Sociedad/ La "felicidad" como negocio: "El desarrollo personal es un instrumento para la docilidad". [Jean-Christophe Ribot - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Feb 20 13:50:22 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

20 de febrero 2023

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Sociedad



La felicidad de unos es la felicidad del neoliberalismo



Entrevista a Jean-Christophe Ribot



"El desarrollo personal es un instrumento para la docilidad"



Jonas Schnyder

CQFD, enero de 2023

https://cqfd-journal.org/

Traducción de Correspondencia de Prensa



Este verano el canal Arte emitió el documental Le business du bonheur (El
negocio de la felicidad), que cuestiona el movimiento de autoayuda y su
contrapartida pseudocientífica, la "psicología positiva". El documental
(https://www.arte.tv/fr/videos/099779-000-A/le-business-du-bonheur/), revela
una poderosa ideología política que, lejos de limitarse a prácticas de
bienestar en el peor de los casos inútiles, es una aliada ideal del
neoliberalismo.



Hoy en día, en Europa, la imagen de la felicidad se refiere casi
sistemáticamente a individuos optimistas, sonrientes, voluntariosos, activos
y ambiciosos. Personas siempre positivas, que ven en cada desafío cotidiano
la oportunidad de expresar lo mejor de sí mismas y que encarnan en todo
momento el éxito profesional y personal. Detrás de estos arquetipos
caricaturescos hay una corriente de pensamiento: la autoayuda. Según ésta,
la felicidad es una elección y el individuo es el único depositario de los
recursos interiores necesarios para ser feliz. Así, ante las dificultades
(enfermedad, pérdida del empleo, depresión, agotamiento, etc.), sólo se
trata de trabajar sobre sí mismo -y no de cambiar las cosas colectivamente-
y, en consecuencia, de ver cada fracaso como una responsabilidad propia y
única....



Aunque esta idea no es nueva, se ha convertido en una poderosa ideología
política desde el éxito de la "psicología positiva" y su proyecto de hacer
del desarrollo personal una disciplina científica. ¿A qué precio y con qué
consecuencias?



A continuación la entrevista con el documentalista Jean-Christophe Ribot,
que escribió y realizó el documental Le business du bonheur, junto con la
periodista Claire Alet. Un documental que nos cuenta que esta visión de la
felicidad tiene una historia, y que esa historia es profundamente política.



-¿Cómo surgió la idea de este documental?



Los discursos sobre la felicidad y el desarrollo personal están
omnipresentes en el espacio público y mediático, en las librerías y en los
eslóganes publicitarios. Sin embargo, si bien tenemos a nuestra disposición
todas estas herramientas que dicen ofrecer recetas para hacernos felices,
constatamos, por el contrario, el aumento del sufrimiento en el trabajo, la
explosión de los burn-outs, el consumo de antidepresivos... El contraste es
tan sorprendente que nos planteamos si existe una correlación, un posible
vínculo de causa a efecto y, en caso afirmativo, cuál. ¿Se trata de
herramientas para aliviar este malestar? En otras palabras, ¿el negocio del
mercado de la felicidad se basa en la desolación ambiente? O, lo que es más
pernicioso, ¿podría ser que los métodos de coaching y las herramientas de
desarrollo personal acompañen en última instancia a una organización social
nociva para el bienestar general? Al principio, nuestra mirada crítica se
centró en la naturaleza a menudo muy superficial de esos libros y de lo que
proponen. Pero su gran éxito plantea rápidamente una cuestión más profunda,
más política: ¿qué nos indica sobre nuestra sociedad, en qué fundamentos se
basa?



-¿Qué es ese "desarrollo personal" que pretende ser la clave de la felicidad
contemporánea?



En los paradigmas del desarrollo personal hay dos principios que se
encuentran constantemente. Por un lado, la necesidad de expresar lo mejor de
uno mismo, revelando capacidades enterradas en nuestro interior de las que
podríamos no habernos dado cuenta. Por otro, la necesidad de autenticidad,
de un retorno a un "yo auténtico" que sólo puede afirmarse liberándonos de
las ataduras de la sociedad. Pero, ¿cuál es ese "yo auténtico" que se
libraría del fardo social? ¿Un regreso a los instintos? Esta pregunta ha
ocupado a filósofos y psicólogos durante siglos, pero nunca se la plantean
estos libros sobre la receta de la felicidad. Nos enfrentamos a conceptos
que a menudo son huecos y que no cuestionan nunca, por ejemplo, la forma en
que los códigos sociales moldean a los individuos, o cómo éstos nos permiten
vivir en sociedad.



