Argentina/ El Frente de Todos a las puertas del divorcio: Cristinismo vs. Albertismo [Fabián Kovacic ]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mar 24 15:28:19 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

24 de marzo 2022

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Argentina



El Frente de Todos a las puertas del divorcio

Cristinismo vs. Albertismo



El acuerdo con el FMI terminó de hacer saltar la interna del oficialismo
argentino, mientras la inflación creciente puede beneficiar a un macrismo
que se entusiasma con volver.



Fabián Kovacic, desde Buenos Aires

Brecha, 24-3-20222

https://brecha.com.uy/



La tarde del jueves 17 de marzo el presidente Alberto Fernández imaginó que
al fin empezaba su gobierno. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) ya era ley con los votos del Senado. Frente a los últimos datos del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, que muestran un aumento de casi
9 puntos en la inflación en lo que va del año, anunció «la guerra contra la
inflación». El acuerdo con el FMI era imprescindible para lanzarse al
combate contra el aumento de precios, según dijo en un discurso grabado, de
apenas 17 minutos, en el que avisó que los detalles de esa guerra correrían
por cuenta de sus ministros en los días subsiguientes. Cerró así una semana
muy esperada por él y su entorno, pero abrió una gran herida en el interior
del Frente de Todos (FT).



En la vereda de enfrente



Cincuenta y seis senadores habían votado el 17 de marzo a favor del acuerdo
con el FMI, 13 en contra –todos peronistas ligados a la vicepresidenta
Cristina Fernández, quien, a la sazón, se ausentó del debate en el Senado– y
hubo tres abstenciones. Una semana antes, en Diputados, 202 habían votado a
favor del acuerdo, 37 en contra –todos ligados a la vicepresidenta– y hubo
13 abstenciones. Las diferencias entre el presidente y su vice, expuestas
tras la derrota en las elecciones primarias de octubre (véase «Bajo su
atenta mirada», Brecha, 23-IX-21), escalaron hasta partir el gobierno en
dos, pese a los esfuerzos de algunos albertistas, como el canciller Santiago
Cafiero, que buscan tender puentes entre ambos cuando quedan 18 meses para
las presidenciales.



Para los sectores cercanos a la vicepresidenta, el ajuste es inevitable,
dadas las metas de reducción del déficit fiscal planteadas en el acuerdo con
el FMI: llevarlo a 2,5 por ciento del PBI en 2022, a 1,9 por ciento en 2023
y a 0,9 por ciento en 2024. La revisión trimestral de las metas durante 30
meses, a hacerse con la presencia de misiones técnicas del FMI en Buenos
Aires, tampoco cae bien en el cristinismo, que la considera una pérdida de
soberanía. Se entiende: fue Néstor Kirchner quien batalló en 2004 por no
pagar al FMI sobre el hambre de los argentinos. Esa épica está en el ADN del
kirchnerismo.



El presidente Fernández y su ministro de Economía insisten en la ausencia de
ajuste, porque se trata, dicen, de un acuerdo de facilidades extendidas que
permite reutilizar dinero ya prestado, con el fin de insuflar oxígeno al
aparato productivo sin ahorcarlo. En la vereda opuesta, la vicepresidenta
invitó al economista belga Éric Toussaint, creador y presidente del Comité
Internacional para la Abolición de las Deudas Ilegítimas, a dialogar con los
senadores del oficialismo y doblar la apuesta. «El default es una
oportunidad y no trae caos al país», «el acuerdo es un error desde el punto
de vista del interés nacional», «lo único que hace es encubrir una deuda
odiosa que ha sido tomada por el gobierno de Macri» fueron algunas de las
declaraciones de Toussaint a la radio AM 750, que lo entrevistó el día de la
votación en el Senado.



Con los votos de afuera



En noviembre, tras los magros resultados obtenidos por el oficialismo en las
parlamentarias, que le hicieron perder la mayoría propia en el Senado,
Alberto Fernández anunció la necesidad de institucionalizar el FT a imagen y
semejanza del Frente Amplio uruguayo. Conformar una coalición política con
elecciones internas y autoridades orgánicas. Nada de eso ocurrió aún: Brecha
se comunicó con seis referentes de distintas fuerzas del FT y nadie pudo
responder en qué situación está ese proyecto poselectoral. Mientras, la
sombra del macrismo crece de cara a las presidenciales de 2023.



El acuerdo firmado en el Parlamento con el FMI contó con los votos
favorables de una parte de la oposición macrista: la Unión Cívica Radical
(UCR) y la Coalición Cívica, que responde a Elisa Carrió. El principal
referente de la UCR, Gerardo Morales, bendijo el acuerdo personalmente. Su
cercanía con el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Sergio
Massa, ya encendió las alarmas entre macristas y cristinistas, quienes ven
una posible alianza entre ambos para las presidenciales. Como votos propios,
el oficialismo contó en el Parlamento con los de los legisladores del
Partido Justicialista y del Frente Renovador, de Massa. Además del
cristinismo, dieron la espalda los diputados sindicales de la Central de
Trabajadores de la Argentina. Las diferencias entre presidente y vice
parecen insalvables.



Guerra a la inflación



El presidente enarbola como sus principales logros el acuerdo con los
acreedores privados logrado en 2021, el flamante acuerdo con el FMI y la
salida de la pandemia con una vacunación de casi el 80 por ciento de la
población. Ahora, sostiene, llegó el momento de luchar contra el flagelo de
la inflación. Para eso anunció, el viernes 18, una guerra contra ella, una
frase poco feliz si se tiene en cuenta el contexto internacional. No es la
primera cruzada contra un mal que aqueja a la economía del país, por lo
menos desde 1945, según lo marca el economista Guillermo Vitelli en su libro
Cuarenta años de inflación en la Argentina 1945-1985 (Editorial Legasa,
Buenos Aires, 1988). El gobierno de Raúl Alfonsín dejó el poder en 1989,
antes del plazo constitucional, aquejado por una hiperinflación. Bajo la
promesa de combatirla, Carlos Menem impuso sus reformas neoliberales y pudo
disfrazarla con el Plan de Convertibilidad y la paridad con el dólar.
Fernando de la Rúa atajó la presión inflacionaria a fuerza de una brutal
política de ajuste y se fue dejando un país endeudado y en llamas. Durante
12 años, el kirchnerismo intentó domarla con mesas de diálogo y controles de
precios. Mauricio Macri lanzó una bravuconada: «Vamos a bajar la inflación a
un dígito», dijo en plena campaña de 2015. Los precios de los alimentos, sin
embargo, treparon hasta dejar una inflación del 53,8 por ciento a fines de
2019.



Con Alberto Fernández, bajó al 36 por ciento, pero, tras la pandemia, los
dos primeros meses de 2022 llevan acumulados un 8,8 por ciento, y la guerra
entre dos grandes productores de trigo como Rusia y Ucrania hace temblar los
precios de los alimentos en el mundo. Para mitigar esta situación, el
ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció la creación de un
fondo de reserva para subsidiar a los productores locales y evitar que se
disparen los precios del trigo y la harina, pero, al mismo tiempo, advirtió
sobre la aplicación de la ley de abastecimiento contra las empresas o los
distribuidores que aumenten precios.



A la mesa de diálogo convocada por el gobierno acudieron todos los actores
del complejo agroindustrial. Los sindicatos reunidos en la Confederación
General del Trabajo advirtieron que no dudarán en salir a la calle si se
afectan los precios de los alimentos o si el acuerdo con el FMI toca la
legislación laboral.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220324/4a991924/attachment.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa