Francia/ El día en que el macronismo se convirtió en lepenismo. [Dossier]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Dic 22 09:33:35 UYT 2023
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Correspondencia de Prensa
22 de diciembre 2023
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Francia
El día en que el macronismo se convirtió en lepenismo
La nueva ley contra la inmigración apoya el programa xenófobo de la extrema
derecha que, al convertir a los extranjeros en enemigos públicos, ataca la
universalidad y la igualdad de derechos. La historia recordará que el
responsable de este declive nacional es el presidente elegido para
bloquearlo: Emmanuel Macron.
Edwy Plenel y redacción de infoLibre
Mediapart, 21-12-2023
https://www.mediapart.fr/es/
«No hay que renunciar a nada, a nada»: estas fueron las palabras finales de
un discurso pronunciado el 10 de diciembre de 2023 con motivo del
septuagésimo quinto aniversario de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Fue en París, el mismo lugar donde se proclamó en 1948 en la
primera Asamblea General de las Naciones Unidas. El orador (Emmanuel Macron)
elogió la universalidad de los derechos y la igualdad de todos los seres
humanos, independientemente de su origen, condición, credo, apariencia o
nacimiento, sexo o género.
«Pensar en resolver nuestros problemas contemporáneos olvidando esos
derechos [...] sería no sólo un error político, sino moral», añadió, antes
de hacer un último llamamiento a su auditorio para que nunca cediera ante
los enemigos de la igualdad natural que niegan nuestra humanidad común:
«Cada vez que cedemos un milímetro, retrocedemos un milímetro para nosotros
mismos, o para nuestros hijos, o para nuestros hermanos y hermanas». No
pasaron ni diez días y el mismo orador cedía en todo.
Emmanuel Macron, porque se trata de él, fue elegido en dos ocasiones para
bloquear a la extrema derecha, cuya candidata, Marine Le Pen (hija de
Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, ndr), llegó a la segunda
vuelta de las presidenciales tanto en 2017 como en 2022. Sabemos muy bien,
como Mediapart [socio editorial de infoLibre] documenta a diario, que
durante casi siete años las políticas que ha llevado a cabo no han tenido en
cuenta la pluralidad de votos emitidos en su favor, prefiriendo imponer al
país una marcha forzada hacia una mayor desigualdad e injusticia, no exenta
de cinismo y amoralismo
(https://www.mediapart.fr/journal/politique/170423/ce-president-sans-scrupul
e-egare-la-republique) Pero aún no se había roto del todo un dique de
contención, el de la relación con el mundo y con los demás, con los
extranjeros y en todas partes. El del humanismo, en suma, donde lo esencial
está en juego, frente a la extrema derecha en sus diversas expresiones
partidistas.
Desde la audaz fundación de la Revolución Francesa, esta familia intelectual
y política está unida por el rechazo categórico de lo que la Declaración de
1789 proclamó al mundo: la igualdad natural, que fue y sigue siendo el motor
de la invención, la conquista y la defensa de los derechos fundamentales de
la humanidad. En todas partes del mundo, la desigualdad natural, es decir,
el privilegio del nacimiento, del origen y de la pertenencia, es el credo
radicalmente antidemocrático de la extrema derecha, con la consecuencia
concreta de una jerarquización de la humanidad, de las identidades, de las
culturas, de las civilizaciones, de las creencias y de la apariencia física.
Ahora bien, desde la catástrofe europea de mediados del siglo XX, con sus
crímenes contra la humanidad y el genocidio de los judíos, sabemos lo
potencialmente criminales que son estas ideologías, que abren el camino a
una caza sin fin de la alteridad, de las minorías y de las diversidades que
la encarnan. Desde la derrota del nazismo y de sus aliados, la extrema
derecha fue relegada a los márgenes del debate público y de la existencia
política, y desde entonces ha intentado emerger utilizando la cuestión
migratoria como caballo de Troya. Esta ha sido siempre su cantinela
obsesiva, en Francia desde la creación en 1972 del Frente Nacional, que se
convirtió en Agrupación Nacional (RN), ampliado en 1973 por el «Halte à
l'immigration sauvage» (Alto a la inmigración incontrolada) en una reunión
parisina
(https://www.mediapart.fr/journal/politique/150123/21-juin-1973-quand-l-extr
eme-gauche-ecrasait-le-fascisme-dans-l-oeuf) de Ordre nouveau (movimiento
neofascista que dio paso a RN, ndt).
Más allá de la xenofobia y el racismo que difunde esta obsesión anti
migratoria, su objetivo político es abrir una brecha en la igualdad
universal de derechos y, en consecuencia, en nuestra cultura democrática,
sus valores, sus principios y sus referencias. Treinta leyes de inmigración
desde 1980 no han resuelto ninguno de los urgentes problemas sociales,
ecológicos, morales o geopolíticos a los que se enfrenta Francia. Pero han
conseguido situar en el centro del debate público las palabras y las ideas
con las que prospera la extrema derecha.
Es decir, que los derechos humanos no se aplican a todo el mundo, que es
legítimo distinguir entre los que tienen derechos y los que no, que es
normal introducir la preferencia nacional, que tenemos que atrincherarnos
contra el mundo que nos rodea, que la inmigración es una amenaza o incluso
un peligro y, en fin, que la parte de nuestro pueblo que procede de ella es
en sí misma un peligro para Francia, su identidad o su eternidad, lo que se
resume en la ideología asesina
(https://www.mediapart.fr/journal/international/dossier/le-grand-remplacemen
t-ideologie-meurtriere) conocida como grand remplacement (el gran
reemplazo), que es un llamamiento a borrar, excluir, discriminar o expulsar
a los seres humanos que dan testimonio de la diversidad de la que está hecha
Francia.
Emmanuel Macron, al elegir esta agenda xenófoba como distracción política
tras su demostración de fuerza
(https://www.mediapart.fr/journal/politique/dossier/retraites-le-coup-de-for
ce-de-macron) ante el rechazo parlamentario, sindical y popular a su reforma
de las pensiones, y al dar carta blanca a su ministro del Interior, cuyos
rumbos ideológicos proceden de la extrema derecha, ha cogido de la mano a la
Agrupación Nacional. Al borde del abismo, podría haber frenado, bien
retirando ese proyecto de ley tras su rechazo en la Asamblea Nacional, bien
reconociendo una crisis política evidente mediante una disolución del
parlamento seguida de nuevas elecciones legislativas. Abusando del poder de
la presidencia, optó por seguir adelante, humillando obstinadamente a su
propio bando al ignorar las «líneas rojas» fijadas por su bancada.
(https://www.sudradio.fr/linvite-politique/pjl-immigration-nous-avons-nos-li
gnes-rouges-previent-sylvain-maillard)
El resultado está a la vista: en una moción que reúne a la extrema derecha y
a la derecha
(https://www.mediapart.fr/journal/politique/191223/immigration-heure-par-heu
re-les-deux-jours-de-tractations-jusqu-au-vote-de-la-loide) Les
Republicains (derecha conservadora que adopta posiciones cada vez más
cercanas de la extrema derecha racista, ndr), radicalizada hasta el punto de
estar ya dispuesta a gobernar con aquélla, la ley «de control de la
inmigración»
(https://www.assemblee-nationale.fr/dyn/16/textes/l16b2008_texte-adopte-comm
ission) responde a todas las exigencias de la Agrupación Nacional, que está
encantada con ella: preferencia nacional, pérdida de la nacionalidad,
cuestionamiento del ius soli (derecho del suelo, ndr), limitación de cuotas
de inmigración, aumento de los obstáculos al derecho de residencia,
restricción del derecho de asilo, precarización de los extranjeros,
tipificación como delito de la residencia ilegal, facilidades a las
expulsiones, menoscabo de los derechos fundamentales a la salud, al
alojamiento y a la protección de la infancia, aumento de los obstáculos a la
acogida de estudiantes, etc. (véase nuestra explicación de las disposiciones
de la ley y la del Comité Inter-movimientos para los Evacuados, Cimade:
https://www.mediapart.fr/journal/politique/191223/immigration-une-loi-qui-ba
foue-les-droits-les-plus-fondamentaux).
Desde que el filósofo alemán Georg Hegel (1770-1831) teorizó sobre la
dialéctica (https://fr.wikipedia.org/wiki/Georg_Wilhelm_Friedrich_Hegel),
los filósofos debaten sobre ese momento crucial en el que el movimiento
infinito de las cosas y los seres transforma una cantidad acumulada en una
nueva cualidad. Es lo que en nuestro lenguaje se traduce por «salto
cualitativo». En ello estamos. Antes de llegar ahí ha habido muchas
renuncias, muchos compromisos y muchas cobardías. Pero esta vez estamos en
un punto de no retorno: el programa xenófobo de la extrema derecha se ha
convertido en la ley de la República. De repente, lo precipitado de las
derrotas anteriores crea una cristalización sin precedentes, cuyas
consecuencias sufrirán los seres humanos, mujeres, niños y hombres, que
ahora son entregados a la arbitrariedad estatal de la policía administrativa
sin demasiados obstáculos ni apenas recursos.
Este momento, nuestro momento, nos recuerda irresistiblemente otro,
desastroso. El 2 de mayo de 1938, gobernando Édouard Daladier, cuyo nombre
está indisolublemente ligado a los Acuerdos de Múnich firmados en septiembre
de ese mismo año para capitular ante la Alemania nazi, la República Francesa
promulgó un decreto-ley de extranjería
(https://www.radiofrance.fr/franceinter/podcasts/les-oubliettes-du-temps/2-m
ai-1938-decret-lois-contre-les-etrangers-illegaux-3030760) que endurecía
drásticamente las condiciones de entrada y estancia de los extranjeros en
Francia. Estableció una cultura y una práctica estatales que legitimaron el
compromiso administrativo francés con las fuerzas de ocupación nazi. El 1º
de enero de 1939, en Les Cahiers des droits de l'homme
(https://www.retronews.fr/politique/echo-de-presse/2018/08/08/1938-maurice-v
iollette-contre-la-loi-anti-etrangers) (un político que había sido ministro
del Frente Popular y que no era en absoluto extremista resumía lo que estaba
ocurriendo: «Una ola de racismo en Francia».
Se llamaba Maurice Viollette
(https://www.retronews.fr/politique/echo-de-presse/2018/08/08/1938-maurice-v
iollette-contre-la-loi-anti-etrangers), y basta con escuchar lo que hoy
desata en los medios la perdición macronista para oír el eco de su alarma.
“Por primera vez», escribió, «una ola de xenofobia recorre nuestro país.
Hasta hace poco, se enorgullecía de ser una tierra de asilo; hoy, parece
estar haciendo preocupantes concesiones al racismo. [...] De toda esta nueva
legislación se desprende un principio fundamental: los extranjeros ya no
tienen ningún derecho en Francia; están completamente entregados a la
arbitrariedad de la policía». “Lo grave de este decreto”, concluyó, “es que
admite como postulado que los extranjeros son el enemigo público.”
Contrariamente a las ilusorias sandeces del resto del bando presidencial,
esta ley no hará retroceder a la extrema derecha, sino que, al contrario, la
legitimará más que nunca. Contrariamente a lo que repiten incansablemente
los medios de comunicación que acompañan esta perdición, esta ley no es en
absoluto lo que quieren «los franceses», una invención de los sondeos
firmemente desmentida por la unanimidad de las fuerzas vivas del país, sus
asociaciones, sus sanitarios, sus sindicatos, sus universidades, sus
iglesias y su defensora del pueblo, en contra de una ley que da la espalda a
la preocupación por el mundo y por los demás.
Así pues, más allá de las respuestas que se les ocurran a los
parlamentarios, a los partidos y a los movimientos, sólo nos queda una
solución a todos los que residimos, vivimos y trabajamos en este país:
hacerles frente, rebelarnos y mantenernos firmes. Lo que significa, como ya
han sugerido algunos médicos, desobedecer.
Esta ley no la dejaremos pasar, no la respetaremos porque no respeta nuestra
humanidad común.
***
Ley «inmigración»: la CGT llama a la «desobediencia civil»
Por otra parte, varios artistas y personalidades de izquierda publicaron un
comunicado en el que instan a Emmanuel Macron a no promulgar el texto, que,
en su opinión, «allana el camino para lo peor».
Le Monde y AFP, 21-12-2023
https://www.lemonde.fr/societe/
Traducción de Correspondencia de Prensa
Las protestas contra la ley de inmigración continuaron el jueves 21 de
diciembre, tras la adopción definitiva del texto por el Parlamento el martes
(19) por la noche. La secretaria general de la CGT (Confédération Générale
du Travail), Sophie Binet, hizo un llamamiento a la «desobediencia civil», y
un grupo intersindical de personalidades y artistas de izquierda pidió a
Emmanuel Macron que no promulgara la ley.
«La CGT llama a la desobediencia civil y a multiplicar las acciones de
resistencia contra esta ley» que «ataca profundamente todos nuestros
principios republicanos» y «extiende la alfombra roja a la extrema derecha»,
declaró Sophie Binet a RMC.
En conversaciones con otras organizaciones sindicales, asociaciones y
personalidades, la CGT quiere organizar «iniciativas a gran escala en las
próximas semanas para que aquellos que no se identifican con esta Francia
'lepenizada' (referencia a Marine Le-Pen, dirigente de la extrema derecha)
muestren su determinación de defender los valores de la solidaridad», añadió
la dirigente sindical.
