Economía/ Soja: historia, geopolítica y tragedia. [Wáng Shàoguāng]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Nov 30 00:11:48 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

30 de noviembre 2022

https://correspondenciadeprensa.com/

redacci贸n y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Econom铆a



Soja: historia, geopol铆tica y tragedia



Cultivado desde hace 4 mil a帽os, el grano chino se ha occidentalizado. En la actualidad, Estados Unidos, Brasil y Argentina son los principales productores. Pero cuatro empresas controlan las cadenas de valor, los precios y los m茅todos de producci贸n. Todos pierden: los productores, los consumidores y el medio ambiente.



W谩ng Sh脿ogu膩ng *

Outras Palavras, 29-11-2022

https://outraspalavras.net/

Traducci贸n de Correspondencia de Prensa



China fue en su d铆a el mayor productor mundial de soja, con cerca del 90% de las cosechas mundiales. En la actualidad, el 60% de las exportaciones de soja se dirigen al mercado chino. Este dram谩tico cambio fue el resultado de la participaci贸n del capital internacional y su manipulaci贸n de la cadena de producci贸n, suministro y comercializaci贸n de la soja. De ser un alimento y una necesidad cultural, la soja se ha reducido, poco a poco, a un instrumento para enriquecer a los magnates de las multinacionales de productos agr铆colas.



Pero, 驴hasta qu茅 punto el capital internacional controla la soja y los distintos aspectos de su plantaci贸n, comercializaci贸n y transformaci贸n? 驴C贸mo ha perjudicado el capital a los productores y consumidores de soja, al tiempo que ha cosechado beneficios devastadores? 驴Qu茅 da帽o ha hecho al entorno ecol贸gico y a la salud humana?



Del "reino de la soja" a la dependencia de las importaciones



China es la cuna de la soja, que se cultiva all铆 desde hace m谩s de 4.000 a帽os. Hasta la Segunda Guerra Mundial, China era el mayor productor de soja, con cerca del 90% de la producci贸n mundial. Sus vecinos asi谩ticos -Corea del Sur, Jap贸n, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Tailandia, Myanmar y Nepal, entre otros- tambi茅n cultivan soja.



S贸lo en la primera mitad del siglo XVIII comenz贸 a cultivarse la soja en Europa. En 1765 se introdujo en las colonias norteamericanas como "guisantes silvestres de China". Sin embargo, no fue hasta la d茅cada de 1940 cuando este cultivo realmente "despeg贸" en Estados Unidos. Durante los 50 a帽os siguientes, EE.UU. domin贸 la producci贸n mundial de soja y, en 1961, produjo el 68,7% de la soja del mundo; China ocup贸 el segundo lugar con una cuota que se redujo al 23,3%; y otros pa铆ses representaron en conjunto alrededor del 8%.



En Am茅rica Latina, el cultivo de soja se dispar贸 desde finales de los a帽os 60 hasta los 70. En 1974 y 1998, respectivamente, Brasil y Argentina superaron a China en producci贸n, y en 2002 ambos pa铆ses superaron a Estados Unidos en producci贸n total. En 2011, la cuota de China en la soja mundial fue solo del 5,55%, mientras que la de Estados Unidos fue del 31,88%; la de Brasil, del 28,67%; la de Argentina, del 18,73%; y la de los dem谩s pa铆ses alcanz贸 el r茅cord del 15,16%. De ellos, destac贸 la producci贸n de India, con 12,3 millones de toneladas, casi el doble de su producci贸n de 2004 y equivalente al 85% de la producci贸n de China.



Los datos muestran, sin embargo, que el consumo de soja en China ha ido aumentando a帽o tras a帽o, pasando de menos de 8 millones de toneladas en 1964 a casi 70 millones en 2010. Y la tendencia es que esta cifra siga creciendo.



En contraste con el r谩pido crecimiento del consumo, la producci贸n de soja en China disminuy贸 b谩sicamente desde 1964 hasta 2010, cuando alcanz贸 un nivel inferior a 15 millones de toneladas, y el consumo lleg贸 a 70 millones de toneladas. En 2021, la producci贸n nacional de soja fue de 16,4 millones de toneladas; el consumo fue de 108,72 millones de toneladas.



De hecho, China pr谩cticamente no import贸 soja hasta mediados de los a帽os noventa. A partir de entonces, las importaciones de soja crecieron r谩pidamente y en 2011 alcanzaron m谩s del 80% del consumo. En 2012, China import贸 58,38 millones de toneladas de soja, la gran mayor铆a procedente de Estados Unidos, Brasil y Argentina.



En t茅rminos de comercio mundial de soja, el mercado chino fue insignificante hasta mediados de los a帽os noventa. En los dos 煤ltimos a帽os del siglo XX, su cuota de mercado apenas superaba el 10%. Sin embargo, desde entonces, en poco m谩s de una d茅cada, la cuota de mercado de China ha crecido a pasos agigantados. Ahora, el 60% del total de las exportaciones de soja del mundo se destina al mercado chino, y China se ha convertido en el mayor importador mundial del producto.



En 2010, el banco holand茅s Rabobank public贸 en su informe titulado "Sostenibilidad y seguridad en la cadena mundial de suministro de alimentos" que China importa de todo el mundo diversos productos agr铆colas como pescado congelado, lana, aceite de palma y algod贸n, pero el mayor comercio agr铆cola es el de la soja procedente de Argentina, Brasil y Estados Unidos, con un valor total de unos 20.000 millones de d贸lares.



驴Qu茅 ha provocado exactamente este cambio?



Intervenci贸n del capital: de alimentos a commodities



China fue la mayor base de producci贸n de soja del mundo hasta el siglo XX, cuando el grano se comercializaba poco entre pa铆ses. Fue la participaci贸n del capital multinacional la que provoc贸 cambios dr谩sticos en las regiones productoras de soja y en el comercio de la misma.



En 1908, la japonesa Mitsui & Co, la danesa Proton & Co y Roman Kabalkin & Sons, fundada por empresarios jud铆os rusos, abrieron un negocio para exportar soja a Europa. Con la intervenci贸n del capital, la soja pas贸 de ser un mero alimento -rico en prote铆nas y capaz de proporcionar aceite comestible- a convertirse en una mercanc铆a capaz de generar grandes beneficios para los capitalistas, siendo su principal atractivo el hecho de que se prestaba a un modo de cultivo intensivo en capital y a gran escala.



Actualmente, la producci贸n de soja se concentra en cuatro pa铆ses: Estados Unidos (35%), Brasil (34%), Argentina (11%) y China (5%). Y quienes visitan las zonas productivas suelen ver b谩sicamente un campo de cultivo interminable.



El consumo de soja y productos de soja (principalmente aceite y harina de soja, esta 煤ltima utilizada como alimento para el ganado) es mundial. S贸lo a trav茅s del comercio transfronterizo a gran escala, miles de millones de personas que viven en otros pa铆ses pueden consumir soja y productos de soja. As铆, la cadena de producci贸n, suministro y distribuci贸n, desde la inversi贸n de capital hasta el cultivo, el comercio, la transformaci贸n y el consumo, se vuelve cada vez m谩s polifac茅tica y compleja.



Entonces, 驴qui茅n controla la cadena de producci贸n de soja?



El capital es el factor clave que impulsa la integraci贸n de la producci贸n, el suministro y la comercializaci贸n de la soja a nivel mundial. Existe una gran cadena de producci贸n de soja que conecta a millones de productores y a miles de millones de consumidores, y en cada eslab贸n de la cadena hay penetraci贸n de empresas multinacionales, normalmente las mismas: los principales actores est谩n presentes en todos los eslabones de la cadena, maximizando sus beneficios.



En los mercados financieros mundiales, los inversores con los bolsillos llenos (incluidas las grandes empresas, los inversores institucionales, los fondos de pensiones, los fideicomisos y los bancos) tienen acceso a billones de d贸lares de capital en todo el mundo en cuesti贸n de segundos, buscando los rendimientos m谩s r谩pidos y m谩s altos que puedan.



En busca de s贸lidos rendimientos de inversi贸n a largo plazo, los inversores financieros han destinado grandes cantidades de capital a la producci贸n mundial de alimentos y al comercio agr铆cola. A algunas multinacionales que operan en el sector de los productos agr铆colas les result贸 f谩cil reunir grandes cantidades de capital. Con estos recursos, fueron capaces de iniciar nuevos negocios, adquirir empresas nacionales m谩s peque帽as, viajar por el mundo para adquirir grandes empresas nacionales, incluidos sus principales competidores regionales.



Estas capacidades son incomparables con las de cualquier econom铆a individual, empresas conjuntas e incluso algunos pa铆ses peque帽os. Con estas ventajas, unas pocas empresas multinacionales se han hecho con el control monop贸lico del mercado mundial en todos los eslabones de la cadena de la soja (gen茅tica, semillas, pesticidas, fertilizantes, comercio, transformaci贸n, distribuci贸n y venta al por menor).



La complicidad de los cuatro gigantes multinacionales de los cereales



Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus son conocidas como las cuatro mayores multinacionales de cereales. Conocidos por la abreviatura "ABCD", estos gigantes controlan el 80% del volumen mundial de cereales y el 90% del de soja, con los tres primeros en Estados Unidos y el 煤ltimo en Francia.



Archer Daniels Midland (ADM), fundada en 1902, es la mayor empresa de producci贸n, procesamiento y fabricaci贸n de productos agr铆colas del mundo, y el mayor procesador de canola, ma铆z, trigo y otros productos agr铆colas. Bunge, fundada en 1818, es el mayor procesador de semillas oleaginosas del mundo.  Fundada en 1865, Cargill es la mayor empresa privada de Estados Unidos. Louis Dreyfus, fundada en 1851, es un l铆der mundial en el comercio y la transformaci贸n de productos agr铆colas y alimentos, con presencia en m谩s de 100 pa铆ses.



Las alianzas horizontales entre ABCD son habituales. Por nombrar s贸lo algunos ejemplos, est谩 el proyecto de empresa conjunta entre Louis Dreyfus y ADM en 1993, la asociaci贸n de intercambio entre Bunge y Cargill en 1995 y la empresa conjunta entre Louis Dreyfus y Cargill en 2001.



Adem谩s, debido a las diferencias en los segmentos controlados por las ABCD, suelen formar alianzas de diversos tipos, que van desde empresas conjuntas, asociaciones y acuerdos contractuales a largo plazo hasta otras formas de alianzas estrat茅gicas.



En definitiva, estas alianzas demuestran que existe complicidad, m谩s que competencia, entre ellos. En lugar de la propiedad o el control total por parte de una sola empresa, estas alianzas estrat茅gicas consisten en que varias empresas forman una red muy estrecha de relaciones contractuales para aumentar su control sobre todos los segmentos de la cadena de producci贸n, suministro y comercio de la soja.

Un ejemplo es la cooperaci贸n entre ADM y la multinacional farmac茅utica y biotecnol贸gica Novartis. En el a帽o 2000, el negocio agroqu铆mico del Grupo Novartis se fusion贸 con el de AstraZeneca para formar Syngenta, l铆der mundial en productos agroqu铆micos.



Otro ejemplo: en 1998, Monsanto y Cargill, dos gigantes de larga trayectoria, aportaron cada uno el 50% para formar una empresa conjunta: Reneisen, LLC.



Las dos empresas, con culturas corporativas y estrategias empresariales muy diferentes, se unieron con el objetivo de combinar los puntos fuertes de Monsanto -semillas y biotecnolog铆a- con los de Cargill -procesamiento de cereales, comercializaci贸n y control de riesgos



En resumen, las mayores empresas de insumos agr铆colas del mundo (gigantes de los plaguicidas, los fertilizantes, las semillas y la biotecnolog铆a) se han unido a los mayores comerciantes de cereales del mundo (que participan en el comercio, la transformaci贸n y la comercializaci贸n).



Las primeras necesitan las instalaciones globales de manipulaci贸n y procesamiento de las segundas para garantizar que los productores que utilizan sus productos tengan mercados posteriores; a su vez, al reforzar la cooperaci贸n con los socios anteriores, las multinacionales cerealistas pueden reforzar su control sobre los productores de soja y materias primas.



Con estas alianzas en todo el mundo, no tiene sentido hablar de mercados abiertos. Es decir, la competencia y el precio desempe帽an un peque帽o papel en todo el proceso de producci贸n, suministro y comercializaci贸n.



La operaci贸n global de los big players



Estos grandes players que controlan el mercado internacional de cereales han obtenido enormes ganancias. Si tomamos 1999 como punto de partida, en 2012 las ventas netas de ADM se hab铆an multiplicado por 4,8; las de Bunge, por 7,55; y las de Cargill, cuyo comportamiento fue relativamente peor, se multiplicaron por 2,93. A partir de 2001, los beneficios de las tres ABC aumentaron considerablemente, en contraste con el periodo anterior de 1996 a 2001.



El Grupo Louis Dreyfus nunca publica informes financieros anuales, salvo ocasionalmente el informe de ventas de su empresa de materias primas (Louis Dreyfus Commodities, o LDC), cuyas ventas netas casi se han duplicado en solo cuatro a帽os (de 2008 a 2011).



Datos recientes muestran que, en 2021, los ingresos de explotaci贸n de los cuatro gigantes de los cereales ascendieron a casi 330.000 millones de d贸lares. Archer Daniels Midland, con 85.249 millones de d贸lares de ingresos de explotaci贸n, obtuvo su mejor resultado en 120 a帽os, y Bunge y Louis Dreyfus registraron un crecimiento anual de los beneficios superior al 80% respecto a 2020. Los ingresos anuales de Cargill, por su parte, fueron de 134.400 millones de d贸lares, con un crecimiento anual de los beneficios del 64%, el mayor en 156 a帽os de la empresa.



Estos gigantes de los cereales no participan directamente en el cultivo de la soja, pero controlan su producci贸n en Am茅rica del Norte y del Sur, facilitando pr茅stamos para la producci贸n, construyendo estructuras de transporte (ferrocarriles, carreteras, puertos), etc., de modo que los agricultores de soja tienen que devolver sus pr茅stamos con soja barata. Los gigantes del ABCD compran la soja a precios razonablemente bajos y luego la revenden en los mercados internacionales de futuros a los precios que consideran adecuados. Lo ideal, por supuesto, es que siempre busquen que la diferencia entre el precio de compra y el de venta sea lo m谩s grande posible; sin embargo, para vencer a los posibles competidores, tambi茅n reducen artificialmente el precio de venta aplicando una estrategia de dumping.



Adem谩s, los cuatro gigantes de los cereales tienen una ventaja a煤n mayor a la hora de retener y procesar la informaci贸n. Todas ellas tienen un funcionamiento global, con sucursales en todos los rincones del mundo dedicadas a recopilar informaci贸n de mercado, clasificada y analizada por profesionales, en comunicaci贸n en tiempo real con el centro de procesamiento de la informaci贸n en la sede de la empresa.

Operan 24 horas al d铆a, 7 d铆as a la semana, 365 d铆as al a帽o, apoyando las decisiones de compra y venta en el mercado internacional de futuros.



驴Ganan los consumidores con esto?



驴Significa esto que los consumidores de los pa铆ses importadores tambi茅n pueden aprovechar la ola y ganar en el proceso?



No necesariamente.



Siempre que sea posible, estas empresas convertir谩n el beneficio de los bajos precios de compra en beneficios; temporalmente, pueden incluso beneficiar a los consumidores de los pa铆ses importadores para abrir o consolidar su participaci贸n en un mercado local.



Varios estudios han demostrado que, en general, existe un diferencial creciente entre el precio al principio de la cadena y el precio de venta final de los productos agr铆colas. Por ejemplo, en 1997, un estudio del Banco Mundial estim贸 que en el comercio mundial de productos b谩sicos (el principal ejemplo de los autores son los productos agr铆colas), la diferencia entre los dos precios era cada vez mayor, alcanzando los 100.000 millones de d贸lares al a帽o, y que el comportamiento monopol铆stico de las empresas comerciales multinacionales era el responsable de ello, ya que cuanto mayor es la influencia de las multinacionales en el mercado, mayor es esta diferencia que se manifiesta en los contextos locales.



Un estudio realizado en 2002 por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) se帽alaba tambi茅n que la diferencia entre los precios de producci贸n y los de venta al p煤blico ha aumentado r谩pidamente desde la d茅cada de 1980, especialmente en los pa铆ses con altos niveles de concentraci贸n del mercado. En otras palabras, tarde o temprano los consumidores tambi茅n se convierten en v铆ctimas del comportamiento monopol铆stico del capital transnacional.



Los verdaderos ganadores de esta historia siguen siendo las empresas multinacionales con grandes capitales. Pueden maximizar sus beneficios subiendo los precios en el mercado global cuando crean que es el momento adecuado. Si este an谩lisis es cierto, los consumidores tambi茅n son las v铆ctimas, porque en torno a 2008 no s贸lo se dispararon los precios de la soja, sino que tambi茅n aumentaron mucho los de otros alimentos. El aumento de los precios de los alimentos desencaden贸 disturbios alimentarios en todo el mundo y provoc贸 cambios en la dieta de algunos pa铆ses.



Mientras el capital se beneficia, son las personas y la naturaleza quienes pagan el precio.



En primer lugar, no se puede ignorar el impacto negativo del control del capital sobre la cadena de producci贸n, suministro y comercializaci贸n de la soja en el entorno ecol贸gico.



En los cinturones de producci贸n de soja de Estados Unidos, Brasil y Argentina, el monocultivo puede alterar la composici贸n microbiana natural del suelo y provocar la erosi贸n. Este peligro es especialmente grave en las zonas que dependen en gran medida de los productos agroqu铆micos.



Y lo que es m谩s aterrador, el r谩pido crecimiento de la producci贸n de soja en Brasil se ha convertido en una de las principales causas de la deforestaci贸n masiva y la quema de la selva amaz贸nica. S贸lo en la d茅cada de 1990-2000, la superficie forestal destruida fue el equivalente a dos veces el territorio de Portugal. La p茅rdida del bosque liber贸 grandes cantidades de di贸xido de carbono que se fijaron en la vegetaci贸n y el suelo. La deforestaci贸n y la quema de 谩rboles en la Amazonia han convertido este "pulm贸n de la tierra" en un "emisor de carbono", haciendo de Brasil uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo; hasta el 75% de estas emisiones proceden de la destrucci贸n de la selva tropical.



La selva amaz贸nica contiene algunos de los recursos biol贸gicos m谩s ricos y diversos del mundo, con millones de especies de insectos, plantas, aves y otros organismos. Su destrucci贸n generalizada conducir谩 obviamente a una p茅rdida de biodiversidad al mismo tiempo, lo que en 煤ltima instancia pondr谩 en peligro la seguridad de la propia especie humana. Adem谩s, el mal uso de los herbicidas puede provocar la contaminaci贸n de las aguas subterr谩neas y la aparici贸n de "supermalezas".



En segundo lugar, est谩 el desempleo y el hambre, consecuencias de la sustituci贸n de las peque帽as explotaciones por latifundios dedicados al monocultivo de exportaci贸n.



Tierras sobredimensionadas, intensivas en capital, fuertemente dependientes de los productos agroqu铆micos (pesticidas y fertilizantes) y de la maquinaria agr铆cola: este es un juego al que s贸lo pueden jugar los grandes terratenientes y los inversores con mucho capital. Compran los campos de los agricultores pobres a gran escala, sustituyendo gradualmente los m茅todos de producci贸n peque帽os y diversificados.



En Brasil y Argentina, la soja se produc铆a inicialmente en peque帽as explotaciones familiares de entre 5 y 50 hect谩reas, pero luego las explotaciones de soja crecieron y las m谩s peque帽as se redujeron a una porci贸n de terreno cada vez menor.



En los 煤ltimos a帽os han aparecido nuevas plantaciones de soja, a menudo en terrenos de 10.000 a 50.000 hect谩reas, lo que significa que la propiedad de la tierra se ha concentrado a煤n m谩s en manos de grandes terratenientes e inversores. La misma situaci贸n se da en Brasil y Argentina: la gran mayor铆a de las explotaciones son peque帽as, pero la gran mayor铆a de la tierra est谩 ocupada por unas pocas explotaciones enormes. Las peque帽as explotaciones emplean a un trabajador por cada 8 hect谩reas de terreno, mientras que las grandes explotaciones emplean a un solo trabajador por cada 200 hect谩reas.



As铆, la sustituci贸n de las peque帽as explotaciones por las grandes tuvo una grave consecuencia: un gran n煤mero de agricultores familiares se quedaron sin tierra, el empleo que proporcionaban las explotaciones existentes se redujo dr谩sticamente. Ir a la ciudad significaba vivir en barrios marginales, y permanecer en el campo significaba pasar hambre.



Las peque帽as explotaciones agr铆colas que sobreviven dependen en gran medida de las empresas multinacionales para obtener cr茅ditos, semillas, maquinaria, fertilizantes, pesticidas y canales de comercializaci贸n. No pueden competir con la fuerza de las multinacionales comerciales bien financiadas y repartidas por todo el planeta, y se ven obligadas a ser serviles en este juego desigual.



* W谩ng Sh脿ogu膩ng (鐜嬬粛鍏), publicado y traducido por Monthly Review (https://mronline.org/2022/11/21/in-a-soybean-game-dominated-by-capital-no-one-wins/) traducci贸n y adaptaci贸n al portugu茅s de Maur铆cio Ayer.

  _____





--
Este correo electr贸nico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de Avast.
www.avast.com

------------ pr髕ima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20221130/cd6e7f90/attachment-0001.htm


M醩 informaci髇 sobre la lista de distribuci髇 Boletin-prensa