Estados Unidos/ La crisis de los inmigrantes en Chicago: un caso ejemplar. [Lance Selfa]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Dic 28 23:08:54 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

28 de diciembre 2023

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Estados Unidos

 

La crisis de los inmigrantes en Chicago: un caso ejemplar

 

Lance Selfa

International Socialism Project, 17-12-2023 

https://internationalsocialism.net/

Traducción de Correspondencia de Prensa

 

El alcalde de Chicago, Brandon Johnson (Partido Demócrata), entró en su
octavo mes en el cargo tras una serie de fracasos de gran repercusión que
llevaron incluso a algunos de sus más fervientes partidarios a preguntarse
qué había pasado. El más destacado de ellos tuvo su origen en los intentos
de la ciudad de alojar y prestar otros servicios a los más de 20.000
solicitantes de asilo, inmigrantes que han llegado a Chicago desde 2021.

 

Chicago representa un test sobre cómo una ciudad "santuario" puede acoger
una afluencia de migrantes, siendo que no menos 2,4 millones de demandantes
de asilo han cruzado la frontera sur en el último año. Cientos de migrantes
llegan semanalmente en autobuses enviados por los gobernadores derechistas
(Partido Republicano) de Texas y Florida.

 

La táctica de los gobiernos de derecha de fletar autobuses para exportar
emigrantes a ciudades "liberales" tiene su origen en los "viajes invertidos
a la libertad" que los supremacistas blancos del sur organizaron a
principios de los años sesenta. Estos "regresos a la libertad" eran una
creación de los Consejos de Ciudadanos Blancos (White Citizens’ Councils)
que compraban billetes de autobús a las ciudades del norte para los
trabajadores negros pobres. La idea era demostrar que "el norte" era
hipócrita en sus críticas a la segregación en el sur, y que el norte liberal
no era más acogedor para los inmigrantes negros que el sur. Como escribió
Jesús Flores, en South Side Weekly,

 

Aunque hubo esfuerzos para ayudar a los viajeros de la libertad [invertida]
en Chicago y en otras ciudades, éstos llegaban a centros urbanos cuyas redes
de seguridad social ya eran insuficientes para sus residentes negros. En las
ciudades que los recibían, varias organizaciones, incluidas las secciones
locales de la NAACP, jefes religiosos y la Urban League, trataron de ayudar
a los pasajeros de la libertad invertida. Pero, como señaló Lloyd General en
un informe para el Chicago Defender, "las emigrantes víctimas llegaron a su
destino y descubrieron que todos los recibían con mucha simpatía, pero no
podían encontrar trabajo".

 

Las ciudades no tuvieron más remedio que admitir que no tenían capacidad
suficiente para satisfacer las necesidades de los nuevos inmigrantes, ya que
apenas podían cubrir las necesidades de su población negra ya existente.

 

Los "viajes invertidos a la libertad" fracasaron finalmente ante la
organización de los derechos civiles y la decisión de los líderes
empresariales y gubernamentales de acabar con la segregación. Pero sí
dejaron un ejemplo a seguir para gobernadores como el de Texas, Greg Abbott,
y el de Florida, Ron DeSantis. Y, hasta ahora, la maniobra ha demostrado lo
mal equipados que están los gobiernos locales de los "estados azules"
(gobernados por los demócratas) y sus maltrechas redes de seguridad para
atender las necesidades de los inmigrantes.

 

Mientras el número de inmigrantes en Chicago aumentaba en el último año, la
ciudad -bajo dos administraciones consecutivas- se mostró muy indolente.
Durante meses, asignó a los migrantes, incluidas familias enteras, a
permanecer en refugios de la ciudad, comisarías de policía y aeropuertos,
confiando en los voluntarios comprometidos para ayudar a los migrantes con
comida, ropa y asistencia. Gastó más de 300 millones de dólares, pero dado
que una gran parte de ese dinero fue destinado a contratistas privados que
no han llenado realmente el vacío dejado por un sistema de seguridad estatal
reducido. De hecho, como demostró una investigación del Block Club Chicago,
los contratistas privados seleccionan, poseen y gestionan los "refugios
urbanos"
(https://blockclubchicago.org/2023/12/13/city-paying-well-more-than-typical-
rent-for-migrant-shelter-buildings-and-keeping-details-secret/). La ciudad
paga un alquiler más alto a estos propietarios de lo que podrían ganar
alquilando sus locales a clientes comerciales.