El desarrollo personal es fundamentalmente una forma de pensar
individualista: ¿cómo puedo arreglármelas y ser feliz? No se trata de
preguntarse si mi felicidad hará infelices a los demás. Ahora bien, ésta es
una cuestión esencial cuando se vive en sociedad, sobre todo en una sociedad
competitiva y desigual. Si bien algunos afirman que el desarrollo personal
no nos impide pensar colectivamente, esto equivale a negar rápidamente el
hecho de que esos discursos reiterados constantemente, que recentran a los
individuos en sí mismos y que los conminan permanentemente a buscar en su
interior la solución a sus problemas, los desvían, de hecho, del pensamiento
político.



-¿De dónde viene este concepto de "desarrollo personal"?



“Históricamente, podemos situar el origen de este movimiento en los WASP [1]
que salieron de Europa hacia Norteamérica con la esperanza de una vida
mejor. Se encontraron en un país donde tenían todo por construir o
conquistar. Eran religiosos, pero no esperaban que Dios les ayudara, tenían
arraigada en ellos la convicción de que cada uno tiene en sus manos su
propio destino y que su nuevo país, Estados Unidos, iba a nacer de las
fuerzas liberadas por cada uno de ellos. Esta es realmente la raíz de lo que
llamamos liberalismo, es decir, el rechazo del estatismo y la creencia en el
superpoder de los individuos.



Los primeros libros que teorizaron esta idea en el siglo XIX hablaban de
selfhelp (ayudarse a sí mismo). El título del primer best seller del pastor
cristiano Norman Vincent Peale [2], El poder del pensamiento positivo, fue
publicado en 1952 y vendió varios millones de ejemplares tan sólo en Estados
Unidos. En él, explica cómo los pobres pueden salir de la pobreza y hacerse
ricos, que el destino de uno está en sus propias manos. De ahí surge el mito
del hombre que se ha hecho solo. Este es el mito fundacional de Estados
Unidos... y del desarrollo personal. Los casos más notorios se muestran como
ejemplos, son objeto de biografías, literarias o cinematográficas, en las
que se cuenta cómo tal o cual individuo salió de su humilde condición social
para "triunfar".”



-Sin embargo, ese self-made-man es la excepción que confirma la regla… 



En efecto, es algo muy ilusorio: por cada persona que logra subir los
peldaños de la escalera, ¿cuántas fracasan? La mayoría de los pobres siguen
siendo pobres y los ricos se aseguran de que su riqueza y su poder se
transmitan a sus descendientes. Evidentemente, no se plantea la cuestión de
si el éxito social de unos no se basa, al menos en parte, en los fracasos de
otros, o incluso en su explotación.



El corolario de la idea de que "tu éxito depende de ti" nunca se explica.
Pero, sin embargo, la idea de que el destino de cada persona es
responsabilidad suya implica que sus fracasos también lo son: "Si eres
pobre, es porque elegiste serlo o porque realmente no tuviste la voluntad de
salir adelante". Es en este punto en el que ese precepto es ideológico. Es
una ideología que evacua por principio las presiones y limitaciones sociales
que pesan sobre los individuos. Una ideología que tiende a legitimar las
desigualdades sociales y económicas existentes.



Martin Seligman [3], el fundador de la psicología positiva, lo reivindica
sin ambigüedades. Uno de los estudios emblemáticos que cita tenía como
objetivo el de comprender por qué algunas personas lograron superar la Gran
Depresión en Estados Unidos en la década de 1930. ¿Y cuál es su respuesta?
Esas personas tenían una gran fuerza de voluntad y eran optimistas, mientras
que las que no lograron salir de la pobreza eran pesimistas. La cuestión de
los determinantes sociales queda así evacuada.



-El documental se extiende sobre la "psicología positiva"...



Cuando creó esta disciplina a finales del siglo XX, Martin Seligman quería
darle un aura y una base científica a la corriente del desarrollo personal,
que hasta entonces había sido practicada principalmente por "coachs"
autodidactas. Seligman, que era un psicólogo de renombre mundial en temas
relacionados con la depresión, consiguió vender su concepto de psicología
positiva y obtener financiación, principalmente de multimillonarios
filántropos. Fundó una universidad, creó becas... Ahora, se pueden encontrar
licenciaturas en psicología positiva en todo el mundo. Consiguió que se
reconociera institucionalmente esta disciplina. Pero aunque haya querido
basar su disciplina en la ciencia para diferenciarse de los coach, las
herramientas concretas son, en realidad, fundamentalmente las mismas.



No obstante, hay que reconocer a Seligman su sinceridad y convicción, lo que
no es necesariamente el caso de todos los coach para los que el desarrollo
personal no es a veces más que un negocio. El proyecto de Seligman es
político y él lo reivindica: es un auténtico liberal a la americana que cree
que la clave de la humanidad radica en la fuerza de voluntad. Según esta
ideología, cuanto más libre sea el individuo para emprender y realizarse,
mejor será el mundo.



-La socióloga Eva Illouz se refiere a la "psicología positiva" como la
ideología soñada del neoliberalismo [4]…



Esta afinidad entre liberalismo y desarrollo personal es particularmente
evidente en el marco de las empresas. Es una forma de pensar que promueve un
individuo eficiente, que se siente bien consigo mismo y, por lo tanto, rinde
bien, lo que beneficia a la dirección. Fue precisamente en el mundo
empresarial donde estos métodos fueron introducidos por primera vez en
Europa. La psicología en los círculos académicos estaba históricamente muy
arraigada en la herencia freudiana y, por tanto, era reacia a los métodos
estadounidenses.



Hacer que la responsabilidad de los problemas recaiga sobre los propios
individuos, convencerlos de que deben trabajar sobre sí mismos si tienen
dificultades, si no rinden bien, si están en burn-out... es una forma de no
cuestionar la organización de la empresa, la competencia económica, la
presión sistémica a la que están sometidos los empleados e incluso el
capitalismo en su conjunto.



-Un ejemplo concreto que usted plantea es la figura del “hapiness
manager”...



El Chief Happiness Officer (CHO) es una nueva profesión, con un nombre
autodespectivo, pero que finalmente se ha impuesto. El CHO es algo así como
la mano derecha del DRH, pero de una manera más lúdica y afable. Organiza
karaokes, aperitivos y desayunos. Pretende mejorar el ambiente de trabajo
mediante momentos de convivencia, de relaciones no violentas, de encuentros
deportivos, etc. No se puede decir que su trabajo sea directamente
perjudicial, pero a menudo es una pantalla que desvía a los individuos de
cuestiones más fundamentales relativas a la organización del trabajo o al
papel de la empresa en la sociedad. Llevado al extremo, y es lo que se puede
observar en la Silicon Valley en particular, uno de los efectos de estos
entornos de trabajo que parecen ultra agradables y divertidos es la
dedicación total de los empleados a su empresa. En ese contexto, el CHO
tendría casi el papel de centinela, garantizando la adhesión de todos al
positivismo y al buen humor.



En el lugar de trabajo, estas políticas se dirigen principalmente a los
cuadros directivos. La razón por la que los directivos destinan tanta
energía a hacer felices a sus empleados es, en parte, para que rindan al
máximo, pero también para retenerlos, lo que se ha convertido en un
auténtico reto para las empresas. No existe ningún programa de desarrollo
personal en los almacenes de Amazon, donde la rotación es muy elevada y
donde no supone un problema estructural para la empresa.



-Usted habla de los "gurús" del desarrollo personal y dice que todos cuentan
la misma historia...



Para hacer la película, vimos una gran cantidad de videos de entrenadores y
de entrevistas con estos entrenadores. Sistemáticamente, legitiman sus
discursos no con diplomas, sino relatando experiencias de vida dramáticas:
estuvieron en el fondo del pozo, perdieron su trabajo, quisieron suicidarse,
los dejaron... A fuerza de voluntad, consiguieron salir adelante, lo que les
da entonces derecho, a aconsejar a los demás. Para algunos, se trata de un
negocio, o de la expresión de un egocentrismo muy acentuado, pero para
otros, existe una voluntad sincera e inocente de pensar que pueden salvar a
las personas revelándoles las capacidades ocultas que tienen dentro de
ellas...



-En estos discursos, existe un marcado juicio moral contra emociones como la
ira, la frustración, el miedo, la tristeza, etc. Son presentadas
sistemáticamente como "negativas" pese a que son constitutivas del ser
humano...



Cuando empecé a buscar en la iconografía del "desarrollo personal", todo me
recordaba al comienzo del guión de una película de terror. Entramos en la
vida de una familia perfecta, siempre sonriente y feliz, amable, cariñosa.
La familia ideal. Pero presentimos que esta felicidad demasiado perfecta
encierra horrores que iremos descubriendo poco a poco..... Este es uno de
los grandes problemas de la psicología positiva: categoriza las emociones
"positivas" y "negativas" para instar a la gente a relegar o controlar estas
últimas....



A propósito de estos sentimientos relegados, Eva Illouz nos recuerda que la
ira es el fermento de la lucha social. Esas "emociones negativas" son
también factores de emancipación que, en última instancia, permiten que la
sociedad vaya mejor. Así, convirtiendo las emociones en indeseables, hacemos
que quienes las sienten se sientan culpables y, más globalmente,
contribuimos a una especie de pacificación social. Es algo que se puede
percibir muy claramente en los open space de las empresas y las start-ups,
donde el desarrollo personal se ha convertido en un instrumento para la
docilidad. Si usted está enfadado, malhumorado o se muestra crítico, será
visto muy negativamente y juzgado socialmente. Los trabajadores más
estimados son los que no se quejan, los que siempre están a la altura, los
que no critican y nunca se enojan.



-El rechazo de cualquier crítica, "negativa" en sí misma, combinada con esta
continua conminación a ser feliz, es en definitiva muy violenta …



Es muy violento. Más aún para quienes se miran críticamente a sí mismos y
son juzgados e incluso descartados. Este es uno de los aspectos más oscuros
de la psicología positiva, que nos alienta a reprimir esas emociones
llamadas "negativas" en lugar de ser conscientes de ellas y cuestionarlas.
Al suprimirlas -y hacerse culpable y responsable por haberlas sentido-
evitamos mirar los problemas de fondo, evacuamos cualquier crítica política
y social del sistema en el que nos movemos. Los "psicólogos positivos"
replicarán que no niegan las emociones "negativas", que su método nos anima
incluso a identificarlas y nombrarlas cuando las sentimos, y que han llegado
a estimar que, para ser feliz, la proporción ideal entre emociones
"negativas" y "positivas" debería ser de una a tres... Sin embargo, uno de
los efectos de estos métodos, sobre todo a niel de la empresa, pero también
en las redes sociales, es que la crítica, la tristeza y la ira se convierten
en tabú. Y, una vez más, las herramientas propuestas pretenden ayudar al
individuo a deshacerse de estas emociones "negativas" trabajando sobre sí
mismo y no reflexionando más profundamente sobre el sistema...



-A nivel internacional, los Estados dan la impresión de haberse dejado
convencer por esta corriente de pensamiento …



Lo que resulta bastante curioso es que los primeros gobiernos que adoptaron
la psicología positiva son todos de derechas. Fue bajo Sarkozy en Francia,
bajo Cameron en Inglaterra... Al principio, esta recuperación es una
pantalla bastante práctica: hablamos de felicidad para evitar hablar de
política y de economía. En el momento en que David Cameron anuncia que se va
a interesar por la felicidad de la población, afirmando que a partir de ese
momento va a ser evaluada durante el censo anual, lanza una política de
austeridad que no tiene equivalente desde Thatcher.



El programa de reinserción de los desempleados, también en el Reino Unido
bajo el gobierno de Cameron, es aún más cínico. El pago de las prestaciones
por desempleo fue condicionado a la participación en cursos de coaching en
los que se incitaba a los desempleados a presentarse de una forma más
positiva y optimista, a dar lo mejor de sí mismos. En particular, les pedían
que recitaran a gritos eslóganes de autoestima... La cuestión de la creación
de empleos o de las ayudas financieras fue sustituida por una
personalización del fracaso. Es la misma idea que cuando Macron dice que
basta con cruzar la calle para encontrar un empleo. Bajo Sarkozy, esto
desembocó en el informe de la Comisión Stiglitz, que no tuvo ninguna
consecuencia práctica.



-¿Cómo miden su "felicidad"?



Los estudios científicos sobre la felicidad se basan en cuestionarios
sencillos y subjetivos. Se les pregunta a los encuestados en qué medida son
felices en una escala de cero a diez. Después se establecen un montón de
correlaciones, con preguntas o experimentos adicionales, para entender en
qué se basa la felicidad. Pero, por un lado, esta pregunta básica, que se
utiliza para todas las evaluaciones, plantea profundos problemas
conceptuales: ¿qué es la felicidad? Si soy profundamente pesimista, pero mis
condiciones materiales de existencia son objetivamente privilegiadas, ¿tengo
derecho a responder que no soy feliz?



Vemos entonces que las respuestas son en realidad muy similares,
independientemente de los perfiles, el estatus social e incluso los países
de las personas entrevistadas. En una escala de cero a diez, la mayoría de
la gente responde entre siete y ocho. Las fluctuaciones son muy aleatorias.
Todos esos estudios sobre los determinantes de la felicidad se basan en un
concepto básico extremadamente frágil, tanto científica como
filosóficamente. Es un ejemplo de lo que Pierre Bourdieu llamó un
"artefacto" carente de sentido.[5]



-Usted también analiza el caso de los Emiratos Árabes Unidos, que han creado
el primer "Ministerio de la Felicidad" y organizan encuentros
internacionales sobre el tema …



Éste es un ejemplo extremo que hemos dejado para el final. Resultó cómico
ver que varios de los preceptores de psicología positiva, a los que habíamos
invitado para nuestra película, eran ponentes en estas reuniones organizadas
en Dubai. Es casi una caricatura, pero dice mucho de las paradojas de esta
"ciencia" del desarrollo personal. Este es un país donde la crítica política
está prohibida, donde no se habla de la organización del mundo, pero donde
las autoridades dicen estar interesadas en la felicidad de los individuos...
Es uno de los puntos cruciales que queríamos abordar en el documental: no se
puede separar la cuestión de la felicidad de los individuos de la
organización política en la que viven.



¿Cuáles son las alternativas a esta visión de la felicidad?



Para plantearse el mundo y, por qué no, la felicidad, creo que no podemos
prescindir de la sociología y de la historia, pensar en el pasado y el
futuro de forma colectiva. Sin embargo, los aspectos positivos que
personalmente me quedaron al realizar esta película provienen de discursos
más moderados, y quizás menos ambiciosos, como los de Christophe André, que
habla de la importancia de estar presente en el mundo, atento a las
sensaciones y a lo que sucede a nuestro alrededor. No veo nada malo en ello,
e incluso bueno, siempre que estas herramientas no erradiquen todo
pensamiento político. Pero, lamentablemente, la omnipresencia de los
discursos sobre la felicidad individual parece acompañar inevitablemente la
caída en desuso de la reflexión política, cuyo lugar ocupan mecánicamente en
las estanterías de las librerías.



Notas



1] De "white anglo-saxon protestant", los protestantes anglosajones blancos,
descendientes de los primeros colonos del norte de Europa llegado a América
del Norte al principio del siglo XVII.

2] Norman Vincent Peale creó el concepto de "pensamiento positivo", basado
en una fuerte fe religiosa, y publicó más de cuarenta libros sobre el tema,
entre ellos El poder del pensamiento positivo, Optimista por excelencia:
Claves para sobrevivir al mundo negativo de hoy, o Puedes si crees que
puedes.

3] Es un galardonado investigador en psicología, presidente de la
prestigiosa American Psychological Association y autor de best sellers.
Según Eva Illouz, Martin Seligman también fue financiado en gran medida por
el ejército estadounidense para trabajar en el programa Comprehensive
Soldier Fitness, destinado a aumentar la "resiliencia" de los soldados ante
los horrores de la guerra. También por Cola-Cola, que buscaba reducir sus
costos de producción y aumentar tanto su productividad como la implicación
de sus empleados en la cultura de la empresa (Edgard Cabanas & Eva Illouz,
Happycratie, Premier Parallèle, 2018).

4] Eva Illouz : “Le développement personnel, c’est l’idéologie rêvée du
néolibéralisme”», Usbek & Rica, 13-1012019.

5] "L’opinion publique n’existe pas", Les Temps modernes n°318 (enero de
1973).

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