[Gcap-mujeres] OMC : paises en desarrollo emiten declaracion
conjunta sobre
el desarrollo en el contexto de las negociaciones en la OMC.
iniciativa
iniciativa en repem.org.uy
Lun Dic 5 19:38:46 UYT 2005
AMIGAS
Un grupo de paises en desarrollo en la OMC a saber Argentina, Brasil,
India, Indonesia, Namibia,
Paquistan, Filipinas , Sudafrica, y Venezuela emitieron una declaracion
conjunta sobre el desarrollo en el contexto de las negociaciones en la OMC.
Hubo una conferencia de prensa en la OMC el Lunes 18 de Nov para
presentar sus definiciones de lo que constitute el desarrollo para Hong
Kong y despues de la reunion ministerial.
Por favor vean el articulo traducido enviado a la lista gcap americalatina
por Patricia Garce , el original esta en ingles esta hecho por Kanaga Raja
colega de Chien Yen del Instituto del Tercer Mundo (Third World Network)
que esta trabajando desde Ginebra en el grupo de trabajo de GCAP de la OMC
y siempre circula documentos interesantes para seguir el proceso.
Alejandra Scampini
REPEM/DAWN
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Comercio: reclamando el desarrollo en la Ronda de Doha de la OMC
Ginebra, 29 de nov (Kanaga Raja) Las recientes propuestas de varios
importantes países Desarrollados en la OMC amenazan el contenido pro
desarrollo del Programa de Desarrollo de Doha (PDD) y, por lo tanto, es
hora de reclamar el contenido pro desarrollo de la Ronda, señalaron el
lunes nueve países en desarrollo en una presentación ante el Comité de
Comercio y Desarrollo de la OMC.
La presentación señaló que las recientes propuestas de estos países
desarrollados procuraron sembrar la discordia entre los países en
desarrollo, reinterpretar el marco y la trayectoria de las negociaciones y,
de manera egoísta, estrechan, limitan y en definitiva socavan los objetivos
pro desarrollo del Programa de Desarrollo de Doha.
"Por lo tanto, es hora de reclamar los objetivos pro desarrollos y la
trayectoria de las negociaciones”, señaló el documento.
La presentación, titulada “Reclamando el desarrollo en la Ronda de
Desarrollo de Doha de la OMC”, fue realizada por Argentina, Brasil,
Filipinas, India, Indonesia, Namibia, Pakistán, Sudáfrica y Venezuela en la
sesión del lunes del Comité de Comercio y Desarrollo, con la presencia del
Director General de la OMC, Pascal Lamy.
Lamy asistió a la sesión para presentar un documento de la Secretaría sobre
“Aspectos pro desarrollo de la Ronda de Negociaciones de Doha” que fuera
redactado según el mandato de la Declaración de Doha (párrafo 51) que
instruye al CCD a identificar y debatir sobre aspectos pro desarrollo de
las negociaciones de la Ronda de Doha.
En una conferencia de prensa para explicar el contenido de la presentación,
el embajador Faizel Ismail, de Sudáfrica, que también preside la Sesión
Especial del Comité de Comercio y Desarrollo, manifestó que muchos países
en la sesión del CCD respaldaban el ímpetu del documento.
Faizel explicó que la Declaración Ministerial que inauguró el PDD
proclamaba que los intereses de los países en desarrollo serían colocados
en el centro de las negociaciones. Esto no fue un acto de caridad sino que
se basó en el reconocimiento de que el fomento del desarrollo de los países
en desarrollo es un impulso esencial al crecimiento económico sostenido del
planeta del cual todos podemos beneficiarnos. La clave para el crecimiento
mundial yace en destrabar el potencial de los países en desarrollo, y para
lograrlo, los países en desarrollo deben buscar el desarrollo y la
industrialización en los sectores donde poseen ventajas comparativas.
El objetivo estratégico de las negociaciones es que los países
industrializados reduzcan la protección que otorgan a sectores ineficientes
que frustran el posible crecimiento de los países en desarrollo, destacó, y
agregó que una conclusión temprana de la actual ronda de negociaciones,
acorde con el mandato acordado en Doha en 2001, presentaría el mejor
contexto en general para un resultado de ese tipo.
Faizel aseguró que un comercio más abierto y sin distorsiones crearía un
ambiente en el cual las economías en desarrollo podrían diversificar sus
exportaciones según los destinos y con una producción de valor mayor, así
como profundizar su integración al sistema internacional de comercio. Al
reclamar el contenido pro desarrollo de las negociaciones es necesario
considerar, en sus tres dimensiones, los principios de proporcionalidad, la
no reciprocidad plena y el tratamiento diferencial a favor de los países en
desarrollo.
En primer lugar destacó que la eliminación de las distorsiones contra el
desarrollo en el comercio agrícola internacional es central para el PDD.
Mediante una combinación de aranceles elevados, apoyos nacionales masivos y
subsidios a la exportación, los países industrializados mantienen una
producción agrícola ineficiente en sus economías a costa del desarrollo
agrícola de los países en desarrollo.
Sin embargo, no se puede pretender que los países en desarrollo paguen por
esta reforma necesaria en la agricultura accediendo a las exigencias,
ambiciosas en exceso, en materia de aranceles industrializados y servicios
que no toman en cuenta las realidades de sus niveles de desarrollo económico.
En segundo lugar, el PDD debe proporcionar un acceso mejorado a los
mercados de los países industrializados para las exportaciones de bienes y
servicios de los países en desarrollo. Con respecto a los aranceles
industrializados, el desarrollo requiere que se eliminen las crestas y las
progresividades arancelarias en los productos de interés exportador para
los países en desarrollo. Los países en desarrollo reducirían sus aranceles
en forma proporcional sobre la base de la no reciprocidad plena para que
sus concesiones sean acordes con su nivel de desarrollo industrial.
En tercer lugar, dijo Faizel, no todos los países en desarrollo se verán
beneficiados por el PDD a corto plazo. Los países menos adelantados (PMA),
y otras economías débiles y vulnerables con frecuencia carecen de la
capacidad de oferta para competir por las nuevas oportunidades de
exportación que surgen. Otros padecen importantes costos de ajuste,
incluida la erosión de las preferencias.
Para abordar estas inquietudes particulares de los países en desarrollo,
Faizel solicitó que se adopten las siguientes medidas:
* los países desarrollados deben asumir el firme compromiso de trabajar por
la provisión del acceso libre de impuestos y cuotas a sus mercados de todos
los PMA, y también se exhorta a los países en desarrollo que estén en la
posición de hacerlo que asuman este compromiso
* el lanzamiento en Hong Kong de un ambicioso paquete de ‘ayuda por
comercio’ que aborde las necesidades de creación de capacidad relacionada
con el comercio de los países en desarrollo. Los miembros de la OMC también
deben acceder a crear un fondo de ayuda que ayude a los países en
desarrollo a manejar el impacto de la erosión de preferencias que surja de
la ronda de Doha.
* los países desarrollados deben aprovechar la oportunidad para aumentar
los avances de la ronda de Doha para todos los miembros realizando
esfuerzos serios por liberalizar el movimiento temporario de las personas
naturales (modo 4), de los países miembro en desarrollo hacia los
desarrollados.
* los miembros de la OMC en Hong Kong deben acceder a revisar varias de las
reglas de la OMC que en la actualidad favorecen de manera desigual a los
países desarrollados. Por ejemplo, el acuerdo TRIPS sólo fortaleció los
derechos de la propiedad privada y debe proporcionar una protección
equivalente a los derechos de propiedad intelectual de las comunidades.
El embajador Ujal Singh Bhatia, de India, declaró que la Ronda de Doha
comenzó con la promesa del desarrollo, pero cuatro años después “vemos
mucha frustración”. Esto se debe a que no hay resultados concretos en
cuanto al desarrollo, y a que el debate sobre el desarrollo “fue
distorsionado y copado por algunos países desarrollados que declaran hablar
en nombre de los países en desarrollo”.
Bhatia dijo que en la agricultura, desde el punto de vista de India, el
desarrollo implica la eliminación de las distorsiones que afectan el
comercio mundial de la agricultura, provocadas por los enormes subsidios de
los países desarrollados y la negativa al acceso a sus mercados mediante
diversas medidas poco transparentes.
