Rusia/ Putin en Ucrania, la guerra en nombre del género. [Lénaïg Bredoux/Mathieu Magnaudeix]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Mayo 1 11:38:31 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

1°de mayo 2022

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____



Rusia



Putin en Ucrania, la guerra en nombre del género



Desde el inicio del conflicto, el presidente ruso ha denunciado en varias
ocasiones las "llamadas libertades de género" en boga en Occidente y que
Europa querría promover en Ucrania. Esta retórica está en el centro de su
compromiso político y de su visión autoritaria del mundo.



Lénaïg Bredoux y Mathieu Magnaudeix

Mediapart, 30-4-2022

https://www.mediapart.fr/

Traducción de Correspondencia de Prensa



En medio de la avalancha de propaganda del Kremlin, la obsesión de Vladimir
Putin por las "supuestas libertades de género" ha pasado casi desapercibida.
Sin embargo, el presidente ruso la ha convertido en uno de los argumentos
que justifican, a su juicio, su política interior y exterior, hasta la
invasión de Ucrania.



El 25 de marzo, en plena guerra, Putin aprovechó una ceremonia de entrega de
premios de arte por videoconferencia para atacar la "cancel culture" o
"cultura de la cancelación" que impera en Occidente, invocando la suerte de
J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, vilipendiada en las redes sociales
por sus comentarios transfóbicos. "No les han gustado a los fanáticos de las
llamadas libertades de género", dijo el presidente ruso, el que, luego, se
atrevió a establecer un paralelismo con las sanciones impuestas a su país:
"Y hoy intentan 'cancelar' nuestro país".



Putin provocó entonces una respuesta inmediata de Rowling en la red social
Twitter: "Es mejor que las críticas a la cultura de la cancelación
occidental no las hagan quienes masacran a los civiles".



Unos días antes, Putin también se había referido a los "traidores
nacionales" en suelo ruso. "No juzgo a los que tienen una mansión en Miami o
en la Riviera francesa, que no pueden prescindir del foie gras, las ostras o
esas llamadas 'libertades de género'", dijo

.

Ucrania, una mujer que debe ser sometida



Para el Kremlin, Rusia está inmersa en una batalla de civilizaciones con
Occidente y Europa -calificada como "Gayropa" por Vladimir Putin-, los que
estarían ya debilitados y corrompidos por los movimientos feministas y
LGBTQIA+. Esta batalla también se libra en Ucrania, donde en los últimos
años se han desarrollado movilizaciones por la igualdad de derechos según el
género y la orientación sexual (véase el artículo de Mathilde Goanec:
https://www.mediapart.fr/journal/international/130322/les-femmes-dans-la-gue
rre-un-double-symbole-pour-l-ukraine) .



"En la propia Ucrania se abrió un espacio durante la Revolución Naranja de
2004 para la promoción de la igualdad de género y la defensa de los derechos
de las personas LGBTQ", recuerda el investigador de Sciences Po [Ciencias
Políticas, París] Maxime Forest. Un ejemplo de ello es Femen, un grupo
feminista fundado en 2008 en Ucrania y ahora establecido en varios países,
entre ellos Francia.



"Durante el Euromaidán [la revolución ucraniana de 2014 -nota del editor-],
las cuestiones planteadas por estos movimientos encontraron una resonancia
sin precedentes, que fue rápidamente cuestionada por la guerra híbrida
lanzada por Rusia por el control de Donbass [la provincia oriental en el
centro del conflicto -nota del editor-], una región asociada al mito viril
del estajanovista", afirma Forest en un reciente artículo titulado "Ucrania:
la guerra de género de Vlamidir Putin"
(https://www.letemps.ch/opinions/ukraine-guerre-genre-vladimir-poutine)



Pero, continúa, "ni el peso de los partidos ultranacionalistas ni los
ataques a las activistas feministas y LGBTQ en Ucrania están impidiendo el
inicio de un debate público sobre el lugar de las minorías sexuales en el
ejército o de las mujeres en la narrativa nacional".