 

Mientras que la ciudad tiene dificultades para acoger a unos 24.000
inmigrantes, en su mayoría latinoamericanos, pudo acoger e integrar, casi
sin ruido ni controversia pública, a unos 29.000 refugiados de la guerra de
Ucrania con Rusia. Para entender por qué, debemos considerar la política de
inmigración de EE.UU. a la luz de la política exterior de EE.UU.

 

El sistema de inmigración estadounidense es un mosaico de leyes y programas
que, en última instancia, sirve a los objetivos de la política económica y
exterior de Estados Unidos. Y las instituciones de política exterior de
Estados Unidos y Europa Occidental se han alineado detrás de Ucrania por
razones que tienen más que ver con infligir un golpe a su rival ruso que con
apoyar el derecho de Ucrania a elegir su propio destino. Uno de los
subproductos de ese apoyo es el respaldo del gobierno estadounidense a los
ucranianos para que emigren a EE.UU. y a otros países.

 

En el momento más crítico de la pandemia de COVID-19, la administración
Trump invocó el Título 42 de una ley de salud pública de 1944 que prohibía
la inmigración a EE.UU. por motivos de "salud pública". Antes de que la
administración Biden levantara totalmente la prohibición del Título 42 a
principios de este año, hizo una excepción para los ucranianos tras la
invasión rusa de su país en 2022. En virtud de la excepción, se permitió a
los ucranianos emigrar a EE.UU. -durante un año- antes de que la
administración levantara la prohibición para todos los inmigrantes.

Como señaló Avril Benoît, directora ejecutiva de Médicos Sin
Fronteras-Estados Unidos: "Las excepciones al Título 42 para los ucranianos
demuestran que el gobierno estadounidense es perfectamente capaz de tratar a
las personas con eficacia y dignidad cuando dedica los recursos necesarios y
cuando existe voluntad política para hacerlo". "Debe permitirse a las
personas solicitar asilo en función de su necesidad de protección y no en
función de su nacionalidad, origen, raza o etnia, de acuerdo con la
legislación nacional e internacional de EE.UU...."

 

Tras la invasión rusa, el gobierno de Biden también anunció un programa
"Uniting for Ukraine" (Unidos por Ucrania) que otorga residencia temporal,
una tarjeta de Seguridad Social y autorización de trabajo inmediata a
quienes vengan a EE.UU. Pavlo Bandriwsky, vicepresidente de la sección de
Illinois del Ukrainian Congress Committee of America, declaró a Axios: "El
programa Unidos por Ucrania está siendo considerado [por los federales] como
un modelo para la futura inmigración a EE.UU. . . . porque brinda cierto
apoyo y responsabilidad, para que la gente no sea simplemente arrojada a
tiendas de campaña y se le diga: 'arrégleselas por su cuenta'"
(https://www.axios.com/local/chicago/2023/10/25/migrants-refugees-ukraine-la
tino-mexico-border). 

 

En otros términos, si los gobiernos federal, estatales y locales quisieran
elaborar una solución a la actual crisis migratoria, no es imposible
hacerlo. Pero ofrecer un futuro seguro a los migrantes no ucranianos que
llegan a la frontera sur no encaja con los objetivos geopolíticos de la
política exterior estadounidense. De hecho, gran parte del flujo migratorio
-por ejemplo, desde Venezuela- es un resultado directo de la política
estadounidense. En Venezuela, Estados Unidos mantiene desde hace años
sanciones económicas contra el gobierno de Maduro.

 

En la era política actual de migraciones masivas debidas a la pobreza, el
cambio climático y la guerra, las repercusiones políticas en los países
"receptores" han sido, por lo general, la polarización de la política hacia
la derecha, y la extrema derecha.  La importante victoria del Partido de la
Libertad de extrema derecha en los Países Bajos constituye tan sólo el
ejemplo más reciente
(https://internationalsocialism.net/far-right-electoral-victory-in-the-nethe
rlands/). 

 

En Estados Unidos, la política antiinmigración ha sido el caballo de batalla
de los elementos más comprometidos del Partido Republicano y de las
organizaciones de extrema derecha que revolotean a su alrededor. El odio
antimexicano y anti musulmán llevó a Donald Trump a la cabeza del Partido
Republicano en 2016, una posición que, desde entonces, no ha perdido. Ya ha
dejado claro que, si llega a la Casa Blanca el año que viene, se compromete
a enviar a los inmigrantes indocumentados a campamentos antes de proceder a
deportaciones masivas.

 

Los mini-Trump como Abbott y DeSantis ya nos han mostrado cuál es su
posición. Si sus acrobacias antiinmigración son sólo maniobras de
provocación o si tienen en mente alguna estrategia a más largo plazo es
irrelevante en este momento. Lo que sí han conseguido es aumentar la
política antiinmigración de derechas en la América "azul".

 

Esto emanó, en primer lugar, de políticos como Eric Adams, alcalde demócrata
del ala derecha en Nueva York. En Chicago, muchos de los cabecillas anti
inmigrantes han sido los elementos derechistas del Partido Demócrata que
apoyaron a Paul Vallas contra Brandon Johnson (ambos demócratas) en la
carrera por la alcaldía a principios de este año.

 

Pero no podemos ignorar que esto también conmovió a la gente corriente, e
incluso a los llamados líderes progresistas. Puso al descubierto el
debilitamiento de la red de protección social en estas ciudades, llevando a
la gente a preguntarse por qué los inmigrantes deben recibir ayudas cuando
hay tantas personas sin hogar. O por qué los centros comunitarios y otros
recursos de los barrios negros y de población mestiza deberían ocuparse de
los inmigrantes siendo que ellos mismos han sido abandonados durante años.
Los defensores que, durante décadas, han luchado para que los inmigrantes
obtuvieran la autorización para trabajar legalmente manifiestan su
frustración por haber sido pasados por alto en el enfoque actual sobre los
inmigrantes
(https://www.chicagotribune.com/news/ct-undocumented-workers-demand-job-perm
its-new-migrants-20231203-u6d4xzcr2jexbajtp534ridkzq-story.html).  

 

En el Chicago "progresista", esto ha alimentado una especie de política de
suma cero en la que la ganancia de un grupo se ve como la pérdida de otro:
Negros contra mestizos, recién llegados contra inmigrantes establecidos,
incluso estado contra ciudad. A medida que los autobuses de inmigrantes
llegaban a la ciudad ese último año, se produjo una avalancha de apoyo a los
inmigrantes por parte de grupos de ayuda mutua y voluntarios. Pero está
claro que los voluntarios y las donaciones no pueden hacer frente a la
crisis, y ésta puso en evidencia lo poco preparados que están la ciudad y el
Estado.

 

La administración ha intentado dejar de lado la cuestión mediante maniobras
burocráticas. Pero no lo logró.

 

En noviembre, el alcalde y sus aliados intentaron cerrar el debate sobre una
resolución que algunos concejales de derechas habían propuesto para celebrar
un referéndum sobre el estatuto de Chicago como ciudad santuario desde hace
casi 40 años. Esto provocó un altercado entre los líderes de la bancada
negra del ayuntamiento y los aliados del alcalde, durante el cual la bancada
negra acusó al líder de la bancada del alcalde, el miembro de la DSA
(Democratic Socialists of America), Carlos Ramírez Rosa, de haber agredido
físicamente a la decana de la bancada negra, Emma Mitts (conservadora, que
apoyó a Vallas en la pugna por la alcaldía). En el debate que siguió,
(Brandon) Johnson forzó la renuncia de (Carlos Ramirez) Rosa como jefe del
hemiciclo y presidente del Comité de Urbanismo (Zoning Committee).

 

Las imágenes de la confrontación que aparecieron posteriormente en la
televisión pusieron en tela de juicio muchas de las acusaciones contra Rosa.
Pero lo que no se cuestionó fue que la "izquierda" del ayuntamiento
intentara desviar un debate en lugar de abordarlo de frente, con un mensaje
pro inmigración y pro-solidaridad. Puede que la "derecha" del ayuntamiento
manipulara la situación para anotarse algunos puntos contra la "izquierda",
lo que consiguió
(https://www.workingfamilies33.org/statement-cancel-gardaworld). Pero eso no
habla muy bien de la perspicacia política de la "izquierda".

 

Pero las artimañas de la derecha no bastan para explicar los movimientos
siguientes de Johnson. Estaban todos contra él.

 

En septiembre, (Johnson) anunció un plan para construir un "campamento de
invierno" en un terreno industrial abandonado en el barrio de Brighton Park,
de mayoría latina, de la ciudad. Además, sin anunciarlo, la ciudad siguió
adelante y firmó un contrato de 29 millones de dólares con la empresa
contratista militar GardaWorld, para construirlo. Los activistas por la
justicia medioambiental y los derechos de los inmigrantes -muchos de los
cuales habían trabajado para la elección de Johnson- se opusieron al plan.
Cuestionaron por qué la ciudad haría un contrato entre bastidores con
GardaWorld sin ni siquiera intentar invertir dinero en la rehabilitación de
edificios vacíos que tanto los sin techo como los inmigrantes podrían
utilizar.

 

Pese a que una evaluación medioambiental contratada por la ciudad encontró
metales pesados tóxicos en el sitio, la ciudad siguió adelante con el
proyecto. El emplazamiento estaba en construcción cuando el gobernador de
Illinois, Pritzker, suspendió su financiación en diciembre. La decisión de
Pritzker confirmó lo que los defensores de la justicia medioambiental habían
dicho sobre el lugar, pero incluso políticos de derechas como el concejal
Ray López pudieron burlarse de lo "asombroso"
(https://wgntv.com/news/chicago-news/3-chicago-aldermen-call-for-resignation
s-over-failed-brighton-park-migrant-site/) que resultaba que Johnson y sus
asesores hubieran pensado alguna vez que se trataba de una buena idea.

 

La administración de Johnson se esfuerza ahora por encontrar un plan B,
después de haber anunciado ya un límite de 60 días para la permanencia de
los inmigrantes en los albergues de la ciudad. Mientras tanto, la crisis de
los inmigrantes no desaparecerá, ya que gente como Abbott y DeSantis van a
seguir con su voluntad de alimentar la narrativa derechista de Chicago como
una ciudad "fuera de control" en vísperas de la convención demócrata.
Pritzker, que tiene aspiraciones más altas, tampoco hará ningún esfuerzo por
ayudar a Johnson.

 

La "ayuda" puede venir de Washington, pero no una ayuda que mejore la vida
de los inmigrantes o de los trabajadores
(https://www.commondreams.org/news/biden-migrants-israel-aid). Para
conseguir su paquete de ayuda militar de miles de millones de dólares para
Ucrania e Israel, la administración Biden está ofreciendo, al parecer, a los
republicanos múltiples cambios políticos para aumentar la represión en la
frontera y restringir los derechos de los solicitantes de asilo. Según los
iniciados, vincular el paquete de ayuda exterior a la política fronteriza
¡fue idea de la administración Biden! "Es un error de cálculo total de
proporciones históricas", dijo a The Hill un defensor de los derechos de los
inmigrantes
(https://thehill.com/latino/4354614-advocates-furious-biden-ukraine-border-i
mmigration-talks/). "Pensar de alguna manera que se puede aventajar a Trump
aplicando su programa legislativo antes de que pueda ganar, es absurdo".

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