La izquierda rechaza el endurecimiento de las condiciones para acceder a los
derechos sociales
En un comunicado conjunto, las confederaciones sindicales CFDT, CGT, FO,
FSU, UNSA y Solidaires
(https://twitter.com/93Fsu/status/1737842720612512130) condenaron un texto
«discriminatorio» que «ataca profundamente los principios republicanos de
igualdad y solidaridad». «La prioridad debe ser la igualdad de derechos, en
particular los derechos sociales, la regularización de todos los
trabajadores sin papeles y la solidaridad con los inmigrantes», escribieron,
pidiendo «solemnemente que no se promulgue este texto».
El artículo 19 de la nueva ley introduce un periodo de espera de cinco años
para los extranjeros no europeos que residan legalmente y no trabajen, y de
treinta meses para los demás, antes de acceder al derecho a prestaciones
como los subsidios familiares o la prestación personalizada de autonomía
(APA). Esta prestación social se abona a las personas de 60 años o más que
han perdido su autonomía (por razones de edad y/o de salud).
Los treinta y dos departamentos dirigidos por la izquierda, incluido el
Ayuntamiento de París, anunciaron el miércoles que no van a aplicar este
endurecimiento de las condiciones de obtención de la APA a los extranjeros.
Una solicitud firmada por mil personas
En un artículo de opinión publicado en L'Humanité el jueves, numerosos
artistas, sindicalistas y personalidades de izquierda también instaron a
Emmanuel Macron a que no promulgara la ley. Consideran que se trata de un
«verdadero trampolín para la ideología nacionalista de extrema derecha y una
traición al compromiso solemne contraído con el pueblo francés» por el
presidente de la República de frenar a la extrema derecha.
«Esta ley de odio y de división constituye una grave amenaza para el devenir
de nuestros semejantes, ya sean extranjeros o inmigrantes, y por lo tanto
para la cohesión de nuestra sociedad», añaden.
El texto fue firmado por más de mil personas, entre ellas cerca de 150
personalidades públicas, como el senador ecologista Yannick Jadot y la
secretaria nacional de Europe Ecologie-Les Verts, Marine Tondelier, el
diputado y secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, el
dirigente de La France insoumise, Jean-Luc Mélenchon, las alcaldesas
socialistas de París, Anne Hidalgo, y de Lille, Martine Aubry, y el primer
secretario del Partido Socialista, Olivier Faure.
Entre los artistas, intelectuales y deportistas, firman la premio Nobel
Annie Ernaux, los actores Jean-Pierre Darroussin y Laure Calamy, el ex
futbolista Eric Cantona y las escritoras Faïza Guène y Alice Zeniter y
sindicalistas como la secretaria general de la CGT, Sophie Binet.
***
Llamamiento: «Señor presidente, ¡no promulgue la ley inmigración»
L’Humanité, 21-12-2023
https://www.humanite.fr/
Traducción de Correspondencia de Prensa
A iniciativa de L'Humanité, representantes electos, sindicalistas,
intelectuales y artistas instan a Emmanuel Macron a abandonar una
legislación que «fractura los cimientos de la República, al instilar el
veneno xenófobo de la preferencia nacional».
En las últimas elecciones presidenciales, millones de votos se inclinaron
por Emmanuel Macron en la segunda vuelta para impedir el avance de Marine Le
Pen. «Este voto me obliga», había asegurado el presidente electo. La ley de
inmigración, verdadero trampolín para la ideología nacionalista de extrema
derecha, es una traición a este compromiso solemne contraído con el pueblo
francés.
Apoyado por la RN, este texto, adoptado sin un verdadero debate en el
Parlamento, fractura el campo presidencial, pero, sobre todo, los cimientos
de nuestra República. Al instilar el veneno xenófobo de la preferencia
nacional al poner en tela de juicio el derecho de suelo, pisotea los
principios de igualdad y de no discriminación, cimientos de nuestra
democracia fraternal.
Esta ley de odio y de división representa una grave amenaza para el destino
de nuestros semejantes, ya sean extranjeros o inmigrantes, y por lo tanto
para la cohesión de nuestra sociedad. Allana el camino para lo peor.
Ante este peligro, nosotros, ciudadanos preocupados por la convivencia,
instamos al Jefe del Estado a que actúe. ¡No promulgue este texto que
encarna todos los peligros!
Lista de los 150 primeros firmantes en
https://www.humanite.fr/politique/loi-immigration-darmanin/appel-monsieur-le
-president-ne-promulguez-pas-la-loi-immigration
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