Cómo sorprenderse, en este contexto, de que Vladimir Putin hablara de
Volodymyr Zelensky, el presidente ucraniano -que también es judío- como si
fuera una mujer, y como una mujer que debe ser sometida. La sentencia,
pronunciada el 8 de febrero, dos semanas antes del estallido de la guerra,
se tradujo de forma diferente según los medios de comunicación: "Te guste o
no, querida, tendrás que aguantar", o "te guste o no, vas a sufrir,
querida".



En ambos casos, la alusión es sexista y está impregnada de la cultura de la
violación, a pesar de los posteriores desmentidos del Kremlin. La
declaración provocó una respuesta de la portavoz de la Casa Blanca, Jen
Psaki: "Cualquier broma sobre la violación indignaría a cualquier persona de
nuestro gobierno".



"Esta forma de hablar de Zelensky y de su país equivale a convertir a
Ucrania en una prostituta de Europa. Está en el corazón de la retórica
masculinista de Vladimir Putin", analiza la investigadora Marie-Cécile
Naves, autora de La Démocratie féministe. Réinventer le pouvoir
(Calmann-Lévy, 2020). Según la politista, el presidente ruso es uno de los
más destacados representantes de lo que se denomina "masculinidad
hegemónica", concepto acuñado por la investigadora australiana Raewyn
Connell.



"Esta forma de liderazgo la encarnan de forma muy estereotipada algunos
líderes nacional-populistas como el presidente brasileño Jair Bolsonaro o el
ex presidente estadounidense Donald Trump, pero también Vladimir Putin, que
no duda en ponerse en escena en sesiones deportivas intensivas o los
ejercicios militares", recuerda Clémence Deswert, doctorante en Ciencias
Políticas de la Universidad Libre de Bruselas.



La virilidad como "valor político"



"Para Putin, sólo hay una forma de ser hombre: no ser gay, no ser trans. Es
una hipermasculinidad que persigue a otras masculinidades", analiza Ruth Ben
Ghiat, historiadora, profesora de la Universidad de Nueva York y autora de
Strongmen: from Mussolini to the Present (Norton & Company, 2020), un ensayo
sobre la naturaleza de los regímenes autoritarios, desde la Italia fascista
hasta Donald Trump, pasando por Bolsonaro y Putin.



"Se ha esforzado en construir un culto a su propia personalidad. Se presenta
como un hombre del pueblo, pero también como un superhombre cuyo destino es
salvar a la nación rusa. Posa sin camiseta, mostrando su pecho desnudo como
hiciera Mussolini antes que él, como hace Bolsonaro también, como hizo
Trump, en cierto modo, al publicar una foto falsa con su cabeza en el cuerpo
del Rambo interpretado por Sylvester Stallone."

En efecto, se recuerdan las numerosas imágenes, fotos o vídeos que muestran
al presidente ruso sin camiseta, a caballo, cazando o pescando, o con un
kimono de judo, dejando al descubierto un cuerpo musculoso.



En los últimos años, el presidente ruso también ha escenificado una especie
de internacional machista, "una internacional antigénero", como dice
Marie-Cécile Naves. En 2020, Putin y Bolsonaro se felicitaron mutuamente por
su virilidad: el brasileño, que había pedido a su país que dejara de ser "un
país de maricas" frente al Covid, compartió un vídeo en las redes sociales
en el que el presidente ruso alababa sus "cualidades masculinas".



En 2006, Putin había elogiado al presidente israelí Moshe Katsav, acusado de
violación; desde entonces ha sido condenado a siete años de prisión. "Nunca
hubiera esperado eso de él. Nos ha sorprendido a todos, y todos le
envidiamos", dijo el presidente ruso. Luego añadió, a modo de broma:
"Resultó ser un hombre fuerte, violó a diez mujeres.



Una lucha implacable contra los derechos de las mujeres y del colectivo
LGBT+



La puesta en escena de esta "masculinidad hegemónica" ha ido acompañada en
Rusia de una política extremadamente violenta hacia las mujeres y las
personas LGBTQ+. "Ante el desafío de su reelección en 2012, lo convirtió en
el núcleo de su ejercicio del poder", dice Maxime Forest, profesor
investigador de Sciences Po París.



En ese momento, el régimen se vio desafiado por la movilización del grupo
Pussy Riots y por el apoyo internacional que éste recibió. La Unión Europea
fue acusada de trabajar para la "destrucción desde arriba de los valores
tradicionales" en Rusia.



"En ese momento, Putin también se dio cuenta de que las movilizaciones
feministas y LGBT, incluso en Rusia, tenían una verdadera capacidad
desestabilizadora", explica la politóloga Marie-Cécile Naves. Les teme por
su contenido y su forma, por su capacidad de organización, por su efecto de
arrastre en el resto de la sociedad y por su difusión en los medios de
comunicación.



El discurso del Kremlin se produce además en un contexto en el que varios
países europeos han debatido en los últimos años el matrimonio de parejas
del mismo sexo. Putin "ha elegido un caballo de batalla que le permitirá
unir a toda la Europa conservadora: la lucha contra la 'cultura
homosexual'", recuerda Michel Eltchaninoff en su libro Dans la tête de
Vladimir Poutine (Actes Sud, 2015, recién reeditado).



En 2013, el parlamento ruso, la Duma, prohibió la "propaganda homosexual".
En 2017 despenalizó gran parte de la violencia contra las mujeres. En 2020
se modificó la Constitución para especificar que el matrimonio es la unión
entre "un hombre y una mujer".



Putin ha hecho numerosas declaraciones homofóbicas, transfóbicas y sexistas.
El año pasado se refirió a la identidad trans como "oscurantismo": "Tengo un
enfoque tradicional: una mujer es una mujer, un hombre es un hombre".



En 2020, el 8 de marzo, Día Internacional de los Derechos de la Mujer, dio
las gracias a aquellas que, "de forma fantástica, [...] consiguen hacerlo
todo: mantener las comodidades del hogar, tener éxito en el trabajo y en la
escuela, y al mismo tiempo seguir siendo encantadoras, bellas y femeninas".



En 2019, en la cumbre del G20 en Japón, se indignó porque "en algunos países
europeos se les dice a los padres que las niñas ya no pueden llevar falda al
colegio". Algo que no es cierto. El presidente ruso continuó: "Ahora hay de
todo: se han inventado cinco o seis géneros [...]. Ni siquiera entiendo lo
que son".



Una retórica que viene de lejos



De hecho, dice la historiadora estadounidense Ruth Ben Ghiat, "el machismo
es uno de los elementos esenciales del autoritarismo, y esto se olvida a
menudo en los análisis históricos del fascismo y la propaganda. "Todo gira
en torno al líder, él da el ejemplo, está en la cima de un poder vertical,
es el único intocable. Es el que controla a todos y no rinde cuentas. Esta
es la definición misma del machismo", argumenta.



Esta "glorificación virilista muy presente en el fascismo", según
Marie-Cécile Naves, también tiene sus raíces en la historia rusa. La
iconografía del hombre fuerte que domina la naturaleza y los elementos, que
es invencible, es el cuerpo del zar que quería mostrar la invencibilidad de
la nación", explica. También lo vimos en Stalin.



El investigador Maxime Forest señala "la influencia del pensador Ivan
Iline", que "definió la nación rusa a través del prisma de una lucha
despiadada entre el pueblo como organismo y el relativismo moral asociado al
triunfo del individuo, que es el sello de Occidente". Este filósofo ruso,
que nació en 1883 y murió en 1954 y fue expulsado por los soviéticos en
1922, está en el centro del pensamiento de Vladimir Putin.



Ivan Iline estaba también totalmente obsesionado con las cuestiones de
género, que todavía no se llamaban así. El historiador estadounidense
Timothy Snyder, en un artículo de la New York Review of Books, recuerda que
Iline proyectaba su "ansiedad sexual" y subraya los paralelismos entre el
filósofo y el presidente ruso.



