República Dominicana/ Las «tres causales» y otras batallas de las mujeres. [Alicia Méndez Medina]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mar 30 00:02:34 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

30 de marzo 2023

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República Dominicana



Las «tres causales» y otras batallas de las mujeres dominicanas



Las mujeres dominicanas luchan por la despenalización del aborto, al menos
en tres causales, pero también contra el racismo, la desnacionalización de
la población de origen haitiano y los derechos de las minorías sexuales.



Alicia Méndez Medina

Nueva Sociedad, marzo 2023

https://nuso.org/articulo/



En los últimos años se han realizado numerosas manifestaciones en República
Dominicana, en los barrios populares, las zonas rurales y el centro de las
ciudades. Las demandas que las originaron fueron variadas: la lucha por
acceso a la nacionalidad de dominicanos de ascendencia haitiana; la
exigencia de educación gratuita y de calidad, y la inversión de 4% del PIB
en educación; el rechazo a la corrupción (marcha verde); la protesta contra
la contaminación de las empresas mineras; demandas de acceso a servicios
básicos y de calidad, como agua potable y electricidad; y por el cese a la
militarización y los asesinatos perpetrados por parte de la policía contra
la población. Estas manifestaciones de protesta han ocupado las calles y las
portadas de medios de comunicación y han comprometido a miles de personas.



Son luchas que están permanentemente en la vida de la gente común, esa misma
que en medio de la pandemia de covid-19 se manifestó con un sinnúmero de
protestas en 2020 y protagonizó el grito de los barrios por las medidas del
toque de queda y la violencia de parte del Estado que desencadenó. Pero una
de las luchas que articulan al feminismo hoy es la denominada lucha de las
«tres causales»: en sentido estricto, este movimiento refiere a la
despenalización del aborto en casos de riesgo de vida de la mujer, violación
o inviabilidad del feto frente a una anacrónica ley que prohíbe abortar en
cualquier caso, pero expresa en verdad una lucha más amplia de las mujeres
dominicanas. En febrero de 2023, el Senado dominicano aprobó un nuevo Código
Penal (que ahora debe ser votado por la Cámara de Diputados) que no contiene
ninguna de estas tres causales y establece penas de prisión para las mujeres
que aborten, incluso en esas circunstancias.



Johanna Agustín Federico, una mujer negra, bateyera, feminista y
antirracista, que forma parte de Mujeres Sociopolíticas Mama Tingo,
organización con sede en la comunidad de Villa Mella e integrada en su
mayoría por mujeres de barrios de la zona norte de Santo Domingo, expresa:
«Anhelamos que todos los movimientos sociales trabajen desde una perspectiva
antirracista, anticapitalista, no podemos obviar que nuestros procesos
históricos han estado atravesados por el racismo estructural y la violencia
capitalista, entonces si no somos capaces de articularnos desde la lucha
antirracista y anticapitalista estaremos lejos de lograr la justicia social
y la dignidad de la gente». Con una sonrisa en el rostro, prosigue: «es como
eso de que ‘Las causales van’, yo sentía que era parte de esa lucha y que
logrando las causales, las mujeres seríamos libres, pero llegar a la
reflexión en que me encuentro hoy fue gracias a conocer el feminismo
negro-antirracista, ver mi comunidad, mi batey, y entender que las causales
no van a resolver el problema, entonces, mi sentir es que, hasta que la
lucha no sea para dignificar las vidas de las mujeres negras, racializadas,
les trans y migrantes, las que están en situación de vulnerabilidad en esta
sociedad, la verdad no estamos en na', entiendo que al final se seguirá
beneficiando el grupo que tiene la voz cantante en el movimiento».



La votación del Senado ocurrió en la víspera de las conmemoraciones del 8 de
marzo, cuando las calles de la zona colonial de Santo Domingo estuvieron
marcadas por un taponamiento y una algarabía inusual: aquella tarde, el
centro histórico de Santo Domingo y sectores aledaños se vieron tomados por
la marcha por el Día Internacional de la Mujer; con consignas y un
comunicado que recogió las diferentes demandas de los sectores, las mujeres
de verde marcharon por las calles adoquinadas de la zona.



«Este año hubo más espacio a nuevas personas, con diferentes concepciones
del feminismo, en esta manifestación gente de diferentes edades, diferentes
luchas políticas participaron, además tomamos el espacio físico que los
grupos antiderechos están ocupando», dice Cibeles Sánchez, que fue parte de
la organización de la marcha. La activista formó parte también del grupo de
mujeres que el 12 de octubre de 2022 conmemoró, junto con la organización
Acción Afro-Dominicana y otras organizaciones, la Jornada Anticolonial en el
parque Colón de la zona colonial, donde fueron agredidas por grupos de
extrema derecha. Los medios de comunicación reseñaron en su momento esta
acción: «Con palos y pancartas y vociferando ‘vete a hacerlo para Haití,
fuera, fuera de aquí”», los grupos nacionalistas agredieron a las
manifestantes, mientras los miembros de la Policía Nacional les pedían a las
mujeres que se marcharan. No hay que olvidar que las autoridades dominicanas
han desprovisto masivamente a personas de ascendencia haitiana de
ciudadanía, además de promover un imaginario nacional en el que lo
dominicano se construye en contraste con lo haitiano (Haití comparte con
República Dominicana la misma isla), en el que los «negros» siempre son
«haitianos». «Encuestas recientes han demostrado que los dominicanos son
aproximadamente 82% afrodescendientes, pero la mayoría de los dominicanos no
se identifican como negros», afirma Ruth Pion, investigadora social y
miembro de la Junta de Prietas en un reportaje en la revista The Nation.
«Eso es una herencia del colonialismo. Nos han enseñado a no suscribir
nuestra negritud y a verla como una amenaza o un estorbo».



En República Dominicana han proliferado y se han cohesionado en los últimos
años grupos que intentan perpetuar la narrativa hispanófila, con discursos
que violentan derechos fundamentales de las personas negras, migrantes, de
las diversidades sexuales; estos grupos ultraconservadores han tomado
lugares céntricos, emblemáticos para hacer sus manifestaciones, y el 12 de
octubre agredieron a las activistas antirracistas en la zona colonial, ante
el silencio de la sociedad.



Estas agresiones trascienden las conmemoraciones y marcan la vida diaria de
las mujeres que trabajan contra el racismo; mujeres negras, dominicanas de
ascendencia haitiana, desnacionalizadas; colectivos en solidaridad con la
población migrante haitiana, gente que denuncia la violencia racista... en
todos los casos sufren amenazas de manera constante y sostenida. Mujeres
negras, militantes, de barrios, que muchas veces llaman a la solidaridad de
un movimiento feminista que no las ve como parte de su agenda.



En 2021, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su
«preocupación por las denuncias de expulsiones de mujeres embarazadas,
principalmente de origen o ascendencia haitiana, desde República
Dominicana». En ese sentido, urgió al Estado a «respetar el principio de no
devolución y asegurar la protección efectiva de la población en movilidad
humana; particularmente acceso a servicios de salud, independiente de la
situación migratoria».



Fátima González se identifica como una mujer negra, fronteriza, parte del
feminismo antirracista, y se expresa de esta manera: «El movimiento
feminista hegemónico no nos representa como mujeres negras, de barrios,
campesinas, migrantes; estar en ese movimiento es cambiar toda tu forma de
vida, cuando todas tenemos que estar en otra cosa, como por ejemplo
sobrevivir. La diferencia del movimiento antirracista y las feministas
hegemónicas está en la necesidad que tenemos nosotras las que vivimos y
luchamos contra el racismo, de sobrevivir, cotidianamente resistir a la
violencia racista».



Los grupos feministas han estado por años embarcados en las labores por la
despenalización del aborto en tres causales, ocupando su agenda con acciones
que van desde plantones, conciertos, campamentos, diversas actividades para
llamar la atención de legisladores y legisladoras y los gobiernos de turno
para la despenalización. «Las preocupaciones del movimiento feminista
hegemónico están vinculadas al feminismo mainstream, se interesan solo por
algunos temas e imaginan un feminismo único donde la mujer es el sujeto
universal; temas como la intervención minera en las comunidades rurales, la
intervención policial en los barrios, están ausentes. El hecho de que el
grupo de feministas pudiera hacer su manifestación en el mismo lugar donde
ocurrió la acción violenta del 12 de octubre da cuenta de la diferenciación
entre unas y otres», expresa Ruth Pion.



En nuestra sociedad se reconoce el movimiento feminista como las que
«quieren el aborto». «En mi comunidad las mujeres siempre han abortado -dice
Johanna Agustín-, pienso que hay otras vainas más duras que atentan contra
nuestra existencia, como por ejemplo el no poder acceder a servicios de
atención primaria en salud y a un montón de cosas que nos permitirían al
menos tener una vida digna».



Las mujeres de grupos antirracistas identifican desde sus acciones una
apuesta para construir un movimiento en el ámbito de toda la isla y el
Caribe que luche contra este sistema capitalista, colonial, racista, que en
la realidad se traduce en violencia, marginación, exclusión y muerte para
las personas racializadas y empobrecidas por este sistema.



«Nosotras como colectivos apostamos a la construcción de narrativas
antirracistas comunitarias que nos ayuden a avanzar hacia la  lucha popular
donde las mujeres y las niñas negras y la vida sean el centro, que a través
de acciones de resistencia rompan con las dinámicas del sistema capitalista,
colonial y racista», resumió Johanna Agustín.



* Alicia Méndez Medina, estudió Arte Dramático, mención Dramaturgia, en la
Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD) de República Dominicana. Integra
Junta de Prietas, un colectivo feminista y antirracista. Ha trabajado como
reportera e investigadora. Actualmente escribe en la columna «Bahía Negra»
de la revista mexicana Vertedero.

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