Otro problema en la agricultura es que para millones de agricultores de los
países en desarrollo, la agricultura no tiene que ver con el comercio sino
con la subsistencia.
En cuanto al NAMA, Bhatia aseguró que en muchos países desarrollados se
observa la negación de la ventaja comparativa mediante un mayor
proteccionismo, por ejemplo, en los textiles.
Para poder desarrollar su ventaja comparativa los países en desarrollo
requieren cierto espacio político y protección para las industrias
nacientes. Los países en desarrollo solicitan un subconjunto de
flexibilidades que los países desarrollados tenían a su alcance cuando se
estaban industrializando.
Este subconjunto está captado a grandes rasgos en el párrafo 8 del marco
del NAMA.
"Hoy vemos que estamos a la defensiva al respecto. El párrafo negociado es
parte del eje de las negociaciones. Ahora ha sido tomado rehén por las
consideraciones tácticas. Si se atacan estas flexibilidades, entonces
evidentemente no tenemos la base para el éxito de las negociaciones del
NAMA”, sostuvo Bhatia.
Sobre los servicios, Bhatia dijo que si los miembros han de cosechar las
ventajas de la globalización, significará que los procesos económicos
internacionales que se están desagregando requerirían un movimiento
complementario de los servicios, o sea, en el movimiento del personal
capacitado. Una vez más, esto se está rechazando, dijo, y agregó que ahora
se observa una situación donde la economía de servicios más competitiva del
mundo no está avanzando al respecto desde la Ronda Uruguay.
En cuanto al tratamiento especial y diferencial, Bhatia dijo que uno de los
pilares básicos de las negociaciones es que los TED serán más efectivos y
operativos. En la actualidad, la mayoría de las disposiciones de TED son
disposiciones de máximo empeño.
Hasta la fecha no hay avances que mencionar sobre este tema luego de cuatro
años de negociaciones.
El embajador Clodoaldo Hugueney, de Brasil, recordó que cuando se acordó en
Doha que el desarrollo sería central a la ronda, también se acordó una
fecha límite para el paquete de desarrollo. Pero esa fue la primera fecha
que no se respetó en las negociaciones, señaló, y agregó que comprende las
frustraciones de los países en desarrollo.
Dijo que la iniciativa de los nueve países en desarrollo pretende revertir
este desequilibrio. El desarrollo debe ser uno de los aspectos centrales de
estas negociaciones, subrayó.
Agregó que existen dos formas de negar los aspectos pro desarrollo de la
ronda, siendo la primera la de evitar las concesiones en áreas donde los
países en desarrollo son competitivos y en las que pueden avanzar, como en
la agricultura y el Modo 4 en servicios. La segunda es reclamar a los
países en desarrollo cosas que están totalmente fuera de proporción con las
inquietudes pro desarrollos de la ronda, y eso se puede ver en el NAMA y la
agricultura, por ejemplo.
Hugueney también dijo que se reconoce que existen algunos países del mundo
en desarrollo que merecen una consideración especial, y que hay necesidad
de otorgar una atención prioritaria a los PMA y a las economías pequeñas.
Asimismo, la erosión de las preferencias es algo que debe considerarse y
debatirse. Sostuvo que el G20 se creó como un grupo con la doble realidad
de la agricultura en el mundo en desarrollo, una realidad de sectores
productivos donde la mayoría de los países en desarrollo tienen sus
exportaciones pero también la realidad de millones de personas que viven a
nivel de subsistencia. Esto debe tomarse en cuenta en el contexto de las
negociaciones agrícolas. El G20 pudo mantener este enfoque ‘a medio
camino’ en las negociaciones agrícolas.
Hugueney destacó que la agricultura es el ámbito central de las
negociaciones y que hasta cierto punto fija el marco de referencia para el
resto de las negociaciones. Señaló que la agricultura está muy rezagada con
respecto a otras áreas.
Asimismo, las restricciones y distorsiones del comercio aún se mantienen.
La agricultura es central para los países en desarrollo y su vínculo con el
desarrollo es reconocido por todos.
También indicó la inquietud de que, no solo no se está cumpliendo el
mandato sobre la agricultura, sino que algunos países agregan condiciones a
lo que ofrecen en materia de agricultura que son absolutamente imposibles
en materia de NAMA, los servicios y otros ámbitos de las negociaciones.
"Nadie va a concluir una ronda donde no solo no se mantienen los objetivos
de desarrollo de la ronda sino que los resultados son completamente
desequilibrados y donde los países en desarrollo acaban pagando más por la
conclusión de la ronda que los países desarrollados”, aseguró Hugueney.
El documento de los nueve países destacó que el desarrollo debe ser el quid
del PDD y en este sentido citó el párrafo 2 de la Declaración de Doha.
El documento destacó que la agricultura es un tema central. Una ronda de
desarrollo requiere la eliminación de las distorsiones comerciales en las
normas de comercio internacional que frenan el crecimiento de las
exportaciones de los países en desarrollo. La mayor distorsión estructural
del comercio internacional sucede en la agricultura mediante una
combinación de elevados aranceles, apoyos nacionales que distorsionan el
comercio y subsidios a las exportaciones que protegen a los agricultores
ineficientes en los países desarrollados, principalmente en la Unión
Europea y EEUU.
En conjunto, estas medidas frustran las esperanzas pro desarrollo de muchos
países en desarrollo. Eliminar estas medidas contrarias al desarrollo es un
objetivo primordial del PDD ya que llevará a la expansión de las
exportaciones de los países en desarrollo y su integración significativa a
la economía mundial. Por esta razón la agricultura es un tema central de la
Ronda de Doha.
El documento agregó que dos terceras partes de los pobres en los países en
desarrollo viven y trabajan en el sector agrícola, dependiendo de la
agricultura para su subsistencia. En contraste, la agricultura representa
menos del 5% de la producción y del empleo en la UE y los EEUU. Para
algunos países en desarrollo, como es el caso de los productores
algodoneros de África Occidental en Malí, Benín, Chad y Burkina Faso, los
elevados subsidios destinados a los agricultores ricos en los países
desarrollados son responsables de la devastación de los medios de vida de
millones de agricultores pobres. Para muchos países en desarrollo más,
donde la producción agrícola sigue siendo en gran medida de subsistencia,
es fundamental la necesidad de lograr que se fortalezcan las disciplinas de
la OMC para permitir que estos países en desarrollo logren la seguridad
alimentaria y de sus medios de vida, y satisfagan sus necesidades de
desarrollo rural.
El documento señaló que la Ronda Uruguay (RU) colocó a las políticas
agrícolas, y al comercio de la agricultura, bajo las disciplinas del
GATT/OMC por primera vez. Sin embargo, el nuevo Acuerdo sobre Agricultura
de la RU creó una apertura mínima de los mercados y no logró que los
principales subsidiantes (UE, EEUU y demás países de la OCDE) redujeran sus
elevadísimos subsidios agrícolas. Estos subsidios agrícolas de los
principales subsidiantes no decayeron sustancialmente ni siquiera después
de que el Acuerdo sobre la Agricultura entrara en vigor en 1995.
Paradójicamente, los apoyos agrícolas aumentaron de hecho en algunos países
desarrollados.
En fuerte contraste, tanto los países desarrollados como los países en
desarrollo han liberalizado sus mercados en el sector industrial en los
últimos 50 años como consecuencia de las 8 rondas de negociaciones del GATT.
Por estas razones es que la protección agrícola de los países desarrollados
debe cargar con la mayor parte de los ajustes en esta ronda, enfatizó el
documento.
El documento también señaló que las contribuciones al NAMA deben ser
proporcionales al nivel de desarrollo. Reconoció que esta Ronda debe
incrementar la liberalización y fomentar ajustes positivos en todos los
países, desarrollados y en desarrollo, otorgando un acceso auténtico a los
mercados para todos. Además, aunque reconoce los esfuerzos de muchos países
en desarrollo al asumir compromisos autónomos de liberalización, esta Ronda
otorga la oportunidad de aumentar el nivel de compromiso de todos los
miembros de la OMC, para generar así un sistema de comercio más inclusivo y
seguro.
No obstante, deben reconocerse debidamente los enormes desequilibrios del
sistema de comercio mundial reflejados en la distribución desigual de los
avances de la globalización y la continua protección de los países
desarrollados contra los productos de los países en desarrollo.
El documento señaló que en gran medida los países desarrollados lograron
una fuerte competitividad en el sector industrial y deberán hacer ajustes
relativamente insignificantes en esta ronda. Sin embargo, muchos países
desarrollados siguen manteniendo aranceles altos, crestas arancelarias y
progresividades arancelarias sobre productos de interés para los países en
desarrollo. Además, los países desarrollados a menudo utilizan una variedad
de barreras no arancelarias, incluidas extenuantes disposiciones técnicas y
excesivas medidas antidumping, para perturbar las exportaciones y el
potencial exportador de los países en desarrollo a estos mercados.
La mayor parte de los países en desarrollo, por otro lado, aunque
aumentaron su participación en el comercio mundial de manufacturas en las
últimas dos décadas, siguen reformando e industrializando sus economías, y
sus sectores industrializados aún ocupan una parte importante de su trabajo
y producción con uso intensivo de mano de obra.
De esta manera, señaló el documento, las modalidades para la liberalización
del NAMA deben lograr dos cosas simultáneamente: (i) asegurar que los
aranceles altos, las crestas arancelarias y las progresividades
arancelarias que quedan en los países desarrollados se eliminen en esta
ronda; y (ii) asegurar una flexibilidad suficiente que tome en cuenta a los
sectores sensibles y las necesidades de ajuste de los países en desarrollo,
para crear condiciones para una liberalización ulterior.
"No se puede pretender que los países en desarrollo paguen las reformas
necesarias de los sectores agrícolas de los países desarrollados, mediante
los reclamos demasiado ambiciosos de estos en aranceles industriales que no
toman en cuenta las realidades de sus niveles de desarrollo económico ni
sus necesidades de ajustes”. Los países en desarrollo están preparados para
realizar un aporte a las negociaciones del NAMA en esta ronda, siempre que
sus concesiones sean proporcionales a sus niveles de desarrollo, en
expresión plena del principio de tratamiento especial y diferencial.
Asimismo, el principio de no reciprocidad plena, acordado en el Mandato de
Doha, debe aceptarse.
"Por estos motivos argumentamos que las flexibilidades del párrafo 8 que
todos los miembros de la OMC negociaron y acordaron en el Acuerdo Marco de
la OMC, de julio de 2004, es un elemento esencial de las flexibilidades
exigidas por los países en desarrollo para gestionar sus procesos de
ajuste. Por lo tanto, nos oponemos a los intentos realizados de
reinterpretar este acuerdo estableciendo nuevas condicionalidades al uso
del párrafo 8 y así modificar el equilibrio del acuerdo alcanzado por todos
los miembros de la OMC en el Acuerdo Marco de julio de 2004.
"Consideramos que las cifras contenidas actualmente entre paréntesis en el
párrafo 8 constituyen los porcentajes mínimos que necesitan los países en
desarrollo. Mantenemos el derecho a modificar al alza estas cifras para
permitir que algunas de nuestras economías gestionen el ajuste de los
sectores sensibles e impidan la perturbación social que causan la pérdida
de empleos y el cierre de empresas que provocarían una mayor liberalización.
"Asimismo, destacamos que el párrafo 8 es una disposición 'autónoma' en el
marco acordado del NAMA y que su posición como tal debe ser reconocida para
que las negociaciones puedan avanzar. Todo intento de vincularlo o
utilizarlo para negociar con la fórmula de reducción de los aranceles
creará dificultades innecesarias en las negociaciones. Los dos temas son
distintos y deben ser tratados como tal”.
El documento también señaló que no todos los países en desarrollo se
beneficiarán del PDD en el corto a mediano plazo. Un número importante de
países en desarrollo, entre ellos los países pequeños, débiles y
vulnerables y los países menos adelantados (PMA) sufrirán importantes
costos de transición, especialmente aquellos países que dependen de sus
preferencias y sufrirán importante erosión de preferencias. La ronda de
Doha debe abordar los problemas particulares de desarrollo de los países
pequeños, débiles y vulnerables sin crear una nueva categoría de países en
desarrollo ni sembrar la discordia entre los países en desarrollo. Además,
es necesario hallar soluciones creativas y progresivas al problema de la
erosión de preferencias para los países dependientes de las preferencias,
sin que se retrase más el acceso a los mercados de los productos de los
países en desarrollo.
Los miembros de la OMC deben lanzar un ambicioso paquete de “ayuda por
comercio” en Hong Kong que tome en cuenta las necesidades de creación de
capacidad relacionada con el comercio de los países en desarrollo. Además,
los miembros de la OMC deben aceptar la creación de un fondo de ayuda que
asista a los países en desarrollo a manejar el impacto de la erosión de
preferencias que surja de la ronda de Doha.
Para los países menos adelantados (PMA), "apoyamos la necesidad de un
Paquete de medidas de desarrollo que fomenten su integración al sistema
mundial de comercio y refuercen su desarrollo. En este sentido, el paquete
de cinco propuestas priorizadas para los PMA es un objetivo importante para
Hong Kong."
El documento también sostuvo que posiblemente los mayores avances de la
ronda de Doha se logren tanto para los países desarrollados como para los
países en desarrollo gracias a los esfuerzos serios por liberalizar el
movimiento temporario de las personas naturales (modo 4), de los países en
desarrollo a los países miembros desarrollados. Sin embargo, hasta la fecha
los países desarrollados han sido reacios a asumir compromisos
significativos en la OMC sobre la flexibilización de restricciones al
ingreso temporario en el modo 4.
El documento señaló que las recientes propuestas de los países
desarrollados, incluidas las propuestas de la UE del 28 de octubre,
realizaron pedidos a los países en desarrollo para comprometerse con las
negociaciones del NAMA que están totalmente fuera de proporción. Las
enormes cargas de ajuste que tendrían que soportar los países en desarrollo
en sus sectores industriales no se reflejan en los ajustes relativamente
insignificantes que los países desarrollados tendrán que hacer en este
sector. A los países en desarrollo se les pide que reduzcan sus aranceles
con espacio limitado para gestionar los ajustes en sus sensibles sectores
de mano de obra intensiva.
En fuerte contraste, la UE realizó propuestas insignificantes para abrir
sus mercados en las negociaciones agrícolas, con su llamado a la
flexibilidad adicional para la mayor parte de sus productos sensibles, lo
que le permite eliminar la posibilidad de toda nueva apertura significativa
de sus mercados a los productos agrícolas de los países en desarrollo.
Asimismo, el documento sostiene que los países desarrollados no están
ofreciendo recortes importantes en sus sectores industrializados mediante
su oferta para reducir sus aranceles mediante el coeficiente de 10
(utilizando la fórmula suiza). Esta oferta no generará recortes profundos
en los aranceles altos, las crestas arancelarias ni las progresividades
arancelarias por los que los países desarrollados abogaron en el mandato de
Doha.
De esta manera se puede excluir a gran cantidad de productos
industrializados de los países en desarrollo de los mercados de los países
desarrollados.
"¡Así, la UE y demás países desarrollados están buscando una ronda que les
salga gratis! A los países en desarrollo se les pide que carguen con el
peso de toda nueva apertura de mercados en esta ronda”.
El documento señaló que los pedidos totalmente fuera de proporción que la
UE está reclamando a los países en desarrollo en esta ronda, en comparación
con su propia oferta de realizar reformas muy necesarias en su sector
agrícola, amenaza con generar un resultado impar en la ronda de Doha. Las
propuestas de la UE en agricultura y el NAMA generarían un resultado
contrario al desarrollo, diluyéndose cada vez más las esperanzas y
aspiraciones de los países en desarrollo ante la perspectiva de la Ronda de
Desarrollo de Doha.
"Instamos a la UE y demás miembros desarrollados de la OMC a asegurar que
sus ofertas y pedidos realizados a otros miembros cumplan con los objetivos
fijados para esta ronda por el párrafo 2 del mandato de Doha. Por nuestra
parte estamos comprometidos a trabajar por un auténtico resultado pro
desarrollo de la ronda que sea justo y equilibrado y que genere nuevas
oportunidades para todos los miembros, desarrollados y en desarrollo, para
que sus economías crezcan y se fomente su desarrollo”, concluyó el documento.
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