Brasil/ "Techo de gasto": la primera gran batalla de Lula. Comenzó la transición. [Antonio Martins - La Diaria]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Nov 4 15:15:57 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

4 de noviembre 2022

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Brasil



Techo de gasto: la primera gran batalla de Lula



El presupuesto de Bolsonaro y Guedes para 2023 es ampliamente rechazado.
Pero hay dos maneras de cambiarlo. ¿Abrir una larga y agotadora serie de
negociaciones con el Congreso? ¿O aprovechar el impulso de las urnas para
luchar por lo que se defendió en la campaña?



Antonio Martins *

Outras Palavras, 3-11-2022

https://outraspalavras.net/

Traducción de Correspondencia de Prensa




Es un error creer que las luchas del gobierno de Lula contra la herencia
maldita del bolsonarismo comenzarán después de la fiesta de investidura en
enero. En la mañana del jueves (3 de noviembre), emisarios designados por el
presidente electo (1) se reunieron en Brasilia con el senador Marcelo Castro
(MDB-PI), informante del proyecto de ley que definirá el Presupuesto de la
Unión en 2023. Ya nadie apoya la propuesta actual. Formulada por el gobierno
de Bolsonaro, es incompatible con el resultado de las urnas. Pero el debate
sobre lo que podría sustituirlo se dejó para la semana que viene: los
representantes de Lula todavía tienen que llegar a un acuerdo con él, que
está descansando en Bahía. Los cambios significativos requieren romper el
"techo de gasto". ¿Es mejor hacerlo gradualmente -mediante negociaciones
constantes con una legislatura fisiológica (parlamentarios oportunistas,
desprovistos de ideología y de objetivos programáticos: ndt) o proponer, de
una vez por todas, la derogación de la Enmienda Constitucional 95, que
instituyó el límite? Merece la pena examinar la cuestión en profundidad.



Presentado por el Poder Ejecutivo el 31 de agosto, el Proyecto de
Presupuesto Anual para 2023 (PLOA-2023, por su silga en portugués) reúne lo
peor de Paulo Guedes y de Jair Bolsonaro. La reducción de las inversiones
sociales del Estado, que el "techo de gasto" determina y que el ministro ha
ejecutado con radicalidad de pitbull, es clara en los gráficos que se
muestran a continuación, que señalan el recorte de fondos para Salud,
Educación e incluso Defensa Nacional y Seguridad Pública.



Pero el mismo Ejecutivo que aplicó una tijera gigante al gasto del próximo
año, compró votos como nunca antes para 2022, a través de un conjunto de
medidas fiscales. Entre ellos, el Auxilio de emergencia de 600 reales (120
dólares mensuales) y la reducción del precio de los combustibles mediante la
eliminación de los impuestos federales y estatales. El resultado es extraño.



Incluso la periodista Míriam Leitão, constante defensora del gasto público
"inclinado", demostró cómo el Presupuesto se ha vuelto anacrónico y
políticamente inviable. Se han recortado numerosos programas sociales. La
Farmacia Popular, un 60%; las infraestructuras escolares y el transporte de
estudiantes, un 97%; la Educación de Jóvenes y Adultos, un 56%; los
comedores escolares siguen congelados desde 2017, a pesar de la galopante
inflación alimentaria; y los Presupuestos Secretos dejan fuera del control
del Ejecutivo el 40% de los fondos de inversión, ya de por sí penosos.



La contradicción de esta bomba de relojería con cualquier idea de rescate de
la dignidad social -y con el programa de Lula- es flagrante. El presidente
electo prometió mantener la ayuda de R$ 600 (120 dólares), que no fue
incluida en el presupuesto y que costará R$ 52 billones. Aceptó añadir 150
reales por cada niño de hasta 6 años (otros R$ 18 billones). Defendió el
regreso de los reajustes del salario mínimo (2) por encima de la inflación
(interrumpido desde el inicio del gobierno de Bolsonaro). Mantuvo la
exención del impuesto sobre la renta para los ingresos mensuales de hasta R$
5 mil (una medida elemental de justicia fiscal, presupuestada en R$ 50
billones) (3). Y habla de priorizar, entre otros puntos, la lucha contra el
hambre, la recuperación de la industria nacional, la reanudación de las
obras públicas paralizadas, el apoyo a la pequeña agricultura, el retorno de
las políticas de incentivo a la cultura. En resumen, quiere iniciar lo que
llamó, en su discurso de victoria, la reconstrucción nacional.



En condiciones normales, todas estas propuestas, victoriosas en las urnas,
podrían incluirse en los Presupuestos de 2023. Pero el Congreso no puede
aprobarlas debido al "techo de gasto", expresado por la Enmienda
Constitucional 95. Es la remoción de estos escombros lo que está en el
centro del diálogo inconcluso de los representantes de Lula con el senador
Marcelo Castro. Hay dos maneras de hacerlo.



La primera ha sido defendida por el ex presidente del Banco Central (bajo el
primer gobierno Lula: ndt), Henrique Meirelles. También es la propuesta de
los barones financieros y del Centrão (bloque de partidos clientelares de
derecha: ndt). Implica no enfrentarse al "techo". En lugar de hacerlo, Lula
debería pedir al Congreso, a través de una enmienda constitucional, una
dispensa, una licencia temporal para gastar. Esta "excepcionalidad",
continúa Meirelles, no debe "durar todo el gobierno". En los años
siguientes, lo correcto sería "hacer una reforma administrativa" como la que
él mismo ejecutó en el gobierno de São Paulo -y que supuso el fin de las
empresas y derechos estatales. Además, la renuncia sería limitada: según la
periodista del Estadão (diario de São Paulo, uno de los principales del
país: ndt), Adriana Fernandes, "el mercado financiero ha fijado un límite de
R$ 100 billones".



Meirelles y los especuladores defienden el cuentagotas porque son
partidarios de reducir la inversión pública. Los parlamentarios fisiológicos
lo prefieren porque obligaría a Lula a negociar con ellos cada vez que
necesite romper el "techo". La "austeridad" brasileña, está claro, es
hermana de farsas como el "presupuesto secreto".



La alternativa que Lula tiene entre manos encaja mucho mejor con la idea de
reconstrucción nacional. Significa proponer clara y abiertamente, también
mediante una enmienda constitucional, la derogación del "techo de gasto". En
un país destruido, y después de una victoria electoral en la que se han
superado tantos obstáculos, ¿no vale la pena proponer una movilización
nacional para barrer lo que se interpone en el camino del progreso? ¿No
merece el "techo de gasto" -instrumento que limita el gasto social para
dejar espacio a la búsqueda de rentas- ser expuesto, incluso como una forma
de pedagogía política, con vistas a futuras batallas? ¿Y no es mucho mejor
enfrentarse a la resistencia del Congreso y del "mercado" en un momento en
el que el gobierno está fortalecido por la elección y las esperanzas
despertadas?



Que los orixás (4) bahianos den buenos consejos a un presidente del que se
espera tanto.



* Antonio Martins, editor de Outras Palavras.



Notas



1) Participaron el senador Wellington Dias (PT-PI), indicado por Lula para
coordinar el diálogo en su nombre, el vicepresidente electo Geraldo Alckmin,
la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del PT, el ex senador Aloisio
Mercadante, que coordinó la elaboración del programa de Lula, y siete
senadores del PT. (Nota del original)

2) El salario mínimo actual es R$ 1.202 , Lula prometió elevarlo a R$ 1.302
a partir del 1° de enero 2023. (Redacción Correspondencia de Prensa)

3) Actualmente, el impuesto a la renta lo pagan quienes tienen un ingreso
mayor a R$ 1.900 reales. Lula pretende modificar la franja elevándola a R%
5.000, equivalente de U$S 1.000. (Redacción de Correspondencia de Prensa)

4) En la tradición religiosa de la Umbanda (fundada en Brasil a principios
del siglo XX), los orixás representan a los “mensajeros” que envían las
peticiones de los creyentes a los “seres superiores”. (Redacción
Correspondencia de Prensa)



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“La transición ya comenzó”



Geraldo Alckmin fue saludado por Bolsonaro, quien lo felicitó por el triunfo
electoral.



La Diaria, 4-11-2022

https://ladiaria.com.uy/



Mientras los cortes de ruta y las protestas frente a cuarteles militares
protagonizadas por seguidores del presidente Jair Bolsonaro perdieron mucha
fuerza y se convirtieron en actos marginales, este jueves comenzó
oficialmente la transición entre el actual gobierno y el que asumirá el 1º
de enero del año que viene.



Ciro Nogueira –ministro de la Casa Civil, un cargo que se asemeja mucho a lo
que en otros países realizan los jefes de Gabinete– recibió en el Palacio de
Planalto, en Brasilia, al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin; a la
presidenta nacional del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann; y al
exministro Aloizio Mercadante. También participó en la reunión el ministro
de la Secretaría General, Luiz Eduardo Ramos. “La conversación fue muy
fructífera, muy objetiva. La transición ya comenzó”, dijo Alckmin, en una
conferencia de prensa que brindó en el lugar tras la reunión.



El futuro vicepresidente, quien fue designado por Luiz Inácio Lula da Silva
para comandar el equipo de transición, visitará el viernes junto a Hoffmann
y Mercadante, quienes estuvieron al frente de la campaña del PT, el Centro
Cultural Banco do Brasil, donde a partir del lunes funcionará la oficina de
transición, de acuerdo a lo que informó el portal Metrópoles.



Antes de esta reunión en el Palacio de Planalto, Alckmin se reunió con el
relator general del presupuesto, el senador Marcelo Castro, integrante del
centroderechista Movimiento Democrático Brasileño, el sector que lidera la
excandidata a la presidencia Simone Tebet, quien apoyó a Lula en la segunda
vuelta. Durante el encuentro, Alckmin y los otros integrantes del PT que los
acompañaron plantearon la elaboración de una Propuesta de Reforma a la
Constitución Transitoria (PEC). La idea de esta iniciativa es que el año que
viene puedan cubrirse algunos gastos que no están dentro del presupuesto ya
fijado. La expectativa del PT es que la aprobación de esta iniciativa
permita financiar, entre otras cosas, el pago del programa social Bolsa
Familia que actualmente asigna a sus beneficiarios 600 reales mensuales (120
dólares).



La idea del equipo del PT es comenzar la transición con un enfoque en el
acceso a los datos del gobierno federal, para luego pasar a la fase de la
designación de los integrantes del futuro gabinete ministerial. Este tema es
de especial importancia para el futuro gobierno, que deberá articular con
otros partidos una alianza que le permita tener cierto poder de maniobra en
el Congreso, que luego de las elecciones quedó marcadamente inclinado hacia
la derecha, con una fuerte presencia de legisladores afines a Bolsonaro.



Dentro de la estrategia puesta en marcha para la transición está la
disminución de los duelos retóricos con los rivales políticos.



En este sentido, el jueves, antes de retirarse del Palacio de Planalto,
medios brasileños informaron que Alckmin mantuvo un breve encuentro con
Bolsonaro, quien lo felicitó por el triunfo electoral y le manifestó su
intención de colaborar con el proceso de transición. El hecho fue
significativo, ya que no estaba programado, sino que el presidente, al saber
que estaba el vicepresidente electo en el lugar, pidió que lo llamaran para
conversar personalmente con él.



“Fue positivo. El presidente nos invitó. Ya nos íbamos y [él] reiteró lo
dicho por el ministro Ciro Nogueira y el ministro general [Luiz Eduardo]
Ramos sobre la disposición del gobierno federal de brindar toda la
información, las colaboraciones, para que haya una transición guiada por el
interés público”, contó Alckmin sobre su encuentro con Bolsonaro, informó
Folha de São Paulo.



Mientras su equipo de transición ya comenzó a trabajar, Lula sigue en una
playa del estado de Bahía, donde se tomó unos días de descanso luego de la
intensa campaña electoral junto a su esposa, la socióloga Rosângela Silva,
más conocida por su apodo Janja.



Fuentes del PT informaron que Lula llegará el lunes a Brasilia para iniciar
una ronda de reuniones. Se estima que el martes el líder del PT, de 77 años,
se reunirá con la ministra Rosa Weber, la presidenta del Supremo Tribunal
Federal, y también con el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, quien
pertenece al centroderechista Partido Social Democrático, uno de los
sectores con los que deberá articular el PT para poder tenerlo como eventual
aliado en el Legislativo. También se prevé que Lula se reúna con el
presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, integrante del sector
derechista Progresistas.

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