Argentina/ El triunfo del ajuste. [Fabián Kovacic]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Oct 20 13:00:46 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

20 de octubre 2023

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Argentina



Frente a las elecciones más explosivas de su historia reciente



El triunfo del ajuste



A poco de cumplir 40 años de la vuelta a la democracia, los argentinos se
aprestan a elegir presidente sumidos en una de sus mayores crisis económicas
y de su sistema de partidos. Con Massa y Milei como favoritos, la
incertidumbre es la dueña del momento, pero algunas claves del futuro
gobierno ya parecen definidas.



Fabián Kovacic, desde Buenos Aires

Brecha, 20-10-2023

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Quien asuma la presidencia argentina el 10 de diciembre encontrará un país
con una inflación del 138,8 por ciento anual, un desempleo del 6,2 por
ciento, un nivel de pobreza del 40,1 por ciento, todos datos del Banco
Central argentino y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. No es
un regalo para ningún presidente en busca de inaugurar su mandato con el
timón de mando sereno y en piloto automático.



Las tres fórmulas que encabezan las encuestas constituyen lo que el
sociólogo y analista político argentino Alejandro Horowicz considera el
«partido nacional del ajuste», es decir, a pesar de sus diferencias,
coinciden en algunos puntos clave de su programa económico. Tanto el
oficialista Sergio Massa como la opositora Patricia Bullrich y el
ultraliberal Javier Milei reconocen los compromisos argentinos con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y apenas discrepan en la forma de hacer frente
a la deuda contraída por Mauricio Macri en 2018. Ninguno de los tres evita
la palabra ajuste en el Estado en sus discursos de campaña.



Las diferencias en ese trío no las marca su postura frente a esas grandes
condicionantes macroeconómicas, sino su encare de la gestión pública que
consideran necesaria para los próximos cuatro años. Massa y Bullrich
comparten, con matices, la importancia del rol del Estado, mientras que
Milei apunta a cercenar radicalmente sus funciones, en un ensayo práctico de
liberalismo libresco en estado puro.



Dos viejos conocidos



Sergio Massa sostuvo durante toda su campaña la necesidad de aumentar el
presupuesto nacional en Educación de 6 puntos del PBI a 8,5; incrementar las
políticas públicas de vivienda y tierras para mitigar el problema de casi 10
millones de familias que no cuentan con espacio propio para desarrollar su
vida; sostener los derechos de los trabajadores sin reforma laboral que
flexibilice las normas en favor de los empresarios; mantener políticas
inclusivas de género para erradicar la violencia contra las mujeres y las
leyes de salud reproductiva, incluyendo el aborto, seguro, legal y gratuito,
y la educación sexual en los programas escolares,y, sin demasiada convicción
personal, mantener las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que incluyen
el apoyo a los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la
última dictadura cívico-militar entre 1976 y 1983.



Con el visto bueno de Cristina Fernández y Alberto Fernández, Massa logró su
candidatura presidencial, un pendiente que mantenía desde 2019, cuando el
actual presidente lo convenció de sumarse al Frente de Todos sobre el filo
de aquellas elecciones. Dos fueron las frases que convencieron a Massa: «Sin
Cristina no se puede, con ella sola no se puede» y «el próximo turno
electoral es el tuyo», según le susurró Alberto Fernández a Massa en una
reunión privada y urgente realizada el 12 de junio de 2019 en las oficinas
de campaña de la fórmula peronista, a pocas horas del cierre legal de
presentación de alianzas.



Massa había roto con el gobierno de Cristina Fernández en 2009 por un
conflicto con Alberto Fernández, entonces jefe de gabinete, y más tarde se
enemistó con la propia mandataria. En 2010 Wikileaks reveló cables de la
embajada de Estados Unidos en los que se señala que Massa se refirió, en esa
sede diplomática, al expresidente Néstor Kirchner como un psicópata sediento
de poder. En 2013 fundó el Frente Renovador (FR), como una escisión del
peronismo, se presentó como candidato presidencial en 2015 y recién en 2019
logró el reconocimiento electoral del FR en todo el país. En las elecciones
de 2015 anunció que buscaría terminar con el poder de la agrupación La
Cámpora y que metería presa a Cristina Fernández. Hoy es el candidato de
casi todo el peronismo, kirchnerismo incluido.



Patricia Bullrich derrotó a Horacio Rodríguez Larreta en las primarias del
13 de agosto y se posicionó como candidata presidencial de Juntos por el
Cambio con la bendición de Macri y el apoyo del establishment económico. Su
discurso de mano dura y su exacerbado antikirchnerismo y antiperonismo en
general supo pescar adeptos en las aguas de la grieta ideológica moldeada
por los medios de comunicación desde 2008. Su discurso es el del «ellos o
nosotros» que marcó nítidamente los últimos 15 años de la política
argentina, tanto en las presidenciales como en las legislativas.



Bullrich se apoya ahora en los gobernadores logrados por Juntos por el
Cambio en los últimos comicios provinciales: Maximiliano Pullaro, en Santa
Fe, y Alfredo Cornejo, en Mendoza, dos territorios hostiles al peronismo y
bien cultivados por la oposición. Es decir, cuenta con la estructura de la
Unión Cívica Radical (UCR), el centenario partido que aún sigue en la
coalición opositora. En materia económica, Bullrich tiene a Carlos Melconian
como carta de presentación. Se trata de un economista y consultor de
renombre en el mundillo de las finanzas, que fue presidente del Banco Nación
en la primera etapa de Macri y habría sido ministro de Economía si el
riojano hubiera vencido a Kirchner en 2003. Hombre de confianza del mercado,
con fluidos contactos en Washington y llegada directa al FMI, Melconian
espera abrochar un nuevo acuerdo con esa entidad si llega a coronar a su
reina en la Casa Rosada.



El único problema es que las encuestas ubican a Bullrich, por ahora, fuera
del balotaje, sin chances de acceder a la segunda vuelta el 12 de noviembre,
en la que colocan a Massa y a Milei.



El disruptor



Como lo señalara recientemente a Brecha el investigador de la comunicación
Martín Becerra, «los medios habilitaron a Milei para confrontar con el
kirchnerismo. Pero ahora se les fue de las manos».



La enorme mayoría de las empresas periodísticas ataca con dureza por estos
días al economista ultraliberal convertido en candidato. Desde medios a la
izquierda del espectro político, como Página 12 y Tiempo Argentino, se
denuncia sus intenciones de avanzar sobre las minorías y sus posiciones en
cuestiones de género y sobre los juicios de lesa humanidad, no solo por las
intervenciones del propio Milei en las que compara la década del 70 con una
«guerra entre dos bandos» (llamando «mogólicos» a sus opositores), sino,
además, por las posturas de su compañera de fórmula. Victoria Villarruel no
solo es parte de la familia militar (su padre participó del infame Operativo
Independencia, en Tucumán, en 1975 y su tío fue capitán en el Regimiento de
La Tablada, acusado luego por delitos de lesa humanidad cometidos en el
centro clandestino de detención El Vesubio). Sus parentescos no la
involucran en esos delitos, pero sí dan un trasfondo de su actuación como
fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas
en 2006, a raíz de la reapertura de los juicios por delitos de lesa
humanidad durante el gobierno de Néstor Kirchner. Desde entonces Villarruel
plantea la anulación de los juicios contra los militares responsables de
violar los derechos humanos y exige, como mínimo, equiparar la violencia
estatal de la dictadura con las acciones de los grupos guerrilleros de
izquierda.



Los diarios La Nación, El Cronista Comercial, Infobae, Perfil y Clarín
suelen dar oxígeno –con mayor frecuencia desde agosto pasado, con el
resultado de las primarias definido– a columnistas que cuestionan la
dolarización y la eliminación del Banco Central, dos de las premisas más
promocionadas por Milei en su campaña. Además de Melconian, los economistas
ligados a la UCR, la Asociación de Bancos de Argentina, la Unión Industrial
Argentina, la Sociedad Rural Argentina y consultoras económicas que suelen
atender negocios en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires tomaron las páginas
de los diarios para advertir con sesudos análisis y gráficos que la
dolarización defendida por Milei es nociva para la economía argentina.



La crisis de los partidos



En cierta consonancia con la tesis de Horowicz sobre el partido nacional del
ajuste, este año se publicó el libro El loco: la vida desconocida de Javier
Milei y su irrupción en la política argentina, del periodista Juan González.
En ese texto, el autor enlaza las vinculaciones entre Milei, Bullrich y
Massa a partir del paso de sus operadores políticos por distintas
agrupaciones políticas en los últimos diez años. Por sus páginas desfilan
funcionarios del gobernador Axel Kicillof que ponen a disposición del
partido de Milei, La Libertad Avanza, fiscales y estructuras territoriales
partidarias para menguar el crecimiento de Juntos por el Cambio.
Experonistas enrolados en Juntos por el Cambio como Emilio Monzó,
expresidente de la Cámara de Diputados, que acerca candidatos peronistas a
las filas de Milei en territorios donde la oposición macrista busca limar al
kirchnerismo.



El resultado de estas operaciones es la utilización de partidos políticos
como sellos de goma gracias a la ley nacional electoral, modificada en 2004,
2009 y 2012 por el kirchnerismo. Según los críticos de la norma, esta
permite que los partidos políticos sean objeto de comercialización entre los
operadores políticos. José Bonacci, titular del partido Unite –que integra
La Libertad Avanza–, afirma en el libro de González que sus ingresos
personales se justifican porque es «propietario de una radio AM, una FM, una
remisería y un partido político». El alquiler de partidos políticos permitió
los pases con los que el kirchnerismo y el macrismo buscaron dañarse
mutuamente, alimentando sin proponérselo el crecimiento exponencial de un
partido mínimo como La Libertad Avanza y de su líder, Javier Milei. De esta
manera, sostiene El loco, la lógica del mercado se impuso en la de la
burocracia legal electoral.



Nuevo parlamento



Más allá de una muy probable segunda vuelta para definir la presidencia, el
domingo quedará sellada la suerte del parlamento nacional que funcionará
hasta 2025, cuando se renueve por mitades. Los encuestadores analizan un
escenario en el que el corte de boleta (la posibilidad habilitada por la ley
argentina de votar al mismo tiempo, por ejemplo, a candidatos a intendente,
gobernador y presidente de diferentes partidos) puede modificar el resultado
de las presidenciales, pero no incidirá en la elección de legisladores
nacionales en los principales distritos, como la provincia de Buenos Aires.



Pero hay municipios bonaerenses donde punteros políticos reparten a
domicilio boletas electorales completas en favor de Milei presidente, cortan
la de intendente y la reemplazan por el candidato o la candidata de Juntos
por el Cambio. Un caso concreto es el del municipio de San Martín –bastión
político del peronismo desde 2007–, donde Milei lleva su boleta completa,
pero para la intendencia el último tramo de la lista es reemplazado por el
candidato de Bullrich, Mario D’Alessandro, un mediático abogado televisivo
que interviene en la causa por la sucesión de los bienes de Diego Maradona.
Lo mismo ocurre en Mar del Plata, donde el actual intendente macrista de
Juntos por el Cambio, Guillermo Montenegro, va sumado a La Libertad Avanza,
la boleta de Milei.



El voto a la boleta completa de un partido aún tiene predominancia gracias a
que hay un efecto de tracción desde la figura del candidato presidencial
hacia los lugares más bajos de la lista, «pero es una costumbre que está
cambiando desde hace varias elecciones», señala a Brecha la politóloga
especialista en campañas electorales Ana Iparraguirre. Según las encuestas,
de todos modos, en lo que hace a legisladores nacionales, provinciales y del
Mercosur, hay aún entre los votantes un acompañamiento generalizado a la
lista del candidato presidencial. Se espera, entonces, una conformación
parlamentaria sumamente pareja a nivel nacional. El gran ganador sería La
Libertad Avanza, que hoy cuenta con solo dos diputados nacionales y podría
alcanzar un bloque de diez. Los que perderían escaños serían Juntos por el
Cambio y el oficialista Unión por la Patria, que, además, perdería su
posición como primera minoría y debería tejer acuerdos con otras fuerzas
para lograr el tratamiento de sus proyectos legislativos. Una vez definidos
los legisladores que ingresarán al parlamento, tanto Bullrich como Milei
imaginan que los acuerdos entre sus fuerzas serán relativamente más
sencillos que con el peronismo. Sin embargo, las urnas aún no hablaron. El
domingo será el gran día.

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