Guerra/ La diferencia entre ayudar a Ucrania a defenderse y practicar una política belicista. [Gilbert Achcar]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Mayo 16 12:05:57 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

16 de mayo 2022

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Guerra



La diferencia entre ayudar a Ucrania a defenderse y practicar una política
belicista



Gilbert Achcar

Viento Sur, 16-5-2022

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Traducción de Viento Sur



El pueblo ucranio libra una guerra justa contra una invasión imperialista y
por tanto merece nuestro apoyo. Su derecho a la autodeterminación no solo es
válido frente a Rusia, sino también con respecto a su decisión de luchar. Es
el único que debe poder decidir si seguir luchando o aceptar cualquier
solución de compromiso que se ponga sobre el tapete. No tiene derecho a
implicar directamente a otros países en su defensa nacional: no tiene
derecho a exigir a la OTAN que imponga una zona de exclusión aérea sobre su
territorio ni que le envíe armas y equipos susceptibles de ampliar el
alcance de la guerra. Merece nuestro apoyo, pero esta no es más que una
obligación moral.



Los países de la OTAN, a su vez, no tienen derecho a dictarle los términos
de un tratado de paz con Rusia y obligarlo a rendirse, o a la inversa,
sabotear la posibilidad de un compromiso y presionarle para que siga
combatiendo hasta el agotamiento, convirtiéndolo así en un agente a
disposición de la OTAN. La declaración del secretario de Defensa de EE UU en
Polonia, el pasado 25 de abril, de que “queremos ver a Rusia debilitada
hasta el punto de que no pueda hacer las cosas que ha hecho al invadir
Ucrania”, como era de esperar, ha causado un gran revuelo.



¿Estuvo esto “cuidadosamente orquestado… para dotar al presidente Volodímir
Zelensky de Ucrania de lo que un alto cargo del departamento de Estado llamó
‘la mayor posición de fuerza posible’ ante lo que prevén que sea algún tipo
de negociación de un alto el fuego en los próximos meses”, como explica
David Sanger en el New York Times? ¿O fue más bien la expresión de un cambio
de objetivos de EE UU a favor de presionar cínicamente a Ucrania para que
luche hasta que  Washington considere que Rusia está suficientemente
debilitada? Por la actitud de EE UU durante las próximas semanas sabremos si
ejerce una presión máxima para terminar la guerra más rápidamente, no
prolongar el sufrimiento de la población ucrania y limitar los daños
causados por la guerra a la economía estadounidense y mundial, o si continúa
peligrosamente jugando con fuego.



La cuestión está mucho más clara en el caso de la beligerancia británica.
Más allá de la evidente precipitación de Boris Johnson a favor de la
confrontación con la idea de que su exabrupto tape el ruido en torno a los
numerosos escándalos que ha protagonizado, el primer ministro y su gabinete
han entrado en un juego sumamente peligroso de lucir su prepotencia. A
diferencia de discretos proveedores de armas a Ucrania como los gobiernos
francés o alemán, han alardeado públicamente de cada objeto que han
suministrado y cada forma de ayuda militar que han prestado a la nación
acosada. Boris Johnson incluso se granjeó una mordaz regañina de un exjefe
del ejército polaco, quien le acusó de “tentar el mal” después de que el
británico presumiera de estar “entrenando a ucranios en Polonia en el manejo
de defensas antiaéreas”.



Para mayor abundamiento, las declaraciones de miembros del gobierno
británico han sido bastante más provocadoras que las realizadas en
Washington, por no hablar de las de países miembros de la Unión Europea. En
una entrevista en Radio 4 de la BBC del 25 de abril, el ministro de las
fuerzas armadas del Reino Unido, James Heappey, dio una respuesta pasmosa a
la pregunta de si es aceptable el uso de armas británicas por parte del
ejército ucranio contra objetivos militares dentro del territorio ruso. El
ministro dijo que “es perfectamente legítimo apuntar contra objetivos
militares en la retaguardia de tus enemigos para perturbar su logística y
sus líneas de suministro, del mismo modo que, para ser francos, siempre que
los rusos no apunten contra civiles, a los que desgraciadamente no han
respetado mucho hasta ahora, es perfectamente legítimo que golpeen contra
objetivos en el oeste de Ucrania para interrumpir sus líneas de suministro”.



Por supuesto que es “perfectamente legítimo” que un país cuyo territorio ha
sido invadido golpee contra objetivos militares dentro del territorio del
invasor, pero ¿es aconsejable que lo haga y, sobre todo, es aconsejable que
un ministro británico anime a hacerlo? Claro que no, entre otras cosas
porque esto puede incitar al agresor ruso a escalar sus bombardeos en todo
el territorio ucranio. Probablemente siendo consciente de su metedura de
pata, el ministro intentó corregir su afirmación inicial concediendo
magnánimemente que el invasor tenía el derecho “perfectamente legítimo” a
hacer precisamente lo que debería temer el ejército ucranio si siguiera su
consejo.



En un discurso solemne pomposamente titulado “El retorno de la geopolítica”,
pronunciado el 27 de abril, la ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz
Truss, admiradora de Margaret Thatcher y quien parece confundir la guerra de
Ucrania con la de las islas Malvinas, declaró: “La guerra en Ucrania es
nuestra guerra, es la guerra de todos, porque la victoria de Ucrania es un
imperativo estratégico para todos. Armamento pesado, tanques, aviones,
aprovechando a fondo nuestras existencias, potenciando la producción.
Necesitamos hacer todo esto. […] Doblamos la apuesta. Seguiremos avanzando y
acelerando para expulsar a Rusia de la totalidad de Ucrania.”



A menos que el gobierno británico decidiera reconocer la anexión de Crimea
por parte de Rusia, la ministra apuesta por la prolongación de la guerra, no
solo hasta que las fuerzas ucranias hayan expulsado a las tropas rusas de
los territorios de Donbás, donde ya estaban desplegadas antes del 24 de
febrero, es decir, revirtiendo el statu quo ante, cosa que de por sí es
harto temeraria, sino incluso hasta forzar a Rusia a salir de Crimea, lo
cual sería sumamente irresponsable tanto por parte de Ucrania como del
propio Reino Unido. El primer ministro debió de darse cuenta del peligro que
encierran las palabras de la ministra de Exteriores, pues en su discurso del
3 de mayo ante el parlamento ucranio se ocupó especialmente de enmendar la
impresión generada por las palabras de esta, señalando que “ningún foráneo
como yo puede hablar a la ligera de cómo podría resolverse el conflicto…
nadie puede ni debe imponer nada al pueblo ucranio”.



Curiosamente, Boris Johnson alardeó mucho en ese discurso sobre la ayuda
militar británica a Ucrania, pero no dijo ni una sola palabra sobre la ayuda
humanitaria, aunque señaló que hoy por hoy “al menos una persona ucrania de
cada cuatro ha sido expulsada de su hogar, y causa horror el hecho de que
dos tercios de los niños y niñas ucranias sean ahora refugiadas, ya sea
dentro del país o en el extranjero”. Con respecto a estas personas
refugiadas, el primer ministro no dijo nada. El día antes de su discurso,
The Guardian había revelado que su ministro de Interior, contrario a la
inmigración y que gusta de pujar en crueldad, Priti Patel, se “enfrenta a
una demanda judicial masiva por las demoras que han hecho correr a miles de
personas ucranias el riesgo de sufrir un trauma y de exponerse a las bombas
rusas, o abandonarlas en el limbo en Europa Oriental”.



Mientras tanto, el líder del Partido Laborista, sir Keir Starmer, cuya
principal obsesión consiste en proyectarse a sí mismo como contrario a su
antecesor, Jeremy Corbyn, renegando así de su promesa de continuidad
programática que había proclamado para conseguir que le eligieran jefe del
partido, ha guardado un silencio aprobador sobre la fanfarronada del
gabinete de Johnson. En efecto, desde que fue elegido, Starmer se ha
dedicado sobre todo a sobrepujar a los conservadores en la defensa de la
OTAN y de Israel. Así, en el parlamento británico prevalece un clima de
unión sagrada en torno a la OTAN, lo que permite a Johnson seguir superando
a todo el mundo en su peligrosa beligerancia. (Publicado en L’
Anticapitaliste, 7-5-2022:
https://anticapitalistresistance.org/irresponsible-braggadocio-wont-help-ukr
ainians/)

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