Literatura/ George Sand, una escritora censurada. [Caterina Riba Sanmartí/Carme Sanmarti Roset]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Sep 14 22:56:04 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

14 de septiembre 2022

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Literatura



George Sand, una escritora censurada



Caterina Riba Sanmartí/Carme Sanmarti Roset *

The Conversation, 5-9-2022

https://theconversation.com/



George Sand (1804-1876) es el seudónimo de Aurore Dupin, célebre escritora
francesa cuya vida y obra se vieron envueltas en numerosas polémicas. Sand,
de ascendencia aristócrata por parte de padre, se crio con su abuela en un
castillo situado en Nohant, en el condado de Berry, en el centro de Francia.



Se casó a los dieciocho años con el barón de Dudevant, pero al cabo de ocho
años se separó y se mudó a París, donde se instaló con su hijo en una
modesta chambre de bonne (habitación abuhardillada destinada al personal de
servicio de las familias burguesas). Fue allí donde, gracias a su talento,
su constancia y sus contactos, consiguió labrarse un nombre en las letras
francesas que ha perdurado hasta hoy.



Mujer libre y censurada



George Sand fue un espíritu libre que cuestionó las normas y que se vestía
de hombre en contextos masculinos. Se relacionó con escritores como Honoré
de Balzac y Gustave Flaubert, el pintor Eugène Delacroix o el compositor
Franz Liszt. Mujer independiente y liberada, fue amante, entre otros, de
Alfred de Musset, Prosper Merimée y Frédéric Chopin. Encarnaba un modelo
de mujer emancipada: era crítica con el matrimonio y la familia tradicional,
tenía ideas anticlericales y era simpatizante del socialismo.



A causa se su opción de vida, poco convencional, la obra de George Sand se
incluyó en el Índice de Libros Prohibidos del Vaticano en 1863, trece años
antes de su muerte, cuando todavía estaba activa como escritora. El Índice
tenía el objetivo de preservar la ortodoxia católica y recogía sobre todo
títulos de tratados religiosos. Sin embargo, en el siglo XIX se consideró
que la narrativa podía ser perniciosa y que suponía una amenaza al modelo de
vida católico, de modo que entraron en el Índice numerosas novelas, entre
ellas, muchas obras de George Sand.



En vida, Sand se convirtió en un personaje público, vilipendiado por muchos
sectores, pero con una gran masa de lectores y admiradores. Nos legó más de
setenta novelas, obras de teatro, cuentos y artículos de revista. También se
han conservado más de veinticinco mil cartas de su puño y letra, que
presentan un interesante retrato de su época.



Sand en España



El interés por la obra de esta escritora en España fue inmediato. Cuatro
años después de su debut literario en Francia, ya se había traducido su
primera novela al español, Leoni Leone. Antes de la Guerra Civil ya
circulaban alrededor de cincuenta de sus obras.



Durante el franquismo, la recepción de la autora estuvo muy condicionada por
los escándalos que protagonizó en vida y por el contundente rechazo de la
Iglesia católica a su figura y su legado. Sand representaba todo aquello que
la estricta moralidad del nacionalcatolicismo condenaba.



En aquel momento, todo texto que quisiera publicarse debía ser presentado y
revisado sin excepción por “lectores” franquistas. Ellos decidían si
autorizaban la publicación del libro tal como estaba, si debían llevarse a
cabo tachaduras y modificaciones, o si se denegaba y se prohibía la
publicación.



Los censores desestimaron automáticamente muchas de las obras de Sand porque
se habían incluido en el Índice en el siglo XIX, lo que indicaba que los
criterios morales no habían evolucionado en cien años. Así, se denegaron las
solicitudes de Indiana y Ella y él y, probablemente anticipando la negativa,
ni siquiera se pidió autorización para traducir los textos más
anticlericales o con tintes socialistas.



Su estancia Mallorca



La novela de Sand con más éxito en España ha sido Un invierno de Mallorca,
reeditada más de cuarenta veces en ocho traducciones distintas. En ella
relata su estancia en la isla entre 1838 y 1839 junto con sus hijos, Maurice
y Solange, y su pareja, Frédéric Chopin.



La autora destaca la belleza del paraje, pero muestra su insatisfacción por
la falta de higiene, el pésimo estado de las carreteras y el trato poco
hospitalario que recibe de los lugareños.



Si bien el hecho de presentar una visión poco favorecedora de España le
valió algún revés con la censura, logró publicarse diez veces en época
franquista. Uno de los expedientes que autorizó la publicación en 1958
afirmaba lo siguiente “Todo es sucio, pobre, triste, deprimente (…). No es
un libro precisamente para el turismo”. Paradójicamente, sin embargo, la
estancia de George Sand en la Cartuja de Valldemosa es hoy un reclamo
turístico y los libros de Sand se venden en tiendas de souvenirs.



Evolución de la censura



Cabe decir que, en el caso de esta escritora, se percibe una flexibilización
de la censura a lo largo del periodo franquista. Los últimos informes que
denegaron la publicación o la importación de obras de Sand datan de 1952. A
partir de 1959, se resolvieron todos favorablemente. El rechazo se apoyaba
fundamentalmente en la condena vaticana, pero la última edición del Índice
se había publicado en 1948 y fue abolido definitivamente en 1966.



Este periodo coincide con la relajación de los criterios morales tras el
Concilio Vaticano II que, entre otras cuestiones, desvinculaba las
relaciones sexuales de la reproducción. También se promulga la nueva Ley de
Prensa de 1966, conocida como la Ley Fraga, que, como mínimo aparentemente,
era más permisiva.



George Sand había sido castigada a causa de su vida poco ejemplar (más que
por transgresiones literarias), pero, en el nuevo contexto, las presiones
para moldear un patrón único de mujer a través de la censura literaria
habían dejado de surtir efecto.



* Caterina Riba Sanmartí, profesora e investigadora en el ámbito de la
Literatura, la Traducción y los Estudios de Género, Universitat de Vic –
Universitat Central de Catalunya. Carme Sanmarti Roset, profesora emérita.
Investigadora en Historia y Estudios de Género, Universitat de Vic –
Universitat Central de Catalunya.

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