Colombia/ El trabajo es oro. Crónica de una mina artesanal en el valle del Cauca. [Giovanny Jaramillo Rojasdesde]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Jul 30 14:27:22 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

30 de julio 2022

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Colombia



Crónica de una mina artesanal en el valle del Cauca



El trabajo es oro



En el Pacífico colombiano, comunidades lideradas por mujeres afro practican
la minería de oro artesanal con un método ancestral que reemplaza el
mercurio.



Giovanny Jaramillo Rojasdesde desde Villa Estela, Valle del Cauca

Brecha, 30-7-20222

https://brecha.com.uy/



A Evlin Hinestroza la conocen como doña Culebra. Ella suelta una sonrisa
timorata y no sabe explicar el porqué de ese mote. Su delgado cuerpo
contrasta con la fuerza de la que es capaz a la hora de transportar tierra.
A sus 56 años hace gala de un silencio que no tiene nada que ver con
cuidados o desconfianzas, sino más bien con los recogimientos que ostentan
los temperamentos místicos.



Basta con ver a Evlin ejercer la minería de oro, en la quebrada Melquiades,
en Villa Estela, Bajo Calima, con esa circunspección deslumbrante en el
punto más alto del calor en la ardua selva que, con el océano Pacífico
encajado a unos 15 quilómetros de su lugar de trabajo, aprisiona la ciudad
portuaria de Buenaventura.



Don Polo Panameño es su esposo. Tiene 78 años y trabaja al lado de doña
Culebra en una mina de oro que los dos forjaron con el motor que son sus
pulmones y las prodigiosas dragas que son sus manos, todos los días, de
lunes a viernes, desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Ocho
horas, ardientes, con un descanso de diez o 15 minutos para conversar,
hidratarse y comer el pescado que fríen juntos todas las mañanas antes de
salir a minar.



Los implementos de trabajo básicos son una pala, una batea y un pequeño
recipiente de plástico con algunos balines o «guías del oro». La batea es
una especie de bandeja circular amaderada de aproximadamente 50 centímetros
de diámetro, con una leve depresión paracéntrica en la que, después de sobar
y lavar la tierra durante 15 o 20 minutos, se obtienen los granitos de oro.



Marlenys Ramos, de 58 años, comparte la mina con doña Culebra y don Polo. A
pesar de tener casi la misma edad, son sus tíos. Usa su batea para amasar
tierra pálida como si fuera pan, y dice: «Donde hay balines, seguro hay
oro». Se les llaman guías del oro porque ancestralmente el primer indicio de
la proliferación bajo tierra de oro eran estos pedruscos que, aunque varían
en formas y tamaños, tienden a teñirse de color café. Al ser tan minúsculo,
el oro encontrado se pone en un recipiente con estas piedritas y algo de
agua de la quebrada para resguardarlo de un posible extravío.



Un cuarto elemento, aunque más de protección, consiste en un tarrito con un
insecticida blancuzco, llamado Lorsban, que se aplica en pequeñas cantidades
en el espacio en el que se va a minar, y así asegurar que insectos,
alacranes, serpientes y demás animales venenosos no se acerquen a las
cárcavas de tierra, como a los contornos de la ciénaga que, naturalmente,
forma la quebrada.



La mina, en medio del monte tropical, es un barranco de empinamiento
moderado de unos 500 metros cuadrados, con una treintena de hoyos que no
superan el metro de profundidad. El peligro de resbalar y lesionarse es alto
y el centro médico más cercano se encuentra a una hora.



El suelo es ambarino y húmedo, sin llegar a ser barro. De estos hoyos
extraen la tierra que es la que contiene el oro. Don Polo usa un balde, doña
Culebra arrastra un costal y Marlenys pone la materia prima en su batea. Los
pesos de cada arrume de tierra no cambian mucho y rondan la arroba. Cada uno
hace el viaje 25, 30 veces en un día: suben a arañar el terreno y lo bajan a
la ciénaga para lavarlo, retirar piedras, malezas y raíces hasta que, a
partir de movimientos circulares, sincrónicos, casi que danzarios, sobre la
madera van quedando los despojos de la tierra: una arenisca leve, negra, que
llaman jagua, y, cada tanto, un brillo mínimo, como estrella distante en
noche despejada. Un brillo que sonríe y atrae todos los rayos del sol se
asoma y es separado, con respeto y sutileza, como el tesoro que es.



Presenciar la dinámica de extracción es como concentrarse en un feligrés
que, arrodillado, eleva cien oraciones en un par de horas, acariciando con
su fe cada balbuceo, cada imagen de redención, hasta que por fin recibe el
milagro, la salvación y, alucinado, se pone de pie para reafirmar su
esperanza.



Al ser una minería tan exacta y manual, no se necesita, la mayoría de las
veces, usar escobilla, babosa u otras plantas silvestres que al ser
maceradas con agua sueltan una baba que facilita la limpieza del oro o, como
sucede en la minería a gran escala, generalmente ilegal, no se precisa
mercurio ni ningún otro tipo de químico. De hecho, doña Culebra, don Polo y
Marlenys aseguran nunca haber utilizado mercurio ni haber visto que alguien
de la comunidad lo haya usado.



A menos de 10 quilómetros al sur de Villa Estela, transcurre, ermitaño, el
amarillento y vertiginoso río Dagua, famoso porque entre 2009 y 2011, a la
altura del municipio de Zaragoza, fue menoscabado y contaminado hasta más no
poder por una fiebre del oro que duró el tiempo necesario para derrochar lo
extraído, en su mayoría, por gentes de otras partes del país comandadas por
operarios extranjeros. «Antes había más oro, ahora no se saca ni la mitad de
lo que sacaban los abuelos», asegura don Polo.



Marlenys dice que toda su familia, desde tiempos antiguos, ha practicado la
minería de oro, no solo como una forma de supervivencia y autodeterminación
identitaria, sino también como un modelo de proyección patrimonial alrededor
de lo ambiental, lo asociativo y lo equitativo, sin ninguna distinción de
género. Ella no solo sabe y sobrelleva cotidianamente las dificultades
físicas que implica desenterrar y pretender vivir del oro, sino que también
tiene conciencia de la cantidad de peligros que representa vivir en una zona
donde históricamente actúan diferentes grupos armados tanto legales como
ilegales.



Los tres aprendieron el oficio en la infancia, acompañando a sus padres, en
ejercicios plenos de sensibilidad y observación. Marlenys cuenta que una
vez, allá por 1989, con su esposo extrajeron y limpiaron 34 gramos de oro en
una sola faena absolutamente inolvidable, que en términos materiales
significó el total mejoramiento infraestructural de su humilde casa. No
obstante, remarca que fue una excepción, ya que la mayoría de las personas
que hacen minería en Villa Estela y alrededores lo hacen para subsistir.



Un día de astros alineados doña Culebra y don Polo pueden sacar un gramo,
pero lo normal, desde hace muchos años, tiende a merodear las dos o tres
décimas (0,20-0,30 gramos), lo que pesa la cuarta parte de un grano de
arroz: una nimiedad apenas perceptible por su resplandor.



Ella y su marido solo bajan a Buenaventura a vender el oro cuando juntan más
de dos gramos. Y eso pasa, con suerte, una vez al mes. Por cada gramo
reciben 160 mil pesos (40 dólares). Ese mismo gramo que ellos extraen en una
labor suprahumana, una vez cae en las manos de los comerciantes, sube el
precio un 30 por ciento y ya cuando se vuelve sortija, pulsera, dije o
cadena, puede aumentar hasta en un 100 por ciento en cualquier comercio
joyero de Buenaventura y así va subiendo en la medida en la que llega a
Cali, a Bogotá o a Nueva York.



Ni Marlenys, ni doña Culebra, ni don Polo tienen joyas de oro.



—¿Por qué?



—Con esto basta –responde Marlenys, sacando sus manos de la batea y
mostrándolas embadurnadas de tierra.



Doña Culebra mira a su sobrina y sonríe por segunda vez en el día. Don Polo,
a lo lejos, musita una ranchera. Por una rendija de la tarde se cuelan
refrescantes ráfagas de viento. Volver a casa, en ceros, es la parte menos
preciada del trabajo.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220730/827f6c01/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa