Estados Unidos/ "Para los evangélicos, el feminismo es hostil al cristianismo y a los planes de Dios". [Kristin Kobes Du Mez - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Feb 20 23:24:22 UYT 2023


  _____

Correspondencia de Prensa

20 de febrero 2023

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____



Estados Unidos



Entrevista a Kristin Kobes Du Mez, historiadora y profesora de estudios de
género



“Para los evangélicos, el feminismo es hostil al cristianismo y a los planes
de Dios”



Esther Peñas

CTXT, 19-2-2023

https://ctxt.es/es



El binomio Jesús y John Wayne resulta para los evangélicos conservadores
(mayoría dentro de este credo) una identificación bella, precisa, verdadera
y contundente. No tanto como a un santo dos pistolas sino como al mismísimo
Cristo un revólver. Sin ironía. La historiadora y profesora de Estudios de
Género en la Universidad Calvin de Grand Rapids, en Michigan, Kristin Kobes
Du Mez, acaba de publicar su ensayo Jesús y John Wayne. Cómo los evangélicos
blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación (Capitan Swing), en el
que analiza de qué modo influyen los evangélicos no solo en la política
norteamericana, sino en otras partes del mundo como Brasil o México, la
estrategia que utilizan para combatir el feminismo y la lucha por los
derechos LGTBQ, y su asombroso mercado de productos religiosos que calan en
un entramado social que muchas veces ni es consciente del mensaje que
recibe.



-¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, los evangélicos influyan –a veces
de manera decisiva– en los distintos gobiernos democráticos, no solo de
Estados Unidos, sino de Brasil, de México..?



En Estados Unidos, los evangélicos blancos suponen alrededor del 14% de la
población, aunque algunas encuestas hablan del 25%, dependiendo de los
parámetros que se utilicen para computar (sentirse evangélico, acudir a los
servicios religiosos, identificarse con sus postulados, etc.) Se mire como
se mire, es una cifra de población relevante. Pero si nos vamos al Partido
Republicano, casi el 40% de sus miembros y seguidores son evangélicos, lo
que nos hace pensar que ejercen un poder significativo dentro del partido.
Eso obliga a los distintos candidatos republicanos a contar con ellos, a
contentarlos, si quieren que sus carreras prosperen.



Sin embargo, no podemos fijarnos solo en los datos, ya que los evangélicos,
como electores, se movilizan mucho y están extremadamente bien organizados.
Desde el surgimiento de la Derecha Cristiana, en la década de los 70, los
pastores e iglesias evangélicas, con sus medios de comunicación y su
colaboración con las organizaciones políticas conservadoras, han trabajado
en conjunto para decirles a los cristianos cómo votar y asegurarse de que lo
hagan. Cada elección la plantean como una lucha del bien contra el mal, y se
juega con la idea de que el destino de la nación, e incluso del cristianismo
mismo, está en juego. Es una forma muy efectiva de movilizar a las bases.
Ese patrón se repite en el escenario internacional, en los países que
mencionas, a menudo influido directamente por los evangélicos
norteamericanos a través de su labor misionera, sus órganos internacionales
(que establecen conexiones y alianzas explícitamente políticas) y las
publicaciones y los medios evangélicos.



-¿Qué sucede en la mente de alguien que acoge como propios valores
religiosos profundos y, sin embargo, está a favor de la pena de muerte, de
la guerra preventiva, de la tortura?



La Guerra Fría fue un momento que supieron aprovechar los evangélicos
conservadores, planteando la tensión internacional como una necesidad de
proteger a la “América cristiana” de los comunistas impíos. No estaban
solos, ya que muchos otros estadounidenses compartían estos valores, al
margen de que fueran o no evangélicos.



Sin embargo, en la década de los 60, muchos ciudadanos comenzaron a
cuestionar la supuesta bondad y la grandeza norteamericana, a raíz de la
guerra de Vietnam, coincidiendo con el hecho de que el feminismo y el
movimiento de derechos civiles quebraron el statu quo de muchos evangélicos
blancos. Fue en ese momento en el que los evangélicos se identificaron e
hicieron suyos los valores tradicionales (autoridad patriarcal, sumisión
femenina y militarismo) en oposición a otros muchos estadounidenses. Se
consideraron, a partir de entonces, como el reducto de pureza que debía
proteger a la nación no solo de las amenazas extranjeras, sino también de
las internas. La adhesión a la autoridad patriarcal blanca fue la solución
que encontraron.



Podemos decir, pues, que una militancia de guerra cultural definió el
evangelismo conservador. En lugar de centrarse en amar al prójimo,
escogieron luchar por la verdad y el orden que supone su idea de Dios, y
empezaron a ver enemigos por todas partes. Al fabricar una fuente constante
de amenaza, podían legitimar y justificar la violencia. Lo mismo que la
guerra preventiva: ¿por qué esperar a ser atacado si se puede atacar antes?
En el caso de la pena de muerte, los evangélicos consideran que es necesaria
para hacer cumplir la “ley y el orden”. La tortura, a su juicio, es un
instrumento más para que el Estado imponga la estabilidad social. Tienen una
visión maniquea y simplista del mundo, dividida para ellos en “chicos
buenos” y “chicos malos”. Al creer que Dios está de su lado, cualquier
opción que tomen la consideran justa y necesaria.



-¿El catolicismo sirve, en algún caso, de contrapeso a esa actitud
retrógrada de los evangélicos?



No, en ningún caso, al menos de manera significativa. Hay católicos
progresistas en Estados Unidos, muchos demócratas, pero muchos católicos
conservadores se han unido a los evangélicos en su agenda social y política.
En la década de 1970, fueron los evangélicos quienes se unieron a los
católicos en su lucha contra el derecho al aborto. A partir de ese momento,
los conservadores evangélicos y católicos han encontrado una causa común
para proteger los “valores morales” (los suyos, claro). Hace poco, de hecho,
se unieron para reivindicar su “libertad religiosa” para atacar la
legislación LGTBQ. Los católicos, en particular, juegan un papel clave en la
formulación legal de los grandes asuntos políticos, ya que seis de los nueve
jueces de la Corte Suprema son católicos, y cinco de los seis fueron
designados por presidentes republicanos.



-¿Puede hablarse de evangélicos digamos sensatos, o verdaderos, frente a
evangélicos politizados, o el grueso responde al patrón que usted presenta
en el libro?



No separo a los “verdaderos evangélicos” de los “politizados”, porque los
verdaderos evangélicos lo están. Desde las oraciones que rezan en sus
iglesias hasta los sermones que escuchan los domingos, pasando por las
opiniones que escuchan en la radio cristiana, los evangélicos practican una
fe que está profundamente entrelazada con la política. A veces, los mismos
evangélicos hablarán sobre el “secuestro” del evangelismo por parte de la
política, y en cierto modo es verdad, o al menos tiene sentido. La política
ha llegado a definir lo que significa ser evangélico, más que la teología en
muchos casos. Sus propios pastores, líderes y laicos crearon la Derecha
Cristiana, excluyendo a cuantos disentían de su agenda política de sus
iglesias y comunidades, independientemente de los compromisos teológicos
compartidos. Por ello me resulta artificial tratar de separar lo político de
lo religioso, ya que en el evangelismo no existe tal distinción.



-¿De qué manera lastra o dificulta el progreso feminista la actitud y los
actos de los evangélicos?



Muchos evangélicos son firmemente antifeministas. En la década de los 70,
las evangélicas conservadoras se organizaron en oposición a la liberación de
la mujer. Sus puntos de vista teológicos (y sus pastores) apoyaban la
autoridad patriarcal e insistían en que el lugar apropiado de las mujeres
estaba en el hogar, como esposas y madres. No obstante, hay que decir que
existe un movimiento feminista evangélico serio y progresista, pero resulta
una clara minoría. Los evangélicos consideran que el feminismo es hostil al
cristianismo y al plan de Dios para las mujeres. Se oponen a la igualdad de
derechos, al derecho al aborto y a los derechos del colectivo LGTBQ.



-¿Y la lucha contra el cambio climático?



Hay activistas climáticos evangélicos, pero la mayoría de los evangélicos
son escépticos de la ciencia del clima. Lo explican varios factores, por
ejemplo, la cuestión del tribalismo político o la lealtad partidaria: los
republicanos tienden a negar que el cambio climático sea un problema y se
oponen a las intervenciones gubernamentales. A ello se une el hecho de que
tienen una larga tradición de escepticismo hacia la ciencia moderna, que se
remonta a su oposición a la teoría de la evolución. También hay razones
teológicas. Aunque algunos cristianos creen que Dios ordenó a los hombres
cuidar de la tierra, lo que supondría preservar el planeta, otros consideran
que la entregó al hombre para usarla y que el momento de su destrucción
coincidirá con la venida de Cristo.



-Que los evangélicos se identifiquen con la apariencia de John Wayne (su
imagen cinematográfica) y disocien su propio ser (digamos que el actor no
aspiraba, en su vida personal, a santo), ¿es una perversión que se repitió
con Trump?



Sí, ciertamente hay una fascinación de los evangélicos hacia la figura de
John Wayne y otros héroes de Hollywood. Cuando estuve investigando para este
ensayo, me sorprendió que en los libros sobre “masculinidad cristiana” que
manejaban los evangélicos apenas recogían ejemplos bíblicos, utilizaban
guerreros y vaqueros míticos como el mencionado John Wayne, Mel Gibson (en
su papel en la película Braveheart) u otros casos de hombres sin reparo por
usar la violencia para proteger el orden y la justicia. Cuando quedó claro
que los evangélicos seguían siendo partidarios incondicionales de Trump a la
luz de sus defectos morales, incluso después de que se jactara en un vídeo
de agredir a mujeres, muchos analistas se preguntaron cómo los evangélicos
podían traicionar sus valores hasta ese punto, pero para entenderlo, hay que
conocer esa visión guerrera de la “masculinidad cristiana” que encarna para
ellos John Wayne.



-¿Es el islam el principal enemigo de los evangélicos?



Bueno, tal vez en los momentos posteriores al 11-S, cuando el islam
sustituyó al comunismo como amenaza máxima. A día de hoy, pese a que
presentan un fuerte componente de islamofobia, los evangélicos conservadores
están más preocupados por los liberales, las feministas, los demócratas, los
progresistas y los activistas LGTBQ. Frente a ellos, el islam es más un
aliado que un enemigo extra.



-Tienen a su disposición toda una amplia gama de mercadotecnia religiosa,
¿de qué modo se podría contrarrestar esta influencia?



Esta es una pregunta importante y realmente difícil de responder. Durante
más de medio siglo, los evangélicos han trabajado para difundir su versión
del cristianismo a través de la cultura popular: libros, música (no solo
interpretada en las iglesias, sino reproducida en radios), conferencias,
encuentros y todo tipo de productos (camisetas, tazas, etc.) Los evangélicos
son ávidos consumidores de productos cristianos. La suya es una industria
masiva y lucrativa, y existen reglas tanto expresas como tácitas que la
rigen. Es muy difícil para un cantante cristiano, por ejemplo, que sus
canciones suenen en la radio cristiana si es demasiado progresista o
comprometido social o políticamente. Por supuesto, si apoya los derechos
LGTBQ, será expulsado de todos los canales de difusión. Esto sucede no sólo
con los evangélicos norteamericanos, sino en cualquier parte del mundo.
¿Cómo contrarrestar esta influencia? Es un desafío, porque no solo requerirá
valientes escritores, pastores y músicos que ofrezcan una visión diferente
del cristianismo y de la vida pública, sino que también requerirá nuevas
plataformas y redes de distribución. Sin embargo, a día de hoy es difícil
competir con el “complejo industrial evangélico”.

  _____





--
Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de Avast.
www.avast.com

------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20230220/03a56478/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa