta . Su
declaración fue parte de una seguidilla de críticas a la corrupción dentro
de las fuerzas armadas, que incluyó un choque con el entonces comandante del
Ejército, Eduardo Zapateiro, que (en un gesto que fue criticado por
intervenir en política) lo acusó de hacer “politiquería” con la muerte de
los soldados.



La discusión se dio tras una publicación donde Petro señaló los nexos entre
militares y grupos criminales. “La cúpula (militar) se corrompe cuando son
los politiqueros del narcotráfico los que terminan ascendiendo a los
generales”, dijo.



Petro listó en su programa de Gobierno varios problemas más en las fuerzas
armadas, como la impunidad en la justicia penal militar y la política de
ascensos. Con ese diagnóstico, planteó una reforma estructural que ahora
queda en manos de Iván Velásquez.



Los aliados políticos de Petro, como el presidente del Senado Roy Barreras,
reforzaron esta idea tras el anuncio del nombramiento: “La maldición del
narcotráfico ha penetrado el tejido social colombiano, el Congreso y también
en no pocas ocasiones a las fuerzas militares y armadas en el pasado y en el
reciente pasado. Un ministro de defensa impecable, jurista, defensor de DDHH
responde a la tradición civilista”, dijo.



Otro de los protagonistas de la política de paz del nuevo gobierno, el
senador Iván Cepeda, le dijo a La Silla sobre Velásquez: “Es un hombre que
ha combatido la criminalidad y se ha identificado con la lucha contra la
corrupción, ese cargo implica precisamente eso”.



Petro anticipó desde su empalme que esta sería su línea. Nombró como
coordinador del sector defensa al general retirado de la Policía William
Salamanca, quien como director de la Inspección General de esa institución
investigó por tráfico de influencias al primer comandante de la Policía de
Iván Duque, el general Óscar Atehortúa, quien sigue en juicio.



Durante su gestión Salamanca (2019-2020) elevó el número de denuncias que
eran reportadas desde la Inspección ante la Fiscalía.



Una fuente cercana al empalme de seguridad, que pidió no ser citada, dijo
que la elección de Velásquez responde al diagnóstico que coordinó Salamanca.
“Es muy importante tener en cuenta que la decisión se toma con base en los
informes del empalme y en qué estado está la cartera de Defensa”, dijo.



Salamanca considera que el nuevo ministro de Defensa podría aportar en la
línea de lucha contra la corrupción. “Las fuerzas armadas no son la
excepción (a la corrupción). Infortunadamente algunos de sus miembros se
desvían del camino de la ética y la moral. Se tiene que actuar para entrar
en defensa de la trayectoria, la historia y lograr mayor credibilidad de las
fuerzas”, le dijo a La Silla.



La crisis de legitimidad de la Fuerza Pública es una prioridad dentro del
programa de gobierno de Petro. Una evidencia de este problema se vio en
mayo, cuando el paro armado del Clan del Golfo demostró la incapacidad de la
Fuerza Pública de reaccionar y generar confianza en las zonas
tradicionalmente dominadas por este grupo armado ilegal.



Esto ha sido reforzado por los presuntos vínculos del Clan con altos
oficiales de la Fuerzas Militares, como Leonardo Barrero, que es acusado de
haber colaborado con alias “Matamba”, quien llegó a ser uno de los
cabecillas más importantes del Clan del Golfo.



Pero aunque Velásquez responde a la lectura de Petro sobre cuál es el
principal problema del sector defensa, deja sueltos otros flancos que el
presidente electo prometió atender en campaña.



Una decisión unilateral de Petro



La elección de Velásquez contradijo varias señales que Petro dio durante la
campaña y en las últimas semanas, en el sentido de que buscaba un punto
medio entre las reformas que quiere hacer y una figura menos distante de los
militares.



Antes de la primera vuelta, por ejemplo, dio a entender que consideraba
poner a un militar retirado: “Los ministros de defensa civiles han
funcionado relativamente porque a veces se vuelven figuras decorativas”,
dijo.



Armando Benedetti, que en la campaña manejó la agenda de Petro y se ha
mantenido como uno de sus asesores más cercanos, también dio indicios de que
buscaban a alguien cercano a los militares. “El Ministerio de Defensa lo
vamos a dejar para lo último. Antes hay que conocer bien qué está pasando
dentro de la fuerza pública para no herir susceptibilidades”, le dijo a La
Silla tras la segunda vuelta.



Después de ser elegido Petro tendió puentes con sectores de los militares y
policías retirados en medio de su estrategia de un Acuerdo Nacional. Y estos
llegaron a proponerle un exuniformado para el ministerio: el sargento
retirado del Ejército  y exsecretario de Paz de Cali, Danis Renteria, quien
era el candidato de Veteranos por Colombia, la asociación de exmilitares que
se acercó a Petro desde la campaña.



En el círculo de Petro, según dijeron dos fuentes que están cerca a la
conformación del gabinete, esperaban a un general retirado o a una mujer
civil con conocimiento del sector, como también anticipó Petro en algunas
entrevistas.



“El Presidente tenía dos alternativas: la militar, que ya había mencionado,
y un ministro como Iván Velásquez que era su opción b”, dijo una de las
fuentes. La otra agregó: “Eso fue una decisión unilateral de Petro: no
participaron ni Alfonso Prada, ni Luis Fernando Velasco”.



Por eso Velásquez tomó por sorpresa incluso a los aliados del nuevo
Presidente. “El nombramiento sorprende un poco por la cartera, pero no por
la persona que el Presidente ya había dicho que iba a participar en el
Gobierno”, dijo el senador del Polo Democrático Iván Cepeda.



Y por el lado de los militares, aunque no rompió los puentes que han tendido
con Petro, los dejó a la expectativa. “No es el nombramiento que
esperábamos, creímos que sería una mujer. Pero nos llega este señor Iván
Velásquez que sabe mucho de crimen transnacional y que ha atacado
fuertemente al Ejército y a la Policía”, dijo el coronel (r) Jhon Marulanda,
presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados (Acore), la
más representativa de los altos mandos de la reserva y que se apoyaron en
campaña a Rodolfo Hernández.



Velásquez ha criticado abiertamente a la Fuerza Pública por sus violaciones
de derechos humanos durante el paro nacional del año pasado.

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