"Iline" calificó en un principio a Rusia de homosexual, luego hizo una
terapia con su novia y después culpó a Dios. Putin primero se sometió a años
de sesiones fotográficas sin camisa [...], luego se divorció de su esposa,
después culpó a la Unión Europea de la homosexualidad rusa. Iline sexualizó
lo que experimentó como amenazas extranjeras. El jazz, por ejemplo, era un
complot para provocar la eyaculación precoz. Cuando los ucranianos empezaron
a manifestarse a finales de 2013 a favor de un futuro europeo para su país,
los medios de comunicación rusos agitaron el espectro de una
"homodictadura"."



****



LGBTQI



'No soy gay': un nuevo reality show homófobo se estrena en Rusia



Courrier International, 29-4-2022

https://www.courrierinternational.com/



El programa, presentado, entre otros, por un diputado de extrema derecha
abiertamente homófobo, presenta a ocho hombres encerrados juntos. Uno de
ellos puede ganar dos millones de rublos si consigue ocultar su
homosexualidad a los demás participantes.



El espectáculo presenta a ocho hombres, encerrados juntos, que observan a un
policía haciendo un strip-tease o que tocan a ciegas las nalgas de hombres
desconocidos. Pero, sobre todo, proclaman: "No soy gay". Pero uno de ellos
miente y hay que adivinar quién es. En Rusia, este nuevo reality show emitió
su primer episodio en YouTube el 25 de abril. Su copresentador no es otro
que Vitali Milonov, el diputado de extrema derecha abiertamente homófobo que
está detrás de la ley de "propaganda antigay" de 2013, según informa el
diario británico The
Times.(https://www.thetimes.co.uk/article/russian-politician-fronts-guess-wh
os-gay-reality-tv-show-v09378hm7)



Están en juego dos millones de rublos (27.000 euros), que el supuesto gay
podría ganar si nadie adivina quién es. De lo contrario, el dinero iría a
parar a los otros concursantes. Cada episodio termina con una votación para
el hombre sospechoso de ser gay. Una voz en off al principio del episodio
establece el tono antioccidental del programa: "Encontrar un homosexual en
este país es como encontrar un McDonald's que funcione. Es cierto que hay
algunos, pero no muchos y no mucha gente los conoce".



"Espero que desenmascaren rápidamente al homosexual", anuncia Vitaly Milonov
a los participantes al principio del primer episodio, "haciendo el gesto de
cortarse el cuello", dice el Times. Cuando los participantes designan
erróneamente a uno de ellos para la votación al final del episodio, el
diputado les dice: "Han matado a un inocente".



"Todo el espectáculo respira una homosexualidad reprimida"



Los candidatos deambulan en una casa decorada con imágenes
pseudohomosexuales e incluso homófobas, como un formato gigante de dos
ciervos y una cierva en pleno movimiento, o una reproducción del mural "Beso
fraterno" del Muro de Berlín
(https://es.abcdef.wiki/wiki/Socialist_fraternal_kiss). A la entrada, gallos
enjaulados, y durante todo el episodio, el grito del ave: en ruso,
"piétoukh", "homosexual pasivo", es un insulto.



El periódico británico The Mirror agrega un comentario bajo el video que
dice: "Todo el espectáculo respira una homosexualidad reprimida, lo que
obviamente no es sorprendente."
(https://www.mirror.co.uk/news/world-news/homophobic-russian-mp-takes-lead-2
6823086)



En Rusia, la homosexualidad fue despenalizada en 1993, pero el matrimonio
entre personas del mismo sexo sigue estando prohibido, al igual que la
"promoción" de la homosexualidad. Desde 2013, "decenas de homosexuales
habrían sido torturados en Chechenia, una república del sur de Rusia,
poblada principalmente por musulmanes", explica el medio británico.



Vitaly Milonov es miembro del partido gobernante de Vladimir Putin, Rusia
Unida, desde hace más de diez años. Cristiano ortodoxo ruso
ultraconservador, visitó recientemente la zona de guerra de Donbás, en el
este de Ucrania, donde posó para una foto con el magnate pro-Kremlin Evgeny
Prigozhin. Prigozhin, conocido como el "jefe de Putin", sería quien financia
al grupo mercenario ruso Wagner.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220501/f07815f3/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa